También Lorenzo Brown es español, español, español…
Lorenzo Brown, una de las estrellas de la selección española de baloncesto que acaba de conquistar el Eurobasket, ha pasado de ser un mercenario a sueldo a convertirse en héroe involuntario. Lorenzo sabe más bien poco de España. E ignoramos si le gusta la tortilla de patatas española porque hasta hace muy poco, la vinculación de Brown con España ha sido única y exclusivamente una camiseta y su correspondiente escudo.
Lorenzo Brown, jugador
procedente de Georgia (EEUU), podría haber vestido la camiseta verde de
Lituania, la azul de Francia o la blanca de Alemania. Pero se quedó con la roja
de España. Y no fue el amor a la patria lo que le hizo defender nuestros
colores, tampoco un ancestro perdido en su árbol genealógico. Lo de Brown con
nuestro país no fue por su juego ni por su afición sino por la pasta. Sobre
todo, cuando Scariolo, técnico de la selección, coincidió con él en 2018 cuando
este dirigía los Toronto Raptors. Las lesiones de Ricky Rubio y Carlos Alocén,
y la renuncia de Sergio Rodríguez, le hicieron pensar en él como director de
orquesta. Necesitaba un base que le ofreciera un rendimiento inmediato y
fortaleza física, un perfil de jugador capaz de fajarse en defensa sin
renunciar a un buen porcentaje anotador.
Fue entonces cuando se
puso en marcha una nacionalización exprés que enrareció la previa del
campeonato. El 5 de julio, el BOE
confirmaba el trámite “en atención a circunstancias excepcionales” por “carta
de naturaleza”. Y sólo entonces Lorenzo
juraba la Constitución española desde Houston y ya le era posible proferir ese
grito tan nuestro y tan plagado de matices: “Yo soy español, español,
español...”.
Rudy Fernández, el alero mallorquín
del Real Madrid le dio una bienvenida tirando fría. “Si (Lorenzo Brown) -dijo- está,
hay que intentar ayudarlo el máximo posible porque al final él también nos
ayudará a competir. Pero hay muchos jugadores españoles que se han ganado estar
en esa plaza (base-escolta de la selección) y al final, quizás no tendrán el
reconocimiento que se merecen al haber fichado a ese jugador”. En cambio, él no
se quejó del trato recibido. “Aquí soy un simple americano -dijo al poco de
llegar-. Estos chicos hablan español y yo lo estoy aprendiendo cada día. Es
impresionante cómo me han tratado. Lo que ocurre fuera no me importa, sólo lo
que piensan estos chicos. Ellos me quieren y yo les quiero”.
1 comentario:
Hola Santiago! Estoy intentando contactar con usted. ¿Cómo podría hacerlo? Gracias!
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