jueves, 19 de noviembre de 2015

“Todos los cielos conducen a España”, menos el descrito por Willy Meyer.

 García-Margallo presenta su libro: "Todos los caminos conducen a España".
El capítulo que Willy Meyer escribió a Margallo fue censurado por el ministro.

“Quiero darte las gracias por tu generosa e inteligente aportación. Espero que sirva para acercar la política exterior a la ciudadanía”. El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, escribía, el 31 de julio pasado, esas palabras a Willy Meyer, eurodiputado de Izquierda Unida durante 10 años (2004-2014). De esta manera acusaba recibo del capítulo que Meyer le había remitido para integrar dentro de su libro. Una vez leído, el ministro 'censuraba' un pasaje crítico contra Marruecos y su rey y la ocupación del Sáhara Occidental. Y el dirigente de IU no quiso eliminar esa parte y prefirió que el libro se publicase sin su colaboración.

“Todos los cielos conducen a España. Cartas desde un avión” (Planeta), la obra que firma García-Margallo y que acaba de salir a la venta, está vertebrada con los temas propuestos por el titular de Exteriores a distintas personalidades: a los expresidentes Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero; a los exministros Marcelino Oreja, Miguel Arias Cañete y a José Ignacio Wert; al exsecretario general de la OTAN y ex Alto Representante de la UE en Política Exterior Javier Solana, o al diplomático israelí Shlomo Ben Ami. Todos ellos le responden al debate que el autor les propone. Margallo también manda una invitación a Meyer para su libro. El tema de conversación que le proponía era la pobreza en el mundo. En su misiva, hablaba de la importancia de la “buena gobernanza” como “primera receta para crecer y luchar contra la pobreza”. Esta es una cuestión de “política interior”, pero “la política exterior puede ayudar exportando buenas prácticas y contribuyendo a la institucionalización de los países en vías de desarrollo”. Palabras que dieron pie a la reflexión de Meyer sobre el reino alauí, que incluyó en su respuesta. El dirigente de IU recordó en su escrito cómo la UE “se puso de perfil con las primaveras árabes” y actuó de forma “calamitosa” en Libia y el Sahel. “Por eso –escribió– recelo cuando desde la Unión Europea se pone como ejemplo de la 'buena gobernanza' a países como el Reino de Marruecos”.

Meyer recibió la carta del ministro, donde además le informaba de que los derechos de autor habían sido “cedidos a Cáritas”. A continuación, Meyer incluía el párrafo que el Gobierno entendía como conflictivo. En 2009, argumentaba el ex eurodiputado, Mohamed VI hizo una “sorprendente aparición en el séptimo puesto de los patrimonios de las monarquías, con una fortuna evaluada en 2.500 millones de dólares. Y continuaba diciendo que el sueldo del rey “duplica al del presidente de EEUU” pese a que el país ocupa el puesto número 126 de desarrollo humano y el índice de pobreza alcanza el 18,1%. La monarquía alauí “cuesta al presupuesto del Estado 60 veces más que el Elíseo”. Meyer recordaba que más de cinco millones de ciudadanos viven “con 10 dirhams al día, es decir, un poco menos de un euro. El rey es, desde hace algún tiempo, el primer banquero, asegurador, exportador y agricultor de su país. Controla también el sector agroalimentario, la gran distribución comercial y la energía. Y todo ello –apostilló– sin mencionar la ocupación del Sáhara Occidental, contraviniendo la Carta de Naciones Unidas”.

El dirigente de IU recibió una llamada de Ignacio Cartagena, asesor ejecutivo para Asuntos Parlamentarios de Exteriores, en la que le comunicaba una noticia “desagradable”. Le dijo que su texto, por las críticas que dirigía a Rabat, no se podía publicar. Le sugirió que Suecia podría reconocer muy próximamente a la República Saharaui, de modo que de editarse así, la réplica a la carta podría crear “un problema muy serio” a España. El ex eurodiputado así lo contó a un grupo de periodistas. “La reacción del Gobierno –añadió– es desproporcionada y no obedece a un debate plural y democrático sobre una cuestión candente y que además regresará a la actualidad si el Gobierno sueco aprueba el reconocimiento del Sáhara Occidental”.

El propio Margallo explicó el pasado martes en la Cope que decidió no incluir el texto de Meyer para no perjudicar los intereses de España. Según el ministro, se recogían “juicios peyorativos” dirigidos a un país “próximo y aliado”. Reconoció que pidió la supresión de ese pasaje sobre Marruecos, ya que “para hablar de pobreza no era necesario dar estacazos. Con mi nombre en la portada se podían dañar los intereses de España. Una pena, porque contenía contrapuntos interesantes sobre mi punto de vista, lo que la hacía interesante [la carta de Meyer]”. 

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