jueves, 10 de septiembre de 2020

Sebastià Perelló. ‘El turismo es la gran pandemia, todos lo tenemos inoculado’


Sebastià Perelló (nacido en Mallorca, en 1963), licenciado en filología catalana y profesor de instituto, es uno de los autores más intensos y atípicos de la literatura catalana actual. Después de Veus al ras (premio de la Crítica 2017), ha escrito “La mar rodona” un tríptico sobre la Mallorca de la postguerra, de la transición y de primeros del siglo XXI que lo consagra como un orfebre del idioma que concibe Mallorca “como un gran laboratorio”. En una entrevista que Matías Vallés le hace en Diario de Mallorca, Perelló contesta:

—Escribió sin saber que el turismo iba a desaparecer.

—No sé si desaparecerá, porque el turismo es la gran pandemia. Todos lo tenemos inoculado. El libro se escribió antes y no viene determinado por el coronavirus.

—¿Un alcalde franquista y un pueblo cobarde?

—El libro trata el tema de que no se hizo la transmisión intergeneracional de lo que fueron la Guerra Civil y la transición. Todos arrastramos un poco de esa mentira.

—En su tríptico de la Mallorca contemporánea, su abuelo en los 30, su padre en los 70 y usted en los 2000.

—Podría ser así, pero en una familia que no ha llegado a configurarse. Un abuelo sin nietos, un padre sin hijos y un hijo sin abuelos. Tal vez en el libro hay autobiografía que yo desconozco, no quise construir una gran saga.

—“Cada día, una nova variació sobre la mentida”. ¿Cuál es su última mentira?

—Estar convencido de saber que he escrito, y seguramente estoy diciendo mentiras ahora mismo.

—¿Conoce a alguien que escriba mejor que usted?

—A muchos, lo contrario me daría pánico. Es una suerte tener una biblioteca y cumplir con el tópico de que me gusta más leer que escribir.

—Pero sabe que escribe con maestría.

—Eso no lo sabes nunca, trabajas a tientas. Si llegaras a estar seguro de que escribes bien, tendrías que dejarlo.

—¿Los alumnos, lo más lejos posible?

—El problema es que no están lejos, están aquí y han de estarlo. Han de estar en alguna parte, y no sé dónde porque todos nos alejamos de nosotros mismos. La distancia es difícil de construir. Hoy he ido por primera vez al Instituto, y no me gustaría estar en ningún lugar donde se ha de tomar la decisión sobre las clases, no sabría cómo embestir.

—Cuando escribe un libro ¿piensa en venderlo?

—No lo pienso, lo cual no quiere decir que no me gustara venderlo, que tuviera recorrido y que alcanzara importancia. Siempre he tenido otro trabajo, lo cual me permite escribir con tanta libertad. Y no he vendido mucho.

—¿Los extranjeros no son forasteros en Mallorca?

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