jueves, 8 de septiembre de 2022

Los 109 campos de golf de Andalucía consumen el agua equivalente a más de un millón de personas en plena sequía.

 

Moreno Bonilla ante la sequía: «Hay campos de golf que se están secando»

Andalucía, una de las regiones españolas más afectadas por la falta de lluvias, es paradójicamente la que más campos de golf tiene en España. Sus 109 canchas representan una cuarta parte del total nacional, muy por encima de Castilla y León (46) y Cataluña (40). Según los cálculos de los ecologistas, cada uno de estos campos consume una cantidad de agua equivalente a de una población de entre 10.000 y 15.000 personas. Un enorme consumo de agua que exigen este tipo de infraestructuras, particularmente en un área climática que registra elevadas temperaturas y que está sometida a frecuentes periodos de sequía cada vez más acusados.

“Las cuentas -escribe Aristóteles Moreno en Público- no dejan lugar a la duda. Un metro cuadrado de césped necesita en regiones secas como Andalucía entre 1.500 y 2.000 litros de agua al año. En una extrapolación por su horquilla más baja, los 109 campos de golf gastan como mínimo la misma cantidad que una población superior al millón de personas cada año… La memoria de los Planes Hidrológicos 2022-2027, que se encuentran en tramitación administrativa, apuntan que el golf asume en torno al 2% del consumo total de agua de Andalucía. La demarcación hidrográfica de las Cuencas Mediterráneas, que incluye la Costa del Sol, integra 74 de los 109 campos de golf de la comunidad autónoma. El propio documento admite el “espectacular crecimiento” experimentado por el sector golfístico, sobre todo en la Costa del Sol occidental. En esta comarca se registra la “concentración de campos de golf más importante del mundo”.

La Real Federación Española de Golf asegura que la mayoría de las canchas ya utilizan agua regenerada o desalada no apta para consumo humano. Un informe difundido en enero de 2019 señala que el 80% de los campos menores de 18 hoyos usan agua de procedencia residual, mientras que en las praderas mayores ese porcentaje disminuye al 60%. El informe se elaboró a partir de encuestas formuladas a los campos de golf de toda España, habiendo participado el 58% de los clubes. El dosier señala también que el consumo de agua anual de un campo de golf fluctúa entre los 100.000 y los 300.000 metros cúbicos, en función de la extensión de césped.

Los datos de la RFEG no concuerdan con la versión de expertos y ecologistas. El ingeniero agrónomo Santiago Martín Barajas, ingeniero agrónomo de largo recorrido en el activismo ecologista, niega que la mayoría de los campos de golf estén regados con agua regenerada. “No es verdad que se riegue con agua residual reciclada”, declara a Público. “La gran mayoría están regando con agua de pozo. Digan lo que digan, meten un diez por ciento de agua reciclada, que tienen que pagarla, y el resto es de pozo. Martín Barajas cree que hay poner fin a la construcción de campos de golf en el sur de España, dadas sus severas condiciones climáticas y la escasez secular de recursos hídricos. “Otra cosa son las zonas donde pueden regarse con la lluvia. Pero este es un consumo de agua que nuestro país no se puede permitir. Y con el cambio climático menos”, asegura.

Los campos de golf en la Costa del Sol se promueven asociados a proyectos urbanísticos de alto valor turístico. “Es un instrumento para prestigiar las urbanizaciones”, razona Rafael Yus, catedrático de Biología y coordinador local de Ecologistas en Acción en la comarca de la Axerquía malagueña, en donde hay dos campos de golf. Una tercera cancha está en fase de tramitación y ya ha suscitado las protestas vecinales y ecologistas. “Se quiere levantar en una propiedad del marqués de Larios [uno de los grandes latifundistas de Málaga]. Esta es una zona que ha funcionado desde el siglo XV como un sistema de pequeños huertos, en régimen de alquiler y muy repartidos. Con el campo del golf, todo esto desaparecería del mapa. Y eso es una barbaridad”.

Antonio Amarillo, responsable del Área de Agua de Ecologistas en Acción de Andalucía, participa de esta idea. “Hay que determinar qué queremos hacer con el agua. ¿La consideramos como un recurso ilimitado? ¿Aumentamos el consumo sin límites de ninguna clase?”. En su opinión, en el futuro “no habrá agua disponible para todo”. Y ya hay municipios sometidos a recortes en algunas comarcas, cuando es un “derecho humano reconocido”. “No puede ser que se preocupen porque los campos de golf se puedan secar”, afirma en relación a las polémicas palabras del presidente de la Junta, “cuando hay ciudadanos sin acceso al agua”.

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