viernes, 20 de mayo de 2022

“¿Qué hemos hecho para merecer a Vox?”

Macarena Olona, la candidata de Vox a la Presidencia de la Junta de Andalucía.

Juan Tortosa, en el artículo en Público “Qué hemos hecho para merecer a Vox”, se pregunta, “si ellos son menos, tienen menos argumentos y son más cobardes, ¿cómo es que se están llevando el gato al agua? ¿Cómo es posible que vayan a subir en Andalucía lo que predicen las encuestas? ¿Qué conjunción astral es la que ha llegado a permitir que un joven como Juan García-Gallardo haya acabado siendo vicepresidente de una Comunidad Autónoma? ¿Qué hemos hecho tan mal para que un joven como él sea a sus 31 años un ultraderechista convencido y entre sus prioridades figure acabar con la ley de memoria histórica cuanto antes? (Ha transcurrido apenas un mes y ya nadie habla de Castilla y León, ¿se dan cuenta a la velocidad que va esto?)…

“¿Cómo es posible que comunicadores escorados como Vicente Vallés, Ana Rosa, Motos y compañía hayan conseguido imponer hasta tal punto la animadversión contra el Gobierno de coalición? ¿Cómo se entiende que los mismos beneficiarios de sus políticas manifiesten en bares y plazas la disposición a votar ultraderecha a ver si ‘así se arregla de una vez España?’. ¿Pero esto qué es, qué está pasando aquí? ¿Qué hacemos tan quietos? ¿Nadie lo va a parar?

“A veces tengo la sensación de que, bien sea por el bombardeo mediático, bien por dejación y languidez de la izquierda, la ultraderecha se abre paso ‘como un cuchillo en la mantequilla’ apenas sin resistencia. Yo creo que hay quien piensa que se trata de una broma, que tanto odio y provocación como los que personalizan gentes del talante de Macarena Olona no pueden ser verdad. Dado que es demasiado odio, demasiado insulto, demasiada provocación… parece una broma porque nos cuesta entender dónde podía estar escondida hasta ahora toda esa gente, y dónde han mamado tanta irritación para crisparnos como lo están haciendo.

Y Tortosa insiste en su reflexión: “No veo que nadie dé la voz de alarma en serio. Es como si no nos creyéramos que puede pasar nada terrible. Hacer oídos sordos puede derivar en que llegue el momento en que no haya marcha atrás y entonces será cuando lamentaremos no haber espabilado a tiempo. Es verdad que existe una ola reaccionaria a nivel mundial que en España ha acabado calando, entre otras cosas porque es muy posible que, en según qué sectores, estuviera sobreviviendo sin hacer demasiado ruido hasta que han visto el momento propicio. El bipartidismo no debía molestarles demasiado, pero el procès en Catalunya y la llegada del Gobierno de coalición hizo que se asustaran (tampoco demasiado) porque debieron pensar que igual no podían continuar campando a sus anchas como habían hecho siempre. En instituciones como la judicatura o los cuerpos de seguridad, las máscaras de los agazapados saltaron por los aires y empezó la ofensiva económica y mediática que acabó colocando la ultraderecha en los parlamentos. El ninguneo de los medios públicos a Unidas Podemos y todo su entorno, a pesar de sus representaciones parlamentarias y su peso en el Gobierno de coalición, frente a la generosa cancha otorgada al fascismo, empieza a obtener sus abominables frutos”. Así están las cosas, cuando quedan 30 días para las elecciones andaluzas.


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