martes, 10 de diciembre de 2013

“El físico que se propuso a su mujer con un artículo científico”.


Brendan McMonigal (a la izquierda) junto a su director de tesis. Crédito de la fotografía: University of Sydney.
Alberto Sicilia escribe en Principia Marsupia (Público.es) un artículo así titulado, en el que recuerda que los que le leen con frecuencia saben que pelea una particular cruzada personal desde su blog para demostrar que los científicos también tienen sentido del humor. “Puede que los investigadores seamos feos, tímidos, hipócritas, vanidosos, impacientes, obsesivos, rencorosos y egoístas –continúa recordando–. En general somos también muy malos en la cama. Pero tenemos sentido del humor.

“En entradas anteriores os hemos presentado a Tim Blais, el físico que explica la teoría de cuerdas a ritmo de Freddie Mercury, nos ha visitado Kate McAlpine, la investigadora que le compuso un rap al bosón de Higgs y hemos explicado la multitud de chistes matemáticos escondidos en los Simpsons. Hoy tengo el honor de presentaros a Brendan McMonigal, un estudiante de doctorado en el Departamento de Física de la Universidad de Sydney, que propuso matrimonio a su novia a través de un artículo científico. El estudio se titula “Interacciones a dos cuerpos: un estudio longitudinal” y podéis leerlo completo al final de este post. La sinopsis dice así: “En este trabajo estudiamos la interacción de dos cuerpos a lo largo de un periodo extendido en el tiempo, en una variedad de lugares y rodeados de numerosos de cuerpos adicionales. En una fase posterior del estudio realizamos tests complementarios. Finalizamos proponiendo la continuación indefinida de este experimento”.

“McMonigal incluye también el siguiente gráfico FELICIDAD EN FUNCIÓN DEL TIEMPO


“El resultado de nuestro estudio queda reflejado en la Figura 1 y muestra que, con un alto grado de confianza matemática, la felicidad proyectada es una función creciente con el tiempo. Teniendo en cuenta esta conclusión, el autor propone a Christie [apellido] la continuación indefinida del estudio.”

“¿Y esta chanza le funcionó al bueno de Brendan?, os preguntaréis. Pues sí, la historia tiene final feliz. Pero claro, resulta que Christie, su novia, también se dedica a la física teórica. Los científicos no destacaremos por nuestra valentía. Pero tenemos sentido del humor”.

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