Rachida Dati: "Mi vida es un cuento de hadas".
Rachida Dati.
Coincidiendo con esta celebración, la ministra más mediática del Gobierno galo replicaba el pasado domingo en el periódico “Journal du dimanche” a quienes habían criticado el hecho de que el pasado enero volviera al trabajo 5 días después de dar a luz. Rachida Dati, ministra de Justicia aseguraba que “el primer derecho de la mujer es el de la libertad”. Precisaba que su salud le permitía renunciar a la baja de maternidad y que “nunca hubiera hecho nada contra la opinión de mi médico”. La ministra aprovecha también para pedir “respeto” por el padre de su hija, cuya identidad no había querido desvelar, lo que suscitó rumores de todo tipo. Una página marroquí apuntaba al ex presidente español, José maría Aznar. Lo que fue inmediatamente desmentido por éste.
Hija de padre marroquí y de madre argelina, Rachida es la segunda de una familia de doce hijos, ocho hermanas y cuatro hermanos. Posee triple nacionalidad: francesa, marroquí y argelina, pero declara que es “francesa de origen francés”. Creció y estudió en un barrio muy humilde llamado Saint-Jean y empezó a trabajar a los catorce años, repartiendo publicidad, como vendedora en un supermercado y, desde los dieciséis hasta los dieciocho, cuidando ancianos.
En 1987, volvió a los estudios, graduándose en administración de empresas y, después de haber trabajado en el sector de la gestión, decidió estudiar leyes en el Colegio Nacional de Derecho Francés donde también se graduó con el título de magistrada. Fue fiscal y, en 2002, conoció a Nicolas Sarkozy. Trabajó con él en el proyecto de la prevención de la delincuencia cuando éste era todavía ministro de Interior. En diciembre de 2006, se unió al partido UMP, (Union pour un Mouvement Populaire), de Sarkozy, quien la nombraba ministra de Justicia al ganar las elecciones presidenciales. Era la primera persona de origen magrebí que dirigía un ministerio del Gobierno francés.
Su ajetreada vida privada y sus continuas apariciones en las portadas de las revistas, en las que mostraba un excesivo gusto por el lujo y las joyas, llevaron al presidente francés a “instarle” a que dejara el Gobierno para que se presentase a las próximas elecciones europeas del 7 de junio. Un cambio que todos los analistas y medios de comunicación coincidieron en considerar como un castigo del presidente Sarkoxy, celoso por la sombra que ella provocaba. Sin embargo, ella niega que haya caído en desgracia y se declara orgullosa de su trabajo y de las 30 reformas que puso en marcha en el plazo récord de dos años. En la entrevista de “Journal du dimanche” asegura que es una “currante” y no una “arribista” interesada y ambiciosa, como la ven muchos. “Trabajé duro –declara–. Mi vida no es un cuento de hadas. Estoy orgullosa de haber realizado la hoja de ruta que el presidente me confió… Éste me convenció de que el compromiso político se vivía de formas diferentes”. Dati opina que el dejar el Gobierno no significa un abandono, sino un cambio de responsabilidades. “Sigo al servicio de los franceses –advierte– y tengo más ganas que nunca de continuar en la política”. Un documental titulado “Dati, la ambiciosa”, emitido por el Canal Arte (cadena franco-alemana de televisión cultural), muestra su biografía.
El pasado domingo se celebraba el Día Internacional de la Mujer, fecha que conmemora los esfuerzos que las mujeres y hombres han realizado por alcanzar la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. La celebración fue propuesta en 1910 por la alemana Clara Zetkin, integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección, durante el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague (Dinamarca). Ella, en 1886, ya había participado en pro de la mujer, asistiendo al Congreso de la Segunda Internacional Socialista en París y defendiendo el derecho de las mujeres al trabajo y a la participación en asuntos nacionales e internacionales, así como a la protección de las madres, las niñas y niños. En 1977, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró ese día como oficial.
Coincidiendo con esta celebración, la ministra más mediática del Gobierno galo replicaba el pasado domingo en el periódico “Journal du dimanche” a quienes habían criticado el hecho de que el pasado enero volviera al trabajo 5 días después de dar a luz. Rachida Dati, ministra de Justicia aseguraba que “el primer derecho de la mujer es el de la libertad”. Precisaba que su salud le permitía renunciar a la baja de maternidad y que “nunca hubiera hecho nada contra la opinión de mi médico”. La ministra aprovecha también para pedir “respeto” por el padre de su hija, cuya identidad no había querido desvelar, lo que suscitó rumores de todo tipo. Una página marroquí apuntaba al ex presidente español, José maría Aznar. Lo que fue inmediatamente desmentido por éste.
Hija de padre marroquí y de madre argelina, Rachida es la segunda de una familia de doce hijos, ocho hermanas y cuatro hermanos. Posee triple nacionalidad: francesa, marroquí y argelina, pero declara que es “francesa de origen francés”. Creció y estudió en un barrio muy humilde llamado Saint-Jean y empezó a trabajar a los catorce años, repartiendo publicidad, como vendedora en un supermercado y, desde los dieciséis hasta los dieciocho, cuidando ancianos.
En 1987, volvió a los estudios, graduándose en administración de empresas y, después de haber trabajado en el sector de la gestión, decidió estudiar leyes en el Colegio Nacional de Derecho Francés donde también se graduó con el título de magistrada. Fue fiscal y, en 2002, conoció a Nicolas Sarkozy. Trabajó con él en el proyecto de la prevención de la delincuencia cuando éste era todavía ministro de Interior. En diciembre de 2006, se unió al partido UMP, (Union pour un Mouvement Populaire), de Sarkozy, quien la nombraba ministra de Justicia al ganar las elecciones presidenciales. Era la primera persona de origen magrebí que dirigía un ministerio del Gobierno francés.
Su ajetreada vida privada y sus continuas apariciones en las portadas de las revistas, en las que mostraba un excesivo gusto por el lujo y las joyas, llevaron al presidente francés a “instarle” a que dejara el Gobierno para que se presentase a las próximas elecciones europeas del 7 de junio. Un cambio que todos los analistas y medios de comunicación coincidieron en considerar como un castigo del presidente Sarkoxy, celoso por la sombra que ella provocaba. Sin embargo, ella niega que haya caído en desgracia y se declara orgullosa de su trabajo y de las 30 reformas que puso en marcha en el plazo récord de dos años. En la entrevista de “Journal du dimanche” asegura que es una “currante” y no una “arribista” interesada y ambiciosa, como la ven muchos. “Trabajé duro –declara–. Mi vida no es un cuento de hadas. Estoy orgullosa de haber realizado la hoja de ruta que el presidente me confió… Éste me convenció de que el compromiso político se vivía de formas diferentes”. Dati opina que el dejar el Gobierno no significa un abandono, sino un cambio de responsabilidades. “Sigo al servicio de los franceses –advierte– y tengo más ganas que nunca de continuar en la política”. Un documental titulado “Dati, la ambiciosa”, emitido por el Canal Arte (cadena franco-alemana de televisión cultural), muestra su biografía.
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