Una monarquía opaca y fuera de control.
El domingo, 15 de marzo,
España amanecía en estado de alarma. Tres semanas más tarde, Alejandro Torrús
escribía en Público, bajo el título general de “Una monarquía fuera de control:
“Son momentos graves. La pandemia de coronavirus está afectando especialmente
al país y el Gobierno insta a la ciudadanía a no salir de sus casas. Hay que
evitar nuevos contagios. El sistema sanitario puede colapsar”. Felipe VI
anunciaba que retiraba la asignación pública a su padre, el emérito Juan Carlos
I, y sostenía que renunciaba a su herencia. Su comunicado, sin embargo, levantó
más dudas que certezas. Si el rey tenía información sobre la Fundación Lucum
desde hacía al menos un año, ¿por qué lo anunciaba en ese preciso momento y no
antes? “Es evidente que el hecho de que este comunicado surja en medio de esta
situación —advierte Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana en el
Congreso— es una especie de voladura
controlada o cortina de humo”. Por su parte, Íñigo Errejón, diputado de Más
País, advierte: “Es especialmente en momentos de excepcionalidad, como el que
vivimos ahora, cuando más transparentes tienen que ser las instituciones. Sería
moralmente terrible para la democracia que el jefe del Estado aprovechara una
situación de emergencia para esconderse o amparar la opacidad”. Pero en el
fondo ¿la amparaba? A las palabras y actuación del rey le siguieron duras
críticas, especialmente en redes sociales y medios digitales. También surgen críticas
en muchos partidos políticos con presencia institucional. En mitad de una grave
emergencia sanitaria parecía consolidarse una nueva crisis institucional de la
monarquía. Y, justo en ese momento, el monarca decide salir en televisión y
ofrecer un mensaje a la ciudadanía. Pero, el rey solo habla de la covid-19 y no
menciona ni una sola vez el comunicado de hace apenas unos días ni las sombras
de corruptelas y comisiones que rodean a la Casa Real. Joan Baldoví, portavoz
de Compromís en el Congreso resume: “El mensaje televisado del rey fue una
completa decepción. Si tenía algún interés era el ver si hacía alguna referencia
a su padre. Es lo que estamos esperando mucha gente. Por una vez, que se deje
de ocultar información a la ciudadanía y que el monarca sea valiente y hable.
En pleno siglo XXI, cualquier institución del Estado debe ser transparente y es
evidente que la monarquía no lo está siendo”.
La cacerolada general y las críticas taparon el discurso del Rey.
La declaración
institucional del rey fue recibida esa tarde por miles de ciudadanos con cacerolas. Por
primera vez, mientras el monarca hablaba en televisión, miles de ciudadanos
salieron a sus balcones a mostrar su descontento. Era su única manera, en
estado de alarma, de alzar su voz. El presidente del Ejecutivo reaccionó y
apoyó públicamente la decisión tomada por Felipe VI. “Son medidas necesarias y
coherentes”, aseguró Sánchez. El PP, principal partido de la oposición, mostró,
como otras veces, su respaldo al rey, confiando en su “ejemplar servicio
público”. Y Vox, tercera fuerza en el Congreso, cerró igualmente filas con la
jefatura del Estado, apoyando la declaración del monarca y señalando que
“España es una gran nación y sus enemigos nunca podrán con ella”. Laura Borràs,
portavoz de Junts per Catalunya, declaraba: “No nos parece casual que el rey
emita un comunicado de semejante calado en estado de alarma. Aprovecharon la
ocasión para que esto apareciera en pleno apogeo y que quedara un poco tapado.
El Congreso de los Diputados tiene que investigar porque la democracia no puede
estar en cuarentena. La democracia no para y es en el Congreso donde están los
representantes de la ciudadanía”. La reacción de hasta ocho partidos políticos
con presencia en el Congreso de los Diputados no se hizo esperar. Esquerra
Republicana (ERC), PNV, EH Bildu, Junts per Catalunya, CUP, BNG, Compromís y
Más País presentaron en la sede de la soberanía popular una comisión de
investigación parlamentaria. Pretendían que la cámara baja abriera pesquisas
sobre “la trama vinculada a las presuntas ilegalidades cometidas por miembros
de la Casa Real y las influencias políticas, diplomáticas y comerciales con
Arabia Saudí. Unidas Podemos decidió no firmar la petición por el momento
político que atravesaba el país, pero se comprometía a votar a favor. Íñigo
Errejón, portavoz de Más Madrid explicó por qué presentaban la petición para investigar
al monarca: “Lo hacemos porque sería moralmente terrible que el jefe del Estado
aprovechara una situación de emergencia para esconderse. Y porque necesitamos
de todos los esfuerzos, especialmente de los que más tienen, y los 100 millones
de euros de origen ilícito que se pide investigar vendrían muy bien para el
esfuerzo que está haciendo la sanidad pública”. Pero la Mesa del Congreso
volvió a vetar la comisión de investigación sobre las presuntas irregularidades
del rey Juan Carlos I y sus supuestas cuentas en Suiza. Era la tercera vez que
lo hacía en un mes.
El mensaje de Baldoví a los monárquicos: “La Corona no se defiende con
opacidad”.
Aitor Esteban, portavoz
del PNV en el Congreso, advirtió de que no era entendible en una democracia que
una institución fundamental, como es la jefatura del Estado, “esté excluida de
cualquier control… ¿Cómo es que nadie puede investigarlo? ¿Estamos en una
democracia occidental? Porque eso es precisamente lo que está en juego. Es muy
grave. No entiendo que partidos democráticos no permitan que se realice una
investigación desde el Parlamento. ¿Qué temen?”. De hecho, los ocho partidos
políticos que firmaron la petición de una comisión de investigación anunciaron
que volverán a presentar nuevas iniciativas con idéntico objetivo. Jon
Iñarritu, de EH Bildu, denunció que el Congreso “tiene que poder investigar
cualquier tema que fuese de interés general para la sociedad y este, no cabe
duda, que lo es. No creo que ayude en nada que este tema se mantenga como tabú”.
El BNG defendió: “El comunicado de la Casa Real prácticamente certifica que
existe corrupción y que el jefe del Estado lo conocía y no la denunció. Es un
tema de extrema gravedad”. Mientras tanto, en la sociedad, se abría el debate.
Las noticias sobre el coronavirus captaban toda la preocupación y las cifras
eran aterradoras. Y, en mitad de toda esta emergencia sanitaria surgió el
argumento de que probablemente ahora no era el mejor momento de poner el foco
en la Corona y sus cuentas, sino el de salvar el mayor número de vidas y
después ya se verá. Por otro lado, surgía la respuesta contraria. Era
precisamente el rey quien lanzaba un comunicado tan grave e importante cuando
nadie se lo había pedido. Y una realidad conciliadora: investigar a la Corona no
implica dejar de luchar con todas las herramientas contra la pandemia. Por su
parte, Joan Baldoví lanzaba sus especiales dardos: “Parece que nunca es el
momento para investigar a la Corona. Para algunos, nunca lo es. Estamos ante un
problema de voluntad política. Para mí, es hipócrita decir que ahora no es el
momento de aprobar una comisión de investigación. Para nosotros es el momento
de decir sí a esta comisión y, obviamente, que tenemos que luchar con todas las
fuerzas contra la pandemia y cuando ésta acabe ya se constituirá esa comisión y
se verá cómo se hace”.
El Rey Felipe VI, junto a la ministra de Defensa,
Margarita Robles, durante un encuentro con militares.
Al mensaje del monarca le
siguen noticias de que el rey Felipe VI ha intervenido para que España reciba
material sanitario de primera necesidad. España recibe medio millón de mascarillas
“gracias al apoyo del Rey”, titula ABC. Es el inicio de un cambio de estrategia
en la Casa Real. De un perfil bajo en la gestión de la crisis, el monarca pasa
a volcarse en actos vinculados con la emergencia sanitaria reactivando su
agenda de visitas oficiales y contactos con diferentes personalidades y
entidades del país. Y, los siguientes días, vuelven a sucederse titulares con
el rey como protagonista. Desde la prensa generalista a la conocida como prensa
del corazón. “El Rey Felipe VI sale a la calle para agradecer la labor de las
Fuerzas Armadas”, titula Vanity Fair. “La llamada de Felipe VI a Donald Trump
desbloquea el envío de respiradores para pacientes con coronavirus en España”,
dice Antena 3. “El rey Felipe sigue trabajando en plena crisis por el
coronavirus”, informa Diez Minutos. Entre estos titulares, también aparecen
informaciones sobre las reuniones del monarca con Juan Roig, dueño de
Mercadona; con gerentes de hospitales en Madrid o La Rioja; con representantes
de patronal y sindicatos; o con los principales responsables de Mercamadrid o
la Federación Gallega de Cofradías. “De esta manera, y, poco a poco —escribe Alejandro Torrús en Público—, las informaciones que ponían el foco en las
supuestas donaciones irregulares a Juan Carlos I van desapareciendo de la
prensa. Para Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, “resulta ‘evidente’
que se trata de un nuevo intento de limpiar la imagen de la Corona y alejar al
monarca de las informaciones de corrupción”. “Prácticamente —denuncia—, lo quieren mostrar como una especie de
gurú. Tampoco sería la primera vez que sucede con la monarquía española en
democracia. Las informaciones que afloran en la prensa internacional sobre
presuntas corruptelas de Juan Carlos I han dejado en evidencia el papel de los
medios de comunicación como mecanismo de control democrático y supervisión de
las instituciones públicas. Creo que todo esto merece una reflexión de los periodistas
y del periodismo en general. Ha habido un periodismo dominado por el poder
económico, por gente muy poderosa a la que nadie ha votado en este país (...)
Costará mucho explicar en un futuro el papel de los medios de comunicación en
todo esto”, explica Rufián.
Javier Pérez Royo: “Es muy difícil que la monarquía sobreviva”.
Javier Pérez Royo, el
catedrático en Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, exige una
comisión de investigación como única manera de realizar un ajuste de cuentas
con la monarquía. “Hay que hacer —declara en Público—
una comisión de investigación de verdad, donde se coja toda la
documentación que haya y se haga una investigación de principio a fin”, apunta el
catedrático…Y, en una entrevista en el mismo medio, repite: “La monarquía ha
sido y sigue siendo el principal problema de la historia constitucional de
España. No hemos hecho un ajuste de cuentas con la monarquía como sí lo han
hecho el resto de países constitucionales de nuestro entorno. En España, la
monarquía siempre ha sido previa e indisponible para el poder constituyente del
pueblo español. No hemos podido decidir sobre ella. Venía dada de antes. Las
únicas dos excepciones, como sabemos, han sido las dos repúblicas. Dos
excepciones muy cortas y que provocaron las reacciones que provocaron. Llevo
avisando de esto desde hace tiempo. Ya ni me acuerdo desde cuándo. Lo he dicho
muchas veces: la monarquía es un problema. Y es un problema que, además, va a
mayores… No se trata de un problema judicial. Es un problema político. Y lo que
se necesita es una verdad política. Que la sociedad, a través de sus órganos
representativos legitimados democráticamente, establezca qué ha hecho Juan
Carlos I. Después, ya podemos entrar en responsabilidades penales o no. Ahí no
entro. Para mí lo importante es el Parlamento, que representa a toda la
ciudadanía. Hay que hacer una comisión de investigación de verdad, donde se
coja toda la documentación que haya y se haga una investigación de principio a
fin”.
Torrús termina su
reportaje “La monarquía bajo control” con esta reflexión: “La pelota está ahora
en el tejado del PSOE, el partido que más diputados acumula en el Congreso y
que, con su voto a favor, puede abrir la puerta a una comisión parlamentaria.
Las ocho fuerzas políticas que presentaron la última petición de abrir una
comisión de investigación en el Parlamento inciden en que volverán a presentar
estas peticiones tantas veces como sean necesarias hasta que se acepte. A ellos
se unirá Unidas Podemos. La pelota, por tanto, permanece en el tejado del
principal partido del Gobierno que, hasta ahora, ha rechazado cualquier tipo de
investigación sobre la monarquía”. Y remata con la sentencia de Joan Baldoví,
que no olvida que el CIS lleva cinco años sin preguntar a los españoles por su
valoración de la monarquía: “A veces el progresismo del PSOE llega hasta donde
llega y nunca traspasa la línea de la Corona. Creo que ahora es el momento y la
sociedad ya ha demostrado su madurez. Hay un dicho de los valencianos que dice
que cuanto más claro esté todo, más amigos. En este caso, cuanto más
transparente sea la institución, más respaldo puede tener. Pero si la
institución se dedica a guardar los trapos sucios debajo de la alfombra con
ayuda de determinados partidos... probablemente, entre todos, estén
contribuyendo al desapego de la gente con la institución”.
Miren Gorrotsategi, candidata a
lehendakari de Elkarrekin Podemos-IU.
Hay veces, como sucedió
con la crisis del coronavirus, en que, de pronto, un acontecimiento excepcional
irrumpe en nuestras vidas, se adueña del protagonismo de la normalidad y lo
pone todo patas arriba, haciendo de lo previsible un recuerdo de lo que no ha
sido. Esas veces, la naturaleza de lo que somos se manifiesta tal cual es, sin
convenciones ni protocolos y, de las acciones en las que se exprese dependerá
cómo leemos el futuro. Nos lo recuerda Miren Gorrotxategi, candidata a
lehendkari de Elkarrekin Podemos-IU, bajo el título “El
coronavirus, el PNV y el rey desnudo: “Por lo abrupto de su irrupción, por
su letalidad y por su largo alcance, la crisis del coronavirus nos ha traído
lenguaje de guerra. Hablamos de frentes de batalla, de soldados y de capitanes
(aunque sean a posteriori), de victorias y de derrotas, de fortaleza y
debilidad ante la muerte, de unidad o división en la lucha, de prioridades en
términos de solidaridad o de ‘sálvese quien pueda’. Precisamente estos días
hemos recordado, para no olvidar, lo que sucedió el 31 de marzo de 1937 en
Durango, cuando los alzados contra la República la convirtieron en campo de
batalla, bombardeando por la mañana y por la tarde a la población civil en
domingo, día de misas y de mercadillo, preludio de lo que se haría después en Gernika.
Lejos de ese marco, el marzo de ahora era tiempo de campaña en Euskadi. El
Lehendakari había disuelto anticipadamente el Parlamento y convocado elecciones
para el 5 de abril. Los partidos políticos estábamos volcados en esas
elecciones, en la frenética tarea de transmitir a la ciudadanía nuestro
programa de gobierno. Pero la irrupción del coronavirus activó el estado de
alarma y nos condujo a la suspensión de las elecciones. De pronto, fuera
campaña electoral, toca gestionar la crisis. Como en aquel marzo y abril, la
huella de los acontecimientos se instalará en la psicología colectiva y
explicará nuestra realidad en los próximos años. Como entonces, sabemos que a
partir de ahora las cosas ya no serán iguales. En un momento de encrucijada
histórica, en el que décadas de políticas neoliberales han profundizado en la
desigual distribución de la riqueza y en el que la pulsión por desfigurar la
democracia se hacen hueco, las decisiones que tomemos para enfrentar la crisis
generada por el virus determinarán nuestra forma de vida en el futuro”. Y Miren
Gorrotxategi nos recuerda la manera en la que se está conduciendo el Gobierno
Vasco liderado por el PNV, que produce desazón, impotencia e indignación.
La patronal vasca considera que se trata de un comportamiento “altamente
irresponsable e irreflexivo”.
Es sobre todo la reacción
al decreto de cese de las actividades no esenciales en el marco del estado de
alarma lo que ha hecho rugir a la fiera que el PNV lleva dentro, desvelando su
naturaleza. “Los jeltzales —asegura Miren Gorrotxategi— han defendido que lo
importante en el marco de la gestión del estado de alarma no es ‘quién decide
qué’ sino ‘cuándo se hace y qué se debe hacer’, idea que se conecta con aquella
otra de que ‘quien está haciendo las cosas bien hasta el presente, tiene que
seguir haciéndolo’. Pues bien, parece que quien hace las cosas bien y determina
qué es lo que debe hacerse y cuándo debe hacerse, esto es, la razón del
autogobierno en Euskadi, viene a ser CONFEBASK (Confederación Empresarial Vasca).
El Lehendakari había dicho que las decisiones adoptadas para hacer frente al
coronavirus debían guiarse siempre por las recomendaciones de los profesionales
y técnicos del ámbito de la salud. Sin embargo, de pronto, con el cese de la
actividad no esencial, las palabras del PNV en el gobierno, así como las de los
noticiarios de la televisión pública vasca, replican las del presidente de la
confederación empresarial vasca —expresidente del
PNV de Eibar—, Eduardo Zubiaurre, quien dice que la
decisión del gobierno es un despropósito que sume la actividad empresarial en
un estado de caos. Sin aportar elemento científico alguno sobre la incidencia
de mantener la actividad económica no esencial en la vida y la salud de las
personas trabajadoras, CONFEBASK denuncia el comportamiento del gobierno de
España como ‘altamente irresponsable e irreflexivo que amenaza muy seriamente
con provocar una crisis económica y social sin precedentes’. Ahí es nada. A la
confederación empresarial vasca, bien representada por el PNV, no le interesa
ponderar lo que se gana y lo que se pierde con las medidas de emergencia,
dirigidas a aplanar la curva de contagios, a proteger el tejido productivo y el
empleo y a proporcionar un escudo social a las personas más vulnerables para
que nadie se quede atrás. Tampoco se le ha ocurrido, por ejemplo, liderar la
reorientación de nuestra industria a la fabricación de material para frenar al
virus, contribuyendo a hacer frente a la crisis sanitaria y salvando así parte
del tejido productivo vasco… En todos los municipios afloran redes solidarias
para mitigar soledades y ayudar en los quehaceres del día a día. Y frente a la
generosidad de las iniciativas ciudadanas, CONFEBASK ha preferido confrontar,
de forma excluyente, salud y economía. Ha elegido patalear porque no se imponen
sus intereses económicos, en un viaje acompañado por el PNV que agita su enfado
en el Congreso de los Diputados, alineándose con la extrema derecha en su jaque
al gobierno. Cuando la fiera se aplaque, el PNV volverá a su partida de Mus.
Conviene no olvidar quién pilota la nave”.
Que el rey Juan Carlos done su opaca fortuna a la sanidad pública.
Tremendig recuerda la “masiva
petición en cadena para que el rey Juan Carlos done su opaca fortuna a la
sanidad pública”. Entre la avalancha de Whatsapps de todo tipo recibidos
durante estos días de confinamiento, hay otro coronavirus que tiene una
trascendencia inusitada y que toca de lleno al rey emérito (¿O es el rey
desnudo?). “Ponemos a los lectores en contexto: se dice que el rey emérito,
Juan Carlos I, tiene una fortuna opaca en el extranjero, disimulada entre
empresas offshore y el rey, su hijo Felipe, en un claro intento de matar al
padre para poder él sobrevivir, ha renunciado a la herencia que pudiera tocarle
por parte del emérito –aunque eso no se pueda hacer
en vida del testador– por aquello de lo ético y lo moral. ¿Donará Juan Carlos
sus millones ahora que su hijo no los quiere? Lo ignoramos, aunque sí sabemos
que el dinero le vendría muy bien a una sanidad pública, que estos días está
siendo sometida a una dura prueba. El mensaje es muy claro y conciso, por lo
que el emérito, a pesar de que muchas veces se ha hecho el sueco, no debería
tener problemas para entenderlo a la primera: “Los ciudadanos, a través de las
redes sociales, piden a la Casa Real que obligue a Juan Carlos de Borbón a
donar a la sanidad pública los millones de euros recibidos de Arabia Saudí.
Este dinero contribuiría a paliar la falta de material clínico y equipos
sanitarios y ayudaría a frenar el coronavirus cuanto antes. Reenvíalo. Más
claro, agua”.
El martes, 14 de abril, ElPlural.com
publicaba los comentarios de una encuesta para conmemorar el Día de la
República: “España no se decide entre Monarquía y República”. “Los datos
cosechados por Electomanía –escribe Nacho Caballero– el último Electopanel sobre la Jefatura del
Estado no difieren en demasía de anteriores ediciones. Se ha producido un
empate técnico entre monárquicos y republicanos, aunque el porcentaje de los
favorables al referéndum es mayoritario. El mes pasado, la opción republicana
se sobreponía ligeramente a la monárquica, por apenas dos puntos. Sin embargo,
en esta edición, la igualdad no puede ser más palpable. Un 47,5% de los
encuestados se decanta por mantener la Jefatura del Estado en manos de la Casa
Real. En cambio, un 47% de los españoles prefiere que la máxima autoridad no
recaiga sobre un monarca. Electomanía también ha facilitado un desglose de las
respuestas por partido. En el flanco izquierdo, el respaldo a la República por
parte de los votantes de Unidas Podemos es prácticamente unánime. En caso de
convocarse un referéndum, tan sólo un 3,5% votaría en favor de la Monarquía,
por mayoritario 95,5% que se decanta por la República. Las diferencias se
amplían entre votantes del PSOE. Hasta un 32,4% de los electores socialistas
votarían en favor de la Monarquía, mientras que el 61,3% lo haría por la
República. Un 1,1% de éstos no acudiría a las urnas para votar en este
referéndum, mientras que existe un 5,3% de indecisos. En el centro y la
derecha, el apoyo a la monarquía es claro. 71,1% de los votantes de Ciudadanos
prefiere que la Jefatura del Estado repose sobre la Corona, mientras que el
18,5% se decanta por la República. Los porcentajes de apoyo a la Casa Real en
Vox y PP son prácticamente idénticos, con un 87,9 y 85,3% respectivamente. En
este sentido, las divisiones anteriores desaparecen y emerge una defensa
mayoritaria en favor de una consulta sobre la Jefatura del Estado. El 62,3%
cree necesario un referéndum, en contraposición del 37,7%, quienes se
posicionan en contra. La mayoría de los votantes de los partidos de la derecha
rechaza el referéndum sobre Monarquía o República. En cambio, los electores de
las formaciones de izquierda consideran necesario la celebración de una
consulta sobre el modelo, rozando la unanimidad por parte de los votantes de
Unidas Podemos”.
La madre de Froilán, el de los escándalos públicos, ex mujer de
Marichalar, infanta de España por la gracia de su Dios, del viejo Borbón, de
sus follones, de la dictadura franquista.
Francisco
González Tejera, en viajandoentrelatormenta.com, escribe bajo el título
‘Mientras se lloran los muertos’: “La vergonzosa imagen del
‘divertido’ vídeo de la infanta Elena de Borbón, cantando la tediosa canción
‘Resistiré’, me ha revuelto el estómago, sobre todo al pensar en la magnitud de
esta pandemia, en personas que conocía y que ahora están muertas, en familias
destrozadas que siguen sin asimilar haber perdido a sus seres queridos en unos
hospitales sin respiradores, con personal sanitario sin recursos, sin equipos,
sin protección, sin respaldo político, paro nada, no problema. ¡Viva la juerga
patria! ¡Viva el vino y los Borbones!... La verdad es que la España profunda,
donde se revuelcan estos personajes, avergüenza al mundo democrático, a la
gente de bien que sigue luchando por sobrevivir sin nada, sin medios, sin
sueldos, con ayudas sociales exiguas que no dan para casi nada. Todo parece un
cachondeo patrio. Quien haya visto este vídeo podrá pensar que es tiempo de
risas entre la muerte y el llanto, pero el caso es que la inmensa tristeza
sigue, mientras diariamente está muriendo medio millar de personas, el país
está destrozado, se esperan tiempos terribles y se sigue manteniendo una monarquía
inútil, caduca, desfasada, impresentable, manchada de corrupción. Es hora de no
callarnos, de alzarnos, de resistir de verdad el embate del neoliberalismo
salvaje, de que las calles sean nuestra única respuesta a la opresión y al
fascismo. De lo contrario, nos pisarán, nos aplastarán, estaremos perdidos en
estos años terribles.
Pep Roig escribe hoy
sobre este tema en el diario mallorquín ‘Última Hora’: “Me emociona el momento
en el que Leonor, mi esposa, sale a la puerta de nuestra casa, una planta baja
en Inca (Mallorca), para aplaudir al tiempo que otros vecinos en homenaje a
todas esas personas que trabajan y se exponen para dar servicio a todos los
demás. A partir de ahora seguro que todos los días de nuestras vidas, a las
ocho en punto de la tarde, nos estremeceremos recordando ese esfuerzo impagable
de tanta gente en primera línea, y pensando en que muchos de ellos fallecieron
o se contagiaron durante su labor profesional para la que contaban con escasos
medios en las primeras semanas de la expansión del virus. Yo no he salido
ningún día para aplaudir, con la conciencia tranquila de que gracias a este
periódico tengo otros medios para hacerles llegar mi homenaje, en forma de
viñetas o artículos de opinión, en la edición dominical. Y en este también
quiero aprovechar la ocasión para aplaudir a toda esa gente que aplaude, y a la
que se queda en sus casas, a los niños y niñas, a los jóvenes y viejos que
están dando una gran lección de comportamiento, disciplina y solidaridad. Tenemos
mala opinión de la gente de nuestro propio país, pero de vez en cuando es esa
masa ciudadana la que demuestra su calidad cuando se la necesita. La ciudadanía
lo demostró con su espontánea actitud después de los atentados en los trenes de
Madrid, dando una gran lección a la mezquindad de determinados políticos que
actuaban por intereses de partido. Es el contraste actual entre la ciudadanía
por un lado y algunos políticos a la gresca y a lo suyo, votos, por otro. Y
ahora la gente no está para esas politiquerías carroñeras”.
La
gran batalla de esta terrible pandemia. Las ilustraciones de este artista iraní
@Alirezapakdel_artist) tocan el alma.
Obligan
al rey Juan Carlos a usar una mascarilla especial para evitar percances.
Anuncio para el 14 de abril.
Se vende esta mascarilla
para poder salir a correr en estado de alarma sin tener ningún problema con la
policía.
Mascarilla M. Rajoy para
caminar rápidamente durante los días de confinamiento. Funciona correctamente y
no te multan. Si es el caso, se puede pagar con “B” y también se aceptan
sobres. (Balti Picornell, en Facebook).
Vox, a caballo del PP y
del C's.
EL Cotillo de San Jose ,en pleno Espacio Protegido de DOÑANA.Lugar de Paso de el Lince Iberico Camino de El Parque Nacional de Doñana en su Bajada de Sierra Morena
El humor en la prensa de
esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Pat, Vergara, Manel F., Ferranmartín,
Enrique, Malagón, Atxe…
El neoliberalismo explicado en dos cuadros
El origen de los bulos.
Ingreso mínimo vital.
Lunes de Pascua
Visión política.
A sufrir.
Carroñero bicéfalo.
¿Cómo sino?
Pep Roig, desde Mallorca:
Aterrizando, Tiempo de enmascarillados, A la contra, todos a una, Esperanza de
futuro, Aprovecha la ocasión, Inflación de expertos en pandemias, La deriva…
Los vídeos de esta semana.
14 de Abril VIVA LA REPÚBLICA Himno de Riego.
¿Es España monárquica o republicana? - Los 5 años del reinado de Felipe y Letizia, a examen.
El grupo valenciano la “Fúmiga” ha hecho público un nuevo videoclip de la canción ‘El Preparat’ en la que colaboran Pupil·les i Jazzwoman. En “Mare, no vull traballar” (Madre, no quiero trabajar) la Fúmiga se burla del rey Felipe VI. La canción critica irónicamente al rey español. Dice que Felipe VI es un producto de la restauración borbónica. Un producto vendido a la población como un excelente formato y capacidad por su tarea de representación del estado, con tal de crear un estado de opinión favorable a la monarquía. El videoclip satírico hoy publicado muestra retratos de diversas figuras de la estirpe borbònica, entre las cuales el mismo Felipe, esquiando, circulando en descapotable, y otras actividades que el grupo atribuye a ocupaciones reales. La letra se burla de la supuesta preparación académica del monarca español actual y critica la institución, recordando episodios como la caería de elefantes de Juan Carlos.
La Fúmiga - EL PREPARAT ft. JazzWoman i Pupil·les | VIDEOCLIP | Espremedors (2019) .
Promovido por Cadena 100, “Resistiré” fue grabado como himno por más de 30 músicos y artistas, unidos bajo la producción de Pablo Cebrián para conseguir fondos a beneficio de Cáritas
Resistiré 2020 - Video Oficial
El himno se ha cantado desde todos los balcones. Pero la sorpresa surgió cuando una de las que se sumaron a cantar este tema del Dúo Dinámico es la infanta Elena. La hermana de Felipe VI e hija mayor de Juan Carlos I es una de las protagonistas de un vídeo que la plataforma de canto Singerhood ha compartido en Youtube. Y así apareció la hija mayor del rey emérito tras el escándalo que envolvió a su padre. En el vídeo, la imagen de la infanta sin maquillaje, con sus auriculares, con una camisa de flores y el pelo recogido, en continuo movimiento de cuerpo y manos, con gestos de poner los dedos pulgares hacia arriba, intentando demostrar que está totalmente implicada en su interpretación. Así lo hizo pensar al finalizar la canción. Elena fue la última en desaparecer de la imagen, con un enérgico “¡Bien!”.
Resistiré. Todos juntos lo conseguiremos.
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