El juez Castro imputa a la infanta Cristina, se instaló el BiClip en las playas y se nos fue Ana María Matute.
En el inicio del verano, seis días después de la
proclamación de Felipe VI, el juez Castro dictó un auto de procesamiento para
la infanta Cristina de Borbón, hermana e hija de reyes. Y, pese a que su futuro
judicial amenaza la imagen de la monarquía y que el nuevo rey prometió que la Corona observará “una
conducta íntegra, honesta y transparente”, el juez Castro propone procesarla
por blanqueo de capitales y delito fiscal. En
su escrito, el magistrado considera que hay “sobrados indicios” de que la infanta intervino
en la presunta trama corrupta “lucrándose en su propio beneficio” y “facilitando
los medios para que lo hiciera su marido”, Iñaki Urdangarin, mediante una
“colaboración silenciosa”. Tras conocer el auto, tanto Miguel Roca, abogado de
la infanta, como la Fiscalía Anticorrupción anuncian que recurrirán
la decisión de Castro, convencidos de que la imputada no actuó de manera
ilegal. Y un portavoz de la Casa Real manifiesta el “pleno respeto”
de la institución “a la independencia del Poder Judicial”. Castro aprovecha el
auto para justificar los cuatro años empleados en la investigación del llamado
Caso Nóos y defenderse con cierta amargura de las críticas recibidas “desde
altas instancias institucionales, políticas, mediáticas e incluso judiciales” que
han considerado “excesivamente larga” su instrucción, iniciada el 20 de julio
de 2010. En su respuesta, el magistrado revela su
enorme malestar por ciertas acusaciones y afirma que ha tenido que bregar con “prácticamente
todo el repertorio incidental prevenido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal e incluso aquel en
que ni se pensaba”. El juez se queja de que no se tengan en cuenta las horas
“inhábiles” que ha dedicado al caso, desmintiendo que el tiempo se haya
alargado con “trámites inútiles o superfluos”. Alega que los 63.406 folios del
sumario, las 319 declaraciones recibidas, las 340 resoluciones, “podían haberse
multiplicado por varios enteros”. Son cifras con las que pretende demostrar el
ingente trabajo recaído sobre sus hombros. Recuerda que ninguna de las piezas
se ha dictado a través del sistema informático proporcionado por el Ministerio
de Justicia. Defiende que no ha acordado ninguna diligencia que “a priori”
creyera inútil, ni su labor ha permanecido inactiva. Otra cosa bien distinta es
que no todas las diligencias acordadas “arrojaran el resultado que de ellas
cabía esperar. Muy al contrario, –sostiene en alusión a los sábados dedicados a
tomar declaración para no molestar la labor del resto de los juzgados de Palma
con los que comparte edificio– se han utilizado días y horas que, en otro caso, serían inhábiles para la práctica
de actuaciones judiciales, concentrándose en ellas el mayor número posible de
diligencias”. Pese a ello, ha recibido las quejas del fiscal
Anticorrupción, Pedro Horrach.
El juez José Castro.
Castro dedica un párrafo de su extenso escrito a dejar claro que no es el momento para alegar “confianza, veneración o amor” como coartada para autoexculparse. El instructor del 'caso Nóos' considera que “la repercusión a efectos penales” de dichos sentimientos deberán ser valorados en el momento del juicio oral por el tribunal sentenciador. Alude así a la 'coartada del amor', cargando contra la actitud que la infanta Cristina tuvo durante su declaración como imputada ante él. El juez critica que la hermana del Rey Felipe VI se escudase en “la sola negación de la evidencia, la interminable apelación a la ignorancia y a la falta de memoria o la gratuita derivación hacia terceros”, en clara referencia al intento de Cristina de Borbón de autoexculparse cargando toda la responsabilidad en Iñaki Urdangarín. Recuerda que “si la explicación a esta actitud residía en la confianza, veneración o amor que profesaba a su marido así como la repercusión que a efectos penales pudiera (en su caso) de ellos derivarse, es cuestión sobre la que este instructor no debe pronunciarse”. De esta forma, pretende desactivar, al menos momentáneamente, uno de los argumentos utilizados de manera reiterativa por la infanta, durante su declaración del pasado mes de febrero ante él: su confianza ciega en el fruto del amor conyugal. En aquella comparecencia como imputada, Cristina de Borbón llegó a asegurar que entró a formar parte del accionariado de Aizoon, una de las empresas bajo sospecha, sin pedir permiso a su padre, el entonces rey Juan Carlos I, y que lo hizo “porque confiaba en él [Urdangarin], me lo sugirió y acepté”. En su declaración, la infanta Cristina aseguraba que entró en el accionariado de Aizoon porque "confiaba en mi marido”. Igualmente, se retrató a si misma como una mujer ajena a la actividad de la empresa familiar y que dejaba todo en manos de su esposo. Incluso aseguró que “nunca” habló con su marido de sus “temas de trabajo en la intimidad. “Yo me ocupaba de los niños, de sus actividades, de la escuela y de todo lo que tenía que ver con ellos, con médicos y demás. Mi marido se ocupaba de toda la parte de los gastos”. Frente a esa versión, las acusaciones consideran que algunos 'emails' incorporados al sumario reflejan todo lo contrario: que ella no se limitaba a hacer pagos con los fondos supuestamente fraudulentos de Aizoon, sino que fue incluso advertida de la irregularidad de los mismos y que su marido fue consultado sobre ello. Así, en un correo electrónico del 18 de septiembre de 2009, Julita Cuquerella, la asistente personal de Iñaki Urdangarin, advertía al duque de Palma de que “S.A.R. me ha encargado unas compras que no puedo justificar por gastos de Aizoon”. Ante esa irregularidad, proponía pasarlos por caja para realizar los pagos en efectivo, algo a lo que el marido de la infanta dio el visto bueno con la broma: “Se lo gasta en algún regalo para mí, ¿no?”.
La infanta se alquilaba a sí misma el palacete de
Pedralbes por 12.000 euros al año.
.
El juez José Castro y el
fiscal Pedro Horrach.
Joaquim Bosch, portavoz de Jueces para la Democracia.
A medida de que se difundía el recurso de Pedro Horrach, fiscal Anticorrupción, contra el auto de José Castro, juez instructor 3 de Palma, que mantiene como imputada a Cristina de Borbón, junto a su marido Iñaki Urdangarín y a14 personas más, entre ellas el expresidente de Baleares, Jaume Matas, varias asociaciones de jueces criticaban al fiscal por insinuar que el juez Castro delinque al imputar a la infanta. Así, Joaquim Bosch, portavoz de Jueces para
Pablo Llarena, presidente de
Diego Torres e Iñaki Urdangarin, en
un acto del Instituto Nóos, en 2004.
El 21 enero de 2013, la fiscalía imputa a Urdangarin y a Torres por un presunto fraude fiscal. Seis días más tarde,
Alfonso Grau, vicealcalde de Valencia, llega a
los juzgados para declarar como imputado en el caso Nóos.
El 7 enero del 2014, el juez Castro
imputa a la infanta. Una semana más tarde, el fiscal Horrach acusa al juez
Castro de apoyarse en una “teoría conspiratoria” para imputarla. El 25 de
enero, los inspectores de Hacienda y la responsable policial descartan en su
declaración indicios de blanqueo de capitales en la actuación de la infanta. El
8 de febrero, la infanta Cristina declara
ante el juez Castro que se desentiende de la gestión de Aizoon y dice que confía
plenamente en su marido. Dos días más tarde, la Fiscalía Anticorrupción
estudia solicitar entre diez y diecinueve años de prisión para Urdangarin. El
20 de febrero, el juez Castro rechaza citar como testigo al ministro Alberto Ruiz-Gallardón.
Seis días más tarde, declara como imputado el abogado Francisco José Carvajal,
acusado de grabar a escondidas la declaración judicial de la infanta. El 29 de
abril, Camps niega haberse reunido con Urdangarin. El 31 de mayo, Alfonso Grau,
vicealcalde de de Valencia, declara como imputado que la Fundación Turismo
Valencia contrató al Instituto Nóos porque lo presidía Urdangarin. El 18 de
junio, Castro pide a la
Agencia Tributaria que aclare si Urdangarin pudo cometer
delito fiscal en el IRPF de 2007 y 2008.
Portada de ABC. Del jueves, 26 de junio.
Por su parte, ABC reprocha en su portada a Castro que procese a la Infanta “en contra del
fiscal y de Hacienda”. En el editorial, se recuerda que la hija del Rey Juan
Carlos está “imputada, no condenada”. El diario monárquico pide que “el principio
de igualdad ante la ley que recordó Don Juan Carlos en su mensaje de Navidad de
2011, no se convierta para la
Duquesa de Palma en una presunción de culpabilidad”. El
periódico de derechas critica al juez basar sus “valoraciones” en
“presunciones”, “mayoritariamente” y “a partir de indicios”. En un artículo en
las páginas interiores del diario, se buscan las razones del juez para ‘ir
contra la Infanta
en lo que ha terminado siendo, según ABC, la “historia de un
empecinamiento”. Todo tendría su origen en el ‘cabreo’ del magistrado cuando la Audiencia de Palma, “en
contra de lo que espera, suspendiera la imputación de Doña Cristina”. El juez
“pasó de rechazar la imputación a intentar sentarla en el banquillo con el
viento a favor de la opinión pública”. Isabel San Sebastián afirma que la
imputación de la Infanta
demuestra lo que ayer defendía como argumento único el PP, que “pese a quien
pese, nadie es impune”. Y, “a partir de ahí –continúa- “hágase lo que
corresponda en Justicia”, pero “evítese linchamientos y guillotinas”. El
artículo, carga, en el inicio, contra ‘endemoniados’ jueces que sólo persiguen
“satisfacer su apetito de notoriedad”, “ansiosos por alcanzar la gloria”. Entre
estos cita a Elpidio Silva y a Garzón y deja fuera, convenientemente, al juez
Castro. Muy sutil. Por su parte, Joaquín Prieto, editorialista de El País
recuerda que el juez Castro “es la persona predeterminada por la ley para
llevar este caso, que es un caso estupendo para demostrar que ha funcionado la
justicia”. Prieto cree que habrá “consecuencias penales” porque “el posible
delito fiscal y el blanqueo de capitales no son comportamientos honorables para
personas de alto rango”.
¿Qué es el BiClip y el Der C-String?
El verano
2014 será, tal vez, el último verano en el que veamos a las mujeres utilizar los
clásicas bikinis o las populares tangas en las playas. Lo cierto es que el
BiClip ha llegado con fuerza a las arenas europeas, a las playas latinoamericanas
y a las de los Estados Unidos. Pero ¿qué es el BiClic o el Der C-String? Cuando
las mujeres llegan a la playa y buscan la zona ideal para que su bronceado
quede perfecto, saben que, aunque tomen todo tipo de medidas, nada será
suficiente para que el bronceado sea perfecto, parejo en todo el cuerpo. Ello,
porque las tiras de los bikinis o de los corpiños dejan sus marcas que luego, por
la noche, lucen feas con los vestidos de fiesta. Hablamos de los corpiños
strapless, los que, al evitar utilizar las tiras, permitían y permiten que el
sol broncee de forma pareja los hombros y pecho de las mujeres. El Der C-String
o el BiClip, como se lo conoce actualmente, no es más que una prenda muy
utilizada en el teatro y en el carnaval, conocida como slip o triángulo. No
cuenta con los brillos y piedras utilizadas por las vedettes argentinas o por aquellas
que desfilan en los carnavales latinoamericanos, Brasil como mayor exponente.
Los BiClip o Der C-String son más simples y, según sus diseñadores, más
cómodos. Sin embargo, la forma de utilizarlos es exactamente la misma.
Río de Janeiro.
Se
trata de prendas diminutas que, siguiendo el concepto trabajado con los
corpiños strapless, evitan la necesidad de contar con tiras sujetoras. Ello,
permite que las mujeres que van a la playa logren un bronceado parejo y
perfecto en todo su cuerpo. Quienes lo han utilizado, afirman que resulta una
prenda muy cómoda de llevar y destacan, como mayor beneficio, el privilegio de
lucir un cuerpo bronceado de forma pareja, tal como siempre lo han soñado. Por
ello, hay quienes afirman que estamos frente al final de los tangas y muy
próximos a vivir la desaparición de los bikinis. De esta manera, el BiClip o
Der C-String es presentado como la alternativa ideal a las tangas o bikinis. Y
se pueden ver algunas imágenes en un programa de la televisión alemana. Las
imágenes resultan más que elocuentes. Un tipo de prendas que ya ha generado controversia,
no solo en aquellas playas donde las mujeres se han animado a utilizarlos, sino
en el mundo entero. La discusión en Internet no se ha hecho esperar, existiendo
tantos defensores como detractores de esta prenda que, por lo pronto, está
ganando fama a lo largo y ancho del planeta.
La escritora Ana María Matute, premio Cervantes en
2010, académica y una de las grandes autoras españolas de la posguerra,
fallecía el miércoles pasado en su domicilio de Barcelona a un mes de cumplir
89 años. Es la autora de Los Abel (1948), Pequeño teatro (1954,
premio Planeta), El río (1973), Olvidado Rey Gudú (1996) y Paraíso
inhabitado, su última novela. Con Primera memoria había ganado, en
1959, el prestigioso Premio Nadal. Había nacida en Barcelona, en 1925, y, a los
cinco años, ya había escrito un relato. Se trataba de un niño que llevaba un
vestido muy muy largo y al que un duende ayudaba a ajustar; pero entonces, ya
ajustado, el niño crecía y la vestimenta quedaba corta… Matute fue la tercera
mujer en recibir el Cervantes (en el 2010, tras María Zambrano y Dulce María
Loynaz y este año seguida solo por Elena Poniatowska). Entre sus frases más recordadas:
-
“Ahora os inventaréis citas mías que jamás pronuncié”
- “Todos nos acostamos con el lobo, pero lo que no
podemos hacer es confundirlo con la abuelita. Caperucita era tonta”.
-
“La infancia es el periodo más largo de la vida”.
-
“Ser vieja no está tan mal, la gente te perdona todo”.
-
“Para nada quisiera volver a mis 20 años. Ni a tenerlos
entonces, ni a tenerlos ahora”.
-
“El mundo hay que fabricárselo uno mismo, hay que crear
peldaños que te suban, que te saquen del pozo. Hay que inventar la vida porque
acaba siendo verdad”.
-
“En esta vida lo he podido pasar muy mal… y también lo
he pasado muy bien. ¡Uf! Pero aburrirme, jamás”.
- “El Quijote es el primer libro con el que he
llorado, con la muerte del Quijote, por todo lo que significa: El dejar que la
locura desaparezca. Eso es terrible. El triunfo de la sensatez”.
-
“Escribir para mí no es una profesión, ni siquiera una
vocación. Es una manera de estar en el mundo, de ser, no se puede hacer otra
cosa. Se es escritor. Bueno o malo, ya es otra cuestión”.
-
“En la literatura, como en la vida, se entra con dolor
y lágrimas”.
-
“Me parecería una autentica falta de cortesía que Dios
no existiera”.
- “Siempre he creído, y sigo creyendo, que la imaginación
y la fantasía son muy importantes puesto que forman parte indisoluble de la realidad
de nuestra vida”.
-
“El dolor es más llamativo que la felicidad”.
- “¿Qué es la felicidad? Son momentos. Lo que no existe,
creo, es la desgracia continuada, pero la felicidad intensa, como lo que yo he
vivido. ¿Todo el rato así? No podría soportarlo”.
-
“Si no hubiese podido participar en el mundo de los
cuentos y si no hubiese podido inventarme mis propios mundos, me habría
muerto”.
-
“Escribir es siempre protestar, aunque sea de uno
mismo”.
-
“Nunca me he desprendido de la infancia, y eso se paga
caro. La inocencia es un lujo que uno no se puede permitir y del que te quieren
despertar a bofetadas”.
- “El tiempo lo cura todo, pero también lo quema todo. Lo
bueno y lo malo. Te arranca de la memoria cosas que quisieras tener ahí. El
tiempo se lo lleva”.
El eurodiputado de IU, Willy Meyer, durante la
rueda de prensa en la que presentó su dimisión tras conocerse que el fondo
voluntario de pensiones del Parlamento Europeo que tenía estaba vinculado a una
Sicav, en Luxemburgo.
“Miro a España –escribe Luis
García Montero en el articulo ‘La patria desmoronada’ publicado en Público.es– y
veo índices espectaculares de pobreza infantil, familias angustiadas y
condenadas a la marginación, una brecha entre ricos y pobres cada vez más grave
y un futuro laboral mezquino para los jóvenes. Veo también infantas imputadas,
políticos corruptos, partidos con dinero negro, cuentas en Suiza, sindicalistas
en la cárcel, recortes, universidades estranguladas, colegios con alumnos
desnutridos, hospitales en los huesos, políticos precocinados y muchas, muchas
mentiras. Resulta difícil no tener el sentimiento de sobrevivir en una nación
desmoronada. Supongo que hay quien disfruta con el espectáculo. A mí no me
divierten las desgracias de una infanta, ni las vergüenzas de un mal alcalde
cazado, ni los ridículos de un Tribunal de Cuentas, ni las sospechas que
planean sobre la
Justicia. Me duele, además, la dimisión de un eurodiputado
amigo como Willy Meyer, persona a la que quiero y respeto. Todo me desmorona,
me desordena, me entristece. Y en este desmoronamiento la cara suele tener una
cruz que profundiza el mal. Las prisas del Gobierno por aforar al Rey Padre
serían una simple discusión de procedimiento si no apuntasen de lleno a la
realidad oxidada de la
Justicia española, algo de difícil solución y más graves que
los deslices del ciudadano Juan Carlos de Borbón. El Gobierno desconfía de la
independencia de un juez honrado y desvía los posibles casos al Tribunal
Supremo, porque sabe que el poder judicial no es independiente en España y está
al servicio de los partidos del Régimen. Esto sí envilece la vida democrática:
las sospechas de un Gobierno sobre los jueces de la nación y su confianza
razonable en la actitud sumisa del Poder Judicial (….) Las actitudes del
Gobierno desacreditan la política, generan lodo. Pero el lodo juega a su favor.
La gente desprecia la política, opina de manera suicida sobre la inutilidad de
la política, olvidándose de que la política es muy eficaz a la hora de preparar
las corrupciones, humillar a la
Justicia y generar medidas que favorezcan la acumulación de
la riqueza en pocas manos, la degradación laboral y el empobrecimiento de la
mayoría. Por eso hay tristezas que dan calor. Willy Meyer, eurodiputado de
Izquierda Unida, acaba de dimitir al hacerse público que participó en un plan
de pensiones facilitado por el Parlamento Europeo. Dinero en una sicav y en
paraísos fiscales… En el mismo plan han participado Arias Cañete, Rosa Díez,
Elena Valenciano y otros muchos diputados europeos. Puede tratarse de una costumbre,
un malentendido, un desconocimiento, un error, una mezquindad más de la
eurozona. En cualquier caso, se trata de un asunto que no es asumible así como
así en una idea ética de la democracia. Sin poner en duda la decencia de la
persona, se puede reconocer la inconveniencia de la práctica. Y eso es lo que
ha hecho Willy Meyer al dimitir, demostrando que no todos los políticos son
iguales. No son iguales, como tampoco son iguales sus votantes. Una decisión
sólida en medio del desmoronamiento”.
Tras esta fotomontaje, hoy
jugamos con nuestros amigos, los perros y los gatos. Porque una vida sin perro
es un error. Y la actitud, según cuentan, es una pequeña cosa que hace una gran
diferencia. Unas flexiones que no vienen nada mal para empezar bien.
Le sigue Erlich, con su peculiar humor:
Los humoristas de la semana:
Peridis, Ferrán, Miguel Benítez, Asier y Javier, El periódico digital El Huffington
post, del grupo Prisa (también decidió censurar una viñeta de Atxe, una de sus
colaboradoras habituales), J. R. Mora, Alberto Montt, Patt, Alfonso López…
Terminamos con tres vídeos. En el primero, Joaquim
Bosch, portavoz de Jueces para la
Democracia , declara: “El único que está en una posición de
buscar la verdad procesal es el juez Castro”.
El Partido
Popular sacaba adelante, el pasado jueves en el Congreso, el aforamiento de
Juan Carlos de Borbón, una medida especialmente criticada por IU, Amaiur y
Esquerra Republicana, y que contó con la abstención del PSOE. La chapuza deberá
pasar por el Senado, que la aprobará, y entrará en vigor dentro de unas dos
semanas. Dicho aforamiento implica que el abdicado rey solo podrá ser juzgado
por el Tribunal Supremo, una institución dominada por los dos grandes partidos.
Joan Tardá, de ERC, tuvo una de las intervenciones más duras que se han oído en
el Congreso, en la que califica de “auténtica vergüenza el robo a la
democracia, con la represión en las calles”.
El 2 de junio del 2014, el rey Juan Carlos abdicaba.
Pero, antes, Minoría Absoluta y Dagoll Dagom ya habían explicado, en el
espectáculo “La familia irreal”, lo que pasaría.