martes, 18 de noviembre de 2025

Feijóo, el hombre que corre.

 

Hay algo casi poético en ver a Alberto Núñez Feijóo huyendo de Carlos Mazón como quien se aparta del humo tras prenderle fuego al sofá. Durante un año entero, el líder del PP sostuvo que su barón valenciano había actuado “con rigor” durante la DANA de 2024, que dejó 229 muertos y una lista interminable de decisiones tardías, informes contradictorios y vidas que nadie podrá devolver.

Pero ahora que Mazón se desploma, ahora que dimite, ahora que las familias lo abuchean delante de las cámaras y en presencia del propio Feijóo… de pronto el presidente del PP descubre que su criatura política huele mal. Y la abandona. Sin mirar atrás. Como si no lo hubiera bendecido, blindado y defendido cada día del último año.

¿Y ahora, Feijóo? ¿Tampoco pides disculpas? No te disculpas por haberlo convertido en símbolo de tu modelo territorial. No te disculpas por haber negado evidencias que hoy asumes con silencios. No te disculpas por haber empujado a un país entero a creer que todo era un ataque político y no una emergencia mal gestionada. No te disculpas por haber señalado a las familias como si ellas tuvieran un interés partidista en exigir algo tan básico como verdad.

Has tardado quince días en romper tu propia palabra.  Prometiste que Mazón explicaría todo en el Senado. Y ahora respondes “ni idea” cuando te preguntan si lo llamarás. La responsabilidad que tanto exiges al Gobierno no te alcanza cuando se trata de los tuyos. Ni siquiera cuando hablamos de casi 230 vidas.

Feijóo, presidente del partido del “sentido de Estado”, ha encontrado la forma más cobarde de gestionar un desastre: hace caer a Mazón para salvarse él. Lo empuja al Congreso sin respaldo, lo borra del Senado, lo elimina del relato, lo expulsa del presente. Y espera que nadie recuerde quién lo sostuvo cuando ya había datos, testimonios, informes y lágrimas suficientes para exigir otra cosa.

Pero aquí estamos. Recordando. Porque Mazón podrá haber caído, sí. Pero la negligencia no se evapora solo porque firmes un relevo exprés. La responsabilidad política no desaparece por arte de comunicados desde Génova. Y la memoria de las familias no se compra con un sustituto llamado Pérez Llorca.

Así que vuelvo a preguntarte, Feijóo:  ¿Y ahora? ¿Tampoco pides disculpas? ¿Tampoco asumes tu parte? ¿Tampoco vas a explicar por qué sostuviste una gestión que hoy intentas enterrar bajo el escombro de tu propio silencio? No. No vas a hacerlo. Porque para hacerlo tendrías que admitir que el problema nunca fue solo Mazón. Sino el partido que lo fabricó, lo defendió y ahora finge no conocerlo. Y eso, Feijóo, ya no cuela.

 Por Javier F. Ferrero (Spanish Revolution)

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