miércoles, 15 de octubre de 2014

Pedro Sánchez primero miente, luego rectifica.

Pedro Sánchez, firmando el Código Ético aprobadopor su partido.

También el secretario general del PSOE ha quedado al descubierto. Primero afirmó –el pasado lunes, por la mañana– que no había tenido condiciones ventajosas en un préstamo hipotecario de Caja Madrid por ser consejero de la entidad. Siete horas después rectificaba, reconociendo que el tipo de interés había sido un 30% más bajo que  el del resto de los clientes. Sánchez publicó en la web del PSOE que su préstamo de 293.700 euros, suscrito en 2005, tenía un tipo de interés del Euribor más el 1,75%, lo que representaba una bonificación del 30% por ser miembro de la Asamblea de Caja Madrid como consejero, y que le supuso un ahorro de “unos 60 euros” al mes, sin especificar cómo había obtenido esta cantidad. 

El líder socialista fue consejero de Caja Madrid entre 2004 y 2009, dentro del cupo que le correspondía al PSOE por su representación en el Ayuntamiento de Madrid, donde era concejal. En 2008, Pedro Sánchez hizo una ampliación de la hipoteca hasta los 318.600 euros, y el tipo de interés aún se le redujo más, al pasar al Euribor, más el 1,25%, aunque Sánchez no explica si volvió a tener un trato privilegiado. La cuota que tiene que pagar es de 1.397 euros mensuales, de los que la mayor parte corresponden a intereses, como ocurre con todas las hipotecas. De ahí que sea muy difícil de creer que la rebaja del 30% del tipo de interés le suponga solo 60 euros de ahorro. Al ser preguntado por su hipoteca, el político se ha atrevido a declarar: “Soy un político transparente. Tengo los bolsillos de cristal”. Mucho me temo que a Pablo Iglesias, fundador del Partido Socialista Obrero Español, si hoy viviera le caería la cara de vergüenza.            

Por otra parte, en su campaña hacia la secretaría general del partido, Sánchez repetía su intención de acabar con las puertas giratorias. Y, en sus apariciones públicas insistía: “Vamos a abrir las puertas del partido a la ciudadanía y las únicas puertas con las que vamos a acabar es con las puertas giratorias entre lo privado y lo público”. Finalmente, terminaba por aprobar el Código Ético que, en su punto 9, dice: “El ejercicio por los ex presidentes del gobierno de España o de una comunidad autónoma de una actividad profesional continuada y retribuida desligada de su condición de ex presidente conllevará la renuncia automática a los beneficios y percepciones salariales inherentes a su dicha condición”.  Pero lo cierto es que el texto aprobado no cierra las puertas giratorias, sino que solo obligará a los expresidentes que sean contratados por la empresa privada a renunciar a las retribuciones a que tengan derecho por su condición de expresidentes, ya sean del Gobierno central o de los autonómicos. Además, no tiene carácter retroactivo, por lo que Felipe González, entre otros altos dirigentes socialistas, podrán seguir cobrando de las grandes multinacionales donde arribaron tras su paso por la política. Claro que desde la dirección socialista se señala que el tema se resolverá más adelante “Que no se haya incluido en el código ético –se justifican– no significa que no se vaya a hacer, porque el debate no está cerrado y el partido seguirá dando pasos en este tema”. Pero ¿cómo? De esta manera, retrasando para pasado mañana lo que es urgente para hoy.

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