viernes, 30 de noviembre de 2007

30 de noviembre. El mundo en que vivimos.

El comienzo o final de un nuevo día

Vivimos un mundo contradictorio de hechos lamentables y de derechos nunca alcanzados por todos por igual. Unos disfrutan de una paz aparente y otros sufren una guerra abierta o subterránea. Unos tienen trabajo y otros tratan de subsistir en el paro. Unos no saben qué hacer con su dinero y otros nunca llegan a salir de su penuria. Unos exigen sus derechos de ciudadanos libres y otros malviven, sin que se acepte su situación de ciudadanos. Unos avanzan solemne y tranquilamente por la derecha, mientras otros retroceden por la izquierda, sorteando toda clase de obstáculos. Unos ascienden en su mundo perfecto; otros no dejan de tropezar y de darse de bruces contra el suelo.

Vivimos en un mundo de consumo en el que todo se vende y se compra, siempre que el comprador tenga lo suficiente para hacerse con lo que le interesa. Un mundo que no se priva de nada, mientras hay ciudadanos que no pueden comprarse pan ni lo más elemental para comer. Un mundo en el que chateamos con desconocidos a miles de kilómetros de distancia, pero desconocemos al vecino de al lado. Un mundo con viviendas de lujo, caras e inteligentes, con sol y espacio suficiente al alcance de los pudientes, mientras que el pueblo llano no deja de hipotecar su vida por un piso a veces sin ascensor y sin portero, cuando no se trata ya de una chabola o de la propia sombra. Un mundo con leyes pero con trampas, donde el mejor es el que más tiene y el peor quien no tiene nada. Un mundo con guerras y muertos civiles y con daños colaterales. Un mundo en el que el todo y la nada se dan vergonzosamente la mano. Un mundo cuyo 40 % de la población vive con menos de dos euros por día, cuando una vaca europea recibe una subvención de dos euros diarios. Un mundo en el que las imágenes de violencia son el pan nuestro de cada día servido por los medios de comunicación social. Un mundo en donde los mayores –aún llamados “viejos”– se enfrentan cada día a la soledad más absoluta, que puede aniquilar o dar sentido a la vida...

Y, cada día, cuando me despierto, me hago las mismas preguntas sobre este mundo y yo. Aunque las respuestas, cuando el sol se pone, no son siempre idénticas.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

28 de noviembre. De nuevo, arde París.

Nuevos disturbios en las noches parisienses.

A veces, cuando las contradiccione inherentes al sistema capitalista son tan evidentes que chirrían, cualquier chispa puede provocar un incendio colosal. Es lo que ocurría en la periferia parisiense en otoño del 2006, con la revuelta de las barriadas, tras la muerte accidental de dos adolescentes que huían de la policía, lo que desató un mes de violencia en toda Francia. El domigo pasado ocurría algo parecido en el suburbio de Villiers-le-Bel, a unos 29 kilómetros al norte de París, donde viven muchas familias de inmigrantes procedentes de África. Dos adolescentes, Larami y Moushin, de 15 y 16 años, fueron atropellados por un coche policial que les sesgó la vida La reacción de este hecho, no explicado con la suficiente claridad y coherencia, ha provocado ya tres noches de fuego en la periferia parisina, como hace dos años ocurriera, con decenas de policías heridos, graves algunos de ellos.

Como consecuencia de este hecho extendido en media docena de barriadas (Cergy, Goussainville, Sarcelles, Garges-lès-Gonesse y Ermont), en el que se incediaron el lunes más de una treintena de vehículos y cinco edificios, entre ellos un gimnasio y la biblioteca de Villiers-le-Bel, completamente calcinada, ha crecido la alarma. Ochenta y dos policías han sido heridos, varios comercios, dos comisarías y diversas cabinas telefónicas y paradas de autobús, incendiadas o saqueadas. Una comisaría de Policía ardió completamente, desapareciendo urniformes y porras. Todo ello, ejecutado por pequeños grupos de jóvenes con gran capacidad de movimiento que "se lanzaron", armados con adoquines, cocteles molotov y otros proyectiles, contra los agentes antidisturbios.

La Policía asegura no haber tenido ninguna responsabilidad en la colisión con la moto. Pero según otra versión, apoyada por los manifestantes, tras ser perseguidos por la Policía se les dejó morir. De inmediato, varios centenares de manifestantes silenciosos protestaron, mostrando un cartel con la fotografía de los dos jóvenes y un texto: "Muertos el 25 de noviembre de 2007, por nada. Descansen en paz.". Y, pese a los llamamientos a la calma de los familiares de los muchachos, sucedió como hace dos años: incidentes entre las fuerzas del orden, que respondieron con gases lagrimógenos y “flashballs” (Pelotas de goma). Las familias afectadas por esas muertas escogieron como abogado al mismo letrado que representó a los familiares de dos adolescentes muertos violentamente en octubre de 2005.

Los disturbios, provocados en varios barrios del norte parisiense, sucedieron durante el mandato del entonces ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, actual presidente de la República. Después de que los dos jóvenes, perseguidos por la Policía, murieran electrocutados, al esconderse en un transformador eléctrico, miles de coches fueron incendiados. Sarkozi adoptó entonces una línea dura e inflexible contra los alborotadores que provocó el aumento de la violencia. En los incidentes de ahora, mientras Nicolas Sarkozy estaba de visita en China, ocurre algo parecido. Sarkozy instó a la calma y, a su vuelta, visitó a los gendarmes heridos y apeló a todos a que permitieran que el sistema judicial decidiera quién fue el responsable. Pero las similitudes, circunstancias y causalidades presentadas, despierta igualmente mis sospechas. Los fuegos, tumultos, protestas y manifestaciones duraron en el primer caso varias semanas. Los de ahora, acaban de comenzar –ayer noche hubo una cuarentena de agentes heridos y varios sindicatos de Policía advirtieron que la situación era “peor” que la de hace dos años– y no se sabe cuándo terminarán.

domingo, 25 de noviembre de 2007

26 de noviembre. Bush indulta unos pavos.

May y Flower se salvaron pero miles de pavos acabaron en el horno para ser comidos por los americanos. (Foto de Jason Reed. Reuters)

George W. Bush, el presidente americano que jamás se aplacó frente a los condenados a muerte, indultó hace tres días a dos hermosos pavos de 21 semanas y unos 22 kilos de peso.“Tengo un mensaje para dos amigos con plumas –prorrumpió–. Vosostros, May y Flower, no podéis aguantar el calor, de manera que os quedaréis fuera de la cocina” El perdón presidencial tuvo lugar durante un acto celebrado en los jardines de la Casa Blanca. Ocurría el cuarto jueves de noviembre, en la celebración del Thanksgiving, el mismo día en que miles de estadounidenses sufren retrasos, vuelos cancelados, embotellamientos y más de 38 millones de desplazamientos, con tal de poder estar en familia y celebrar juntos esta fiesta. Los pavos, que tuvieron más suerte que la mayoría de condenados a muerte, incluidos los deficientes mentales que no se salvan de la silla elétrica, volaron en primera clase para asistir en el Disney World de Orlando, Florida, en donde encabezarían el desfile del Día de Acción de Gracias y commenorarían una de las mayores festividades de los Estados Unidos.

En este país de locos, cada fiesta como ésta, los estadounidenses consumen un promedio de 8 kilos de pavo por cabeza (40 millones de pavos), con su respectiva salsa de arándano, papas horneadas y pastel de calabaza, la comida tradicional de esta fecha. Es el símbolo de los alimentos que los colonos ingleses tuvieron en la mesa en Plymouth, Massachuessets, cuando, en 1621, miembros de la tribu Wampanoag les regalaron un pavo. George Washington, lo estableció como un día feriado nacional. Y, desde hace sólo sesenta años la Casa Blanca, que cuando aplica la condena a muerte no le tiembla la mano, concede el "perdón" de los pavos en fecha tan señalada, más importante que la Navidad europea.

Celebraciones como ésta no frenan para nada las guerras que los yanquis desarrollan y mantienen en el otros confines. Primero, coincidiendo con el inicio de este nuevo siglo, arremetieron contra un supuesto enemigo e iniciaron un ataque de castigo contra Afganistán, diezmando este país. Dos años más tarde, arremetieron contra Irak, con la excusa de liberarse de Bin Laden. Luego, una vez comenzada la guerra, se olvidaron de él. Llegaron a admitir que encontrarlo sería casi un milagro y siguieron lanzando bombas por si quedaba algún talibán. Las bajas civiles y militares son cada vez mayores. Los soldados fallecidos durante este último año se elevan a casi novecientos. Rumsfeld, el secretario de Defensa conocido por secretario de Guerra sucia o de la Muerte implacable, culpa directamente al régimen de los talibanes. “Fueron ellos –se queja– los que empezaron esta guerra, al acoger a terroristas y convertirse ellos mismos en terroristas; ellos, los que se ocultan en mezquitas y camuflan su equipamiento militar dentro de las ciudades; ellos, quienes utilizan a la población civil como escudo humano”.

Ninguno de los responsables máximos de estos desaguisados reconoce su error. José Manuel Durao, el primer ministro portugués que, en marzo del 2003, hizo de anfitrión de Bush, de Blair y de Aznar en la cumbre de las Azores, era, en aquellos momentos, primer ministro de Portugal y, un año después, fue, casualmente, elegido presidente de la Comisión Europea. Hoy Durao acaba de reconocer que, en ese encuentro, se facilitaron informaciones “que no correspondían con la verdad”. Y hasta Aznar declaraba, en febrero del 2007, que “todo el mundo pensaba que allí había armas de destruccción masiva, y no había. Eso lo sabe todo el mundo y yo también lo sé... ahora”.

Mientras tanto, en los EEUU, el público, al margen de esas guerras, se dedica a hacer compras masivas. Las ventas del pasado viernes, en Wal-Mart, la cadena que más mercancía vende en todo Estados Unidos, superaron en un 6 por ciento las del año pasado, un crecimiento menor al del año 2002, pero mayor al esperado. La mayoría de vendedores registró un incremento entre el 5 y el 7 por ciento. Los analistas lo ven como un signo crucial para que la economía estadounidense vuelva a crecer. Aunque las cárceles siguen repletas de condenados a muerte que esperan el momento final. Y llegadas la fiesta de Acción de Gracias, Bush se olvida de ellos, pero suelta unos indultos y libera... a estos dos pavos.

sábado, 24 de noviembre de 2007

24 de noviembre. Los "muertos" del PP y otras zarandajas.

Marian Suárez, diputada "d'Eivissa pel Canvi"


Otros “muertos” han llevado al PP de Mallorca e Ibiza a la bancarrota y conducido a la anterior oposición a la presidencia del Govern, además de pillarnos con otras sorpresas. “Gracias al cambio político que ha hecho el anterior Gobierno –comenta Marián Suárez, diputada “d’Eivissa pel Canvi” en el Parlamento Balear–, hemos descubierto que las desviaciones presupuestarias de las autovías d’Eivissa han sido del 300 por ciento y que el metro de Palma (que, por cierto, le llaman “el litro” por lo de las inundaciones cada vez que llueve) nos han costado 77 millones de euros más que los previstos incialmente”

Suárez confiesa que se quedó sin aliento durante la comparecencia de la “consellera” de Asuntos Sociales, cuando se enteró de que se había visto en la obligación de rescindir un contrato, aparte de dar la correspondiente indemnización, por el alquiler de un edificio durante cinco años destinado a la “conselleria” de Inmigración. El anterior Gobierno del PP acordó para el año 2006 la contratación directa, sin concurso público, de la antigua sede de Sol Meliá por l,7 millones de euros para convertirlo en las dependencias de la “conselleria” de Inmigración. El mal estado del inmueble obligaba a un gasto de medio millón de euros más destinado a las reformas para poder instalarse en él. Pero, al no preverse esta partida, no se hicieron las reformas, y no se hizo uso de la flamante sede. Sin embargo, la consellería pagó durante más de un año la parte correspondiente al alquiler comprometido: medio millón de euros. La “consellera” actual ha rescindido el contrato y no ha tenido más remedio que pagar la indemnización correspondiente.

En el mismo año, cuando el Govern dedicaba una parte de su presupuesto para la ayuda del Tercer Mundo, la Dirección General de Cooperación del Govern, entonces en manos del PP, dedicó 10.000 euros de este departamento al “pago de limusinas”. Suárez advierte que alguien podría pensar que estos episodios son simples anécdotas. Pero, desde su punto de vista, son representativos de una mala gestión de los recursos públicos tanto por lo que se refiere a su destino como a la falta de planificación. “Resulta curioso que quienes se autoproclaman buenos gestores –añade la diputada ibicenca– tengan en su currículum episodios como los comentados. Estas ‘anécdotas’ nos hacen entender mejor el por qué de la resistencia de los políticos del PP a que se hicieran auditorías, como por ejemplo las de las autovías, que pueden esclarecer qué han hecho con el dinero de todos nosotros”.

Seis meses atrás, Mariano Rajoy visitaba Ibiza, destacando “la valentía” de su partido en la isla por la ejecución de las obras de carreteras. (Ver el blog adjunto: La cicatriz). El presidente el PP señalaba entonces que “Stella (la consellera de Vías y Obras e hija del ex ministro, Abel Matutes) y otros han dado la cara y han sabido enfrentarse a este problema”. El líder del PP señalaba “la curiosa coalición entre el PSOE y los que quieren recuperar los valores de la Edad Media para tratar de evitar que el PP pueda presentar en su balance de gestión las infraestructuras viarias”. Y advertía que su partido había estado a “la altura” y seguiría trabajando para “modernizar” la isla. La anterior legislatura –dijo, refiriéndose a la del Pacto Progresista– fue la del caos y del descrédito, y las cosas son así, le guste o no le guste a alguno”.

Por el contrario, María Teresa Fernández de la Vega atribuía los “insultos, insidias y falsedades” de la derecha al hecho de que “están nerviosos”, y llamó a los progresistas a “no actuar como ellos”. “No podemos pagarles con su misma moneda –añadía la vicepresidenta del Gobierno–, porque nosotros no somos como ellos”. La vicepresidenta matizaba que el mundo sabía muy bien “dónde está la corrupción en esta isla”, y aseguraba que los candidatos progresistas “gobernarán para las personas, no para los ladrillos” “A la derecha –sentenciaba– le importa mucho el poder y muy poco los ciudadanos”. Y Francesc Antich, hoy presidente de la Comundiad Autónoma, refiriéndose a la situación de la vivienda, lamentaba que “mientras unos obtienen beneficios multimillonarios en pocos años, otros sufren hipotecas que son como una cadena perpetua”.

viernes, 23 de noviembre de 2007

23 de noviembre. Los "muertos" del PP en Baleares.

Imagen de IB3 en el momento en que Rosa Estarás dialoga con compañeros del PP.

Estos días he vuelto, aunque sea mentalmente, al Mediterráneo, y he constatado el cambio operado en las islas desde las últimas elecciones. La actual presidenta balear del PP, Rosa Estarás, vicepresidenta cuando Jaume Matas presidía el Govern, declaraba el pasado domingo a unos periodistas de IB3, la televisión balear, que si Mariano Rajoy le ofreciera ser ministra, en el caso de que el partido ganara las elecciones, ella "preferiría no serlo" porque su "trabajo" debe estar en las islas. Estarás afirmaba que la asistencia en Madrid de unos 130 afiliados del PP balear para la Conferencia Política de este partido es una prueba de que se ha recuperado de "cierta desazón que existía hace tres meses". Y confirmaba que ahora se sentían "fuertes y sobre todo con coraje".

Frente a un PP desengañado, amargado y excéptico, tras la espantada de Jaume Matas quien, pese a haber ganado más votos que cualquiera partido, no tuvo el coraje de seguir al mando del PP, me sorprende este cambio de su sustituta. En la misma conversación coloquial con periodistas de IB3, Estarás recordaba la perdida del Gobierno y la marcha del president con esas palabras: "Lo que es un muerto es ganar unas elecciones y no gobernar”. Palabras que, reproducidas por IB3, recibieron de inmediato la acusación de "sacarlas intencionadamente de contexto" en una conversación calificada de privada. Acostumbrada a someter los medios a sus deseos, Estarás acusó a IB3 de haberla utilizado con "el único fin de hacer daño al PP”. La líder popular consideró una falta a la "veracidad, a la pluralidad y a la independencia". "Puede ser –añadió– que no les interesara la verdad".

Por su partre, el actual presidente balear, Francesc Antich, del PSOE, recuerda que el Govern intentó solucionar el “muerto” que le ha dejado el anterior Ejecutivo del PP y que la líder de la oposición habló “con el corazón” cuando mantuvo esta conversación emitida por IB3 con miembros de su partido. ”Con el corazón siempre hablo y también con la cabeza”, respondióle Estaràs, mientras insistía en que seis partidos gobernando juntos, “con un proyecto diferente cada uno”, no es el gobierno que necesitan los ciudadanos de Baleares y que representa, a su juicio, “un muerto y una maldición”.

(Mañana continuará)

miércoles, 21 de noviembre de 2007

21 de noviembre. Santa Cecilia y su "tempo"


Mañana, 22 de noviembre, se celebra, como todos los años, la fiesta de Santa Cecila, patrona de los músicos, aunque algunas fuentes señalen que la elección bien pudiera haber sido un error, puesto que, en su biografía, escrita en latín, aparecía la frase “candéntibus órganis” en relación al suplicio que había recibido o iba a recibir. Alguien, sin saber cómo ni por qué, equivocó lo de “candéntibus” por “cantántibus órganis”, y así impusieron el patronazgo musical. En algunas páginas religiosas hasta se dice que a esta bella doncella le gustaba tocar el arpa y el piano y que entonaba salmos. Otros insisten en el error semántico de significado, porque la palabra “cantántibus”, origen de la tergiversación y de la imposición, forma un ablativo absoluto con órganis. ¿Cómo se puede decir “cantando los órganos” si en latín se distingue claramente “sonare” de “cantare”? Por ejemplo, “vox cantat” frente a “organum sonat”. Y “cantare” no es lo mismo que “sonare”. Como si los órganos cantaran, cuando los órganos no cantan, en todo caso suenan.

Lo curioso del caso es que, bajo su patronato, han nacido y se mantienen historias que no afinan con sus virtudes, protagonizadas por tribus que no siempre emiteon sonidos agradables. Lo digo por lo que afecta a mi experiencia en este campo. Hace años, en efecto, coincidiendo con mi largo paro en el que me encontraba, aprendí a tocar la trompeta y me enrolé en una banda de un pueblo. Para no herir sensibilidades no voy a concretar el nombre del mismo ni de la banda. Digamos que ambos se llamaban Sinfonía. Reconozco que sus miembros tenían más dificultades para afinar y tocar correctamente que para alzar voces y griteríos, camorrear entre ellos y desangrarse en charangas, más reducidas y rentables. Con este grupo comencé a tocar en público con mi flamante trompeta. Recuerdo que era la segunda que me compraba, tras haber destrozado la anterior en un duro aprendizaje. Con ella me sentía como un futbolista de tercera con botas nuevas, dispuesto a marcar gol cada vez que conseguía acercarme a la portería de mis contrincantes. Pues bien, en Sinfonía había algo que chirriaba como los ejes de un carro viejo: las relaciones de sus músicos con don Solferino, el dictador, perdón, director de la misma. Porque, además de enseñar música a gritos y de dirigir los conciertos a bastonazos, don Solferino mostraba cierta pobreza de espíritu al protagonizar constates broncas y enfrentamientos con sus pupilos, provocando constantes divisiones, trifulcas y disputas, y añadiendo aún más tensión y sostenidos en los ensayos que teníamos con él.

Todo había empezado unos meses antes de que celebráramos la patrona, Santa Cecilia, cuando los miembros componentes de la Banda, hartos de soportar los enfados, broncas y malas maneras del director, se rebelaron contra él y le pidieron que o cambiaba su manera de ser o ellos cambiaban de batuta. Fiel conservador de su genio y figura y protector de su imagen, el director, que era, al mismo tiempo y de modo igualmente gratuito, arreglista de la mayoría de obras que sus músicos interpretaban y tenía incluso diversas composiciones registradas en la S.G.A.E., confesó que, a su edad, ya no se le podía exigir un cambio de carácter. De manera que o le admitían tal como él era, o se marchaba por su propio pie. Y así seguía sin el menor cambio. Hasta que la Banda, integrada por no pocos jóvenes que estaban hasta las narices de sus típicos modales y de su manera chapada a la antigua, optó por repudiar y reemplazar al “insistuible” jefe, aprovechando un ensayo en que éste se encontraba ausente por un viaje de placer. Todos, por mayoría aplastante, votaron en su contra y decidieron prescindir de él. A su vuelta, don Solferino se enteró de la traición preparada por los suyos y no comprendió ni aceptó tal decisión, ingrata y desagradecida.

Tras la presentación de varios directores en busca de trabajo, Espontáneo, un risueño y joven músico andaluz, cuya imagen era la opuesta a la de don Solferino acabó sustituyendo a don Solferino. Y mientras éste se dedicaba a hablar mal de su ex Banda, Espontáneo se entregó a recuperarla y a dirigirla, cobrando por ello como profesional, lo que provocó las duras críticas de don Solferino, quien siempre se había dedicado “por el amor al arte a su entrañable Banda”. De esta manera, la vieja costumbre de dirigir con órdenes, gritos e histerismos, se convirtió, de pronto, en todo lo contrario. Pero el detalle de exigir un sueldo de acuerdo con su espontaneidad desinteresada, así como sus criterios, contrapuestos con los de algunos miembros de la Banda, muy pronto fueron objeto de otra despiadada crítica “soto voce” por parte de algunos de los que, pese a la reciente crisis, deseaban cambiar por segunda vez de batuta, prefiriendo a otro director que no costara tanto.

En esta ocasión, un reducido número de músicos descontentos comenzó a criticar y a descalificar al nuevo director, denigrándole por no trabajar desinteresadamente en la Banda, tildándole de falto de personalidad, de un exceso de libertinaje y de una supuesta anarquía, defectos de los que nadie podía acusar a Don Solferino. De esta forma, comenzó a circular, a espaldas de Espontáneo, una carta secreta en la que se pedían firmas contra el mismo, y se le recriminaba unos supuestos insultos, unos gritos que le habían salida sin malicia alguna, una malas formas y otras acusaciones por el estilo. Pero la misiva fue denunciada en una asamblea y la operación fracasó.

Después de dar varios tumbos por esta Banda, terminé por abandonarla, alistándome en otras, alguna de las cuales han cojeado, igualmente, de algo. Pero ninguna de ellas ha pasado por alto la fecha de Santa Cecilia, celebrando a su modo la conmemoración, con concierto o recital apropiado y con ágape incluido. Ese día, la música, pese a todas las discusiones y trifulcas temporales de los que la sostienen o viven de ella, continúa expresándose en el lenguaje cifrado del pentagrama, libre del tiempo terráqueo y transportada por otro “tempo” interno a otros mundos menos vulgares. Y el arte sonoro, sigue al margen de todas las discusiones bizantinas, de los Solferinos o Espontáneos de turno, de intereses bastardos y de patronas adaptadas.

lunes, 19 de noviembre de 2007

19 de noviembre: Fachas contra antifascistas y viceversa.

Manifestación antifascista, el sábado pasado en Sol.

Observo, desde cierta distancia, cómo las manifestaciones, actos de desagravio, marchas, homenajes y concentraciones de azules y rojos, fascistas y antifascistas que pretendían convertir a Madrid en un polvorín, no han despertado las expectativas esperadas. Las Fuerzas de Seguridad –unos 700 antidisturbios– vigilaron el sábado y domingo las difersas concentraciones convocada por diversos grupos fascistas y antifascistas en las inmediaciones de la Puerta del Sol. Sin embargo, los incidentes, pese a las prevenciones tomadas, no desbordaron en ningún momento las perspetivas previstas.

Jorge Verstrynge, ex secretario general de Alianza Popular, advertía hace unos días de que “la ultraderecha antisistema en España está encerrada en una caja de Pandora y Ángel Acebes está sentado sobre ella”. Mostraba cómo una buena parte de la derecha española de carácter nacional católico se ha integrado en el PP. Y advertía de que la inmigración era el factor clave que ha podido impulsar a la extrema derecha, llevando al PP a una radicalización en sus tesis migratorias. “El racismo –sostenía– parece la única herencia del nazismo destinada a sobrevivir y a expandirse, si no se controla”. Y Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia, consideraba que los grupos de extrema derecha que se mueven en España son “marginales”, pero que “su capacidad de incitar al odio y a la xenofobia es importante”. Su ONG calculaba que en España se registran cada año unos 4000 incidentes racistas, xenófobos homófobos y contra indigentes. Para él, la nueva ultraderecha “persigue rentabilizar los conflictos sociales y aspira a recoger los frutos de su agitación cuando se atraviese por un momento económico más crítico”.

SOS-Racismo señalaba cómo, a lo largo de 2006, las fuerzas de seguridad detuvieron alrededor de 50 personas identificadas como ultras y neonazis por actos violentos. Y recordaba cómo se localizan en Internet más de 300 páginas webs en las que se incita a la discriminación y al odio contra diversos colectivos, entre ellos, los inmigrantes. Partidos ultraderechistas como “Democracia Nacional” insistían en negar la importancia de las bandas neonazis y acusaban a las autoridades y medios de comunicación de proteger a grupos que no dudan en calificar de “racistas ‘antiespañoles’ y violentos de izquierda con nexos terroristas”. Por el contrario, la Coordinadora Antifascista de Madrid, que agrupa a diversos colectivos bajo el lema “Madrid antifascista, anticapitalista y antirracista”, aseguraba que su trabajo es “únicamente político”.

El crimen de Calos Javier Palomino, joven de 16 años que, el domingo, 11 de noviembre, fue apuñalado en el Metro de Legazpi por un soldado de supuesta ideología neonazi, ocurría poco antes de la manifestación contra los inmigrantes, convocada por el partido de extrema derecha “Democracia Nacional”. Hecho que coincidía con la desaparición del grupo de extrema derecha en la Eurocámara, en Brusealas. Los falangistas habían anunciado una manifestación para el sábado, 17 de octubre, en homenaje a José Antonio Primo de Rivera, manifestación denegada por la Delegada del Gobierno aunque, posteriormente, permitida por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Pero, llegado el momento, no se atrevieron a lanzarse a la calle. Pese a todo, el despliegue de antidisturbios no consiguió impedir que unos 2.000 antifascistas se concentraran en la Puerta del sol, en recuerdo de Angel Palomino, con gritos y consignas que provocaron alguna situación tensa. En cambio, en Barcelona, la protesta de un millar de jóvenes se convirtió en una batalla campal, con un balance de siete jóvenes detenidos y un número indeterminado que recibieron asistena médica, además de veintidós Mossos d’Esquadra, heridos.

El jefe nacional del Movimiento Católico Español y de Acción Juvenil Española, José Luis Corral, considera que el acusado de la muerte de Carlos Javier Palomino es "un verdadero soldado español, un héroe que merece una condecoración". Para Corral "no fue una pelea de bandas”, sino "un ataque contra un soldado español que, al defenderse, produjo un "fatal resultados". Sin embargo, para los antifascistas, esta muerte no fue un hecho aislado ni un producto de un enfrentamiento entre bandas, sino “un asesinato debido a su condición política”. La extrema izquierda recuerda cómo, desde el 5 de octubre de 1991, en que Sonia, una transexual, fuera asesinada en Barcelona, esta clase de actos son cada vez menos aislados. Lucrecia Pérez, inmigrante dominicana, fue asesinada en Madrid el 13 de noviembre de 1992; Guillem Agulló i Salvador, apuñalado en Castellón el 11 de abril de 1993; Ricardo Rodríguez García, asesinado el 21 de mayo de 1995, en Alcorcón; David González Rubio, apuñalado en Madrid, el 20 de enero de 1996; Omar Amhandi, magrebí, muerto a golpes el 11 de julio en Barcelona; Augusto Ndombele Domingos, angoleño, asesinado en Madrid, el 20 de junio del 2002. Ocho asesinatos de tinte claramente ultraderechista que han movilizado la Coordinadora Antifascista de Madrid contra las manifestaciones de grupos “fascistas”. A Esteban Ibarra le salen 70 muertos desde el asesinato de Lucrecia Pérez.

Frente a estos hechos, los hay que se empeñan en que todo es fruto de la casualidad y que no hay que preocuparse. “En España –advierte el periodista Fermín Cobos–, la extrema derecha política es residual. En las elecciones del 2004, obtuvo menos de treinta mil votos, pero si algunos medios de comunicación se empeñan en exagerar el tamaño de las repercusiones sociales de sus actos, acabará creciendo”. Según él, algo parecido puede ocurrir al crecimiento del Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, bajo la presidencia del socialista François Mitterand. Otros siguen insistiendo en el peligro de estos hechos. “¿Cómo pudo la Delegación del Gobierno permitir una manifestación contra la inmigración en un barrio obrero como el de Usera –se pregunta la Coordinadora Antifascista de Madrid–, donde conviven diferentes culturas y donde conviven trabajadores de diferentes procedencias? Por este motivo, queremos denunciar la terrible irresponsabilidad cometida al legalizar y permitir la manifestación racista y xenófoba del pasado domingo. Y hacer frente a las agresiones neonazis contra inmigrantes, mendigos, homosexuales, gentes de izquierda, etcétera. A lo largo de estos 18 años, la Coordinadora se ha convertido en espacio de confluencia de muy diversos colectivos, y una de sus más destacadas convocatorias ha sido la celebración, cada año, de la tradicional manifestación antifascista en torno a la fecha del 20 de noviembre. Carlos ha sido asesinado a manos de un fascista que acudía con un machete a una manifestación xenófoba autorizada por la Delegación del Gobierno, y a los compañeros y compañeras de esa víctima mortal se nos impide ejercer ese mismo derecho que sí se garantizó para los asesinos. Esto, que es muy difícil de digerir, resulta simple y llanamente increible”.

”Fascistas y antifascistas –escribe Antonio Casado en el diario digital El Confidencial– se enseñan los dientes a través de Internet y teléfonos móviles. Nunca se parecieron tanto unos y otros en el uso de la violencia o la amenaza de usarla. Empatados en las ganas de bronca. En vísperas de jornadas difíciles, especialmente en Madrid, se abre paso la enésima constatación de que, por supuesto, los extremos se tocan y se necesitan”. Y Federico Quevedo, en otro artículo titulado: “Ni izquierda, ni derecha: los ultras sólo conocen la ideología del racismo y la violencia”, señala: “La semana pasada un joven fue asesinado salvajemente en el metro de Madrid. Murió a manos de un grupo de chávales de extrema derecha, jóvenes ‘neonazis’ que acudían a una marcha contra la inmigración. El muchacho asesinado, por su parte, militaba en la ultraizquierda, en lo que se da en llamar movimientos antifascistas, y que, a su vez, habían organizado otra marcha contra los primeros. No ha sido el único incidente protagonizado por energúmenos ultras estos días. Nos hemos enterado del ataque a un colombiano al que le propinaron toda clase de golpes, hemos asistido al juicio por la paliza a un congoleño al que unos bestias dejaron paralítico... Parece que algo que en nuestro país no daba señales de vida, salvo en lugares como el País Vasco o Cataluña, despierta como de un mal sueño y encuentra en una juventud sin rumbo el caldo de cultivo de ideas que ya antaño tuvieron, también, innumerables seguidores en toda Europa”.

“Los medios de comunicación –advierte la CAO (Coordinadora Antifascista y Obrera)– insisten e insistirán en intentar hacer ver que sólo ha sido una reyerta entre bandas opuestas. La realidad es bien distinta para los que nos atrevemos a mirarla de frente. Estas agresiones vienen a sumarse a la lista de víctimas que el fascismo y el racismo ha ocasionado en toda la Historia. La herida entre las dos Españas está hoy muy viva para muchos, a pesar de que la intenten disimular con alguna ley tibia e incompleta”.

viernes, 16 de noviembre de 2007

16 de noviembre. La soledad compartida de la abuelitiña de Internet.

María Amelia, la bloguera más anciana de Internet

María Amelia, la abuela bloguera más anciana del mundo, acaba de ganar el premio BBs al mejor blog en español conseguido en la votación de internautas de la cadena de televisión alemana internacional "Deutsche Welle" (DW). “Estoy orgullosa de este premio –asegura esta nonagenaria gallega en su blog (mariaamelia95<>gmail.com)–. De unos 1000 que participamos, he quedado entre los diez primeros". Amelia, que tiene la cabeza en la tierra y los pies en el cielo, es la internatua más veterana de España desde que su nieto la obsequiara con un blog para su cumpleaños. “Yo soy muy charlatana y, de repente, me encontraba muy sola" –confiesa– Le dije a mi nieto que este regalo no valía para nada, pero él me comentó que con él podría comunicarme con todo el mundo. Así que comenzamos a trabajar. Él coge mi voz por el micrófono y después tecletea tal cual en el blog, sin ponerle ni una coma. Y yo hablo de todo lo que me sale en el momento, lo que me viene a la mente. Así he conseguido tener miles de visitantes, unas trece mil personas que me siguen”. De esta manera tan sencilla y espontánea, se alegra de poder dar su opinión y de ser conocida entre internautas españoles, argentinos, italianos, y de cualquier país del mundo”.

Amelia siempre tuvo esa idea de viajar, conocer otros países y ganar la vida por ahí. “Yo quería danzar, vivir, saber lo que era la vida, pero estaba sujeta a mis padres que me lo impedían. Me casé a los 32 años y no podía hacer lo que quería porque a mi padre no le gustaban las dictaduras pero era un dictador. Entonces me tiraban muchos piropos. Ahora me llaman la abuelitiña”. Amelia asegura que la vejez es triste y la gente deja siempre a los viejos de lado. “Me dicen ‘¡Y tú qué sabes!’. Pero ahora, con la experiencia casi centenaria que tengo, puedo hacer lo que quiera, o mejor dicho, lo que pueda, porque cuando una alcanza esa edad ya no es lo mismo que antes”.

Para Amelia, Internet tiene cosas malas. “Pero hay que ser personas y no cojer lo malo. Yo estoy asombrada de lo que, a mi edad, se puede aprender. Puedes enterarte de las noticias, de las vidas de las personas, de los países... Mucha gente se ríe de que a mí eso me guste tanto ¡Qué cabezas tan cerradas! El Internet instruye. Y, gracias a él, una puede conocer el mundo entero... Siento que haya personas que se mueran de aburrimiento, cuando una nonagenaria como yo puede estar disfrutando de este medio de comunicación”.

Amelia reconoce que, a los 60 años, uno no es ya joven, pero ahora tiene más inteligencia que antes porque “Internet me abrió el sentido. Sí, sí, sí, ustedes se reirán de que, a los 95 años, Internet me dé más capacidad para comprender las cosas, pero es así”. Considerada socialista de los pies a la cabeza, Amelia ha recibido incluso la felicitación del presidente Zapatero. “Estoy asustadísima –dice, avasallada por los periodistas y curiosos–, mareada de tanto contestar a las llamada recibidas. Yo soy una persona humilde, vieja, que no tiene nada que decir. Ni que fuera Sarita Montiel".

miércoles, 14 de noviembre de 2007

14 de noviembre. Esa trampa que es la vida.

Hoja muerta, flotando sobre un lago.


“Que la vida es una trampa –escribe Milan Kundera en ‘El arte de la novela’– lo hemos sabido siempre: nacemos sin haberlo pedido, vivimos encerrados en un cuerpo que no hemos elegido y estamos destinados a morir. En compensación, el espacio del mundo ofrece una permanente posibilidad de evasión”.

Yo no he pedido nacer, ni he escogido el momento más oportuno para hacerlo, ni el cuerpo que me rodea, ni esa muerte que espera acecharme en cualquier esquina. Pero sí soy consciente del camino elegido, del que sólo conozco mis propias pisadas cuando intento volverme atrás. Para más inri, he optado por una profesión que exige atención a mis coetáneos, saber lo que les sucede en cada instante, verlos, oírlos, gustar de sus alimentos y olores y respirar su mismo aire envenenado.

Por si eso no me bastara, mi profesión exige un cuidado máximo con lo extraño, lo anormal, lo doloroso y dificultoso que acontece a los demás, dejando de lado lo agradable y hasta risueño de la vida. Porque lo normal –se dice constantemente en este medio–, lo que es de sentido común y más natural, no es noticia. Y sólo lo es lo extraordinario, lo extravagante, lo anormal, lo excepcional. Sobre todo, lo breve y actual. Un buen periodista es aquel que, no sabiendo nada de una cosa, lo averigua todo de ella en cinco minutos y lo resume en diez líneas. Y el que sabe escribir de todo sin ser experto en nada. El periodista es, en parte, científico, en parte, literario, en parte, artista y en parte, político y ahora también, en parte, un parado. Es decir, un poco de todo sin llegar nunca a ser completo en nada.

De esta manera, se me hace cada vez más real la imagen de Milan Kundera de que la vida es una treta en la que nacemos sin haberlo pedido, encerrados en un cuerpo que no hemos elegido y que está destinado a morir. Yo añadiría que estamos condenados a perseguir nuestro destino hasta quedar extenuados, sin que nos dé tiempo a pararnos para pensar un poco en nuestras condiciones y en nuestro propio ser. A lo sumo, somos conscientes, mientras una hoja muerta flota sobre el lago, de la trampa en que nos hemos metido, sin tener fuerzas, ni ganas, ni tiempo para averiguar los mecanismos que nos liberarían de ella, si tuviéramos el coraje y el deseo de hacerlo.

lunes, 12 de noviembre de 2007

12 de noviembre. ¿Quién debería callarse?

El Rey a Hugo Chávez: "¿Por qué no te callas?"

Ocurrió el pasado fin de semana en Chile, en el cierre de la XVIIª Cumbre Iberoamericana que ya venía desprestigiada con las desavenencias entre Uruguay y Argentina por las papeleras. Hablaba el Presidente Zapatero, cuando el presidente venezolano comenzó a interrumpirle con palabras ofensivas hacia el ex-presidente Aznar. Hugo Chávez le llamó “fascista” en varias ocasiones y le acusó de colaborar en el “golpe de Estado” que hubo contra él, en el 2002, en Venezuela. Chávez arremetió contra los empresarios españoles y contra todos los que no piensan como él. Zapatero dijo a Chávez que, como representantes de gobiernos democráticos, había que hablar con respeto de aquellos mandatarios elegidos por el pueblo aunque estén "en mis antípodas". Chávez le volvió a interrumpir: "Dígale eso mismo a él, que me respete". En ese momento el Rey, enojado, miró a Chávez que estaba cinco asientos a su izquierda, y le espetó, señalándole con el dedo: "¡¿Por qué no te callas?!"

Chávez, continuó interrumpiendo al presidente del gobierno español: “José Luis, sabes el cariño que te tengo. Pero, como dijo el gran Artigas, con la verdad no ofendo ni temo". Carlos Lage, el vicepresidente cubano, defendió a Chávez. "Las agresiones que le hizo Aznar -dijo, en alusión al golpe de Estado del 2002- fueron peores". El presidente nicaragüense, recordó que los "antisandinistas se reunían en la Embajada española" y que, en 1986, Estados Unidos usó una base aérea de España para bombardear la residencia de Muammar Khaddafi, en la que murió una hija de 18 meses del líder libio. Daniel Ortega tuvo palabras durísimas para España y, en ese momento, el Rey, Juan Carlos, tras consultar con el presidente del Gobierno, decidió levantarse y ausentarse de la sala, con un semblante de regio cabreo. No es frecuente que el Rey dé muestras tan ostensibles de desagrado. Pero, en esta ocasión, decididió cortar por lo sano en un gesto nada diplomático.

Esto es lo que ocurrió en la malograda Cumbre que, gracias a Internet, en menos de dos horas, recibía 76.798 visitas y 356 comentarios. Néstor Kiechner, presidente argentino, criticó a los empresarios españoles y recibió 33.500 visitas. En total, las visitas ascenían a 110.298. El domingo por la tarde, contabilicé cerca de mil blogs en España que hablaban exclusivamente de este asunto. Todos ellos se hacían eco de esta frase real que pasó de boca en boca, no pocas veces con el adjetivo tejeriano de “coño”, añadido después del "por qué" real. El presidente Chávez replicó al Rey Juan Carlos, quien le había ordenado callar: "El Rey será Rey, pero no me puede hacer callar".

En una charla en una universidad, el venezolano daba la vuelta una y otra vez sobre el polémico final de la Cumbre y su roce con el monarca. "Yo reclamo respeto porque soy también un jefe de Estado y electo democráticamente. Él es tan jefe de Estado como yo, con la diferencia que yo he sido electo tres veces. Ningún jefe de Estado puede estar mandando a callar a otro. Dije la verdad en la que creo, así que no tengo nada que responderle". El sábado, Chávez reiteraba para Aznar el calificativo de “fascista”, llamaba “excremento” al líder del PP, Mariano Rajoy, e insistía: “Señor Rey: responda: ¿Sabía usted del golpe de Estado contra el Gobierno democrático y legítimo de Venezuela? ¿Será por eso que se enfurece porque digo que Aznar es un fascista? Me hago la reflesión y me digo ¡qué innocente! Si era el mismo Rey, que es el que dirige la política exterior...¿Por qué no te callas tú, Rey?

En España, el “¿por qué no te callas?”, lanzado por el Monarca, había sido un grito afortunado del Rey. El “ABC” recogía esas palabras, añadiendo: “El rey no se calla”. El diario monárquico era el que más alabanzas ofrecía al gesto del monarca, asegurando que había actuado "de modo ejemplar y acorde a su responsabilidad". “La Vanguardia” y “El Periódico de Catalunya” escogían el verbo "conminar "y subrayaban: "El Rey conmina a Chávez: ¿Por qué no te callas?". El editorial de “El Mundo” aclaraba: "El Rey puso a Chávez en su sitio en nombre de los españoles". Y remarcaba que Don Juan Carlos le dijo al presidente venezolano "lo que hace mucho tiempo alguien le tenía que haber dicho". El editorial de “El País” daba menos importancia a este asunto y prefería hacer un resumen de lo que ha sido la cumbre. No obstante, destacaba que, en este incidente, el monarca "también estuvo en su papel".

Me pregunto si la frase real será a partir de ahora utilizada con mucha más frecuencia en el coloquio callejero, lo que habría que agradecérselo al mismo Rey. Al menos, en eso, la presencia del Monarca en Sudamérica ha servido para algo. Aunque, en el fondo, uno se pregunte quién debería callarse en este caso. O contestar, como lo hiciera Zapatero, quien antes de seguir el ejemplo del Rey, aguantó, sin inmutarse ni hacer aspavientos, hasta el final.

sábado, 10 de noviembre de 2007

10 de noviembre. Una voz y una guitarra.


Mañana, domingo, a las 21 horas, 30 minutos, en la calle madrileña de Libertad, número 8, sonará, en la sala del mismo nombre, una voz muy conocida por mí desde hace 32 años. Es la voz de mi propio hijo, Toni Miró, que hace sus pinitos como cantautor. No me canso de escuchar “Todo sigue girando”, “La razón y el corazón” “Un hombre tranquilo” o “El tiempo en tu reloj”, así como otras de sus canciones en las que uno se da cuenta de que la vocación está ahí. Así que ¿qué queréis que os diga que no suene a peloteo interesado? Pienso que una persona que es capaz de subirse a un escenario para expresar cantando lo que siente y cómo lo siente, sin ninguna obligación y a cambio de nada, merece, de antemano, un apoyo. Aunque, su decisión o su modo de hacerlo suponga una crítica o un voto de confianza. Cada cual hace y dice lo que cree más conveniente. Y, una vez puesto en camino, deseo para él la mejor suerte. Por eso, desde este blog, me permito aconsejar a todos mis lectores que le escuchen y vean su actuación. Por el momento, no es más que eso: una simple sugerencia para las últimas horas de este domingo, ll de noviembre. Luego, que cada cual saque sus propias conclusiones, prescindiendo de mis convicciones personales o confirmándolas.

viernes, 9 de noviembre de 2007

9 de noviembre. La prensa que se va y algunos platos rotos.

Disputa en televisión entre Calleja y San Sebatián

Tal día como hoy, hace seis años, salía el último número de “Diario 16”, otro periódico que desaparecía del panorama de la prensa diaria. “Se abren y se cierran empresas todos los días –se despedía el periodista, Luis del Val–, con la diferencia de que un periódico es un montón de botellas lanzadas al mar de los quioscos con diferentes mensajes pero donde los auténticos náufragos no son los lectores, sino los periodistas, esos mensajeros locos que corremos el peligro de creernos protagonistas de las historias que nos limitamos a trasladar”. A Del Val no le gustaba que se cerraran los periódicos, ni que se muriera la gente, ni que los niños enfermaran “porque no hay nada más triste que un niño muerto dentro de un ataúd blanco y el número de un periódico que parece normal y que no es otra cosa que el último y postrero suspiro de papel”. Pero yo creo que hay algo peor que todo eso. Y es mantener un periódico abierto con decenas de cadáveres escribiendo artículos y reportajes, y con lectores que creen todo lo que esa prensa les cuenta. Y me temo que no pocos de los periódicos que, seis años después del cierre de “Diario 16”, siguen en pie, son no pocas veces mantenidos por intereses varios que nada tienen que ver con el objetivo periodístico, protagonizando un alto volumen de fagocitosis.

En octubre de 1976, cinco meses más tarde que “El País”, aparecía “Diario 16”, desgajado de una costilla de “Cambio 16”, a los acordes del himno “Libertad sin ira”, de Jarcha. Fue dirigido, entre otros, por Ricardo Utrilla, Miguel Ángel Aguilar, Pedro J. Ramírez, José Luis Gutiérrez… Hacía ya tiempo que el centenar de periodistas de este periódico trabajaba sin red. Caídas como la de Pedro J. Ramírez, en febrero de 1989, provocaron serios desperfectos. En esta ocasión, la presión del gobierno socialista, alarmado ante las investigaciones de este periódico sobre la guerra sucia y los Gal, provocó la salida de este periodista quien, con buena parte del equipo profesional bajo sus órdenes, fundaba “El Mundo”. Desde entonces, “Diario 16”, que llegó a ser el tercer diario nacional, con más de 150.000 ejemplares, comenzó a bajar sin recuperarse. Ni la cadena francesa Hersant, que compró un 30 por ciento de sus acciones, le salvó de una caída en picado de la que no volvió a recuperarse, pese a los 5.000 millones de pesetas que el Grupo “La Voz de Galicia” destinó para salvarlo, desde 1998, al hacerse con su cabecera. En el año 2000, su difusión rondaba los 24.000 ejemplares. Un años más tarde, la empresa tiraba definitivamente la toalla.

No era el primer caso. “Madrid”, “Ya”, “Artículo 20” y otros muchos medios, han terminado por sucumbir ante las presiones económicas o políticas. Otros, muy pocos, han decidido, por el contrario, lanzarse al ruedo y probar suerte. Pero, la mayor parte de revistas y periódicos que se publican gracias a las muletas de la publicidad, andan con dificultades y se les nota su paso torpe e indeciso. Sus propietarios, al ser el precio de venta del ejemplar inferior al de su coste, intentan salvarlas con los intereses publicitarios y con otras ayudas financieras. De esta manera, la prensa sigue sometida al despotismo de la oligarquía que impone sus reglas y mantiene a los partidos para hacernos creer que somos libres. Y los organismos políticos, sean del partido que sean, sólo ayudan a aquellos que están dispuestos a ayudarles. Pero la mayoría de los que no se adaptan a estas normas termina por sucumbir.

Por el contrario, dentro de este panorama, sí sobresalen los periodistas que fardan de no estar sometidos por nadie y reflejan el grado de crispación social nacida de la actualidad política. A menudo, se reproducen las broncas en las tertulias radiofónicas o televisivas. Y algunos se niegan a continuar con el juego y rompen la baraja. El 24 de octubre pasado Fernando Delgado, periodista y colaborador de la Cadena Ser, Rosa Regás, ex directora de la Biblioteca Nacional, y la periodista María Antonia Iglesias, abandonaron un debate en la televisión autonómica andaluza tras mantener una agria discusión con el director de informativos de la Cadena Cope, Ignacio Villa, quien, junto con Jiménez Losantos, es un polemista de trazo grueso y forma el ariete de la derecha. El incidente se produjo en Canal Sur, televisión pública de Andalucia, durante un debate sobre la Ley de Memoria Histórica.

Por otra parte, Iñaki Gabilondo, periodista que dirige las noticias de la “Cuatro”, comentaba el pasado 22 de octubre: "La COPE, la Conferencia Episcopal, son desde hace mucho tiempo factor de desestabilización y de conflicto. Su principal comunicador invoca su libertad de expresión para acusar al presidente del gobierno de traidor, empeñado en romper España, con un plan preconcebido que, junto a separatistas y masones, traicionó a las victimas del terrorismo, y, como siempre hizo la izquierda criminal, destruir una nación que odia. Y que el Rey debería haber abdicado porque permite esta villanía. Cosas así dice con un lenguaje ofensivo de grueso calibre entreverado de guasa, de gracioso de casino, burlándose de todo y de todos... Pero con la misma libertad de expresión pedimos que se observe la gigantesca hipocresía de la Conferencia Episcopal, que predica la paz, la caridad y la concordia, y vende veneno y discordia”.

Isabel San Sebastián es el último caso de esta guerra declarada entre periodistas. San Sebastián abandonó el plató del programa televisivo “59 segundos” que celebraba la tertulia del programa sobre la actuación del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la gestión de la crisis de los niños del Chad. Al sentirse agraviada por su compañero, José María Calleja, Isabel no lo pensó dos veces: se levantó y se largó del debate, en señal de protesta.

Son rifirrafes simbólicos cargados de razón para los que los sufren pero incomprensibles para el espectador, el oyente o el lector que los padece. ¿O acaso es capaz de comprenderlos también? Sea lo que sea, producen cierto malestar general y la impresión de que las palabras ya no sirven para nada. Pero un país que ya no cree en las palabras es un país al borde de la guerra. Un país en donde los propios periodistas, cansados de perseguir los acontecimientos, generan sus propias noticias, convirtiéndose en parte de los mismos. Todo ello me huele a una guerra soterrada que no conduce a nada. Algo por lo que la misma prensa, a la larga, acabará pagando los platos rotos.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

7 de noviembre. Un liliputiense entre rascacielos.

Benidorm, una oferta turística que toca el cielo y una especulación desmedida.


Hace tres días estuve en Benidorm, residencia de no pocos españoles y extranjeros, y, según dicen, hasta el momento, el mayor cementerio de elefantes de Europa. No iba en busca de estos mamíferos en sentido figurado sino de la calma y sosiego de un pueblo de tres mil habitantes, entre pescadores y marineros. Claro que eso ocurría hace setenta años. Hoy, se contabilizan casi setenta mil habitantes y la ciudad cosmopolita cuenta con 33.000 plazas hoteleras que acogen, en plena temporada, a más de 250 mil turistas. Es en ese enclave turístico, basado en la altura y el hormigón –segundo lugar, después de Manhattan, con más número de rascacielos por metro cuadrado–, en donde pasé cuatro días junto con los componentes de la Banda de música de Alcalá de la que formo parte. Viaje aprovechado para despedirme de ellos tras ese “descanso”, ganado gracias a nuestras actuaciones de este año.

Perdido entre edificos mastodónticos para turistas de élite que gustan de la altura, este pequeño liliputiense pasó el puente de los Difuntos y de Todos los Santos en esta ciudad de rascacielos, donde todo, del nacimiento a la muerte, se mide por el valor del dinero y todo circula en torno al euro. Y allí se alojó, en el hotel Poseidón, en donde la mayor parte de clientes desconocía la identidad de ese dios griego que se enfrentó a los dioses, junto con los componentes de una banda sin instrumentos, tan solo con dos boquillas, la de Juan Luis, que practicó unos minutos todos los días, entre broma y broma, y la de este menda, que la descuidó casi por completo. En cambio, pasamos horas interminables de ocio tentados por la seducción gastronómica y por un dulce “farnientes” bajo el sol de noviembre, paseando a lo largo del paseo marítimo o entre calles repletas de bares, restaurantes y puestos para turistas.

Tanto en Aqualandia y en Mundomar, dos parques acuáticos, como en Terra Mítica, “uno de los grandes parques temáticos españoles –decía su publicidad– basado en las distintas civilizaciones que habitaron el Mediterráneo”, el mito sucumbe ante la curiosidad y la emoción dispara la adrenalina. Pero los diversos estímulos a veces no provocan más que aburrimiento y desengaño. Nada más entrar el Terra Mítica, este liliputense pudo apreciar un pequeño cementerio de quita y pon lleno de tumbas y un mundo presentado bajo los efectos de Hallowenn. Pero la presencia de brujas, fantasmas y monstruos se le antojaron pobres en imaginación y fantasía. Los grandes carteles de “la cripta de los muertos” o la escena en la entrada de dos gigantes que celebraban una boda “hasta que la muerte nos separe” produjeron algunos gestos abúlicos y tediosos. Y por más que se multiplicaran los esqueletos, jalonando los edificios de la entrada, en los muros, puertas y ventanas, en los escaparates o flotando sobre el lago del interior, ni un estremecimiento de pavor, ni una sola gota de sudor frío.

“Benidorm –seguía gritando la publicidad– es una ciudad llena de vida, sol y diversión., diseñada para disfrutar a todas horas y durante todo el año”. Pero las espectaculares discotecas, las atractivas terrazas, el comercio variado, la cantidad y variedad de cafeterías y de restaurantes y la oferta nocturna en boleras, bingos, pubs, discotecas, lugares de espectáculos y lujosos casinos”, no cambiaron mi estado de ánimo.... Una noche, algunos se desplazaron al Gran Hotel Bali, el más alto de Europa, con 200 metros de altura y 776 habitaciones en 52 plantas, doce suites, 10 habitaciones para discapacitados ricos y 23 ascensores, dos de ellos panorámicos, en donde ofrecían un stripsease integral, espectáculo que a este liliputiense se la trajo floja. Tanto que prescindió de él.

“Benidorm –leí en un artículo, creo que era de Manuel Vicent– es una inmensa obscenidad urbanística, perpetrada por varias generaciones de alcaldes democráticos y no-democráticos que consideraron oportuno relanzar la economía local con turismo veraniego hardocriano. Para ello, una planificación urbanística desbocada creó dos inmensos barrios, a poniente y a levante, en los que la gran mayoría de edificios son rascacielos. Y la ratio de servicios públicos y equipamientos respecto de los habitantes –extraoficialmente, hasta medio millón– es equiparable a la de cualquier país subdesarrollado. Por no haber, no existe ni una estación de autobuses en condiciones: los coches de ALSA, Alsina Graells, y otras compañías, aparcan en un trozo de la Avenida Europa y son abordados por los viajeros con preguntas ‘¿este dónde va?’ para desespero de los chofers”.

Definitivamente, los elefantes ya no acuden a morir a su cementerio de Benidorm. Dicen que ahora se dan cita en Alicante.

lunes, 5 de noviembre de 2007

5 de noviembre. Diario de un perro.


Un curioso diario de un perro que fue querido y admirado por una familia, seducida por sus gracias de cachorrillo, y termina en plena calle, abandonado por todos, ha llegado a mi correo. Ignoro el autor de esta historia que presento tal como me la contaron. Una historia en busca de autor.

Semana 1ª. Hoy cumplí una semana. ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!

Mes 2º. Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.

Mes 2º. Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta y, con sus ojos, me dijo adiós. Espero que mi nueva “familia humana” me cuide tan bien como ella lo ha hecho.

Mes 4º. He crecido rápidamente. Todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como “hermanitos”. Somos muy inquietos. Ellos me jalan la cola y yo les muerdo, jugando.

Mes 5º. Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice “pipí” en la casa, pero la verdad es que nunca me habían dicho dónde debía hacerlo. Además, duermo en la recámara... ¡y ya no me aguantan!

Mes 12º. Hoy cumplí un año. Soy una perra adulta. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban ¡Qué orgullosos se deben sentir de mí!

Mes 13º. “Mi hermanito” me quitó la pelota. Yo me agarré sus juguetes y se los quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que le lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron al sol, donde apenas pude moverme. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.

Mes 15º. Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo. Mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve, no tengo techo que me cobije.

Mes 16º. Hoy me bajaron de la azotea. De regreso, mi familia me perdonó y me puse tan contento que daba vueltas de gusto. Mi rabo parecía reguilete. Encima, me van a llevar con ellos de paseo. Enfilamos hacia la carretera y, de repente, se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé, feliz, creyendo que haríamos nuestro “día de campo”. No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron. “Oiga, esperen –les grité–. Se... se olvidan de mí”. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas. Mi angustia crecía al darme cuenta que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habian olvidado.

Mes 17º. He tratado en vano de buscar el camino de regrerso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y, desde el fondo, con mi alma. Quiisiera que me adaptaran. Sería leal como ninguno. Pero sólo dicen “pobre perrito, se ha de haber perdido”.

Mes 18º. El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis “hermanitos”. Me acerqué y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedas “a ver quien tenía mejor puntaría”. Uno de ellos me lastimó el ojo y, desde entonces, ya no veo con él.

Mes 19º. Parece mentira. Cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ahora estoy muy flaco y mi aspecto ha cambiado. Perdí un ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.

Mes 20º. Casi no puedo moverme. Hoy, al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, casi me arrollan. Según mi instinto de conservación, estaba en un lugar seguro llamado “cuneta” pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera matado, pero sólo me dislocó la cadera. El dolor es terrible. Mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastro hacia un poco de hierba a la ladera del camino.

Mes 21º. He pasado diez días bajo el sol, la lluvia, el frío y sin comer. Ya no puedo moverme. El dolor es insoportable. Me siento muy mal. Me quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Algunos pasan y ni me ven; otros me advierten: “¡No te acerques!”. Ya casi estoy inconsciente pero cierta fuerza me hace abrir los ojos. La dulzura de una voz me hace reflexionar. “Pobre perrito –dice alguien–. Mira cómo te han dejado”. Junto a la señora que se apiadó de mí vino un señor de bata blanca que empezó a tocarme y a decir: “Lo siento, señor, pero este perro ya no tiene remedio. Es mejor que deje de sufrir”. A la gentil gama se le salieron las lágrimas mientras asentía. Moví el rabo como pude y la miré, agradeciéndole que me ayudara a descansar. Luego, sólo sentí el piquetón de la inyección y me dormí para siempre, pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería.

Post data: Cada vez es más elevado el número de animales abandonados. En el 2006, sólo en la Comunidad de Madrid se recogieron 14.0168, tres mil más que en el año anterior. Unos 100.000 en toda España, según un estudio de la Fundación Affinity. Esta cifra no incluye ni a los recogidos por particulares, ni a los que mueren atropellados, ni a las víctimas del abandono. Dicen que la solución no es echar un perro a la calle, sino educarlo. Y en no convertir en problema una grata compañía. Claro que hay personas en este mundo que son tratadas mucho peor que este perro.

jueves, 1 de noviembre de 2007

2 de noviembre. Al infierno con la Iglesia y sus promesas.



La Iglesia recuerda hoy a cuantos conocieron la miseria, la injusticia y la violencia y fueron pasto de ellas. Se trata del mismo organismo cuyos jerarcas depositaron dinero en “Gescartera” para ganar más y huyeran de ella en cuanto salieran trasquilados. Una entidad que vive habitualmente pegada al poder y no se ha atrevido a condenar la guerra americana contra Irak y Afganistán. Una institución que hoy se acerca a los que viven oprimidos y, sin dejar de convivir cómodamente con los más ricos, con su poder e influyencia de las que tanto le cuesta desprenderse, les lleva de la mano para que miren de frente a la muerte, recordándoles de dónde provienen. Y les promete, para la otra vida, un cielo de purpurina.

Los dieciocho cementerios de la ciudad de Madrid y los doscientos cuarenta que hay en la Comunidad, así como el resto de los diseminados por España y en el mundo entero, se han llenado de gente que quiere recordar, como cada año, a sus difuntos. Pasearse por sus calles silenciosas se ha hecho más difícil que hacerlo por las grandes avenidas de las ciudades diseñadas para moverse y vivir. Mas de un millón de madrileños visitará hoy a sus muertos, depositando sobre sus tumbas millones de crisantemos, claveles y flores de muerto, lo que permitirá a los mercaderes hacer holgadamente su agosto y a los proveedores de seguros mortuorios celebrar sus negocios en alza.

Yo sé que las protestas de cualquier renegado que despotrique contra las normas de esta Iglesia, nunca serán tenidas en cuenta. Sé que es más fácil para ella hacerse el sordo a todo lo que no le conviene oír y aplastar despiadadamente a cuantos no comulgan con sus premisas y sus dogmas. Así y todo, le deseo –por si esta Iglesia, que siempre se ha impuesto por doquier, no se ha dado aún por aludida– que, al menos durante estos dos días, se vayan al infierno con todos sus santos, sus aspavientos y lamentos. Y que nos dejen, a quienes no formamos parte de sus proyectos ni de sus planes, encargarnos de nuestra miseria, nuestra lucha y nuestra vida.

Una vida que, cuando menos se espera y cuanto más segura parece afianzarse, puede romperse en cualquier momento. Pero una vida, al fin y al cabo, que está ahí, sin importar demasiado si alguien –¿Dios, el acaso?– nos la ha concedido o simplemente prestado. Una vida que colea frente a mí y que he abrazado como propia. Por tanto, no voy a creer en sus promesas ni en sus cantos a la inmortalidad, ni en su futuro lleno de esplendor. Todo lo que un día ha caído en mis manos, otro día puede desaparecer de ellas. Sólo lo que ha salido de éstas –en mi caso, la música y la escritura– prevalecerá sobre mi corta vida. Pero, cuando desaparezca definitivamente, el mundo continuará tranquilamente su camino, sin dejar de rodar ni de preocuparse por mi desaparición.

Curiosamente, el cementerio madrileño de animales de compañía, conocido como "El último parque", se vanagloria de tener habitualmente más visitantes asiduos que los humanos que acuden a sus camposantos. Se halla en Arganda del Rey y da cobijo a unas 4.000 mascotas, entre perros, gatos, conejos, aves, cobayas e, incluso, un mono. No obstante, "El último parque" no abre al publico en la festividad de Todos los Santos, con lo que evita hacer la competencia con el resto de cementerios abarrotados de gentes y de flores, en donde, sólo en estos día, los “vivos” se acuerdan de los muertos y el encuentro entre ambos mundos se hace tumultuoso y difícilmente transitable.