Los 109 campos de golf de Andalucía consumen el agua equivalente a más de un millón de personas en plena sequía.
Andalucía, una de las regiones
españolas más afectadas por la falta de lluvias, es paradójicamente la que más
campos de golf tiene en España. Sus 109 canchas representan una cuarta parte
del total nacional, muy por encima de Castilla y León (46) y Cataluña (40). Según
los cálculos de los ecologistas, cada uno de estos campos consume una cantidad
de agua equivalente a de una población de entre 10.000 y 15.000 personas. Un enorme
consumo de agua que exigen este tipo de infraestructuras, particularmente en un
área climática que registra elevadas temperaturas y que está sometida a
frecuentes periodos de sequía cada vez más acusados.
“Las cuentas -escribe
Aristóteles Moreno en Público- no dejan lugar a la duda. Un metro cuadrado de
césped necesita en regiones secas como Andalucía entre 1.500 y 2.000 litros de
agua al año. En una extrapolación por su horquilla más baja, los 109 campos de
golf gastan como mínimo la misma cantidad que una población superior al millón
de personas cada año… La memoria de los Planes Hidrológicos 2022-2027, que se
encuentran en tramitación administrativa, apuntan que el golf asume en torno al
2% del consumo total de agua de Andalucía. La demarcación hidrográfica de las
Cuencas Mediterráneas, que incluye la Costa del Sol, integra 74 de los 109
campos de golf de la comunidad autónoma. El propio documento admite el “espectacular
crecimiento” experimentado por el sector golfístico, sobre todo en la Costa del
Sol occidental. En esta comarca se registra la “concentración de campos de golf
más importante del mundo”.
La Real Federación
Española de Golf asegura que la mayoría de las canchas ya utilizan agua
regenerada o desalada no apta para consumo humano. Un informe difundido en
enero de 2019 señala que el 80% de los campos menores de 18 hoyos usan agua de
procedencia residual, mientras que en las praderas mayores ese porcentaje
disminuye al 60%. El informe se elaboró a partir de encuestas formuladas a los
campos de golf de toda España, habiendo participado el 58% de los clubes. El
dosier señala también que el consumo de agua anual de un campo de golf fluctúa
entre los 100.000 y los 300.000 metros cúbicos, en función de la extensión de
césped.
Los datos de la RFEG no
concuerdan con la versión de expertos y ecologistas. El ingeniero agrónomo
Santiago Martín Barajas, ingeniero agrónomo de largo recorrido en el activismo
ecologista, niega que la mayoría de los campos de golf estén regados con agua
regenerada. “No es verdad que se riegue con agua residual reciclada”, declara a
Público. “La gran mayoría están regando con agua de pozo. Digan lo que digan, meten
un diez por ciento de agua reciclada, que tienen que pagarla, y el resto es de
pozo. Martín Barajas cree que hay poner fin a la construcción de campos de golf
en el sur de España, dadas sus severas condiciones climáticas y la escasez
secular de recursos hídricos. “Otra cosa son las zonas donde pueden regarse con
la lluvia. Pero este es un consumo de agua que nuestro país no se puede
permitir. Y con el cambio climático menos”, asegura.
Los campos de golf en la
Costa del Sol se promueven asociados a proyectos urbanísticos de alto valor
turístico. “Es un instrumento para prestigiar las urbanizaciones”, razona
Rafael Yus, catedrático de Biología y coordinador local de Ecologistas en
Acción en la comarca de la Axerquía malagueña, en donde hay dos campos de golf.
Una tercera cancha está en fase de tramitación y ya ha suscitado las protestas
vecinales y ecologistas. “Se quiere levantar en una propiedad del marqués de
Larios [uno de los grandes latifundistas de Málaga]. Esta es una zona que ha
funcionado desde el siglo XV como un sistema de pequeños huertos, en régimen de
alquiler y muy repartidos. Con el campo del golf, todo esto desaparecería del
mapa. Y eso es una barbaridad”.
Antonio Amarillo,
responsable del Área de Agua de Ecologistas en Acción de Andalucía, participa
de esta idea. “Hay que determinar qué queremos hacer con el agua. ¿La
consideramos como un recurso ilimitado? ¿Aumentamos el consumo sin límites de
ninguna clase?”. En su opinión, en el futuro “no habrá agua disponible para
todo”. Y ya hay municipios sometidos a recortes en algunas comarcas, cuando es
un “derecho humano reconocido”. “No puede ser que se preocupen porque los
campos de golf se puedan secar”, afirma en relación a las polémicas palabras
del presidente de la Junta, “cuando hay ciudadanos sin acceso al agua”.
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