Tres mujeres sudamericanas presiden sus países respectivos: Chile, Argentina y Brasil.
Bachelet celebra el triunfo en compañía de su
madre, Ángela Margarita Jeria Gómez, en un hotel de Santiago de Chile.
La socialista Michelle
Bachelet revalidó el domingo pasado su triunfo en las elecciones
presidenciales chilenas y, a pesar de una baja participación electoral, se
impuso de forma aplastante en la segunda vuelta para convertirse en la primera
mandataria que gobernará el país durante dos períodos. Bachelet volverá a ser
la inquilina del Palacio de la
Moneda –sede de la presidencia de Chile–, donde ya permaneció
de 2006 a
2010, tras arrasar
en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 62,15%
de los votos, frente al 37,84% obtenido por la conservadora, Evelyn Matthei,
abanderada de la oficialista Alianza por Chile. Su aplastante victoria conseguida
tras noquear a la derecha quedó, no obstante, un tanto ensombrecida por una abstención
histórica, cercana al 60%, en las segundas elecciones con voto
voluntario. Los expresidentes Patricio Aylwin y Ricardo Lagos, además del
secretario general de la OEA ,
José Miguel Insulza, y los presidentes de varios partidos políticos, coincidieron en calificar de “un error” el
mecanismo del voto voluntario y en abogar por un regreso del sufragio
obligatorio.
“Hoy abrimos una nueva etapa (…) Debemos marcar
un nuevo destino y estoy al servicio de ustedes, compatriotas”, dijo Bachelet a
miles de enfervorizados partidarios que la aclamaban en las afueras de un
céntrico hotel de Santiago, el cuartel general de su comando durante la jornada
electoral. “En este tiempo, Chile se ha mirado a sí mismo y ha decidido que es
momento de iniciar transformaciones de fondo. La victoria de esta jornada es un
sueño colectivo que triunfa”, destacó la mandataria electa de Chile y
exdirectora ejecutiva de ONU Mujeres. Bachelet recordó asimismo la figura de su
padre, el General Alberto Bachelet, asesinado tras el golpe de Estado de
1973, del que destacó “su valentía y su fe en la patria. Él no ha dejado de
acompañarme ni un solo día de mi vida, porque su integridad, su ejemplo, su
valentía, su fe en la Patria ,
me han hecho cada día ser la persona que soy”. Su padre fue compañero, en la Fuerza Aérea , de
Fernando
Matthei, padre de la candidata de la derecha. Sin embargo,
cuando llegó el golpe militar de Pinochet contra el gobierno socialista de
Allende, que acabó con la democracia y miles de vidas en los meses posteriores,
cada uno de ellos optó por un bando. Pese a haber sido estrechos amigos en tiempos
pasados, Matthei era el responsable de la Academia de Guerra de la Aviación , el lugar donde
Bachelet permaneció detenido durante dos meses y donde murió de un paro
cardíaco debido a las torturas de sus hasta hacía poco compañeros de cuartel.
Haber colaborado con el Gobierno de Allende era un crimen que no podían
perdonar.
Matthei reconoció su derrota, felicitó a su rival
y posteriormente la visitó en su cuartel general, deseándole “lo mejor”.
“Mi deseo más profundo es que le vaya
muy bien, nadie puede desear lo contrario”, manifestó Matthei mientras
derramaba unas lágrimas. Bachelet quiso dejar claro desde su primer discurso
como presidenta electa que hoy Chile necesita construir “un sistema educativo
público, gratuito y de calidad”. “Hoy ya nadie lo duda
–repitió–: el lucro no puede ser el motor de la educación, porque ésta no es
una mercancía y porque los sueños no son un bien de mercado. Es un derecho de
todos y de todas”. Con un programa de reforma educacional, tributaria y medidas
de contenido social, Bachelet recibirá el próximo 11 de marzo el mando del
gobierno de manos del conservador Sebastián Piñera, a quien ella misma se lo
entregó en igual fecha del 2010. Bachelet impulsará una nueva Constitución que
reemplace a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, con educación
gratuita, un alza de impuestos a las empresas y el compromiso de hacer realidad
las propuestas de su programa. “Este es el momento –dijo– de combatir la
desigualdad juntos, tiempo de volver a creer en nosotros mismos (…) Tenemos la
fuerza ciudadana, tenemos la voluntad y la unidad”.
La exmandataria Michelle Bachelet se ha convertido
en la primera
mujer que ha sido reelegida presidenta de Chile. Varios presidentes latinoamericanos, entre
ellos los de Argentina, Venezuela, Perú y México, han felicitado a la
presidenta electa. Cristina Fernández de Kirchner la telefoneó poco después
del anuncio del resultado electoral. Poco después, el Gobierno venezolano se
unió a las felicitaciones y, a través de un mensaje publicado por el Ministerio
de Exteriores, sostuvo que el resultado de los comicios “fortalece la unión de
la región sudamericana, latinoamericana y caribeña para seguir en la
construcción de la
Patria Grande ”. El
propio Nicolás Maduro destacó la victoria de Bachelet y dijo que “América del Sur está de
fiesta porque tiene a otra mujer como presidenta. Tres mujeres
en Sudamérica, las tres muy valientes, muy trabajadoras, y eso viene a
fortalecer todas estas corrientes de renovación, de cambio social de América
del Sur”, dijo en referencia a Michelle Bachelet, Cristina Fernández y la
presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
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