Garamendi o Guinda: frete a la presidencia de la CEOE para los próximos
cuatro años.Ha transcurrido más de un
mes, el 21 de septiembre, desde que la Junta Directiva de la Confederación
Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) alcanzó un acuerdo para
convocar la Asamblea Electoral que decidiría quién sería el nuevo presidente de
la patronal. Antonio Garamendi, presidente actual, confirmo el mismo día de la
convocatoria electoral que se presentaría a los comicios del 23 de noviembre
para revalidar su mandato. Y, después de semanas de elucubraciones, se confirmó
la única candidatura oficial que se presentaría para plantarle cara al
empresario vasco: Virginia Guinda, vicepresidenta de Foment, patronal catalana.
“Antes de ella –escribió Roberto Ugena el 4 de
noviembre enElplual.com–, multitud de nombres fueron los que se puso sobre la mesa. Gerardo Cuerva, presidente de
la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), fue el
primer tentado por el sector opositor de Garamendi. Rápidamente, el empresario
granadino desestimó el encargo y, tanto él como la organización a la que
representa, otorgaron su apoyo al líder vigente. El siguiente nombre viene
procedente de la patronal de Madrid (CEIM). Nuevamente, Miguel Garrido, su
presidente, rechazó el encargo y entregó su apoyo y el de su organización a
Garamendi. El tercero en discordia, Gerardo Pérez, presidente de la patronal de
asociaciones de concesionarios oficiales de marcas automovilísticas
(Faconauto), hasta hace apenas una semana parecía la única apuesta seria para
competir la presidencia de la CEOE. El jienense, aunque con pocos apoyos,
aseguraba que presentaría su candidatura porque contaba con el apoyo de ‘organizaciones
muy relevantes de la CEOE’. No obstante, la candidatura oficial nunca llegó y hace
unos días conocimos que algunas fuentes apuntaban, por presiones de empresas,
que el presidente de Faconauto finalmente no presentaría su candidatura tras
valorarlo ‘con rigor, seriedad y honestidad’. La renuncia de Gerardo Pérez no
gustó en Foment, la organización empresarial catalana presidida por Josep Sánchez
Libre. La patronal regional ha sido y es, desde hace ya un tiempo, contraria a
las políticas y al proceder de Garamendi. De dicha patronal procedía el
anterior presidente de la CEOE, que justamente venció en las elecciones de 2014
enfrentándose a Garamendi. En este contexto electoral, Foment tenía claro que
quería enfrentar a Garamendi y, tras el rechazo de varios candidatos, Gerardo
Pérez parecía ser el elegido hasta su renuncia”.
Guinda descartó pactar con Garamendi antes de las elecciones a la CEOE: “Somos
incompatibles”.La organización, que
cuenta con gran peso en número de votos (45 de un total de 660) se vio obligado
a buscar un candidato con la mayor celeridad posible, ya que el 8 de noviembre
era el último día para presentar los avales. La vicepresidenta de Foment,
Virginia Guinda, en una apuesta clara por competir contra el actual presidente,
era la candidata que confirmaba su candidatura de forma oficial. Era la
consejera delegada de Iberboard, desde 2018, y la cofundadora de la compañía
Energía Local, en 2008, empresa que presidió durante diez años. Desde 2006,
desempeñaba el cargo de directora técnica de la Asociación Española de
Cogeneración (Acogen), ejerciendo la representación de este sector en el
Consejo Consultivo de Electricidad de la Comisión Nacional de Energía. Además,
dentro de Foment, también era la vocal de la Junta Directiva, desde 2014, presidía
el Foro de Energía y formaba parte de la Junta Directiva de la CEOE. El actual
presidente partía como favorito, pero la vicepresidenta de Foment contaba con
apoyos fuertes. Y, lo que parecían iban a ser unas elecciones cómodas para el
empresario vasco se transformó en una guerra entre familias. Los
apoyos procedentes de diversas patronales, tanto sectoriales como regionales, fueron
cayendo progresivamente del lado del hasta ahora presidente. Sin embargo,
rumores de tambores de guerra podían percibirse también en la lejanía y los
contrarios a la gestión de Garamendi, que permanecían en un perfil bajo,
comenzaron a afilar sus colmillos. Según contaba
Roberto Ugena, en ElPlural.com, “nadie parecía querer sujetar la bandera frente
a la actual directiva, cuyas filas y apoyos no paraban de crecer según caían
los días. Sin embargo, el nombre de Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, se
puso sobre la mesa. Un candidato con un nombre e influencia de menor calado,
pero que parecía estar seguro de querer acometer la tarea que se le había
encomendado y contaba con el apoyo poderoso de los empresarios catalanes. Sin
embargo, la convicción de Pérez se fue desinflando poco a poco y terminó por
retirarse a inicios de noviembre, finalizando el plazo para presentar avales el
día 8 del mismo mes. Y la candidato designada fue la vicepresidenta de Foment,
Virginia Guinda, en una apuesta clara por competir contra el actual presidente.
Foment logra escenificar que un 14% de CEOE está contra
Garamendi.Desde el
anuncio de presentación oficial de Virginia Guinda, el 4 de noviembre, se han
ido conociendo alguna de las líneas que seguiría la líder de la patronal
catalana de alcanzar la dirección por la que competencia. Flexibilizar y
abaratar la contratación, medir la productividad de los trabajadores y
establecer diferentes valores, en función del sector, eran las principales
medidas expuestas. En definitiva, retroceder en los aspectos de la Reforma
Laboral que combaten la precariedad y la temporalidad. “La reforma laboral se
tiene que abordar de nuevo, se nos ha quedado anticuada. Pero, sobre todo, es
necesario recuperar una posible contratación que dé más flexibilidad al
empresario y que, además, asegure una contratación a un coste competitivo”,
señalaba Guinda en una entrevista. No
obstante, su medida más sorprenderte quizá fuera su intención de solicitarle al
Gobierno el establecimiento de un día del empresario. En materia de pensiones,
la aspirante a gobernar a los empresarios llamaba al Ejecutivo a ahondar más y
no cargar más a las empresas, sino eliminar otro tipo de gastos. “Creo que el
Gobierno ha evitado una revisión en profundidad de lo que es el gasto público
para evitar o eliminar gasto superfluo”, señalaba. “Creo que el Gobierno no ha
tenido en cuenta la competitividad de las empresas y competimos en un mercado
europeo, no solo local. El nivel de cotizaciones ya es muy elevado. Los costes
salariales o laborales son relativamente altos respecto a otros países, por eso
no se trata solo de revisar salarios y cotizaciones, sino el marco tributario”,
apuntaba la vicepresidenta de la patronal catalana. A nivel sectorial el apoyo
al empresario vasco también fue multitudinario. Algunas de las organizaciones
empresariales que se postularon favorables a la reelección de Garamendi fueron
Asedas, patronal de supermercados que engloba Mercadona, Día, Alimerka o Ahorra
Más, FECE (comerciantes de electrodomésticos), CNC (construcción), FIAB
(alimentación y bebidas), Seopan (constructoras y concesionarias), Confemetal
(metalurgia), Unespa (aseguradoras), Feneval (alquiler de vehículos) o Ganvam
(vendedores de automóviles)… En otro espectro, ATA, una de las principales
organizaciones de autónomos, presidida por Lorenzo Amor, también trasladó su
apoyo a la candidatura de Garamendi. Lo mismo hizo la Confederación Española de
Asociaciones de Jóvenes Empresarios (CEAJE) y Cepyme, la confederación española
que representa a la pequeña y la mediana empresas. Garamendi fue presidente de
estas dos últimas, antes de alcanzar la
presidencia de CEOE. Cabe destacar que, la situación de tensión dentro de la
patronal española comenzó tras el devenir de las negociaciones desarrolladas
con el Gobierno y los sindicatos en lo referido a la actual reforma laboral, la
subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o la utilización de los ERTE;
encuentros que no fueron acogidos de igual manera en todas las familias
empresariales.
Garamendi, emocionado, ante
el apoyo de la CEOE.
En junio
del 2021, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, recibía el respaldo
mayoritario de la junta directiva de la patronal, tras las declaraciones que
hizo sobre los indultos de los presos del procés, según señalaban fuentes
empresariales. Tras la junta, Garamendi se emocionó al recibir la ovación y el
aplauso de la Asamblea General de la CEOE puesta en pie, dejando también una
anécdota a modo de broma cuando uno de los allí presentes le soltaba: “No
llores, Garamendi, que eres vasco coño”. Gramendi comentó lo vivido en los
últimos días, le parecía una injusticia. “Creo que son claras las palabras que
he dicho. Cuando no se quiere interpretar no hay nada que hacer. Siempre, y
todos los que me conocéis lo sabéis, he hablado del Estado de Derecho, de la
ley, de la monarquía parlamentaria, y nadie puede decir que la CEOE no lo diga”.
También denunció la manipulación hecha
con sus declaraciones: “Se ha cogido el rábano por las hojas y se está
utilizando una parte de una entrevista de media hora que, además, no es
literal, y es igual lo que haya dicho durante días, y no vale absolutamente
nada toda una vida. Luego hablaremos claro de lo que siempre hemos dicho y lo
que siempre hemos pensado”. Fuentes empresariales explicaron que había recibido
un respaldo “abrumador” y que hubo una única propuesta para votar la
desvinculación de CEOE de las declaraciones del presidente que ni llegó a ser
votada ante el rechazo de importantes patronales. Añadieron que el rechazo a
los intentos de instrumentar las declaraciones de Garamendi por parte de los
partidos políticos había sido muy amplio. Garamendi concluía que “si esto (la
concesión de los indultos) acaba en que las cosas se normalicen, bienvenido sea”.
Garamendi arrasa a Guinda
en las elecciones de CEOE con un 83% de votos
El
pasado miércoles, Antonio Garamendi arrasaba en las elecciones a la presidencia
de CEOE para los próximos cuatro años, con 534 votos, frente a 87 que obtuvo
Virginia Guinda, en el Auditorio Nacional en Madrid. Y, tras proclamarse
vencedor, reivindicó su gestión y rechazó, “bajo ningún concepto”, dejar de
contar con Foment, alentado por Guinda, en la Junta Directiva de CEOE. Guinda
denunciaba la falta de transparencia en el sueldo y las dietas de Garamendi y
planteaba que el cargo no fuera retribuido. Planteaba como primer punto de su
programa “una gobernanza compartida y más propositiva”, y pedía avanzar hacia
un “modelo de organización colegiado en la toma de decisiones”, de “escucha y
atención”. Entre los asuntos que creía prioritarios, destacaba su crítica a la
reforma laboral pactada por Garamendi con el Gobierno, uno de los puntos más
polémicos de su gestión, y, ante la llegada de un nuevo ejecutivo en 2024, se mostraba
dispuesta a revisar. Pero, en las últimas semamas, todo hacía pensar que Garamendi,
quien había recibido el respaldo público de numerosas organizaciones como ATA,
Confemetal, Ganvam, Ceaje, Cepyme, CNC, Unespa, Oficemen, Sernauto, Anfac,
Cehat o Anfac, saldría reelegido. También le apoyaban todas las organizaciones
territoriales, a excepción de Foment del Treball. En este periodo electoral,
Garamendi se enfrentó a la presión de los sindicatos que promulgaban una subida
salarial en convenio de varios puntos de poder adquisitivo. En este sentido,
UGT y CCOO habían anunciado movilizaciones. En paralelo, la patronal acudió con
escepticismo, como las centrales sindicales, a las reuniones en las que el
Gobierno quería impulsar un pacto de rentas. La vicepresidenta segunda y
ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya preparaba un alza del SMI de cerca del
8%, al entorno de 1.080 euros, con los sindicatos intentando llegar a los 1.100
euros. La reforma laboral se empezó a negociar en 2021 y se aprobó en diciembre
con el aval de la patronal frente alrecelo de Foment, CEIM, Anfac y Asaja, que
se abstuvieron cuando Garamendi les consultó antes de estampar su rúbrica junto
a la de los sindicatos. Tras el fiasco del PSOE de las elecciones andaluzas del
pasado 19 de junio, CEOE asistió a la embestida constante del presidente del
Gobierno, Pedro Sánchez, quien advirtió de “poderes económicos ocultos” que le
querían derribar.
Garamendi revalida la presidencia hasta 2026.Garamendi se convierte en el líder reelegido de una patronal
cada vez menos proclive al diálogo y la negociación. “La organización de la
gran empresa –escribe en Público Eduardo Bayona–, encadena tres lustros de
achique de su rol constitucional de ‘defensa y promoción de los intereses
económicos y sociales que les son propios’ para transformarse en un lobby que,
solo durante el tramo más duro de la pandemia, recuperó el papel de agente
social activo que había caracterizado sus tres primeras décadas de existencia”.
En su discurso de reelección, Garamendi hace un llamamiento a la unidad dentro
de la organización, a su juicio, “lo más importante”. “Cuando una orquesta
funciona es cuando todos los instrumentos son imbatibles. Os invito a que
trabajemos estos cuatro años unidos, juntos”, añadió en el Auditorio Nacional
de Madrid, donde se celebraron los comicios. Reconoce que son “tiempos
difíciles” para las empresas y que, a su vez, hay tres asuntos que le preocupan
especialmente: la seguridad jurídica, la estabilidad regulatoria y la calidad
de las normas. “Somos hijos de la Constitución y no nietos de la guerra.
Estamos para sumar y para unir”, añade, haciendo una “apuesta decidida por la
Constitucion, las normas y por la España unida y diversa”, sin olvidar a la
corona, que a su juicio “es la clave de boveda de la arquitectura
contstitucional”. Precisamente este miércoles, coincidiendo con la votación, la
vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, asegura que esperaba poder “reactivar”
un posible pacto de rentas con los agentes sociales tras las elecciones, que
sería “muy importante” para España y lanzaría una “señal de confianza clara” a
los ciudadanos, a las empresas y a los inversores de cara a los próximos años. “Vamos
a ver si, después de estas elecciones y con el resultado que salga, podemos
reactivar este pacto de rentas, porque yo creo que la voluntad de todos los
agentes sociales está ahí y a ver si se alinean todos los incentivos y podemos
terminar de acordar ese tema, que sería muy importante para nuestro país”,
señala la vicepresidenta, quien considera que la subida del SMI debería
enmarcarse en dicho pacto de rentas. Por último, el presidente anuncia que la
próxima junta directiva en la que se nombrará al nuevo comité se llevará a cabo
el próximo 21 de diciembre.
La diputada ultraderechista, Carla Toscano, rechazada por
todos menos por Vox y el PP.
El mismo
día, miércoles, Juanlu Sánchez denunciaba en Aldía, la actuación en Las Cortes de
la diputada ultraderechista, Carla Toscano, una diputada de Vox con el título “Por ahí sí
que no”: “Cuando Vox saca los colmillos, no produce solo rechazo, produce un
escalofrío que da ganas de buscar refugio, compañía. Este miércoles ha
ocurrido: una diputada de Vox ha lanzado en el Congreso una cascada de insultos
y ataques machistas contra la ministra Irene Montero. ‘Obsesa sexual’. ‘Libertadora
de violadores’. Los ha coronado con esta frase: ‘El único mérito que tiene
usted es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias’. Irene Montero,
afectada, ha tomado la palabra: ‘Les vamos a parar los pies a esta banda de
fascistas, con más derechos’ Y, en ese momento (como reacción quizá a ese
escalofrío, como diciendo mira, podemos tener nuestras diferencias y cometer
errores, nos podemos incluso tener ganas, pero así no, por ahí sí que no), ha
ocurrido algo muy poco frecuente en el hemiciclo: no solo se han levantado a
aplaudir los diputados y diputadas de Unidas Podemos, también los del PSOE, los
de ERC, los del PNV, los de Ciudadanos. Todos. Todos salvo los de Vox, claro, y
los del PP, que creo que van a estar días dando explicaciones por no haberlo
hecho. Han sido dos minutos de aplauso que han hecho apretar el mentón a Irene
Montero para no romper a llorar”.
Antonio
Maestre retrata, en “Todo esá en Bourdieu”, lo ocurrido en las Cortes: “El
ataque machista de la diputada ultra Carla Toscano a Irene Montero no es uno
más dentro del akelarre desatado contra la ministra de Igualdad que trasciende
la legítima crítica política. Es un paso más en la construcción de la ministra
de un enemigo a erradicar, da igual la forma, ahora es simbólica, solo hay que
esperar para que eso trascienda. No cuesta imaginar a los miembros de la
extrema derecha en las circunstancias propicias haciendo el mayor daño posible.
El mal actúa en determinadas condiciones, pero asoma su potencial en las tareas
más banales. Carla Toscano no es más que una mujer de apariencia apacible, que
no eleva el tono de manera desaforada, con una estética cuidada y con la que
puedes cruzarte en cualquier circunstancia sin prever que dentro anida la
intolerancia, el odio y la semilla de la maldad. O ni eso, puede que
simplemente se deje llevar de manera natural hacia la irresponsabilidad por
incapacidad intelectual. El germen que posibilita las mayores de las tragedias
humanas brota en las más normales ocupaciones a través de la habitual
distribución de hechos comunes que posibilitan la deriva hacia la violencia
política. La filósofa Hannah Arendt en Eichmann en Jerusalén narraba con
precisión que no es preciso que anide la maldad en los instintos de la
naturaleza humana para ser posible de los mayores males, a veces se llega a
esos límites de irracionalidad simplemente con la deriva lógica a la que
conduce la irreflexión, el alejamiento de la realidad y la conducta grupal
sectaria para alcanzar las cotas más altas de ignominia. De eso la extrema
derecha española sabe mucho”.
Otros
comentarios, imágenes y fotos sorprendentes:
Carmen Calvo, en El
Ágora de Hora 25, programa de la Cadena Ser.
Carmen
Calvo, la ex vicepresidenta del Gobierno central ha dejado clara su postura
valorando cómo acudiría a Qatar si tuviese la oportunidad: “Me entran ganas de
hacerme lesbiana, ponerme una minifalda e irme a Qatar y estar allí un mes,
hasta que se acabe esto, y luego ya volver”, afirmó en El Ágora de Hora 25,
programa de la Cadena Ser, produciendo así el asombro del resto de compañeros.
El equipo de Alemania se tapa la boca antes de comenzar el
partido, protestando contra la censura LGTBI de Qatar y de la FIFA.Los futbolistas de
Alemania, antes de su partido, tapándose la boca para manifestar que se sienten
amordazados por la FIFA, que les ha prohibido llevar el brazalete arcoíris en
defensa de los derechos LGTBI. La ministra alemana que ha acudido al palco sí
lo ha llevado.