Miles de palestinos despiden a la periodista asesinada en la brutal represión israelí.
A pesar de las amenazas,
miles de palestinos despidieron el pasado viernes a la mártir palestina, la
periodista Shireen Abu Akle, de 51 años, y residente en el sector ocupado de
Jerusalén. Los agentes israelíes de ocupación atacaron en varias oportunidades
a los asistentes, asaltaron el hospital donde yacía su cuerpo e interrumpieron
en múltiples ocasiones el funeral de la víctima. A pesar de las advertencias de
la ocupación israelí, los palestinos cargaron su féretro con cánticos y
banderas palestinas, luego de la misa fúnebre en la Iglesia Greco Católica de
Jerusalén, con una impresionante participación popular, hacia su morada final
en el cementerio Monte Zion, , donde se encuentran los difuntos padres de la
periodista asesinada.
Shireen, que trabajaba
protegida por un casco y un chaleco antibalas con la leyenda 'prensa' en inglés
visible, fue alcanzada por un disparo justo por debajo del casco hacia las 6:30
horas de la mañana del miércoles. Inmediatamente se le subió a un automóvil
para trasladarla al hospital, pero la herida resultó mortal y la corresponsal
falleció poco después. Los periodistas que cubrían la noticia aseguran que la
ráfaga partió de los soldados de la unidad especial Duvdevan, que participaba
en la operación, una versión que enseguida adoptaron las autoridades palestinas
y el propio canal Aljazeera, el más visto en el mundo árabe. Pero Israel
enseguida apuntó como responsables a los milicianos palestinos, versión a la
que se sumaron entre otros el primer ministro Naftalí Bennett y el ministro de
Defensa
Los periodistas presentes
insistieron en que la corresponsal fue alcanzada por disparos de los soldados
ya que en ese momento los israelíes eran los únicos que estaban disparando,
mientras que los milicianos desplegados en las proximidades no disparaban.
Según la versión del ejército, los soldados de Duvdevan entraron en la zona con
la intención de arrestar a un miliciano de la Yihad Islámica, pero enseguida
estalló una refriega que cogió en medio a los periodistas. En algunas áreas del
norte de Cisjordania, los milicianos utilizan fusiles, pistolas y cócteles
molotov.
Los testigos reiteraron
que los disparos procedían de los soldados israelíes y no de los milicianos, y
que el tiroteo de los soldados contra los periodistas no fue puntual, sino que
se prolongó durante más o menos tres minutos. Y añadieron que los soldados
sabían perfectamente que estaban disparando contra periodistas. Un segundo
reportero resultó herido en la espalda. El incidente puede agravar el conflicto
en las próximas semanas y exacerbar las operaciones de los milicianos contra la
brutal ocupación, tanto dentro de Israel como en los territorios ocupados, que
es justamente lo que el primer ministro Bennett trata de evitar para continuar
tranquilamente con la expansión de las colonias judías sin restricciones.
Al haber cubierto los
vaivenes entre Israel y los palestinos desde los años noventa, Shireen era admirada
por su valentía y la calidad de su información, conociendo perfectamente la
naturaleza de la crisis y sabiendo cuándo era posible arriesgarse y cuándo no.
Asimismo, gozaba de notable popularidad en el mundo árabe. Según el periódico
progresista Haaretz de Tel Aviv, su trágica muerte la ha convertido
automáticamente en un símbolo para los palestinos y en la lucha por la libertad
de prensa, y es difícil predecir las consecuencias que tendrá a corto o medio
plazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario