Klaus
Schwab, Fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Mundial.
Fundado en 1971 por Klaus M.
Schwab, profesor de economía, en Suiza, el Foro Económico Mundial (World
Economic Forum, WEF) o también llamado Foro de Davos (Suiza), un organismo
privado sin fines de lucro con sede en Ginebra, reúne anualmente a los
principales líderes empresariales, políticos internacionales, periodistas e
intelectuales selectos que analizan los problemas más apremiantes que afronta
el mundo; entre ellos, la salud y el medio ambiente, desde 1991. Además
de asambleas, el Foro genera una serie de informes de investigación e involucra
a sus miembros (suponen solo el 1 por ciento de la población) en iniciativas
específicas de cada sector. Esta última edición del Foro Económico Mundial de
Davos (WEF 2018), se celebró la semana pasada en la ciudad Suiza, entre los
días 23 y 26 de enero. La organización, sin fines de lucro y no ligada a
intereses políticos, partidarios ni nacionales, posee carácter de veedor del
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y se encuentra bajo la
supervisión del Gobierno Federal Suizo. El Foro está financiado por 100
empresas miembro, clasificadas entre las principales de la industria y juegan
un rol de liderazgo para forjar el futuro de sus industrias o regiones, según
lo determinado por el comité de selección. Los asociados industriales provienen
de una amplia variedad de sectores empresariales, entre ellos, construcción,
aviación, tecnología, turismo, alimentos y bebidas, ingeniería y servicios
financieros. Son empresas que conocen muy bien los problemas mundiales que más
afectan a su sector industrial específico. La asamblea en el complejo turístico
de los Alpes suizos reúne a los Directores Ejecutivos de las 1000 empresas
miembros del Foro, además de a los políticos selectos, representantes de
academias, organizaciones no gubernamentales, líderes religiosos y medios de
comunicación. La participación en la Asamblea Anual es solamente por
invitación. Alrededor de 2.200 participantes se reúnen para el evento, asistiendo
a más de 200 sesiones del programa oficial. Los foros de debate tratan asuntos
fundamentales de preocupación global (como conflictos internacionales, pobreza
y problemas medioambientales) y sus posibles soluciones.
Foro Económico Mundial de Davos.
El Foro Económico Mundial contó
con más de 340 altos líderes políticos y con 10 jefes de Estado y de Gobierno
de todos los continentes. El discurso de apertura fue pronunciado por Narendra
Modi, primer ministro indio. Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de
América, pronunció su discurso antes del cierre de la reunión. Este año, el
Foro de Dabos tuvo una participación récord de líderes. Pero la Asamblea Anual
también fue menospreciada por ser una “combinación de pompa y lugares comunes”,
recibiendo críticas por dejar los asuntos económicos importantes y tratar sólo temas
de poca importancia. En lugar de analizar la economía mundial con expertos,
además de participantes clave del ámbito empresarial y político, Davos presentó
sobre todo las causas políticas diarias de los principales medios de
comunicación (como el cambio climático global y el SIDA en África).
Mujeres al poder.
Por primera vez, la reunión anual
del Foro Económico Mundial de Davos estuvo, en algunas circunstancias, dirigida
exclusivamente por mujeres: Isabel Cocher, Chetna Sonha, Etna Solberg, For
Mathuros, Fabiola Gianotti, Christine Lagarde, Sarhan Burrow, Ginni Rometty, resaltaron las
fracturas que se aprecian a nivel global: la desigualdad de acceso a la
educación, la desigualdad de oportunidades a corto plazo, la falta de confianza
en la propia humanidad, y la necesidad de preparar a los trabajadores para los
avances tecnológicos. La actriz y ganadora del Premio Crystal habló sobre su
visión de un mundo que se solidariza con las personas desplazadas por la
fuerza. E hizo una defensa a ultranza de los refugiados como “embajadora de
buena voluntad” para ACNUR. Criticó la actuación del Gobierno australiano hacia
los refugiados. “Es más profundo –dijo– que la vergüenza: la reacción de su
país es vergonzosa”. Narendra Modi se
mostró más optimista que nunca sobre la recuperación económica mundial. “Las
fuerzas del proteccionismo –dijo– están levantando cabeza frente a la
globalización”. Frente a las grandes figuras de la política, economía y la
sociedad civil, el primer ministro de Canadá, Justin Tradeau, reivindicó la
lucha por la igualdad de las mujeres y calificó de “inaceptable”, el acoso
sexual…
La presidenta del grupo Santander, Ana Botín.
Según un informe del Foro
Económico Mundial, hecho público en 2017, la brecha en la igualdad de género en
el mundo solo se cerrará dentro de cien años y costará alrededor de 217 años
conseguir la paridad salarial entre hombres y mujeres. Por este motivo, el
organismo internacional de Davos hace una llamada de atención con una
copresidencia del evento formada solamente por seis mujeres. Pese a ello, solo
el 21% de los 3.000 participantes entre líderes políticos, empresariales,
sociales y religiosos son mujeres. En el caso de España, la representación
femenina baja hasta el 17%, todavía lejos del Reino Unido, con el 24% de
presencia femenina, o de Noruega, con el 39% de mujeres en el grupo de
invitados, aunque este último país cuenta con su primer ministra, Erna Solberg,
como una de las copresidentas del Foro de 2018. Además de la primera ministra
noruega, también están en la dirección como vicepresidentas Christine Lagarde,
directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Sharan Burrow, secretaria
general de la Confederación Internacional de Sindicatos, Fabiola Gianotti,
directora general de la Organización Europea para el Análisis Nuclear; Isabelle
Kocher, consejera delegada de ENGIE, Ginni Rometty, presidenta de IBM, y Chetna
Sinha, presidenta de la cooperativa de crédito Mann Deshi. En este estudio de
paridad, España avanza cinco puestos para colocarse en el lugar 24 de la
clasificación mundial, situándose en el entorno del resto de países de Europa
Occidental. Y consigue cerrar la brecha de género en casi un 74,6%. Ninguno de
los dos ministros que asiste a la cita –el ministro de Economía, Luis de
Guindo, y el de Asuntos Exteiores, Alfono Dastis– es mujer. Solo hubo una
española en el grupo de invitados: Arancha González Laya, directora ejecutiva
del Centro de Comercio Internacional (ITC), que participó en una mesa de debate
sobre “comercio más abierto y crecimiento más incluyente”. Y, pese a que la
presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas del
Ibex35 es del 21.8%, en el caso de las
directivas empresariales que acudieron a Davos la representación es mucho más
exigua. Solo acudieron a la cita la vicepresidenta ejecutiva del Grupo
Iberostar, Gloria Fluxá, y la presidenta del Grupo Banco Santander, Ana Botín.
España ocupa el vigésimo sexto lugar entre
veintinueve economías avanzadas, según un informe del Foro
Económico Mundial.
Las diez economías avanzadas más
incluyentes son Noruega, Islandia, Luxemburgo, Suiza, Dinamarca, Suecia,
Holanda, Irlanda, Australia y Austria. España ocupa el vigésimo sexto lugar
entre veintinueve economías avanzadas, según un informe publicado el lunes por
el Foro Económico Mundial, en vísperas del inicio de su reunión anual. De los
tres pilares más importantes, España se sitúa en el vigésimo quinto puesto en
inclusión, en el vigésimo cuarto en crecimiento y desarrollo, y en el vigésimo
segundo en equidad intergeneracional. El informe llega a esta conclusión al
analizar el PIB per cápita, el empleo, la productividad laboral, la esperanza
de vida sana, los ingresos medios por hogar, la tasa de pobreza, el ahorro neto
ajustado, la deuda pública, la ratio de dependencia demográfica, la intensidad
de carbono y el ingreso nacional bruto. El resultado de su análisis de 103
países muestra que durante los últimos cinco años, pese a la recuperación de la
economía mundial, la inclusión social ha empeorado o permanecido sin mejoras en
20 de las 29 economías avanzadas y que la equidad intergeneracional se ha
deteriorado en 56 de 74 países emergentes. Pero, durante los últimos cinco años,
solo 12 de los 29 países avanzados han conseguido reducir la pobreza y solo
ocho registraron una reducción de la desigualdad por ingresos. De las economías
del G7, Alemania (12), obtiene el mejor ránking, seguido de Canadá (17),
Francia (18), el Reino Unido (21), Estados Unidos (23), Japón (24) e Italia
(27). Entre los diez países emergentes más incluyentes destacan en la posición
sexta Panamá, en la octava, Uruguay, y, en la novena, Chile. Esos países
latinoamericanos comparten el ránking con Lituania, Hungría, Azerbaiyán,
Letonia, Polonia, Croacia y Rumanía. Los países de Europa del este se
benefician de su pertenencia a la Unión Europea (UE) y han logrado mejorar los
estándares de vida medios y bajar la desigualdad medida por la riqueza. De
acuerdo con el Foro, tanto los países ricos como los pobres tienen dificultades
para proteger a las generaciones futuras. En el pilar de la equidad
intergeneracional y la sostenibilidad desde 2012, se observa un empeoramiento
en las economías, tanto de ingresos altos y medios como en las de ingresos
bajos, y una mejora solo marginal del 0,6 % en las economías avanzadas. En
opinión del jefe de la Agenda Global del Foro, Richard Samans, los líderes no
deberían esperar que un crecimiento más elevado sea la panacea para
contrarrestar las frustraciones sociales, incluidas las de generaciones más
jóvenes, sino centrarse “específicamente en progresos sostenibles en los
estándares de vida”.
Ignacio
Galán, presidente del Iberdrola en el Foro de Davos.
El presidente de Iberdrola,
Ignacio Galán, participó en el panel
Strategic Outlook, Energy Systems, en el marco de la reunión del WEF. Éste
defendió la necesidad de descarbonizar la economía para cumplir con los
compromisos asumidos en el Acuerdo de París, definido por el presidente del
grupo como “un hito histórico que requiere cambios en la producción y en los
patrones de consumo en todos los sectores de la economía”. El presidente de
Iberdrola explicó que, para dar respuesta a una demanda creciente con un modelo
energético descarbonizado, es imprescindible desarrollar más generación
renovable, mayor capacidad de almacenamiento, más redes inteligentes y más
vehículos eléctricos. Recordó que la tecnología necesaria ya está disponible y
que sus costes se están reduciendo rápidamente. En este sentido, afirmó que la
inversión requerida por el sector eléctrico durante los próximos 25 años asciende
a 19 billones de dólares. Para Galán descarbonización y rentabilidad son
totalmente compatibles. Puso el ejemplo de Iberdrola que, después de haber
invertido 100.000 millones de dólares en renovables, redes y tecnología
hidroeléctrica de bombeo, multiplicó por cinco su base de activos y triplicó
sus resultados y dividendos. “Hemos pasado de ocupar el puesto número 20 por
capitalización bursátil entre las ‘utilities’ a situarnos entre las cuatro
primeras del mundo”, añadió. El presidente de Iberdrola hizo hincapié en la
necesidad de que sean todos los actores los que se impliquen en la lucha contra
el cambio climático. “Además de los gobiernos y el sector privado, se debe
contar también con las ONG, las ciudades y los consumidores, de modo que se
generen alianzas, como contempla el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS)
número 17 de la agenda de la ONU para 2030. La industria y la sociedad civil
siempre van por delante del Gobierno”, explicó. Ignacio Galán recordó que no
todos los países que suscribieron el “Acuerdo de París” están desarrollando
políticas para cumplir los compromisos asumidos. A pesar de esta situación,
destacó otros pasos positivos que se están dando, como la tramitación en la
Unión Europea del paquete Clean Energy for All Europeans.
Felipe
VI, en Davos: “España ha abandonado hace mucho los viejos chiches y estereotipos
obsoletos que nos atribuían”.
En su estreno en el cónclave que
reunía a la élite política y financiera del planeta, el Rey Felipe VI acudió a
Davos con un mensaje de tranquilidad a la cúspide del empresariado y el poder:
“En España –vino el rey a decir– la Constitución y las leyes se cumplen y
prevalece la seguridad jurídica, pese al intento de los independentistas de minar
las reglas básicas del sistema democrático español”. El Monarca, que intervino
con una disertación titulada “España y Europa, presente y futuro”, viajó
acompañado de los ministros de Exteriores y Economía, Alfonso Dastis y Luis de
Guindos. Y coincidió allí con el empresario Javier López Madrid, su amigo,
triplemente imputado y una vez condenado y conocido por el 'compi yogui' de la
Reina Letizia. Consciente de que el desafío independentista catalán habría
despertado preocupación tanto entre los mandatarios mundiales como entre los
inversores, el monarca destacó que la “lección que hay que aprender de esta
crisis” es la “necesidad de preservar el respeto a la ley como uno de los
pilares de la democracia y el respeto al pluralismo político y el principio
básico de la soberanía nacional que, de hecho, pertenece a los
ciudadanos”. En este sentido, subrayó
que la Constitución española “no es un mero ornamento”, sino la expresión de la
voluntad de los ciudadanos y, por tanto, el “pilar” de su “coexistencia
democrática”, motivo por el cual “merece el máximo respeto”. E intentó dejar claro que Catalunya es
“verdaderamente una parte fundamental del alma de España” y de su “identidad
diversa”. Con su intervención íntegramente en inglés, en un foro que reunía a
unos 3.000 participantes, entre ellos 70 jefes de Estado y de Gobierno, Felipe
VI intentó despejar las posibles dudas
en torno a España, haciendo hincapié en que, en estos momentos, tiene una
“economía muy competitiva y representa una oportunidad de inversión
sobresaliente”. El rey pidió al auditorio que se olvidase de los “viejos
clichés del pasado y los estereotipos, así como de las leyendas sobre España”
porque ahora los españoles están “determinados a ocupar el puesto que les
corresponde en el mundo del siglo XXI”. Pero, ¿lo consiguió? El jefe del Estado español trató de atraer
inversiones en una de las reuniones políticas y económicas más importantes del
año, a la que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, una vez más, declinaba
asistir. Además Felipe VI se reunió con el presidente francés, Emmanuel Macron
y con el Rey Abdalá de Jordania.
Francisco González (BBVA): “Nadie cree que
Cataluña pueda ser independiente”.
El presidente de BBVA, Francisco
González, aseguró que nadie cree que Cataluña pueda ser independiente y que se trata
de un “viaje imposible” en el que se han prometido “cosas imposibles”. En
declaraciones a EFE con motivo de su participación en el Foro Económico Mundial
de Davos, Francisco González agregó que “todo el mundo sabe que el Estado de
Derecho funciona” y que el Gobierno ha sabido reaccionar “dentro de la ley”.
Con respecto al contexto global, y preguntado sobre si está preparada la
regulación para asimilar el enorme cambio que se avecina en la industria
financiera, González comentó que “probablemente no, porque estamos creando un
nuevo orden mundial”.
Ángela Merkel, Emmanuel Macron y Donalt Trump.
La canciller alemana, Angela
Merkel, recordó que hace un siglo acabó la Gran Guerra. “Aislarse del resto del
mundo no ayuda y el proteccionismo no es la respuesta correcta. Parece que
algunos no han entendido las lecciones de la historia”, dijo, añadiendo que se
deberían “buscar soluciones multilaterales y no unilaterales”, incluso “si se
necesita paciencia”. La líder conservadora también se quejó de los “excesivos
egoísmos nacionales” y advirtió contra “populismos que envenenan Europa”,
causados, en su opinión, por el auge del desempleo y por el aumento de los
flujos migratorios. “Respeto totalmente –dijo el primer ministro italiano,
Paolo Gentiloni– el hecho de que Trump
fue elegido con la idea de poner a Estados Unidos ‘primero’ y que él está
tratando de ir en esa dirección, pero, como europeos debemos destacar el hecho
de que el respetar y el proteger los intereses de los ciudadanos
estadounidenses no puede llevarnos a cuestionar el marco de aquellas relaciones
comerciales que han demostrado ser extremadamente útiles para el crecimiento”. Emmanuel
Macron se sumó al coro, criticando que
los “campeones de Internet” paguen menos impuestos de lo debido. En su
intervención, fue interrumpido varias veces por los aplausos e hizo levantar de
sus butacas a los acomodados hombres de Davos. “Luché contra partidos
nacionalistas que inyectaban muchos miedos”, recordó el presidente francés,
quien entendió que muchos votantes se inclinasen por la ultraderecha porque los
gobiernos previos tuvieron resultados “muy malos” en campos “como el empleo”.
Entre las propuestas lanzadas por Macron, la inversión en educación y formación
para no dejar atrás a los trabajadores y evitar que la economía se convierta en
darwinista, donde gana el más fuerte. Sobre Europa, defendió la puesta en
marcha de una Unión a dos velocidades. “Hay que ser ambiciosos. Y los que no
quieran serlo, no pueden bloquear a los demás”, dijo. En cambio, el presidente
galo cree necesaria una cooperación en los temas fiscales a gran escala para
corregir los desequilibrios. En este sentido, invitó a EE.UU. y a China a
formar parte del acuerdo de intercambio global de información tributaria nacido
en el seno de la OCDE. Y, más atrevido aún, señaló a “los campeones de Internet”,
en clara alusión a los gigantes de Silicon Valley, que se aprovechan de los
agujeros regulatorios para minimizar la carga fiscal y no pagar en los países
donde obtienen beneficios.
Trump
nos mostró que el mundo ha entrado en una
nueva era... de cinismo.
Pero quien más atrajo los focos
de los periodistas en Davos fue Donalt Trump, quien quiso epatar a medio mundo pese a que la otra
mitad cargaba contra el aislacionismo del “America First” del mandatario
estadounidense. Las voces contra el mismo se multiplicaron en Davos. Trump
llegó al Foro en medio de crisis geopolíticas y declaraciones proteccionistas,
desplegando su mejor alfombra y con una banda de música, a ritmo del himno suizo.
Pero los manifestantes suizos le acogieron con pancartas: “Trump not welcome”
(Trump no es bienvenido). El equipo de Trump había preparado su llegada
mezclando declaraciones polémicas y tentativas para calmar las inquietudes
mundiales. Pero nadie ignoraba los dos rostros de este mandatario: uno, a favor
de las empresas, y, el otro, como desestabilizador del orden geopolítico
mundial. Según Robert Kaplan, analista del Centro para una Nueva Seguridad
Estadounidense, “a la gente le gusta el hecho de que los mercados estén fuertes
y que Estados Unidos haya reformado sus impuestos, pero la gente está nerviosa
con asuntos geopolíticos en el mundo y están muy nerviosos por culpa de Trump”.
Así que, a su llegada a Davos, Trump declaró que venía con un “mensaje de paz y
prosperidad”. Pero su mensaje de “paz” era más cuestionable. En su discurso, el
mandatario habló de la próspera economía estadounidense, sosteniendo que era
beneficiosa para el mundo. E insistió sobre la necesidad de tener lo que él
considera “competición justa”. Después de su discurso, le siguió una pequeña
ronda de preguntas y respuestas de la mano de Klaus Schwab, en la que Trump calificó
como “falsa, mala y desagradable” a la prensa. Declaraciones que le valieron el
abucheo por parte de los periodistas que se encontraban en la sala.
Antes de programar su viaje a
Davos, Trump había aclarado las razones para su intervención: “Voy a Davos para
hacer que la gente invierta en Estados Unidos. Voy a decir: ‘Vengan a Estados
Unidos. Hay muchísimo dinero”. Pero no pienso que tenga que hacerlo porque la
gente ya está llegando”. Ideas en contradicción con las últimas medidas de su
administración en las que anunció nuevos aranceles comerciales y las
declaraciones de Steven Mnuchin sobre los beneficios de tener un “dólar débil”.
Un dólar débil podría potencialmente estimular las exportaciones de empresas
estadounidenses, pero generaría problemas significativos para otras potencias
comerciales. Donald Trump explicó que el dólar “debería estar basado sobre la
fuerza del país, lo cual estamos haciendo muy bien”. Pero, para Vassilli
Serebriakov, analista financiero al Crédit Agricole en Nueva York, “no es muy
claro qué tipo de dólar quieren el presidente y el Tesoro, pero aún no parece
que deseen realmente un dólar fuerte,
puesto que están aspirando a estimular las exportaciones”. Donald Trump
defendió el comercio libre pero “justo y recíproco” en el Foro de Davos. Y así
lo pidió en su discurso ante la élite económica mundial. También explicó su
reforma fiscal para reducir impuestos y declarar que “Estados Unidos está
abierto para hacer negocios”. El
mandatario calificó de “noticias falsas” las informaciones según las
cuales había ordenado el cese del fiscal especial Robert Mueller el año pasado
y que solo cambió de decisión ante la amenaza de dimisión de un alto
responsable. “Todo son noticias falsas. Típicas del New York Times. Crónicas
falsas”, dijo Trump a los periodistas.
El retrete de oro ofrecido a la Casa Blanca funciona como un inodoro común.
Por cierto, Donald Trump fue el presidente al que se le ofreció un
váter de oro macizo. La llamativa oferta
viene de la comisaria jefe del museo Guggenheim, Nancy Spector, en su
respuesta a la primera dama, Melania, quien pidió una obra para decorar su
estancia privada. Concretamente, solicitó una obra de Vincent Van Gogh,
‘Paisaje Nevado’, de 1888. La primera dama encargó a la comisaria de arte de la
Casa Blanca, Donna Hayashi Smith, que pidiera al Guggenheim el traslado del
óleo, perteneciente a la colección de la familia Thannhauser. Nancy Spector,
comisaria jefe del museo Guggenheim, negó a la primera dama el préstamo de la
obra de Van Gogh, justificando que ésta fue comprometida para una exposición en
el Guggenheim de Bilbao. “Nos agrada que estén interesados en demostrar su
apoyo por el arte al enseñar los tesoros de las instituciones culturales
nacionales. Siento, sin embargo, informarles que no podemos hacer posible este
préstamo porque la pintura es parte de la Colección Thannhauser, la cual
prohíbe su traslado excepto en las más raras ocasiones, y acabamos de recibir
su permiso para su viaje a nuestra institución hermana en Bilbao, España, para
una exposición”, dice la comisaria, que propuso a Melanie otra obra. En su
lugar, la experta en arte le ofreció un wáter de oro: “Un maravilloso trabajo
del celebrado artista contemporáneo italiano, Maurizio Cattelan". La obra va a ser retirada al público después de un año de instalación en la exposición, y será ofrecida a la Casa Blanca por un préstamo de un año. Es un váter
sólido de oro de 18 kilates instalado en uno de los baños públicos para su uso. La comisaria Spector remata: "Representa un maravilloso acto de generosidad (…) Les ayudaríamos en la
instalación, debido a que es un objeto frágil”.
Jack Ma, gigante de Aligbaba, con la misión de
crear 100 millones de empleos alrededor del mundo.
Pero volvamos al Foro de Davos,
en donde Jack Ma, el fundador y presidente ejecutivo de Alibaba Group, la firma
de comercio electrónico, un consorcio de negocios de Intenet de gran éxito en
China, ofreció un recital de frases en un acto sobre el liderazgo global.
Primero, en línea con los políticos que participan en el Foro, Ma defendió la
apertura de los intercambios. “Si el comercio se para, empieza la guerra. El
comercio no causa la guerra, la evita”, dijo. Reconoció que cada vez que hubo
una revolución tecnológica tuvieron lugar conflictos mundiales. Por ello, “es
necesario hacer la tercera guerra mundial, pero contra el cambio climático, las
enfermedades o la pobreza”. Asimismo, defendió la llegada de la robotización.
“Las máquinas siempre serán más listas que el hombre. Ellas saben lo que
quieren –se atrevió a decir–. Pero el hombre, que es sabio: sabe lo que no
quiere”.
Javier Pérez Royo escribió en Eldiario.es
el artículo “El rey en Davos, una vergüenza nacional” en el que niega que el
rey pueda ocupar el lugar que corresponde al presidente del Gobierno. “Puede
imaginarse alguien que, en lugar de Theresa May, fuera la reina Isabel II la
que acudiera a la cumbre de Davos, se entrevistara con Donal Trump o Emmanuel
Macron, asistiera a la mesa redonda sobre la desigualdad como problema
definitorio de nuestra época y acabara dando una conferencia en el Plenario de
la cumbre sobre “El futuro de Gran Bretaña y la Unión Europea tras el Brexit’? A nadie le costaría imaginarse que el príncipe heredero de Arabia Saudí acudiera
a Davos con la finalidad de explicar la reforma que está intentando poner en
marcha en su país, de la misma manera que a nadie sorprende que esté presente el rey Abdalá de
Jordania. Pero ¿qué hace el rey de un ‘Estado social y democrático derecho’, en
el que ‘la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los
poderes del Estado’, en una cumbre como la de Davos, entrevistándose con el
presidente de Francia y pronunciando una conferencia en el Plenario sobre
‘presente y futuro de España y Europa’?
¿Qué imagen queremos proyectar ante el mundo? ¿La de una monarquía
parlamentaria europea o la de una monarquía árabe? Porque, insisto, no hay
ninguna monarquía Parlamentaria europea en la que el rey pudiera ocupar el
lugar del primer ministro en ese foro. De la misma manera que no habría ninguna
monarquía árabe en la que no ocurriera lo contrario. La presencia del rey
Felipe VI en Davos supone una
devaluación del principio de legitimación democrática, cuyo lugar es ocupado
por un principio de legitimación dinástica hereditario, que es el que la
Constitución le atribuye al rey en el artículo 57.1: ‘La Corona de España es
hereditaria en los sucesores de S.M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo
heredero de la dinastía histórica’. Es la única ocasión en que la Constitución
utiliza el concepto de legitimidad para referirse al rey. El único. Y lo
utiliza para esto y nada más que para esto. No debe haber confusión alguna al
respecto. El rey no puede ocupar el lugar que corresponde al presidente del
Gobierno. Una magistratura hereditaria y otra democráticamente legitimada no
son intercambiables. Isabel II, por la información de que disponemos, es una
reina que está muy al día de los asuntos de Estado y nadie discutiría que
podría participar en la cumbre de Davos sin desentonar, pero a nadie se le pasa
por la cabeza que eso pudiera ocurrir”.
“El Gobierno de España –escribe
Enric Juliana en La Vanguardia del miércoles– tiene la necesidad objetiva de
levantar cuanto antes el artículo 155 en Catalunya. Escrito así, en seco, puede
parecer una afirmación temeraria, e incluso ilusoria, puesto que este no es el
“espíritu del tiempo” en el Madrid parlante. El zeitgeist español pide mano
dura. Lo dicen las encuestas. Puede leerse cada día en los periódicos. Es el
espíritu resultante de los hechos y de las equivocaciones de octubre, de las
tribulaciones de noviembre y de las elecciones de diciembre, cuyos resultados
aún se están digiriendo. Este es el cuadrante en el que se va a mover la
política española a lo largo del 2018, mientras se van preparando –los partidos
ya están en ello– las elecciones locales y autonómicas previstas para el último
domingo del mes de mayo del 2019… El superdomingo de mayo del diecinueve podría
llegar a ser necesario para la supervivencia del Partido Popular, si en los
próximos doce meses Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de
Cospedal no logran reparar el actual deterioro gubernamental en las encuestas…
Rajoy necesita aprobar los presupuestos del 2018 para asegurarse una
expectativa de dos años y llevar a Ciudadanos al campo de batalla de las
elecciones municipales, terreno en principio desfavorable para una formación
sin muchos cuadros locales como es la de Albert Rivera. Ciudadanos no puede
bloquear el presupuesto, aunque acentúe algunas exigencias, los dos diputados
canarios están a tiro y la llave sigue estando en manos del PNV y sus cinco
diputados. Los de Sabin Etxea tienen ganas de negociar, pero no pueden hacerlo
mientras el 155 esté vigente en Catalunya. Este es el contexto verdaderamente
existente, mientras Carles Puigdemont viaja de Bruselas a Copenhague atrayendo
la ira de la España que pide mano dura. El problema de Rajoy consiste en casar
sus necesidades tácticas con un espíritu del tiempo que exige castigos
ejemplares y no soporta la desafiante y angustiosa teatralidad del líder
catalán. El chivo expiatorio: Puigdemonio”.
Las fotomontajes de la semana:
Ricardo
Costa, ex secretario general del PP de la Comunidad Valenciana a las órdenes de
Francisco Camps, reconoció esta semana ante el juez que el PP se financiaba con
dinero negro.
El humor, en la prensa de esta
semana: El Roto. Forges, Peridis, Pat, Vergara, Manel F. Ferrán, Atxe…
Pep Roig, desde Mallorca: Ellos se
lo guisan.., el refugio, Patrioterismo, a lo suyo, ejemplaridad patria, prevención
preventiva…
El primer ministro canadiense hizo una encendida defensa de la inclusión de las mujeres en la economía
Arranca el Foro de Davos en un mundo empobrecido.