martes, 29 de abril de 2025

¿Un funeral o una cumbre de la hipocresía?

 

Trump y Zelesky se reúnen en el Vaticano.

Juanlu Sánchez, en Al día, retrataba lo sucedido el pasado sábado en la Plaza de San Pedro, en la Ciudad del Vaticano, para dar el último adiós a Jorge Mario Bergoglio: “Del funeral del papa Francisco ya no sé qué queda por decir o escribir, pero si hay algo estará en esta crónica de Natalia Chientarolli, nuestra enviada especial, que duda de si lo que ha vivido era un funeral o una cumbre internacional de la hipocresía. Hoy -prosigue J. Sánchez- que ya se va disolviendo el efecto del almíbar y de la confesionalidad repentina de los no practicantes, nos centramos en lo terrenal: las conspiraciones. Ojo a lo que nos dice un periodista experto en estas batallas: ‘Se están creando dosieres sobre los cardenales reformistas para chantajearlos y adulterar el cónclave’. Los que llevan años esperando, ya maniobran para colocar en El Vaticano a un Papa opuesto a Bergoglio. Los que veían venir este momento, ya sacan sus cartas (literalmente) para defender su legado y defenderse ellos mismos. La delegación española que viajó a Roma pasó de un funeral a la final de la Copa del Rey. Y a otra cosa. El resto de líderes, lo mismo: acabado del paréntesis papal vuelven a pensar en guerras y aranceles”.

Ayer en San Pedro enterraron la decencia, escribe Alfredo Facchini. “No fue el funeral del Papa Francisco. Fue el funeral de la vergüenza. Más que una ceremonia solemne, en San Pietro se organizó el mayor circo de indecencia de las últimas décadas. Un desfile de gente no representable, una reunión global de tumbas blanqueadas, un festival mundial de caras de bronce. Saludar a Francesco –el Papa que ignoraron, opusieron, insultaron – fue la habitual fraternidad sagrada de los fariseos y sasilleurs de doble pecho: Meloni, y toda la compañía de ventura del gobierno italiano, aquellos que van a darse la mano a los carniceros sin pestañear.

“Para surcar la pasarela de la vergüenza también llegaron los campeones internacionales: Ursula von der Leyen, la diosa de la guerra, Donald Trump, la quebrada. Sin embargo, la obra maestra le toca a Javier Milei, el liberista aullador, el argentino que hasta ayer calificaba al Papa Francisco de ‘idiot’, ‘usurpador de la casa de Dios’, ‘sirviente de Satanás que aquí está: rosario en mano, cara triste, llorando ‘querido amigo Jorge’ frente a todas las cámaras del planeta.

“Más que hipocresía, aquí presenciamos un triple salto carpiado en la prehistoria moral. Una regresión tan descarada que hace que la época medieval parezca una era iluminada.  Sin vergüenza. Sin vergüenza. Solo la gran e imparable mentira organizada. Donde la muerte ya no es luto, sino un selfie colectivo gigante para gastar en visibilidad.

“Al final, incluso la memoria – como todo lo demás – es ahora un producto consumible: desechable”.

domingo, 27 de abril de 2025

La devoción laica por Francisco.

El féretro del Papa llega a San Pedro.

¿Qué nos dice de la izquierda la devoción laica por Francisco? Escuchamos las sensaciones de Isaac Rosa, Alberto Garzón, Jordi Évole, Raquel Marcos Oliva, Santiago Alba Rico, Gerardo Tecé, Alberto Soler Montagud… Isaac Rosa reconoce que, a la hora de la verdad, el Papa “reformista” concretó pocas reformas en su iglesia, y el Papa “revolucionario” no hizo ninguna revolución. “Parece que Jorge Bergoglio ha sido el Papa perfecto para quienes no les gustan los Papas. No digo ahora en su muerte, sino durante sus doce años de papado: gentes de izquierda, laicos, agnósticos, ateos e incluso anticlericales, han aplaudido cada gesto y cada palabra de Bergoglio con un entusiasmo que no dejó de asombrarme. Era visto como un Papa poco Papa, un Papa menos Papa, un Papa que no parecía Papa, y por eso gustaba a los no papistas y antipapistas, incluidos aquellos cristianos de base que recelan de la jerarquía católica… Después de Wojtyla y Ratzinger, era fácil pasar por Papa progre con poco que te esfuerces, de la misma forma que Obama brillaba más por contraste con su predecesor Bush, y el rey Juan Carlos parecía demócrata y honesto en un país recién salido de una dictadura. Si además encabezas una institución históricamente reaccionaria como la iglesia católica, y lo haces en un momento de auge ultraderechista en medio planeta, es más comprensible que algunos simpatizasen con Bergoglio. Sus enemigos declarados también contribuyeron a hacérnoslo más simpático: si lo odian Milei, Abascal, Salvini, Le Pen, Jiménez Losantos y los curas ultramontanos, no puede ser malo. Es más: tiene que ser de los nuestros…. Y aunque en su balance pesen más las palabras que los hechos, hay que reconocerle y aplaudirle que hablase con tanta claridad de justicia social, desigualdad capitalista, la matanza de Gaza, la crisis climática y la defensa de los desfavorecidos, migrantes incluidos. Bien por Bergoglio, incluso muy bien. Y seguramente echaremos de menos sus palabras en caso de que el próximo Papa se alinee con la ola reaccionaria mundial”.

Jordi Évole se sinceró y detalló su última entrevista con el Papa Francisco: 'Si Dios es del Madrid, el Papa era del Barça.'

“Ha muerto —escribe Alberto Garzón— el papa más progresista de la historia contemporánea. Francisco, a los 88 años, deja tras de sí un legado que trasciende el perímetro del mundo católico. Su voz, casi siempre incómoda para los poderosos, resonó con fuerza en los debates globales sobre desigualdad, ecología, migraciones y justicia social. No fue un líder perfecto ni hay motivos para mitificarlo, pero sí resultó ser un Pontífice que puso el acento en las consecuencias de un mundo desgarrado por las múltiples crisis del capitalismo global. En muchos casos su pontificado llegó incluso más lejos que numerosos movimientos de izquierda”. Y acaba reconociendo que le atrae mucho más la gente con contradicciones y que hace avanzar el mundo que los revolucionarios que carecen de contradicciones y también de toda capacidad de cambiar la sociedad. En el programa ‘Y ahora Sonsoles’, Évole recuerda su relación con el Papa. "Después de aquella entrevista seguimos en contacto por correo electrónico. Me enviaba una tarjeta del Vaticano con una foto y un mensaje escrito a mano. Era un mail, pero analógico”, cuenta el periodista. La cercanía y humanidad del Pontífice marcan profundamente a Évole, quien grabó aquella entrevista precisamente en la residencia donde muere. La cercanía y humanidad del Pontífice marcan profundamente a Évole, quien añade: “Me quedo con su sencillez. He entrevistado a muchos líderes mundiales, y él fue uno de los que vino más desprovisto de protocolo. Solo llegó con una persona de comunicación”. Évole, confiesa que el Papa no impuso condiciones para la entrevista: "Nos dijo que quería que hablásemos sin intermediarios. Le interesaba especialmente hablar de los refugiados", explica. También aprovechó para lanzar un mensaje contundente: “A mí me parece que la Iglesia se haría un gran favor encontrar un sustituto que siguiera siendo un dique de contención contra la ola reaccionaria que representan personajes como Trump, Ayuso o Milei”. Y, como broche final, recuerda el lado más futbolero del Papa. "Hablamos de fútbol. El madridismo dice que el Madrid es Dios, pero yo solo puedo decir que el Papa era del Barça”, dice entre sonrisas. 

El papa Francisco, en una imagen de archivo.

Raquel Marcos Oliva asegura que el papa Francisco y las personas, creyentes o no, que viven en los márgenes, los desposeídos, los inmigrantes, los que luchan en las fronteras, los que sufren en su carne el horror de la guerra, “echarán de menos su compromiso inequívoco con aquellos a los que el poder y el dinero convierte en carne de cañón. Se hizo llamar Francisco, el santo de los pobres, el más radical del santoral. Era argentino, jesuita, socarrón, directo, de impulso reformador (mucho para la jerarquía eclesiástica, poco para otros) y crítico como ningún otro heredero de Pedro con un sistema capitalista que machaca a los que menos poseen, un sistema que, en palabras de San Mateo, da abundancia a quien ya tiene y al que nada tiene le quita lo poco que posee. Se despojó del lujo hasta en los zapatos (volvieron al armario los escarpines de Prada de Ratzinger) y poco a poco, diseñó un colegio cardenalicio a su medida. Deja cuatro encíclicas sobre el cambio climático, contra el neoliberalismo y el populismo, en las que exhorta a actuar con el corazón, muestras de un papado que no gustaba a los sectores más rancios y ultraconservadores de la Iglesia y que se quedó corto en algunos aspectos claves del catolicismo como el papel de la mujer en la iglesia, tanto en el poderoso entramado del Vaticano como en el trabajo evangelizador a pie de calle. El mayor ‘pero’ de su pontificado es que cambió las formas vaticanas para que, en el fondo, todo siguiera igual en una iglesia acostumbrada a sobrevivir a vientos y mareas y que no acaba de afrontar con claridad, humildad y afán reparador algunos de sus mayores pecados, como los abusos sexuales a menores. Francisco, Bergoglio, protagonizó un pontificado para las periferias, para la misericordia, para los olvidados, para los prescindibles. Cabe la posibilidad, ahora, de un pendulazo, que el incensario vaticano se vaya al otro extremo y el nuevo Papa sea más acorde con estos tiempos marcados por el trumpismo y la crueldad. Los casi once años de Bergoglio han sido bálsamo y consuelo, y un intento de retorno al camino de misericordia que la institución eclesiástica no se ha cansado de abandonar a lo largo de la historia. Hoy, creyentes y no creyentes que creemos que la justicia social y la empatía son tan necesarias como el aire solo podemos desear que su sucesor profundice en su legado y no lo revierta. La esperanza ('Esperanza' es el título de la autobiografía de Francisco) es que la Iglesia siga transitando por el sendero que él ha dejado abierto”.

'El papa Francisco con el expresidente de Uruguay José Mujica.

“¿Era de izquierdas el papa Francisco?”, se pregunta Santiago Alba Rico. “Era anticapitalista, ecologista, pacifista y anticlerical. ¿Era de derechas? Condenaba el aborto como un crimen y, aunque nombró algunas religiosas para cargos vaticanos, no fue capaz de establecer, como algunos sectores esperaban, la ordenación sacerdotal de las mujeres; ni el fin del celibato de los sacerdotes. Era un poeta metido a reformador. Para algunos sectores se quedó demasiado corto; para otros fue demasiado lejos. No era ‘de izquierdas’ ni podía –ni debía– serlo. Era el papa de Roma, a la cabeza de una institución de dos mil años de historia que, a partir de Constantino, en el siglo IV, ha venido disputando o asumiendo o apoyando el poder político en Europa y en el mundo y que es, por su propio peso, irreformable, indestructible y decisiva. Nunca dejará a Cristo en libertad, es cierto, pero no es indiferente, en definitiva, quién ocupa su cátedra ni desde qué principios. De ahí que los ateos de izquierdas, más allá o más acá de nuestras propias diferencias, deberíamos juzgar a Francisco por los efectos que ha introducido en un mundo fragilísimo que declina a toda prisa hacia una combinación explosiva de neoliberalismo económico y autoritarismo político, de desigualdad creciente y de neoimperialismo desnudo, de deterioro ecológico y colapso del Derecho. Deberíamos juzgarlo también a partir de la ferocidad de los sectores católicos que lo han combatido y que, de hecho, llevaban años intentando apartarlo del solio de san Pedro. Me refiero a esa internacional trumpista que incluye al cardenal Burke, al converso Vance, al reaccionario Bannon y, desde luego, a los líderes de la ultraderecha europea: Le Pen, Abascal, Orban o Meloni. Frente a ellos, Bergoglio no ha sido ‘de izquierdas’, pero sí ‘cristiano’ y, como decía antes, ‘anticlerical’, en el sentido de que ha intentado arañar desde dentro, con paradójico jesuitismo maniobrero, la rocosidad ‘curil’ del poder de la Iglesia. En estos momentos, me parece, el realismo de izquierdas obliga a aliarse con los ‘cristianos’ en contra de los ‘curas’ y, aún más, a ceder a los ‘cristianos’ el protagonismo de nuestras luchas centrales. Nos obliga, desde luego, a lamentar la muerte del papa como una pérdida catastrófica para la causa de la Humanidad y a reconocer que era, como titulaba yo un artículo reciente, ‘nuestro papa Francisco’. 

El papa Francisco. / Luis Grañena

Gerardo Tecé se pregunta en Público si fue un buen papa. “Los que se acercaron al papa Francisco lo definen como un hombre bueno, un tipo accesible, con una marcada tendencia hacia la justicia social y que huía de las extravagancias divinas.. Más allá de lo retrógrado inherente al cargo, Jorge Bergolio, el papa Francisco o como cada cual quiera recordarlo, fue un tipo generalmente alineado con la justicia social, defensor de los pobres y, por tanto, puesto en la diana de la derecha más ultra. Quizá, su mejor carta de despedida es que argentinos como Milei lo llamaran imbécil satánico o que la iglesia española más pestilente rezase rodeada de referencias franquistas para que llegase cuanto antes el día de su muerte. Esa ultraderecha con sotana, que cuando lee en la Biblia que “es más fácil que un camello pase por el ojo de la aguja a que un rico entre en el reino de dios” interpreta que hay que expulsar a los inmigrantes, es la que ansía convertir la dirección de la religión católica en great again. Es la iglesia que quiere volver a crucificar a todo aquel buenista que, como Jesucristo, defienda causas sociales o que los pobres son una prioridad. Por algo en Semana Santa algunos no lamentan, sino celebran al crucificado. La Iglesia católica es un gigantesco influencer cuyo peso, a falta de tener un dios de su lado, reside en su poder de comunicación. Un poder que ejerce para influir en la vida de millones de católicos en el mundo que darán like a lo que su iglesia les diga. Es esa capacidad comunicativa la que la ultraderecha sueña con conquistar en el próximo cónclave. No lo tendrá nada fácil. Durante su mandato, Bergoglio nombró al 80% de los cardenales que elegirán al nuevo jefe al frente del negocio. Lo cual nos hace pensar que, previsiblemente, el Vaticano seguirá tras Francisco con una política comunicativa –no hay otra política que realizar, desde la llegada de los móviles ya no hay milagros– similar a la impuesta por el argentino, consistente en abrir la Iglesia a la realidad de un mundo enorme y diverso. Un mundo muy alejado del que los Trumps que crucifican desfavorecidos quieren imponer. La iglesia, lo saben bien en el Vaticano, no es un negocio de nicho, sino generalista”.

Otros comentarios, imágenes, fotos y fotomontajes:

A Papa muerto, Papa puesto.

El papa Francisco y Javier Milei se abrazan en el vaticano en 2024.

Javier Milei despidió al Papa Francisco con solemnidad, como si hubiera perdido a un guía espiritual. Pero durante años lo insultó sin filtro:

“Imbécil”

“Basura socialista”

“Representante del maligno”

“POTATO”

Lo acusó de estar al servicio del mal, de bendecir el robo, de empobrecer al mundo. Y ahora, que conviene políticamente, se arrodilla. En este carrusel, una recopilación del antes y el después. Porque este tipo de archivos no se queman, siempre nos queda la hemeroteca.

Tras la presión social, mediática y política, el Gobierno rescinde el contrato de munición con Israel. Sánchez desautoriza a Marlaska. IU y Sumar ganan el pulso. La movilización sirve. Siempre. (Spanich Revolution)

Feijóo habla del papa Franciscus y provoca el despiporre: ¿Quién dijo que no sabía idiomas?

“Saber idiomas es muy importante, ya seas camarero, programador o narcotraficante. Pero, claro, si quieres liderar un país lo es incluso más, y hasta ahora nuestros presidentes no nos habían dejado muy bien en este asunto.  Un caso de estudio es el de Alberto Núñez Feijóo, que en su día casi se hace un esguince intentando pronunciar The Chieftains y que también nos dejó aquel mítico ‘Bruce Sprinter’. Como ya debe verse fuerte en el idioma de Shakespeare, ahora ha rizado el rizo y se ha pasado al... latín. En efecto, habéis escuchado bien. El líder del PP se ha referido al papa Francisco como ‘Franciscus’, el nombre en latín que se escribirá en su lápida. Claro que sí, Alberto, bonum vinum laetificat cor hominis. Lógicamente, el despiporre en las redes estaba servido”.  (Tremending)

Feliz Día del Libro, queridos lectores…. Necesitamos más espacios así, ¿no creen?

El humor en la prensa de esta semana: Miliki y Duarte, Pinto & Chinto, Santygutiérrez, Seebangnow, Vergara, El Roto, Peridis, Eneko, Enrique, Manel F., J. Morgan, J.L. Martín, Tomás, Malagón, Asier y Javier…















Mazón, sé fuerte.


Un Papa de los de antes
Trump y Putin en 'Trabajando por la paz'.



Pep Roig, desde Mallorca:

 
Las cosas del querer.

Vuelan.

 En la tierra del cielo.

En precario.

Ganancia de especuladores.

Los vídeos de esta semana:

“Una iglesia pobre para los pobres”: las huellas que dejó el papa Francisco.

El Papa arriba al cel

Más papistas que el Papa · UN TEMA AL DÍA

Los MEJORES MOMENTOS del PAPA FRANCISCO: un PAPA ALEGRE y CERCANO

Estas son las últimas imágenes del féretro abierto del papa Francisco

Entrevista- José “Pepe” Mujica habla tras la muerte del papa Francisco

Acontece que no es poco | Muere Jorge Bergoglio, presidente “infalible” de una dictadura


sábado, 26 de abril de 2025

El librero más fotografiado del mundo.

 

Mohamed Aziz, un librero de 72 años ubicado en Marruecos, pasa de 6 a 8 horas al día leyendo libros. Después de haber leído más de 5.000 libros en francés, árabe e inglés, sigue siendo el librero más antiguo de Rabat después de más de 43 años en el mismo lugar. Cuando se le preguntó por qué dejaba sus libros desatendidos afuera, donde podrían ser robados, respondió que los que no saben leer no roban libros, y los que pueden, no son ladrones.

A Mohmed se le conoce como el librero más fotografiado del mundo. Tiene su negocio de libros usados desde 1963 en la Medina, el barrio más antiguo de Rabat, se quedó huérfano a los seis años e intentó ser pescador. Quiso graduarse en la escuela secundaria, pero, a los quince, dejo la escuela porque no podía pagar los libros de texto, al ser demasiado caros para su familia. Frustrado y sin estudios, decidió abrir una librería, poniendo los libros sobre una alfombra, en el suelo, debajo de un árbol y ya lleva más de medio siglo al frente de su tienda, cumpliendo su sueño de estudiar.

Su jornada es de doce horas. Antes de abrir la librería, busca libros usados en otras tiendas, para leerlos y venderlos. Hoy, dice que con dos almohadas y un libro es suficiente para sentirse feliz. Acumula torres de libros y cuando le preguntan cuántos tiene, responde que no los suficientes. Interrumpe la lectura, solo para rezar, fumar, comer y atender y asesorar a los clientes interesados en temas específicos. Su librería es famosa y muchos turistas lo visitan, compran algún libro y no paran de hacerle fotografías.

viernes, 25 de abril de 2025

Mensajes indignantes de la ultraderecha.

 

El presidente de Argentina, Javier Milei, reaccionaba así en la red social X a la muerte del papa: “Con profundo dolor me entero esta triste mañana que el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, falleció hoy y ya se encuentra descansando en paz”.  Se trata, según Tremending, del mismo que en 2018 le dedicaba estas palabras en Twitter: “Dedicado a vos, zurdo hijo de puta que andás pregonando el comunismo por el mundo. Sos el representante del maligno en la casa de Dios. ¡Viva la libertad, carajo!”. Siete años después, el tono del presidente argentino resulta sorprendente y contradictorio: “A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí”. La hipocresía de Javier Milei no es una novedad. Tras insultar repetidas veces al papa Francisco, en 2024 abrazaba en el Vaticano al “representante del maligno en la Tierra” tras la canonización de Mama Antula, la primera santa argentina. En su despedida a Jorge Bergoglio, Javier Milei se deshace en elogios: “Como Presidente, como argentino y, fundamentalmente, como un hombre de Fe, despido al Santo Padre y acompaño a todos los que hoy nos encontramos con esta triste noticia. QEPD”. El periodista, Martín Caparrós, escribió en su día: “¿Cómo conseguimos creer a personas que le dicen a alguien lo que le dijo Milei al Pontífice y dos años después se abrazan a las carcajadas? Todo lo que nos pase es 'nuestra' culpa”. La extrema derecha despide al “ciudadano Bergoglio” tras atacarlo en su papado de “okupa” con “afán comunistoide”. Los dirigentes de Vox encabezados por Santiago Abascal, comunicadores ultras y hasta líderes del PP cargaron con dureza contra el primer pontífice latinoamericano y jesuíta que imprimió en el Vaticano un discurso rupturista.

jueves, 24 de abril de 2025

El boicot al sueño americano.

 

Las cifras no mienten. El número de visitantes no estadounidenses que llegó por vía aérea a Estados Unidos cayó un 9,7 %, en marzo de 2025, respecto al mismo mes del año anterior, según los últimos datos de la International Trade Administration. Es una caída masiva, y no una anécdota estacional. De hecho, Goldman Sachs estima que, en el peor escenario, el impacto combinado del desplome turístico y los boicots comerciales podría suponer una pérdida de 0,3 % del PIB estadounidense este año, es decir, cerca de 90.000 millones de dólares evaporados en unos meses.

El turismo internacional era uno de los motores clave que impulsaban la economía tras la pandemia. En 2024, los y las visitantes extranjeros/as dejaron un récord de 254.000 millones de dólares en el país. Sin embargo, todo apunta a que ese impulso ha entrado en barrena. El contexto actual no deja lugar a dudas: el discurso agresivo, las políticas xenófobas y las medidas comerciales de la administración Trump están erosionando la imagen internacional de Estados Unidos y disuadiendo a millones de turistas.

La ofensiva proteccionista del Gobierno estadounidense —repleta de tarifas punitivas y ataques diplomáticos a países aliados— no ha salido gratis. Las reservas de vuelos desde Canadá hacia EE.UU. han caído un 70 % hasta septiembre, según OAG Aviation. En paralelo, las reservas de turistas europeos para hoteles de la cadena Accor en EE.UU. han descendido un 25 %. Los números no dejan lugar a dudas: la política exterior norteamericana está espantando a quienes sostenían parte de su economía con su gasto turístico.

Un ejemplo concreto lo da Curtis Allen, un videógrafo canadiense que ha decidido cancelar su tradicional escapada a Oregón. No solo ha cambiado sus vacaciones por una ruta por Columbia Británica: también ha dado de baja su suscripción a Netflix y evita comprar productos estadounidenses en el supermercado. Su decisión no es aislada, es síntoma de una desafección creciente entre quienes antes veían a Estados Unidos como un destino aspiracional.

Cada turista que no pisa suelo estadounidense es un voto de censura a su arrogancia geopolítica.  El repunte del turismo internacional previsto para este año —con 77 millones de visitantes proyectados por la ITA— se ha esfumado en cuestión de semanas. ¿La razón? Los testimonios sobre detenciones arbitrarias en aeropuertos, los abusos fronterizos y el ambiente hostil hacia personas de países aliados como Francia o Alemania. Tal es la situación que instituciones públicas canadienses, como hospitales y fondos de pensiones, han emitido advertencias a su personal para que no viaje a EE.UU. o lo haga con precauciones como usar móviles desechables, según reportó Bloomberg.

Y el impacto ya se siente: según el último informe del Bureau of Labor Statistics, los precios de hoteles, vuelos y alquileres de vehículos cayeron en marzo, y una de las causas principales es el descenso de la demanda extranjera. En el noreste del país, la caída en las tarifas hoteleras fue de casi el 11 %, empujada en gran parte por el desplome del turismo canadiense.

(Spanishrevolution.net)

miércoles, 23 de abril de 2025

"Como a un Cristo dos pistolas".

 

Imagen del traslado del Cristo de Mena por los legionarios (Archivo). ÁLEX ZEA

David Torres recordaba el pasado lunes en Público que expresiones como “educar a hostias” y “la letra con sangre entra” que son bastante ilustrativas de los avances didácticos en los colegios religiosos de su época. “En mi barrio había una sucursal del Pío XII –bautizado así en honor de un papa– que albergaba dos auténticos cabestros, don Jesús y don Fernando, cuyo repertorio pedagógico incluía los castigos de rodillas una hora cara a la pared, la escritura de frases repetidas cien veces con tiza en la pizarra, las patadas en el culo, los capones en el cráneo, los bofetones a mano abierta y los tirones de orejas a lo bestia. La especialidad de don Jesús eran los capones petrolíferos mientras que don Fernando tiraba de las orejas con tanto ahínco que algunos chavales empezaban a levitar y otros a crecer a lo alto. Un día mi hermano Dani llegó a casa con parte del lóbulo desprendido, lo que provocó una visita de mi padre en la que, muy amablemente, avisó a don Fernando que a la próxima le arrancaba la cabeza”.                                                                                                                                                         

“Con algo menos de entusiasmo, aquellos dos sádicos bien podían haber trabajado para la camorra napolitana, siempre y cuando les encargaran ocuparse de niños menores de 12 años, porque los de 13 ó 14 cualquier día les devolvían los golpes. La sevicia y la sangre fría con que ejercían su labor sugerían que de algún modo se estaban vengando de su propia infancia, que ellos mismos habrían sufrido palizas parecidas de niños, una sana estirpe de guantazos que se remonta hasta vaya usted a saber cuándo y que viene a certificar que un hombre se hace hombre a hostias: dándolas y recibiéndolas. Las mujeres ya tal. Es muy curioso que el catolicismo acogiera encantado esta tradición sanguinaria cuando las enseñanzas evangélicas vienen a decir exactamente lo contrario: la paz, el amor y ofrecer la otra mejilla.

“Desde esta perspectiva, la incoherencia flagrante entre una procesión de Semana Santa y un grupo de legionarios transportando la imagen de un Cristo crucificado entre cánticos marciales deja de ser un oxímoron. Desde siglos atrás, al pobre Jesucristo lo hemos traído de aquí para allá con el fin de justificar guerras, cruzadas, matanzas, limpiezas étnicas, olvidando las muchas tonterías que dijo acerca de dar de comer al hambriento, de beber al sediento, dar refugio al extranjero y amarse los unos a los otros. Por eso, ver a unos niños disfrazados de legionarios desfilar con armas de juguete en el colegio El Divino Pastor de Málaga, imprime nuevos y excitantes significados a la expresión ‘como a un Cristo dos pistolas’. Lo de incluir niñas en el papel de damas legionarias demuestra que hasta un cuerpo militar tan refractario a la evolución es sensible al cambio de los tiempos”.

martes, 22 de abril de 2025

Muere el papa Francisco, a los 88 años.

 

Jorge Mario Bergoglio, el primer Papa jesuita y latinoamericano, falleció ayer en Roma a los 88 años aquejado de una bronquitis persistente, tras haberse recuperado de la neumonía bilateral que los médicos le detectaron el viernes 14 de febrero. El papa Francisco había decidido posicionarse como líder global frente al discurso antiderechos de la segunda Administración Trump, en Estados Unidos. De hecho, una de sus últimas decisiones fue enviar una carta a los obispos estadounidenses para que encabezaran la resistencia a las deportaciones masivas de migrantes que comenzaron a producirse en ese país por orden de la Casa Blanca. Un día antes de morir, había recibido a J. D. Vance, vicepresidente de Donald Trump, y se asomó al balcón de la Basílica de San Pedro para lanzar un mensaje por la paz mundial. Poco después de su encuentro con Vance, se asomó por al balcón de la Basílica de San Pedro tras la misa de Pascua para felicitar a los fieles.

El pontífice pidió a la comunidad internacional actuar y “asistir a un pueblo hambriento que aspira a n futuro de paz”, dedicó sus oraciones a las comunidades cristianas en Líbano y Siria e hizo referencia a la situación en Ucrania y en Yemen. “Ante la crueldad de los conflictos que afectan a civiles indefensos y atacan escuelas, hospitales y trabajadores humanitarios, no podemos permitirnos olvidar que no se ataca a objetivos, sino a personas, cada una de ellas dotada de alma y dignidad humana”, dijo Francisco. Y pidió a los líderes internacionales no ceder ante la lógica del miedo y usar todos los recursos para “combatir el hambre y fomentar iniciativas para promover el desarrollo”. “Estas son las armas de la paz: armas que construyen el futuro en lugar de sembrar las semillas de la muerte”.

Durante sus casi 12 años de pontificado, el papa Francisco promovió la reforma de la Curia Romana bajo la bandera de la lucha contra la corrupción y la falta de transparencia, dos grandes males que aquejan a una Iglesia en progresiva desconexión con sus fieles. E impulsó una visión más inclusiva, abriendo las puertas a divorciados y personas LGTBIQ, pensando un nuevo y más relevante papel para las mujeres. De hecho, uno de sus últimos nombramientos fue el de una monja, sor Raffaella Petrini, al frente de la Gobernación vaticana.

El Papa Francisco encontró resistencia a cada uno de sus movimientos. Sus enemigos incluso intentaron utilizar a su antecesor, Benedicto XVI, que renunció al cargo, pero siguió viviendo en el Vaticano, para frenarlo. No contaban con que Bergoglio venía de un país difícil, en el que no se nace con un pan bajo el brazo, pero sí con un plus de resistencia ante la adversidad. Y se convirtió en la cabeza de una institución en la que se encontró con la resistencia de los sectores más conservadores.