viernes, 18 de julio de 2008

18 de julio. Guerra de festivales.

Foto de Gabriel Pecot.

La playa, uno de los complementos del festival de Benicàssim.

Cerca de un centenar de festivales se montan todos los años en España. El clímax se produce especialmente durante este fin de semana. Dos de ellos, los más importantes, coinciden este verano en plena canícula veraniega. El primero, el FIB (Festival Internacional de Benicàssim), del 17 al 20 de julio; el segundo, el Summercase, el “festival del puente aéreo” de Madrid y Barcelona, el sábado, 19 y el 20. Grupos como Tom Waits, Bruce Springsteen, Vicent Vicent, Calvin Harris, Herbie Hancock, Wayne Shorter, Morrissey, My Bloody Valentine y otros, acuden con fervor a su cita española. Pero, aparte de actuar en vivo en escenarios distintos en los que cuentan otros añadidos como acampada, sol, playa o montaña, se apercibe soterradamente una verdadera guerra de festivales con reproches mutuos, graves acusaciones y anonimatos en la red...

Por una parte, se celebra el veterano FIB Eikenen, con una capacidad para albergar hasta 45.000 espectadores, que nada tiene que envidiar a los festivales europeos. Este año se cumple la edición número 14. Se inició en 1995 y enseguida demostró que un sector del público pedía una música distinta a la de las rancias radiofórmulas. Abrió su cartel a clásicos universales como Brian Wilson (Beach Boys), Alex Chilton o Kiko Veneno, y no dejó de crecer. Integró estrellas del pop, rock y electrónica del momento, ‘hypes’ (grupos de moda) de última hora, bandas vanguardistas, totems de la música popular y grupos de culto. El FIB tiene 9,5 millones de euros de presupuesto y un cartel con 100 grupos. La organización idolatra a sus artistas y cuida especialmente a los de más edad como Lonard Cohen, de 73 años, o Enrique Morente, de 65. Más de la mitad de su público es extranjero y mil periodistas, de los que sólo el 30% son foráneos, están acreditados.

Por otra parte, haciendo la competencia, aparece el Summercase, en el que actuarán 54 artistas, entre ellos Sex Pistols y Nick Cave. Es la tercera edición, que cambió hace unos meses sus fechas para que coincidiera con el FIB. Cuenta con un presupuesto de 7 millones de euros y unos 800 periodistas están acreditados para cubrir su festival en Madrid y en Barcelona. Los grupos que actúan el viernes, en Barcelona, lo harán el día siguiente en Madrid y viceversa. La cita reunirá a las estrellas en el Parque Juan Carlos I de la capital e intentará contraatacar, con su Saturday Night Fiber, los efectos del festival competente. La pugna por hacerse con los mejores artistas ha engordado los cachés de forma desproporcionada. “En el extranjero –asegura un asesor de estos eventos– se están riendo de nosotros. Los artistas se frotan las manos cada vez que vienen a tocar a España porque les pagamos el doble.

Entre ambos acontecimientos se espera aglutinar cien mil espectadores. Pero la pregunta que sigue en pie es: ¿hay público para tanto festival? El primer batacazo se lo llevó hace unos días el festival organizado en la provincia de Girona por Sinnamon, empresa propietaria de Summercase, y la poderosa Doctor Music, que cuenta en su cartera de clientes con U2 o Bruce Springsteen pero no logró reunir ni a 3.000 espectadores. Un pinchazo que, sin embargo, alegró a más de uno. Hace un mes aparecía, en Internet, bajo el anonimato, la acusación a Sinnamon de estar al borde de la suspensión de pagos. La respuesta de Summercase fue: “Es falso. Que nos dejen trabajar en paz”. Algunos piensan que el responsable podría haber sido el FIB. Éste respondió: “Que no nos líen. Nosotros, no jugamos a eso”. Las espadas siguen en alto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es el movimiento nacional. tanto festival. A mi me ha pillado la zona del boss, (Bruce Sprinten) pero pretendo pasarme a otro bando con más calma y menos "tiros" chiflos.