miércoles, 23 de noviembre de 2022

Los alemanes dan la espalda al Mundial de Catar.

La nueva generación no suscita interés por el Mundial.

Los jugadores de EEUU, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Suiza, Inglaterra o Gales llevan días debatiendo entre ellos sobre cómo debían salir al terreno de juego esta semana en Qatar. Algunos capitanes ya han deslizado que saldrán con un brazalete arcoíris como señal de condena a la violación de los derechos LGTBI en el país anfitrión del Mundial. Pero, en el último momento, empujados por la FIFA, convertida en la policía política qatarí, advirtiendo de sanciones y consecuencias deportivas, renunciaron a hacerlo.

Pero no pocos jugadores se han mantenido firmes en sus manifestaciones. La población alemana, desde los inicios, ha sido la más reacia a seguir este Mundial de Qatar  y una última encuesta lo ha demostrado. El 70% de los alemanes aseguran que no verán el evento mundialista por toda la polémica que rodea a la competición y por el poco interés que levanta la actual selección. El sondeo, elaborado por la agencia de sondeos en línea Civey, indica que hay dos razones para que la mayoría de los consultados no tengan intención de seguir por televisión la transmisión de los encuentros del campeonato, que comenzó el pasado lunes y se disputará hasta el 18 de diciembre. La primera es el país en el que se disputa: “La situación en relación con los derechos humanos es difícil, especialmente por la explotación de trabajadoras y trabajadores inmigrantes en el emirato”, lo que suscita las críticas de los consultados, según “Spiegel”.

Para el 57 % de los consultados esa es la razón principal para no ver los partidos. En segundo lugar, está el poco entusiasmo que suscita la selección alemana, puesto que el 55 % indicó que no tiene interés alguno en el equipo. La razón más mencionada es la “comercialización” del equipo, criticada por el 72 % de los consultados.

Al Marri acudió ante la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo para participar en un debate sobre las condiciones laborales de los trabajadores migrantes en el país en la década previa al torneo, después de que una investigación de The Guardian cifrara en 6.500 los fallecidos en esas tareas desde 2010. El ministro catarí considera “un deber ético” compensar a las víctimas migrante y a los trabajadores que han sufridoqabusos en los últimos años. Asegura que su país ya tiene mecanismos para ello y afirmó que, desde 2018, se han desembolsado 350 millones de dólares de compensación.

“No queremos disfrutar una Copa así”, comenta Bernd Beyer, miembro de la iniciativa Boycott Qatar, a The Associated Press. “Los aficionados no se identifican con esto y están diciendo que no quieren tener nada que ver”. La falta de entusiasmo ha tenido también un impacto comercial. Los establecimientos minoristas han capitalizado el revuelo de los mundiales previos mediante ofertas relacionadas con la selección alemana.

Pero la Asociación de Minoristas Alemanes de Deportes, informa que la venta de artículos entre los aficionados ha bajado en comparación con los mundiales previos. “Hasta ahora, esto no ha llegado siquiera a la mitad de lo que usualmente se vende en las tiendas durante los grandes eventos de este tipo”, indicó el presidente de la Asociación, Stefan Herzog, en declaraciones al grupo periodístico RND.

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