“La última traición de Pablo Iglesias”.
Aníbal Malvar titula en
Público “La última traición de Pablo Iglesias”.
En el artículo reseña que “los kioskos están apolillados y telarañentos
por culpa de la ruin espantada del macho alfa de Podemos, que ha huido con su
machirulez y su alfismo a ese limbo informativo llamado Historia, que en España
no interesa a nadie. La verdad es que este señor, una vez perpetrado el delito
de comprarse un chalet con su propio dinero, se ha largado de nuestro panorama
político cuando los españoles más lo necesitábamos. Si estuviera por aquí Pablo
Iglesias, del asunto este de Cospe es que ni nos enterábamos. Estaríamos
llenando páginas y dossieres con su presunta implicación en la factible llegada
de marcianos comunistas en 2022, dispuestos a violar a nuestras monjas y a
nuestras hijas con sus falitos verdes. Pero el fundador de Podemos siempre ha
sido un mal queda, y nos ha dejado solos a los periodistas cuando más lo
necesitábamos”.
“Pero, si por algo se
caracteriza el viejo periodismo hispano, es por su capacidad para sustituir la
veracidad con buenas dosis de literatura y de imaginación. Para El Mundo, por
ejemplo, la imputación de María Dolores de Cospedal en el turbio asunto de los
grupos policiales pagados por todos los españoles para tapar la corrupción del
PP, es ‘un sainete’. ‘Un sainete para exprimir a la ex número dos del PP’,
titulan Álvaro Carvajal, y Marisa Cruz, bajo un texto de Esteban Urreiztieta,
una de sus piezas en el periódico del jueves pasado, recién conocida la
imputación. Urreiztieta, por si no lo recordáis, aparece en los escritos
judiciales sobre las cloacas junto a su ex inseparable Eduardo Inda. Contactillos
que tenía en la prensa Jorge Fernández Díaz para cuando el ángel Marcelo no
tenía tiempo de aparcarle el coche. Por eso hay que creerle cuando nos dice que
lo de la Cospe es un sainete”.
“Como sabéis, los
sainetes eran piezas cómicas que se representaban en los entreactos de las
obras dramáticas de enjundia, y ahí es donde nos falla Pablo Iglesias, que
hubiera sido nuestro Hamlet abocando a Ofelia al suicidio tras robarle una
tarjeta del teléfono móvil para destruirla en el microondas. Esa sí que hubiera
sido una gran noticia con la que asegundar este nuevo caso aislado del PP. De
hecho, el affaire informativo de aquel móvil de Dina Bousselham mereció mucho
más espacio informativo que este asunto de la Cospe. Los directores de nuestros
periódicos no son tontos. Saben vender su producto. Conocen a sus lectores. Son
conscientes de que a nadie nos interesan los casos aislados del PP, por
recurrentes, y que da mucho más share lo de las fotos íntimas de Bousselham en
su teléfono, pues en cuanto a un español le hablas de fotos íntimas le sale en
el cerebro la imagen de un coño en panavisión ofreciéndose al pecado. Por eso
se va corriendo –con perdón– al kiosko”.
“El asunto de los
indultos a los quebrantaespañas tampoco acaba de llenar los apetitos de
nuestros denodados informadores, a pesar de que dichos indultos aún no se han
tramitado y forman parte del imaginario colectivo, que es de lo que le gusta
informar a nuestra prensa católica y conservadora. La última traición de Pablo
Iglesias a España ha sido esta: la de no estar aquí para culparle de la ruptura
sentimental de Isabel Díaz Ayuso que, no hay que olvidarlo tras el corte de
coleta del ex líder de Podemos, tenía un novio peluquero. ¿Quién le cortó la
coleta a Pablo Iglesias? ¿Estamos seguros de que no fue el ex de Ayuso en
patente infidelidad? Ahí yo creo que hay enjundia, Marhuenda”.
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