viernes, 9 de enero de 2009

El éxito (Y II). Claves para triunfar en la empresa y en el paro.


En su libro “El éxito que perdura”, Jerry Porras, Stewart Emery y Mark Thompson explican las claves para triunfar en la empresa. Según dichos autores, el éxito perdurable se logra cuando convergen por lo menos tres elementos esenciales en la vida y en el trabajo. En primer lugar, el sentido. Lo que hacemos debe importarnos profundamente y tener sentido de acuerdo con nuestra definición personal. Debe ser algo que nos apasione hasta el punto de que perdamos la noción del tiempo mientras lo hacemos. Algo que llevaremos a cabo a pesar de las críticas y quizá hasta gratuitamente sin que nadie se entere. De hecho, no podrían pagarnos para que no lo hiciéramos.

El segundo elemento es el estilo de pensamiento. Las personas de éxito “piensan de forma diferente”. Claro que poseen talento y algunas incluso son geniales, pero sobre todo, tienen un estilo de pensamiento que les sirve de puntal para sus logros especiales. “Cuando uno logra estructurar el pensamiento alrededor del propósito de crear valor real –dice Gerard Kleisterlee–, y el pensamiento se mantiene centrado en las cosas que se consideran importantes para crear ese valor, a pesar de todas las distracciones, las crisis y la complejidad que se vienen encima por todas partes, puede decirse que uno tiene suerte, pues tiene un modelo sostenible”. Kleisterlee es presidente de la junta directiva y director ejecutivo de Royal Philips Electronics, una compañía holandesa con más de 160.000 empleados en 60 países. Y el clásico personaje que ha triunfado en esta vida gracias al estilo de su pensamiento.

El tercero elemento es el estilo para la acción. Las personas con éxito encuentran la manera de actuar eficientemente. Muchos constructores de éxito fracasaron por no contar con una idea perfectamente clara que no supieron convertir en acción, lo que les produjo una parálisis. “La cualidad de amar el trabajo es uno de los valores más importantes que podemos enseñar a los demás”, asegura Alice Waters, pionera en el arte de la cocina orgánica. En su premiado restaurante Chez Pannise, sus talentosos chefs cortan, revuelven y agitan entusiasmados los ingredientes del almuerzo. Parecen escultores concentrados en construir obras de arte en cada plato. Waters está dispuesta a cambiar el mundo bocado a bocado y lo consigue gracias a su acción.

Son claves para triunfar en el trabajo y en la empresa. Pero ¿qué ocurre cuando otros factores, como los que ahora se presentan, provocan que la oferta falle y que el salario desaparezca? ¿Por qué la vida deja de ser una carrera para convertirse en un calvario? ¿Por qué en lugar de crear empleo se crea más paro? Cuando éste supera los tres millones de españoles y cada vez hay más empresas que cierran, las circunstancias no son las más apropiadas para triunfar. Este es un año “muy difícil”, asegura Maravillas Rojo, secretaria general de Empleo, porque seguirá aumentando el paro como consecuencia de la caída de la actividad productiva y del consumo. Y el mismo presidente Zapatero confirma que en los próximos meses (enero y febrero) seguirá la “tendencia de datos malos”, pero advierte que, “a partir de marzo”, el empleo puede comenzar a recuperarse gracias al “importante” volumen de inversión pública.

En el fondo, pienso que las esperanzas de Zapatero son tan utópicas como pesimistas son las perspectivas de la oposición, y que es fácil desmoralizarse. ¿Qué hacer entonces? Desde mi modesto criterio, yo aconsejaría a los que viven por primera vez esta experiencia que conozco peronalmente a fondo, que no se dejen llevar por una impresión agorera. Y que aprovechen para hacer lo que, anteriormente no podían por falta de tiempo. Como, por ejemplo, leer y enterarse de lo que piensan los demás. Es la mejor manera de “enriquecerse” con otros puntos de vista. Porque estar parado no significa estar inactivo. Hay que seguir caminando, aunque con metas más cortas y saber desarrollar lo que, en el fondo, gusta a uno. Hacer cualquier cosa menos quedarse quieto y pasivo, esperando pacientemente que lleguen las vacas gordas. Otra cosa es que los políticos e ingenieros de caminos sepan mejorar la calzada, la carrera de la vida o el socavón del paro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sinceramente, no me gustan los manuales de autoayuda y autoestima, ni los que ofrecen claves para triunfar en la empresa,en las relaciones con el sexo opuesto,o salir de una depresión,dejar de fumar,o vencer otras adversidades.Generalmente son libritos oportunistas, muy respaldados editorial y publicitariamente, proponiendose sus autores como ejemplos cuasi mesiánicos y colmados de virtudes. Prefiero -más bien- conocer la experiencia del otro como un hecho vivencial, y compartida con la mia propia. Me pregunto -Santiago- si el "parado" puede leer,sin un cierto sentimiento de culpa, al no ocupar su tiempo en la busqueda incesante de empleo retribuido, que si le permita tener tiempo para leer. Dilema o cuestión intemporal como el de los literatos que escriben para vivir, pero si viven no escriben, y viceversa.
Felicidades por tu articulo, en el que expresas opiniones personales, y eso siempre es de agradecer.
chiflos.

Anónimo dijo...

Esperemos que para el 1º de septiembre, haya cambiado la cosa.
chiflos (cordialmente como siempre)

Anónimo dijo...

Amigo Chiflos: Gracias por tu constancia en leer este blog y en expresar en él tus comentarios, sean favorables, sean desfavorables, lo que puede ser un punto de contraste para los lectores que no se se atreven a intervenir. Ojalá una pequeña proporción fuera como tú e interviniera más activamente.