viernes, 10 de febrero de 2023

Los Goya del “No a la guerra”, la gala ‘histórica’ que convirtió al PP en ‘el peor enemigo del cine español’.

 

Willy Toledo y Alberto San Juan en el momento final de la gala del 'No a la guerra'

El 1 de febrero de 2003, el Palacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones de Madrid celebraba, abarrotado, la 17ª edición de los Premios Goya. Fue el año en el que Fernando León de Aranoa y su drama sobre el paro en España, “Los lunes al sol”, vencía a Almodóvar y su “Hable con ella”. Días antes, José María Aznar mostraba de forma abierta su apoyo a George Bush en su intención de invadir Irak. Una invasión que no contaba con el apoyo de la Unión Europea, pero que Aznar rubricó posteriormente en la foto de las Azores. Nuestro país se convertía en un punto caliente, ya que de la noche a la mañana España se veía en el centro de un conflicto cuyo argumento eran unas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron. Fue la mecha que encendió una indignación mostrada de forma explícita en la gala de los Goya de la que se cumplen 20 años.

Los responsables de aquella ceremonia fueron los integrantes del grupo de teatro Animalario, con Alberto San Juan y Willy Toledo a la cabeza, como presentadores. Poco tardó la ceremonia en descubrir esa indignación, que nació de forma improvisada. Si bien se repartieron pegatinas con el lema “No a la guerra”, no hubo ninguna petición a los asistentes para que sus discursos fueran políticos ni activistas, pero casi todos los que subieron al escenario aprovecharon su minuto de gloria para pedir que se evitara aquel conflicto bélico. Hasta la presidenta de la Academia, Marisa Paredes, aprovechó su discurso institucional para ello.

“Esta no es una noche tensa, sino libre. No hay que tener miedo a la cultura ni al entretenimiento, ni a la libertad de expresión, ni mucho menos a la sátira, al humor. Hay que tener miedo a la ignorancia y al dogmatismo. Hay que tener miedo a la guerra”, se repitió públicamente. Lo que se vivió en aquella gala se materializó dos semanas después en las calles de toda España. Millones de personas salieron a la calle para pedir lo mismo.

Sin embargo, el PP tomó aquella ceremonia como un ataque frontal del mundo del cine al imperialismo yanqui. “El Gobierno de Aznar —recuerda Javier Zurro en ElDiario.es— se sintió traicionado. Para entender esa traición hay que viajar a su primera legislatura, cuando el presidente se empeñó en tener al sector cultural de su lado y romper un enfrentamiento clásico. Aznar organizó veladas culturales en la Moncloa y se ganó, al menos, el silencio de la industria. Lo cuenta Enrique González Macho en sus memorias, Mi vida en V. O. (Editorial Atticus). Aquella paz se rompió con aquella gala, celebrada aquel 1 de febrero. “¿Qué ocurrió para que el Partido Popular dejara de ser aliado del cine español y se convirtiera en su peor enemigo en los tiempos de la nueva democracia? Los premios Goya del 'No a la guerra'. Allí se rompió, se frustró todo de forma grotesca y comenzó otra guerra, y esa era y sigue siendo, desgraciadamente, más personal e ideológica que ninguna de las que ha vivido antes el cine”, añade Macho, que deja claro que en ese momento “el Partido Popular declaró la guerra abierta al cine español”.

La prensa se cebó contra los actores, pero quienes más lo vivieron fueron Alberto San Juan y Willy Toledo. Unos presentadores que, en su intervención final, sacaron aquellas míticas camisetas con las palabras “No más sangre por petróleo”. Pero ellos tenían otro motivo para ser atacados, ya que apenas diez días después de aquella gala estrenarían Alejandro y Ana. A pesar de todo, mantienen “un recuerdo maravilloso de aquella gala por las intervenciones espontáneas de los premiados”. Y su definición de lo que ocurrió en aquella ceremonia es clara: “Fue un ejercicio de libertad”. Su adjetivo para aquella edición es tajante: “histórica”. “No por la labor de Animalario en la presentación de la gala, eso fue anecdótico. Lo histórico fue el uso libre y político de la palabra que hicieron las premiadas y premiados”.

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