Así lucha un cura gallego contra del coronavirus.
Luis Ángel Rodríguez Patiño anuncia que cede a la administración los templos de culto y casas rectorales a su cargo para la lucha contra el Covid-19.
Se podrá discutir si Luis
Rodríguez Patiño (A Coruña, 1957) es el cura más popular de Galicia. Pero de lo
que no cabe duda es de que es el más díscolo. Este hombre dice lo que quiere y
todo lo alto que puede pese a mandarle cerrar la boca. Con siete carreras en su
haber (Filosofía, Teología, Derecho, Ciencias Políticas, Trabajo Social,
Derecho Canónico y, como no pudo hacer Medicina, se matriculó en un ciclo de Auxiliar
de Clínica) lo que no hace es perder el tiempo: “Estoy metido en
todo. Pero hay que dejar que las cosas fluyan. Si eliges a buenas personas para
que te ayuden, ya tienes casi todo el trabajo hecho. Por otra parte, yo no
tengo nada que perder. Ya recibí bastantes expedientes del obispado. Si quieren
un funcionario, que lo digan, y me paso ocho horas en la parroquia, que me
paguen el sueldo y ya está. Pero yo me metí sacerdote para divulgar el mensaje
de Cristo con todas sus consecuencias. Y no me pueden mandar callar”.
Este cura de Momán, en
Xermade, y Labrada, en Guitiriz, insta a la Iglesia a poner sus bienes e
inmuebles a disposición de la administración para la lucha contra el coronavirus.
Pero el polémico párroco, conocido por la defensa de derechos y sus habituales
reivindicaciones contra la jerarquía eclesiástica, ha vuelto a alzar su voz en
contra del comportamiento de una Iglesia que “habla mucho, pero hace poco” y el
domingo pasado anunció que él, como sacerdote, cedería a la administración
competente los templos de culto, así como las casas rectorales que tiene a su
cargo para que puedan ser usadas durante esta crisis.
Luis Rodríguez denuncia y
pide perdón en nombre de la Iglesia, pueblo de Dios, “la institución más
insolidaria y egoísta hasta la fecha”, que “dispone de instalaciones equipadas
para entregarlas a disposición de la sanidad”. Señala una larga lista de
inmuebles, entre los que destaca residencias, albergues, casas de ejercicios,
seminarios... “que se han construido con medios públicos”. Añade que “la requisa
de hoteles privados que se utilizarán como hospitales nos costará dinero
público y lamenta que no se requisen las propiedades y depósitos de la iglesia”.
Recuerda las palabras de Mateo en la Biblia: “Tuve hambre y me disteis de
comer. Tuve sed y me disteis de beber. Fui huésped y me recogisteis. Desnudo y
me cubristeis. Enfermo y me visitasteis”.
Además de los inmuebles,
Rodríguez Patiño va más allá y exige a la Iglesia un cambio de actitud en
cuanto a las donaciones. “Los obispos se juntan para hablar en las radios, pero
tienen que juntarse para tomar decisiones”, dice. “La Iglesia tiene grandes
cantidades de depósitos en los bancos y hasta ahora no han entregado nada para
la causa... y es un problema internacional. La Iglesia tiene que seguir a
Cristo y es la primera que tiene que dar testimonio ante la gente, ante los que
sufren. No importa nada más y da igual lo que cueste”, dice el párroco de Momán
y Labrada, que ya tuvo que oficiar un entierro por coronavirus en Xestoso, otra
de sus parroquias en la provincia de A Coruña.
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