miércoles, 22 de abril de 2020

Para la oposición portuguesa “no es patriótico” atacar ahora al Gobierno.


El líder del conservador PSD, Rui Rio, tiende la mano al Ejecutivo en plena pandemia.

Rui Rio, presidente portugués del conservador Partido Socialdemócrata (PSD), remitió una carta a sus militantes en la que alertaba que atacar al Gobierno del socialista António Costa en estos momentos “no es patriótico” y llamaba a la unión del país. “Lamentablemente, en la vida política no siempre se da esa unión contra un enemigo común, pues no es raro que aparezcan los que no resisten la tentación de intensificar los ataques al Gobierno de turno, aprovechándose partidariamente de las fragilidades políticas que la gestión de una realidad tan compleja acarrea siempre”, escribió en la misiva. “En mi opinión, esa no es, en este momento, una postura éticamente correcta. Y no es, además, una posición patriótica”, advirtió.

Portugal, país vecino de 10,28 millones de habitantes, registraba a principios de esta semana cifras excepcionalmente bajas de la epidemia del coronavirus y el líder de la oposición le tendió la mano gratis al primer ministro, António Costa, sin contrapartidas. La buena sintonía entre los dos se vio reflejada y premiada en un sondeo mensual de Intercampus publicado el pasado fin de semana, donde ambas fuerzas subieron puntos y bajaron los partidos de los extremos. Razón por la cual las dos grandes formaciones crecieron en intención de voto. Sus líderes, Costa y Rio, subieron cuatro décimas entre la consideración de los portugueses.  

Javier Martín del Barrio, corresponsal en Lisboa del diario español El País, advirtió que “Rio se ha lanzado a dirigir esta carta a los militantes de un partido casi dividido por la mitad, apenas tres meses después de imponerse en elecciones internas frente a su contrincante Luís Montenegro. Es decir, que el presidente del PSD arriesgó más dentro de su organización que ante la opinión pública”. Como líder de la oposición “he tenido, por eso, una actitud de cooperación con el presidente de la República y con el Gobierno de Portugal, procurando ayudar a resolver de la mejor manera posible el grave problema que nos atormenta como pueblo y como nación”. Su partido, como la mayoría, votó a favor del estado de emergencia y sus prórrogas. Ya en la sesión para la primera prórroga, Rio —economista de profesión— se preocupó por la gravedad de la crisis económica que se avecinaba. El líder conservador volvió a sorprender al decir: “Si la banca presenta ganancias abultadas en 2020 y 2021 será una vergüenza y una ingratitud para los portugueses”. Y recomendó que tuviesen beneficios cero en esos ejercicios. Ni el Partido Comunista (PC) ni el Bloco de Esquerda se habían atrevido a tanto, menos aún el Gobierno socialista.

Este año, en la celebración del 25 de abril de la Revolución de los Claveles, la presencia habitual de 600 personas en la Cámara, entre diputados, expresidentes del país, cuerpo diplomático e invitados, se reducirá posiblemente a 130 personas, pero ello no ha evitado la polémica. Una petición pública para anular la ceremonia ha recogido más de 20.000 firmas en Internet. Y los dirigentes de los derechistas CDS y Chega ya han anunciado que no asistirán porque consideran una contradicción que el país esté encerrado en casa y el Parlamento se llene de políticos. No es solo un debate entre derecha e izquierda. Históricos del Partido Socialista discrepan sobre si debe celebrarse la sesión solemne del Parlamento. El poeta Manuel Alegre está por el sí; el exministro de Cultura João Soares, hijo de Mário Soares (ex primer ministro y expresidente de la República, además de uno de los fundadores del PS) ha calificado el acto de “disparate”, y apunta como alternativa a la iniciativa comunista: el sábado, a las tres de la tarde, asomarse a las ventanas y cantar Grándola, Vila Morena.

No hay comentarios: