viernes, 27 de mayo de 2022

Borbonmanía.

 


Es el título a un artículo de Arturo del Villar que publica LQSomos y que así comienza:

“SOLAMENTE puede ser calificado de vergonzoso el espectáculo proporcionado por la visita del rey decrépito a España, para participar en unas regatas con su velero Bribón, que las ganó, como era de esperar. Y no por la actitud del decrépito, que estuvo en su borbónico papel habitual, sino por la que mostraron los medios de comunicación social, que en este caso no fueron medios, sino enteros para la promoción de la monarquía. Las cadenas de radio y televisión lo mismo que los diarios digitales e impresos han estado continuamente informando sobre las actividades del decrépito.

“Su presencia en Sanxenxo y en la Zarzuela fue acogida por un grupito de servilones con banderas borbónicas rojigualdas, no sabemos si espontáneos o contratados por la Casa Irreal. Pero los que dominaban el escenario eran los periodistas con sus cámaras. Era tan abrumadora su presencia que la infausta Elena, hija mayor del decrépito, comentó asombrada: ‘Hay más periodistas que en mi boda”, reconociendo que la circunstancia no era tan importante como para justificar que se hubieran acreditado 180 periodistas pertenecientes a un centenar de enteros de comunicación’. (…)

Arturo del Villar continúa su artículo recordando: “Los republicanos se opusieron a la visita, organizando manifestaciones tanto en Sanxenxo como en Madrid, con banderas tricolores y pancartas contrarias a la monarquía. Tal como queda escrito podría entenderse que hubo una presencia masiva de partidarios de la III República en ambas localidades. La verdad obliga a evitar esa errónea interpretación: los contrarios fueron tan escasos como los partidarios. Quedaría muy bonito escribir que allí estuvieron representadas las dos españas, para que cada uno imaginase la multitud que mejor se acomodara a su ideología, pero lo cierto es que la visita del rey decrépito no movilizó a cantidades significativas de vasallos ni a favor ni en contra. Que cada uno extraiga las conclusiones que mejor le parezcan”.


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