domingo, 11 de diciembre de 2022

En Mallorca, la Fiscalía retira la acusación contra Cursach “por falta de pruebas”… y “Homenaje de Orwell a Cataluña”.

El empresario y magnate del ocio nocturno mallorquín, Bartolomé Cursach. 

Los dos policías nacionales que, durante los últimos años, investigaron las presuntas irregularidades cometidas tras las cortinas del caso Cursach, denunciaron que el exjuez de la causa, Manuel Penalva, el exfiscal, Miguel Ángel Subirán, y varios agentes conformaron una “unidad de actuación” con determinados testigos a los que habrían utilizado como “misiles teledirigidos” para apuntalar sus tesis incriminatorias y acusar en falso al empresario de la noche Bartolomé Cursach así como a otros investigados que acabaron en prisión. Así lo puso de manifiesto su número dos, Bartolomé Sbert, y otros 15 acusados, a quienes inicialmente se les acusaba de urdir un entramado mafioso para salvaguardar la autoridad del magnate en la noche mallorquina. Y la Fiscalía Anticorrupción anunciaba el pasado 18 de noviembre la retirada de todos sus cargos contra ellos. Tres días más tarde, el juicio se reanudaba, con la declaración de los dos policías nacionales, quienes elaboraron hasta un total de ocho informes en los que llegaron a situar a Penalva y Subirán en el epicentro de una “una organización criminal”, dedicada “a la comisión reiterada de delitos” y que habría “sembrado el terror entre sus víctimas reales y potenciales”. Los atestados sirvieron de base de la causa abierta contra exjuez, exfiscal y los cuatro policías nacionales del Grupo de Blanqueo con los que colaboraron, codo con codo, por, presuntamente, coaccionar y amenazar a testigos para que declarasen en sentido incriminatorio, inducir al falso testimonio, prevaricar a la hora de acordar los arrestos y el ingreso en prisión de varios investigado... Así concluye el 'caso Cursach' tras nueve años de investigación, en el que el empresario mallorquín, quedó finalmente absuelto tras retirarse la última acusación mantenida contra él. Según ha podido confirmar Europa Press, la abogada Teresa Bueyes, que representaba al empresario de Magaluf, José Manuel Bover, ha remitido un escrito a la Audiencia Provincial de Balears informando que retirará su acusación, lo que implicaría también la absolución del director general del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, y del funcionario del Ayuntamiento de Calvià, Jaime Nadal. Con todo, la letrada Bueyes, en su escrito, mantiene las nulidades del principio al considerar que se deben enjuiciar hechos que han quedado excluidos. Cabe recordar que, en la misma sesión, el abogado que sostenía la acusación particular del empresario Ángel Ávila también retiró su acusación contra Sbert, por lo que únicamente queda una acusación, la del bar Sa Trobada, contra dos agentes de la Policía Local, José Mayans y Gabriel Mayol. De esta forma, el caso Cursach, una supuesta trama de corrupción policial en favor del mayor dueño de discotecas de Mallorca, que comenzó a investigarse en 2013 y supuso la imputación del empresario, personas de su entorno, políticos y decenas de policías y funcionarios, concluye, diez años después de iniciarse, tras anunciar la Fiscalía que retira la acusación por corrupción contra Cursach “por falta de pruebas”

Bartolomé Cursach queda absuelto al retirarse la última acusación contra él.

Al mismo tiempo, el Ministerio Público reclama que se investigue por falso testimonio a cuatro testigos, entre ellos la inspectora que colaboró con ambos juristas al frente del caso Cursach. Las defensas, por su parte, solicitan la imposición de las costas a las acusaciones particulares por actuar “con temeridad y mala fe”. Detención ilegal, coacciones y prevaricación son los presuntos delitos que la Fiscalía Anticorrupción atribuye al juez y al fiscal que investigaron al considerado rey de la noche mallorquina, Bartolomé Cursach, absuelto por la Audiencia Provincial de Balears tras nueve años de sospechas. El Ministerio Público reclama así que se abra una nueva línea de investigación contra el antiguo instructor del caso Cursach, Manuel Penalva, el exfiscal, Miguel Ángel Subirán, y una inspectora de Blanqueo que colaboraba con ellos al frente de las pesquisas. De las 17 personas que inicialmente se encontraban acusadas, entre ellas el propio Cursach y su número dos, Bartolomé Sbert, tan solo dos han quedado en el banquillo por un supuesto delito de coacciones a raíz de sus inspecciones contra un bar de Palma. Y ello, después de que Anticorrupción y el resto de acusaciones hayan retirado todos sus cargos por falta de pruebas. Por principio acusatorio, el tribunal acordó, de este modo, la absolución de quince procesados. En su intervención ante el tribunal, el fiscal Tomás Herranz cuestiona duramente la instrucción llevada a cabo. Subraya que no se le puede “reprochar” a un juez que acuerde una medida cautelar “con base a una información que tiene en un determinado momento y luego se demuestre insuficiente”. Y destaca que no es normal por lo que ha pasado. “Hemos visto que la investigación del caso no se ha llevado conforme a las más elementales reglas del buen hacer de un juez”. “Decir las cosas no las convierte en verdad. Hay que acreditarlas”, recalca. Por su parte, las defensas reclaman la imposición de las costas del proceso a las acusaciones particulares por “temeridad” y “mala fe” en el ejercicio de sus funciones. “Lo que hemos visto no es solo temeridad. Hubo mala fe. Señoría, esto no puede quedar así”, asevera el abogado de Cursach, el exfiscal de la Audiencia Nacional. Enrique Molina, quien recrimina que su patrocinado, en un caso “esperpéntico”, ha sido sometido “durante cinco o seis años a este proceso de una forma manifiestamente injusta”.

El fiscal Tomás Herras, del caso Cursach, lamenta: “Este procedimiento es un fracaso total de la Justicia”

Los diarios y revistas españolas más importantes citan y describen este caso que lleva más de nueve años investigado. Y ha sido publicado por los más importantes medios del país. Inés Ballesteros, de Eldiario.es, comenta que el fiscal Tomás Herranz justificó, entre lágrimas, la retirada de todos sus cargos contra Cursach, contra su mano derecha y contra otros 15 acusados en un “intento mínimo de reparar el daño producido” a todos ellos. Abogados y procesados rompen en aplausos tras escuchar sus palabras, reconocen ante los acusados que han sufrido una injusticia, y que el cambio de la Fiscalía supone un intento mínimo de reparar el daño producido.  Sin contener la emoción, el fiscal personado en el juicio del caso Cursach, reconoce ante todos que la instrucción de esta causa y posterior enjuiciamiento “es un fracaso total de la Administración de Justicia, un fracaso sin paliativos” que ha provocado la “muerte civil” de los 17 procesados que se han sentado en el banquillo, quince de ellos ya absueltos, entre quienes se encuentran el principal empresario del ocio en Mallorca, Bartolomé Cursach, y su número dos, Bartolomé Sbert, acusados durante más de cinco años de liderar una trama mafiosa político-policial dirigida a salvaguardar su autoridad en la noche. En una imagen inédita, acusados y defensas han estallado en un extenso aplauso tras escuchar las palabras del fiscal. La vista oral sobre uno de los procesos más complejos de cuantos se han instruido en Baleares quedó vista para sentencia. Tras 36 sesiones desde que el juicio arrancara el pasado mes de junio en la Audiencia Provincial de Palma, la presidenta del tribunal, Samatha Romero, puso fin al mismo, tras conceder a los procesados el derecho a la última palabra. Si bien Cursach ha renunciado a hacer uso de ésta, sí se ha pronunciado Sbert, manifestando el “terror” vivido durante estos años de investigación y aceptando ‘la disculpa por todo el dolor que nos han hecho: Fuera de aquí, para muchos seguimos siendo la mafia, pero ustedes han podido comprobar cómo somos humanos y cómo hemos sido como empresarios’. Previamente, Herranz, quien junto a su compañero Juan Carrau ha dirigido la labor del Ministerio Público en la vista, ha realizado un duro alegato contra las investigaciones llevadas a cabo en torno al considerado rey de la noche mallorquina por parte del exjuex Manuel Penalva y del exfiscal Miguel Ángel Subirán, quienes ha reclamado que deben ser investigados por presuntos delitos de coacciones a testigos e imputados, detención ilegal y prevaricación. ‘Lo peor es que todo esto se publicara [en prensa] continua e inmediatamente y no se hiciera nada para impedirlo, si es que no se alentaba. Se consiguió ese efecto hasta hoy: la muerte civil de los acusados. Este procedimiento es un fracaso total de la Administración de Justicia’, ha remarcado el fiscal. ‘Algún jurista diría que el hecho de que un proceso termine con sentencia absolutoria es un fracaso de la Justicia, pero este, en cualquier arco desde el que se mire, lo ha sido sin paliativos y así ha sido reconocido hasta por las acusaciones particulares cuando han manifestado que nada ha quedado acreditado’, ha subrayado Herranz, incidiendo en que los acusados ‘no han hecho nada delictivo. No lo han hecho’”.

Tomás Herranz y Juan Carrau, los fiscales del juicio del caso Cursach. 

Ana María Pascual, de Público, describe el sorprendente final del juicio del 'caso Cursach', con las lágrimas del fiscal Tomás Herranz en medio de su alegato para remarcar su tesis de inocencia a favor de los acusados, procesados por liderar una mafia policial y empresarial relacionada con los negocios de la noche mallorquina. “De los 24 procesados iniciales se ha pasado, tras las 36 sesiones del juicio, a dos; ambos, policías locales, acusados de hacer inspecciones arbitrarias al local de un empresario para los que se pide dos años de prisión. Todos los demás, incluido Cursach y su mano derecha, Bartolomé Sbert, director general del Grupo Cursach, han quedado sin cargos en su contra, lo que implica la absolución. El alegato final del fiscal Herranz, con llanto incluido, podría ser calificado de inaudito. Este informe [su informe final de calificación], más que justificar ante la sala la retirada de acusaciones, tiene otro objetivo: reconocer ante los acusados que han sufrido una injusticia, y que el cambio de la Fiscalía supone un intento mínimo de reparar el daño producido. Hay que recordar que, a escasos días de que arrancara la vista oral, Herranz amputó el grueso de las acusaciones de la Fiscalía contra Cursach y los suyos, presentando un memorable escrito lleno de tachones, que fue admitido por la Sala, pese a que implicaba de facto un nuevo escrito de acusación, algo que no está permitido al inicio de una vista oral. Al lado de Herranz, escuchaba impertérrito el fiscal Juan Carrau, que fue quien durante la investigación pidió prisión provisional para Bartolomé Cursach y sus hombres, a la vista de las denuncias y testimonios que existían sobre la mafia que lideraban en Mallorca para mantener la hegemonía sobre los negocios de ocio. Carrau se opuso firmemente a la puesta en libertad del magnate. En base a las evidencias del sumario, la Fiscalía llegó a pedir para el líder de Cursach ocho años y medio de prisión por liderar una trama de sobornos a policías y otros funcionarios para hacerse con el control de las discotecas en Mallorca. El cambio de postura de Carrau y de la Fiscalía es calificado por varios abogados de las acusaciones con los que ha podido contactar este diario como ‘vergonzoso’. A lo largo del juicio, una a una se han ido desinflando todas las acusaciones contra Cursach, para quien la Fiscalía pedía al inicio del juicio 18 meses de prisión, por pertenencia a organización criminal, pero ya sin el concurso del delito de cohecho”. 

Teresa Bueyes apunta a que, en este juicio, “ha ganado el miedo, ha perdido la Justicia”.

“Algún jurista diría que el hecho de que un proceso que termine con sentencia absolutoria es un fracaso de la Justicia, pero este, en cualquier arco desde el que se mire, lo ha sido sin paliativos y así ha sido reconocido hasta por las acusaciones particulares cuando han manifestado que nada ha quedado acreditado”, dijo el fiscal Herranz, para quien los acusados ‘no han hecho nada delictivo’. ¿Cómo se ha llegado a este final en la que fue una de las investigaciones más ambiciosas, extensas e importantes de los últimos lustros en las Islas Baleares?  El acoso a los testigos durante la instrucción por parte de sicarios supuestamente a las órdenes de los investigados ha tenido mucho que ver, igual que la defensa a ultranza que ha hecho la Fiscalía de los acusados. El 90% de los testigos que han desfilado por el juicio, en torno a unos 70, no han aportado las pruebas de cargo que, en un principio, tenían o se han desdicho de sus testimonios acusatorios iniciales; incluso algunos testigos no han comparecido y se encuentran en paradero desconocido. “Normal que tengan miedo, si ves que la Fiscalía no persigue los delitos, si ves que van a quedar impunes y tú vives allí con tu familia, pues tienes miedo”, confiesa a Publico Teresa Bueyes, la abogada de un empresario perjudicado, que tuvo que renunciar a la acusación porque ‘no se han presentado las pruebas que incriminaban a Cursach’, sostiene. Respecto a su cliente, Bueyes alega que las 14 denuncias que José Manuel Bover llegó a presentar en su día y que estaban aportadas en el sumario, ‘han desaparecido directamente. Ni se han enjuiciado ni se han archivado, es que no están’. La abogada se refiere a ‘hechos gravísimos de coacciones, escombros a la puerta de su local, carne muerta que le dejaron como amenaza’... Bueyes apunta a que, en este juicio, ‘ha ganado el miedo, ha perdido la Justicia’, en relación al temor de los testigos a decir la verdad.

El empresario Cursach, su mujer y su hija, en la Audiencia de Palma. B. RAMON

El empresario y su número dos, recién absueltos, acusan al exjuez, el exfiscal y los policías de blanqueo de 23 delitos por su actuación durante la instrucción del caso. Así nos lo recuerda Marcos Ollés, en el Diario de Mallorca el pasado día 2 de los corrientes. “Cursach y Sbert solicitan condenas de más de 30 años de prisión para el exjuez Manuel Penalva y exfiscal Miguel Ángel Subirán por su actuación durante la instrucción del caso. Recién absueltos por la Audiencia Provincial, el magnate y su número dos les atribuyen hasta 23 delitos de revelación de secretos, obstrucción a la justicia, omisión del deber de perseguir delitos, prevaricación, inducción al falso testimonio y coacciones. También figuran en el escrito de acusación, presentado en el Tribunal Superior de Justicia, los cuatro agentes del grupo de Blanqueo de la Policía imputados en esta causa, para quienes solicitan también elevadas condenas de prisión. El documento está presentado también en nombre de Jaime Lladó y Antonio Bergas, que fueron procesados en el caso Cursach pero exculpados el primer día del juicio. El documento sostiene que entre 2014 y 2018, durante la investigación, los seis acusados ‘decidieron vulnerar los derechos fundamentales de las personas investigadas’ tanto en el caso Cursach como en las pesquisas sobre la ORA y el IME. Afirma que Penalva, Subirán y los policías ‘obraban coordinadamente en unidad de actuación’ y les atribuye la filtración a periodistas de decenas de informaciones que eran ‘secretas o reservadas para generar una opinión social desviada que vulneraba el derecho a la presunción de inocencia’ de los investigados. Mientras, mantenían la causa bajo secreto ‘para evitar que las defensas tuvieran acceso a la información’. El escrito, que enumera decenas de informaciones periodísticas publicadas durante la instrucción del caso, atribuye también a los seis acusados la detención ‘injustificada’ del hermano y los padres de Álvaro Gijón, en junio de 2017, para ‘presionar’ al político y ‘generar un clima de terror’ entre los investigados. También sostiene que, durante la investigación del caso, fueron encarceladas varias personas por no declarar en contra de Gijón y otros imputados en la investigación del caso ORA. Asegura que los policías de Blanqueo coaccionaron a Sbert para que implicara a José María Rodríguez en el caso, bajo la amenaza de ir a prisión, y que Penalva y Subirán manipularon las declaraciones de varios testigos durante la instrucción”.

El juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán, a la salida del TSJIB.

Los abogados de Bartolomé Cursach y su socio Bartolomé Sbert, y el ex director de la discoteca Tito's, Jaime Lladó, presentan a primeros de diciembre un escrito ante el Tribunal Superior de Justicia de Baleares. En el mismo, solicitan la apertura de juicio oral contra el juez instructor del denominado caso Cursach, Manuel Penalva, el fiscal, Miguel Ángel Subirán, y los cuatro agentes de Policía Nacional que les investigaron en la macrocausa de presunta corrupción en la Policía Local. El caso Cursach ha concluido con la absolución de todos los imputados. En el escrito de acusación, presentado el 1 de diciembre, solicitan formalmente penas de prisión que suman casi 200 años de cárcel y 338 años de inhabilitación, y multas que conjuntamente ascienden a 2,3 millones de euros por delitos continuados de revelación de secretos, obstrucción a la justicia, omisión del deber de perseguir delitos, prevaricación y coacciones durante la instrucción de la causa que ahora se ha juzgado en la Audiencia Provincial. No sólo Cursach apunta contra Penalva y Subirán. En la penúltima sesión del juicio, la Fiscalía Anticorrupción se limitó a argumentar los motivos por los que pedía abrir una nueva causa contra Penalva y Subirán por detención ilegal, coacciones y prevaricación. El Ministerio Público defendió que apreciaba indicios de que todas las detenciones y prisiones preventivas de los acusados pudieron ser delictivas. Los abogados de Cursach y Sbert, tras ser absueltos en el juicio celebrado en la Audiencia de Palma, solicitan 32 años y medio de prisión para el juez Penalva, 37 y medio para el fiscal Subirán, y entre 30 y 34 años y medio para cuatro policías del grupo de Blanqueo de la Policía Nacional. La Fiscalía renuncia a la acusación de los encausados por considerar que “no hay prueba de cargo para sostener ninguno de los hechos” presuntamente delictivos. Así lo anunció el fiscal Tomás Herranz al concluir la fase de declaraciones de los testigos de la acusación durante el juicio a Cursach, Sbert y varios policías locales de Palma, acusados de favorecer sus negocios. Cursach, que estuvo en prisión preventiva durante trece meses, estuvo imputado por cohecho, extorsión, amenazas, coacciones, uso de información privilegiada, pertenencia a organización criminal, fraude fiscal, tráfico de influencias, homicidio, corrupción de menores, delito contra los trabajadores, falsedad documental, estafa procesal, tenencia ilícita de armas y narcotráfico. El grueso de la instrucción corrió a cargo del juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán, actualmente jubilados por incapacidad y pendientes de ser juzgados, acusados de detenciones ilegales, coacciones a testigos y obstrucción a la justicia.

Bartolomé Sbert (i) y Bartolomé Cursach (d) en un banco de la Audiencia al principio de las sesiones del macrojuicio. Alejandro Sepúlveda.   

La investigación arrancó en 2013, con las sospechas de amaño de una plaza de policía local en Mallorca, y se convirtió en el caso que salpicó a un centenar de personas, y el empresario Bartolomé Cursach en el epicentro. Daniel Montero así lo contaba el domingo pasado en Niusdiario. “La Fiscalía le acusaba de comprar voluntades a policías y políticos para que cerrasen los negocios de la competencia, pero una testigo protegida denunció presiones de los investigadores para inventarse acusaciones falsas. El caso cambió de manos y los investigadores encontraron varios chats entre el fiscal, el juez y los investigadores para dirigir la causa. Ahora, los principales acusados han sido absueltos tras 36 sesiones de juicio en las que el fiscal actual ha pedido perdón compungido.  Fue durante la última de las 36 sesiones del juicio cuando el fiscal Tomás Herranz comenzó a hablar con la voz quebrada. ‘Este procedimiento es un fracaso, un fracaso de la Administración de Justicia, un fracaso total’. A su derecha, en el banquillo se sentaba el empresario Bartolomé Cursach, que escuchaba atento. ‘No han hecho nada delictivo’, señalaba el fiscal. ‘El cambio de la Fiscalía obedece a un intento de reparar el daño’. En ese momento, mientras que a Herranz se le apagaba la voz, varios de los abogados presentes en la sala comenzaron a aplaudir o a golpear su mesa con la mano en señal de aprobación. Fue el final de un camino variable con una sola certeza: la de que alguien por el camino ha retorcido la Justicia hasta convertirla en injusta o ponerla al servicio de sus intereses. Pero ¿qué ha pasado para que Cursach haya pasado de ser detenido y tras un año en prisión preventiva para que la propia Fiscalía le pida perdón en público? ¿Dónde quedaron las acusaciones de corrupción, las supuestas orgías pagadas a policías y políticos, las denuncias de terceros o las supuestas agresiones a testigos? Esta es la cronología de un descalabro judicial con más sombras que claros, que mantiene acusados al juez, al fiscal y a los cuatro policías anti-blanqueo que se pusieron durante años al frente del caso. Los mismos que, desde una apariencia de imparcialidad, tenían un grupo de WhatsApp llamado Operación Sancus que ha servido ahora para procesarles. El caso Cursach arrancó en 2013 con un nombre distinto. De hecho, la investigación se centró en el presunto amaño de una plaza en la Policía Local de Palma de Mallorca. Sin embargo, la jueza encargada del caso en ese momento decidió ampliar la investigación ante la sospecha de que algo más estaba sucediendo en ese cuerpo, encargado de controlar las licencias de los locales de la noche de Palma. En ese momento, había un nombre que desde la mítica discoteca Tito’s se levantaba por encima de los demás en el mundo del ocio nocturno de la isla: el de Bartolomé Cursach”.

Cursach, tomando un café antes de entrar a la sesión.

El caso llegó a su culmen en febrero de 2017 con la detención de Cursach y su entrada inmediata en prisión preventiva, que se prolongó durante más de un año. Apareció en esta época otro de los personajes claves de la causa, que ocupaba el número 31 entre los testigos protegidos. Era una madame que trabajaba en un prostíbulo que los investigadores vinculaban con la trama, y donde según su declaración se organizaban orgías salvajes con políticos locales, personas cercanas al poder, agentes de policía y en ocasiones, menores. No fue el único. Hubo otro testigo protegido, esta vez con el número 29, que relató escenas parecidas. Esta persona mantuvo incluso que, tras su testimonio, unos sicarios le habían quemado la cara con un hierro candente. Sin embargo, un año después de la entrada en prisión de Cursach, el caso comenzó a tomar un giro inesperado. Fue cuando esa misma madame, la testigo protegido número 31, entregó a un abogado llamado Vicente Campaner los mensajes que se había cruzado con el juez encargado del caso. En ellos, el magistrado se refería a Cursach como “hijo de puta”, lo que sirvió para apartar a Penalva de la causa. A día de hoy, todavía no queda claro lo que motivó a esta testigo a denunciar las presiones del juez y el fiscal del caso. De hecho, en varios momentos ella misma negó incluso las reuniones con el abogado denunciante. Esto se produjo en marzo de 2018. “Con Penalva fuera de la causa, el magistrado que tomó el relevo, Miquel Florit, decidió investigar las continuas filtraciones que había sobre la causa, señalando directamente a los agentes de la unidad anti-blanqueo que, hasta el momento, se habían encargado de las pesquisas. En el marco de esas diligencias, el magistrado ordenó requisar los terminales móviles de dos periodistas de Europa Press y Diario de Mallorca para conocer sus fuentes, en una decisión que fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional. El juez requisó también el teléfono móvil de varios agentes de la UDEF de Palma, y encontró en ellos un chat entre el fiscal, el juez y varios agentes encargados del caso que se titulaba ‘a por ellos’. La separación entre las distintas partes del procedimiento, la imparcialidad y la tutela judicial efectiva saltaron por los aires y se abrió entonces un procedimiento contra el juez Penalva, contra el fiscal Subrián y contra cuatro agentes por presuntos delitos de detención ilegal, coacciones y prevaricación. El pasado mes de junio arrancó una de las piezas separadas que ha llegado a juicio de este procedimiento. No era la rama principal, en la que Cursach ya fue exonerado en 2020, pero sí afectaba tanto al empresario como a 14 agentes de policía, acusados de actuar a su dictado para cerrar los locales de la competencia. Cuando arrancó la vista oral, el fiscal Tomás Herránz presentó un escrito de acusación lleno de tachones que indicaba ya la postura de la Fiscalía para rebajar al máximo su beligerancia con Cursach. El juicio terminó esta semana con al caso Cursach quien, para empezar, pide más de 200 años de prisión para el juez Penalva, para el fiscal Subirán y para los cuatro agentes que irán a juicio junto a ellos, acusados de manipular la causa. Tanto Penalva como Subirán están ya jubilados y fuera del sistema judicial, así que poco les condicionan los 338 años de inhabilitación que pide contra ellos el empresario líder del ocio nocturno en la isla. Además, la sala ha dado permiso para deducir testimonio contra cuatro testigos de este juicio, sobre los que considera que pudo haber indicios de mentira en su testimonio. En el tintero queda por esclarecer el tintero de acusaciones sobre presiones, amenazas e incluso supuestas agresiones a testigos esgrimidas por uno y otro bando. Además, Cursach tiene la posibilidad de pedir una indemnización al Estado por el tiempo que, según la propia Fiscalía, ha pasado de forma injusta en prisión”.

A finales de diciembre de 1936, George Orwell, autor de '1984', escribe, bajo el título “Homenaje a Cataluña”, un relato personal sobre su experiencia durante la Guerra Civil española, del que extraemos lo que sigue: 

“Había viajado a España con la vaga intención de escribir artículos para los periódicos, pero me alisté en la milicia casi enseguida, porque en aquel momento y en aquel ambiente parecía lo único lógico. Los anarquistas todavía controlaban casi toda Cataluña y la revolución aún conservaba intacta su fuerza… El aspecto que ofrecía Barcelona era abrumador y sorprendente. Era la primera vez que yo pisaba una ciudad donde estaban al mando los obreros. Habían requisado casi todos los edificios y los habían tapizado de banderas rojas o con la bandera roja y negra de los anarquistas…habían saqueado casi todas las iglesias y quemado las imágenes. En todas las tiendas y cafés había una inscripción que advertía de que los habían colectivizado; incluso habían colectivizado a los limpiabotas, que habían pintado sus cajones de rojo y negro. Los camareros y los dependientes de los comercios te miraban a los ojos y te trataban de igual a igual. Las formas de tratamiento serviles o ceremoniosas habían desaparecido. Nadie decía ‘señor’, ni ‘don’, ni siquiera ‘usted’, sino ‘camarada’, se tuteaban y se decían ‘¡salud!’ en lugar de ‘buenos días’. En las Ramblas, la arteria ancha central de la ciudad por la que multitudes iban y venían constantemente, los altavoces tronaban día y noche con canciones revolucionarias… Aquella era una ciudad donde las clases acomodadas habían dejado de existir. Casi todo el mundo llevaba ropa tosca de trabajo, monos azules o alguna variante del uniforme de la milicia. Era extraño y conmovedor. Había muchas cosas que se me escapaban y que en cierto modo no acababan de gustarme, pero en el acto comprendí que era una situación por la que valía la pena luchar…Pensé que aquello era de verdad un Estad obrero y que los burgueses habían huido, habían sido asesinados o se habían pasado voluntariamente al bando de los trabajadores; no reparé en que muchos burgueses ricos se habían limitado a ser discretos y a disfrazarse de proletarios por un tiempo”.

Otras imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:

El padre de Felipe VI consigue que la Corte de Apelaciones de Inglaterra y Gales le conceda la inmunidad en Reino Unido para sortear una demanda por acoso de su antigua amante, Corina Larsen. Esta le acusa de una minucia: estar detrás de una situación de espionaje a partir de 2012, tras la ruptura de su relación y después de que Corinna se negase a devolver 65 millones de euros que, supuestamente, Juan Carlos I le habría donado en 2012. Así que todos somos iguales ante la Justicia, pero algunos son más iguales que otros. Pero, eso sí, “hasta su abdicación” (en junio de 2014). ¿Habrá nuevas sorpresas? Veremos. (Tremending). 

España se despide del Mundial y, con La Roja, también se va Mariano Rajoy, autor de la antológica columna 

Ha sido una pena, titula el expresidente del Gobierno, informando de que “se acabó el Mundial para España” y de que hemos quedado eliminados, siendo Marruecos quien juegue los cuartos de final contra el vencedor del Portugal-Suiza”. “Yo no voy a reprochar nada a nadie porque no es mi papel ni me parece procedente hacerlo”, deja claro Rajoy, aunque se supone que en una columna de fútbol habrá que analizar o, al menos, opinar. “Por mi parte, simplemente, señalar que ha sido una pena”, porque había ilusión y expectativas, explica, “quizás por encima de las auténticas posibilidades de nuestra selección”.

Los tuiteros analizan la reapertura de la plaza, tras las obras de Almeida.

“Si vais por la Puerta del Sol, llevad botas de montaña”. Así resume un tuitero la situación encontrada por los madrileños en la céntrica plaza de la capital, tras su reapertura por Navidad. Oposición y ciudadanos han pedido explicaciones al alcalde y han denunciado el estado en el que los viandantes la han encontrado, muchos con vídeos y fotos. Rita Maestre criticó que se haya reabierto “con el cemento aún fresco y la obra sin terminar”. Posteriormente, Almeida señaló que no se trata de cemento sino de “mortero seco” y acusó a Maestre de “esparcir bulos”. (Tremending)

¿Por qué me alegra la derrota de España?

“La derrota de España me alegra porque es fútbol. El sentimiento de pertenencia a una camiseta es pura subjetividad y no hay nada menos racional, por lo que poco hay que justificar al alegrarse de una derrota. Es simple emoción y me alegré de que España fuera eliminada. No hay que desdeñar también el peso de la simple provocación para defender el alborozo ante la eliminación de la derrota de la selección española en el Mundial de fútbol de Qatar ante Marruecos. Encima, ante Marruecos, cómo no alegrarse al sentir la rabia, la ira y la decepción de quienes veían en el partido algo más que fútbol y lo convirtieron en un discurso humillante ante toda una población y una etnia. Un simple partido que muta en discurso de odio provoca por simple decencia empatía con los odiados”. (Antonio   Maestre)

Marlaska niega que haya entrado ningún gol marroquí en la portería española. El Mundo Today.

“Los cuartos no los vamos a catar”.

Una escritora lamenta que solo fuesen dos personas a su firma de libros...

Chelsea Banning se llevó un gran chasco cuando solo dos personas acudieron a su firma de libros. La escritora mostró su decepción en su cuenta de Twitter, especialmente porque habían confirmado su asistencia unas 37 personas, que finalmente no acudieron. La autora se mostró “algo molesta” y “avergonzada” por este hecho, pero a su tuit respondieron algunos autores mostrando su apoyo. Y no precisamente unos desconocidos. Escritores de éxito como Margaret Atwood, Stephen King y Neil Gaiman contaron historias de sus propias firmas a las que nadie acudió. Gaiman se lo tomó con humor y contó a la autora sobre una firma con Terry Pratchett a la que no acudió nadie: “Ya llevas dos más que nosotros”, le respondió. Peor fue la experiencia de Atwood y King, donde a la primera la confundieron con el servicio en una de sus firmas a la que nadie fue y al segundo solo se le acercó un niño para preguntarle por la ubicación de los “libros de nazis”. La autora se llevó varias muestras de apoyo y tras ver que hasta los superventas tienen días malos, probablemente el mal trago por la poca asistencia a su firma se volvió más llevadero.

El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Manel F. Vergara, Enrique, Flavita Banana, Kap, Pat, Pedriopol…











 Silly walks


 Silly walks.


Silly walks





Pep Roig, desde Mallorca:


Sin control y poca vergüenza.

Noismo.

 Los juzgadores, fuera de la ley.
Nueva tradición.

Según me covenga.

Lógica de patadas.

                              
Tradicional saqueo.

Los vídeos de esta semana:

La Fiscalía retira todas sus acusaciones del Caso Cursach

Cas Cursach: el fiscal Herranz acaba el seu informe entre llagrimes i tota la sala l'aplau

¿Las ideas de la izquierda son mejores por naturaleza? ¿Son más justas? ¿Más éticas? Y si creemos que sí, ¿qué trampas esconde esa convicción?

PODCAST | La superioridad moral de la izquierda

George Orwell, La Rambla y la Guerra Civil Española

LA REACCIÓN DE LUIS ENRIQUE TRAS LA DERROTA Y ELIMINACIÓN DEL MUNDIAL- MARRUECOS (3) 0- 0 (0) ESPAÑA

Espanya perd - Polònia

NO-DO Qatar – Polònia

El croissant de la Constitució – Polònia


 

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