Assange es juzgado mientras los medios miran a otro lado.
El pasado 7 de septiembre
se reanudó el juicio de extradición de Julián Assange en Londres. Estados
Unidos lo reclama por 18 presuntos delitos de espionaje e intrusión
informática, por difundir mediante Wikileaks, en 2010, más de 700.000
documentos clasificados sobre las actividades militares y diplomáticas
estadounidenses, sobre todo en Iraq y Afganistán, que revelaron actos de
tortura, muertes de civiles y otros abusos. Se prevé que las vistas duren tres
o cuatro semanas
Tras su detención en
abril de 2019 en la embajada de Ecuador, donde vivió siete años, Assange sigue
recluido en una prisión londinense de alta seguridad y podría ser condenado a
175 años de cárcel si la justicia estadounidense lo declara culpable. Por el
momento, el tribunal no decide si es culpable de los delitos, sino si se le
extradita. No hay crónicas de corresponsales o enviados ni reportajes ni
artículos de opinión y sólo se difunden escuetos y fríos cables de agencia.
Pascual Serrano recuerda
en Eldiario.es que, por el momento, Assange
está encarcelado en Londres por una condena de 50 semanas de prisión por haber
violado la libertad condicional que le concedieron mientras se decidía una
reclamación de la justicia sueca por violación. Pero, en 2015, el fiscal sueco
retiró los cargos y, en 2017, la justicia sueca archivó la causa. Por tanto, no
tiene sentido mantener en prisión en Londres a una persona, acusándola de
violar una libertad condicionada a una acusación que no existe.
Sesenta médicos
suscribieron una carta alertando que Assange pudiera morir en la cárcel dado su
deteriorado estado de salud. Incluso el relator de la ONU sobre la tortura,
Nils Melzer, dijo que la vida de Assange estaba “ahora en peligro”. Y, el
pasado junio, más de 200 médicos eminentes de todo el mundo suscribieron un
comunicado en la revista médica The Lancet pidiendo poner fin a la tortura
psicológica del editor de WikiLeaks y su liberación inmediata de la prisión
Belmarsh, de máxima seguridad, en Gran Bretaña. El exdiplomático británico
Craig Murray, reveló el estado débil y errático en el que Assange se encontraba,
el desprecio de la jueza hacia la defensa, que vio denegadas todas sus
alegaciones. Extraña la irregularidad de que el fiscal del caso consultara en
la propia sala sus dudas con tres funcionarios de la embajada de Estados Unidos
que, según sus propias palabras, le daban “instrucciones”. Y la jueza aprobó
todas sus peticiones. Incluso llegaron a entrar en la sala dos agentes
estadounidenses armados.
En Woolwich Crown Court,
lugar destinado a los juicios por terrorismo, no se permite público ni
observadores de ONG's y se ha impuesto una limitación de tan solo 10
periodistas que pueden acceder a las sesiones. La situación carcelaria a la que
está sometido es inhumana. Se trata de una prisión de alta seguridad en
condiciones de aislamiento, con 23 horas diarias de soledad y 45 minutos para
hacer ejercicio en un patio de cemento. Cuando Assange sale de la celda, “todos
los pasillos por los que pasa son evacuados y todas las puertas de las celdas
se cierran para garantizar que no tenga contacto con otros reclusos”. Y los
escasos medios de comunicación asisten e informan con frialdad e indiferencia
al atropello de la persona que hizo posible conocer toda aquella verdad sobre
la guerra y las invasiones de Estados Unidos.
Nos lo recuerdan Noam
Chomsky y Alice Walker, copresidentes de AssangeDefense.org en The Independent:
“Assange enfrenta la extradición a Estados Unidos porque publicó pruebas
incontrovertibles de crímenes de guerra y abusos en Irak y Afganistán,
avergonzando a la nación más poderosa de la Tierra. Assange publicó pruebas
contundentes de ‘las formas en que el primer mundo explota al tercero’, según
la denunciante Chelsea Manning, la fuente de esa evidencia. Assange está siendo
juzgado por su periodismo, por sus principios... Destaca el hecho de que Estados
Unidos está intentando lograr lo que los regímenes represivos solo pueden
soñar: decidir qué pueden y qué no pueden escribir los periodistas de todo el
mundo. Y todos los denunciantes y el periodismo en sí, no solo Assange, están
siendo juzgados aquí”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario