Un pueblo valenciano se alza contra su cura.
El pueblo valenciano de
Albalat dels Tarongers, municipio de la Comunidad Valenciana que cuenta con
1164 habitantes, ha decidido reprobar en el próximo pleno del Ayuntamiento las
relaciones con Vicente Miguel Planells (25 años), el cura de la localidad, por
incitar al odio y a la violencia durante las homilías. Los vecinos califican sus
sermones como “homófobos y machistas”. Según los albalatenses, el religioso
denigra a las mujeres, al tiempo que justifica la violencia machista. “Incita a
que las mujeres seamos sumisas ante nuestros maridos, que nos tienen que educar
y, si hace falta, darnos una bofetada, es para educar”, señala una vecina de la
localidad. La alcaldesa, Maite Pérez, acusa al párroco de la localidad de
realizar discursos homófobos y machistas desde el púlpito y ha convocado un
pleno extraordinario para condenar y mostrar su repulsa por las manifestaciones
que el religioso está haciendo.
Según recoge en primicia
el diario Levante-EMV, el Arzobispado de València tiene previsto romper con el
párroco por sus “discursos de odio”. “Tacha de enfermos a los homosexuales,
defiende la superioridad del hombre frente a la mujer, justificando así la
violencia de género; vejaciones, abusos y malos tratos que niega. También dice
barbaridades sobre el aborto...”, explica en el diario.
La alcaldesa Pérez, del
PSPV-PSOE, ha afirmado que además de querer “romper la relación con el cura”,
el Ayuntamiento ha convocado un pleno extraordinario para condenar y mostrar su
repulsa por las manifestaciones que está haciendo, una propuesta que se ha
pactado entre todos los grupos municipales dado que “todo lo que pueda vulnerar
derechos y libertades no cabe en un Estado de derecho”.
Ante la proximidad de las
festividades del municipio, ella misma y una de las concejalas del equipo de
gobierno, Carmen Bastante, decidieron publicar un escrito en redes sociales en
el que afirman que no asistirán a ninguna celebración en la Iglesia mientras que
el párroco no pida perdón. En la misma línea, el concejal del PP y exalcalde de
este pueblo, Filiberto Prats ha asegurado que, como feligrés, tuvo que salirse
de la iglesia por “las barbaridades” que, a su juicio, estaba diciendo el
párroco desde el púlpito. “Se metió con todo el mundo. El único salvado parece
ser que es él”, relata Prats, quien, al final, “no pudo soportar “tantas
solemnes barbaridades”, pues, aunque han hablado con él, “sigue con la suya”.
Desde el Arzobispado de
Valencia han asegurado que se han puesto en contacto con el párroco, que “niega
las palabras puestas en su boca” y dice que se han tergiversado”, al tiempo que
condena absolutamente la violencia contra las mujeres y en ningún caso ha sido
su intención ofender a nadie. El cura lamenta “enormemente” el daño que esta
noticia ha hecho a la Iglesia y “a quienes se hayan podido sentir ofendidos por
la tergiversación de sus palabras y perdona las calumnias realizadas contra su
persona”.
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