El mutismo de Rajoy en torno a Bárcenas y otros gajes sospechosos.
En los recovecos del PP nadie suelta prenda de Luis Bárcenas. Ni Gallardón, en Madrid, ni Rajoy, en Cuenca, donde el pasado miércoles se reunía con la Junta Directiva del PP de Castilla-La Mancha. De lo sí habló el jefe de la oposición fue de los próximos retos para reforzar la cohesión del partido y el contenido de su programa político. Para él, no existe otro objetivo prioritario que ganar las próximas elecciones. Todo lo demás es accesorio y puede esperar. Que nadie le enrede, pues, con otros temas, sobre todo, con los referentes a la dimisión tesorero del PP. En estos momentos sólo le interesa el triunfo del partido así como los candidatos que vayan al frente de las listas. Algo que no se puede improvisar. Y el presidente del partido, tras la ventaja de las elecciones gallegas, el cambio de signo del Gobierno vasco y el dominio popular en las elecciones europeas, se prepara para subir un nuevo y definitivo peldaño. Para ello, nada más rentable que criticar la política de la administración socialista, su (de ellos, no la suya) “economía negativa” así como la utilización del paro (los “más de cuatro millones de españoles”) como arma arrojadiza. Rajoy repite hasta la saciedad que el Gobierno actual no hace nada para solucionarlo. Dice que “aburre y languidece”. Y muestra la política del PP como algo totalmente contrario a la del PSOE. Promete una política de austeridad, con crédito para pymes, con reforma fiscal y reformas en la economía… Pero, de Luis Bárcena, ni pío. En su día, pidió la cabeza del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, y la del juez Garzón por haber asistido ambos a la misma cacería, pero sólo consiguió la del primero. O la de Manuel Chaves, el vicepresidente tercero del Gobierno, involucrado, según el PP, en la subvención de más de 10 millones de euros a Minas de Aguas Teñidas (Matsa), “la empresa en la que trabaja su hija”. Ahora, ha puesto la directa hasta alcanzar la meta de la Mocloa. En su carrera, el PP podría dar con “una curva” o “descarrilar”. “A lo mejor te tiran una piedra –advierte Rajoy– que si te da en la cabeza te machaca. Pero, si te apartas hábilmente…”. De ahí su resolución de volver “rápidamente” al carril. Pero de Bárcenas, nada de nada. Ni lo mentó. Es como una gripe A de las gordas.
El senador y tesorero del PP, Luis Bárcenas.
Una semana después de que el Supremo decidiera hacerse cargo de la causa del tesorero del PP, el jefe de la oposición se mantiene en silencio. O prefiere hablar de otros temas que, para él, son “capitales y a los que parece que no se les presta mucha atención”. El dirigente conservador lleva más de un mes sin dar una rueda de prensa y evita a los periodistas en cuanto éstos pronuncian el caso Gürtel. Pero hay quien sospecha que la decisión sobre Bárcenas está en sus manos y que seguirá protegiéndole hasta que haya una información formal. Alfonso Guerra cree que, en este caso, “PP tiene un problema” y que la imputación de Bárcenas “huele muy mal”. “El futuro del señor Bárcenas está como el de todos, vaya usted a saber dónde puede estar”, contestaba Rajoy hace dos días, cuando se le preguntaba por lo que iba a pasar a partir de ahora con el tesorero del partido. “Bárcena, date por jodido –comenta el web NetoRatón– Mariano Rajoy, tomando medidas para el ataúd político del tesorero del PP”. Pero el PP se hace el sueco. Ya lo dijo Fraga, el ex presidente de la Xunta y fundador de AP: “El PP actuará cuando haya otro síntoma”. Es decir, que hasta que no suba la fiebre, la dirección del PP tratará de centrarse en la actualidad, pero no de Bárcenas. Ni quiere, ni deja que, en sus filas, se hable de él. Aunque, fuentes de Génova consideran que debería haber tomado la decisión de marcharse por sí mismo, para no prolongar una situación que está dañando la imagen del partido.
Camps-Rajoy se sienten victoriosos en Alicante.
Otro de los protegidos del PP, defendido a ultranza por Rajoy, es Francisco Camps, posible implicado en la trama corrupta de Gürkel. Imputado por cohecho, el presidente del PP valenciano proclama su inocencia desde el inicio de su caso, asegurando que pagó en metálico los trajes, en contra del testimonio del sastre, José Tomás quien sostiene lo contrario. Le sigue Ricardo Costa, secretario general del PP valenciano, imputado, al igual que Camps, por un presunto delito de cohecho. Y Rafael Betoret, jefe de protocolo de la Diputación de Valencia, quien no dispone de carnet del PP. En el grupo de Madrid: Alberto López Viejo, ex consejero de Deportes, diputado autonómico quien dimitiera como consejero de Deportes, tras conocerse su presunta implicación en la trama corrupta, supuestamente capitaneada por Francisco Correa, y a la que, durante su etapa como viceconsejero de Presidencia, adjudicara en un año 76 contratos a dedo, a través de las empresas Easy Concept y Good and Better; Benjamín Martín Vasco, diputado autonómico, ex alto cargo en Arganda; Alfonso Bosch, diputado autonómico, ex alto cargo en Boadilla; Arturo González Panero, ex alcalde de Boadilla; Jesús Sepúlveda, ex alcalde de Pozuelo, ex marido de Ana Mato y ex responsable de Acción Electoral del PP durante la etapa de José María Aznar y ex presidente local del PP.
Camps aplaude junto a Costa, al lado de Mariano Rajoy. Foto de Ignacio García.
Desde la noche en que ganó las europeas, Mariano Rajoy defiende que funciona la estrategia que se marcó en el XVI Congreso de Valencia. Dicen que es su venganza contra todos aquellos que no apostaron por su continuidad. “Gracias por estar aquí –señala, emotivo, desoyendo las voces críticas–. Esto yo no lo voy a olvidar”. A su lado, buena parte del equipo que saliera elegido el año pasado con los portavoces parlamentarios: Soraya Sáenz de Santamaría, Pío García-Escudero y Jaime Mayor Oreja, arropándole. Toda su maquinaria, sigue en marcha. La alcaldesa de Valencia pide la llegada a España de “un presidente resolutivo y patriota con alma de ganador”. Y Camps compara el 7-J con el “desembarco de Normandía”. “El PP –dice– ya ha desembarcado para ganar la Moncloa” Ignacio Uriarte, presidente de Nuevas Generaciones, felicita a su líder por lograr “un partido más fuerte y estable”. Y asegura que los jóvenes del PP sienten por Francisco Camps “mucho orgullo y admiración”.
Protegido por los suyos, el líder del PP evita hablar de corrupción y prefiere centrarse en España, nación de ciudadanos libres e iguales, en la familia como núcleo básico de la sociedad del mérito, en el trabajo y en la superación... Pero ni una palabra de la honorabilidad y de la lucha contra la corrupción. El líder conservador construye su discurso sobre la ética y la moral. Y nada dice del caso Gürtel aunque junto a él se encuentran el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el portavoz del Grupo Popular en Les Corts, Ricardo Costa, ambos imputados por supuesto cohecho por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia. Frente a ellos, se sienta Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, con varios asuntos judiciales pendientes por presuntos delitos contra la Administración pública y fraude fiscal. Sólo Bárcenas se halla ausente. “Aquí –añade Rajoy– no sobra nadie y hacemos falta todos”. Pide “superar viejas historias” y “hacer un esfuerzo para olvidar lo que merece ser olvidado”. Y comenta que, en sus filas, ya no se sienten aislados, poniendo como ejemplo el País Vasco, donde “incluso el PSOE reconoce nuestra compañía”.
El PP valenciano, un camino que conduce a una derecha campsina.
El 24 de abril de 1993, el Partido Popular hacía público un “Código Ético” para regenerar la vida política española. Aquel año, perdía las elecciones del 7 de junio. Pero, tres años más tarde, José María Aznar accedía al poder. Hoy, el PP, pese a haber ocupado la portada de la mayoría de los medios de comunicación por los escándalos de corrupción que salpican a destacados cargos públicos y a altos funcionarios del partido, está eufórico de las últimas elecciones. Momento clave para sacar de nuevo del olvido el Código de compartimiento que tanto sirviera en 1993. Un documento que abogaba por “una recuperación moral que toma sentido de los propios valores de la democracia”.
¿De qué se ríe, señor Aznar? ¿Será justamente de ese Código Ético?
El “Código Ético” proclamaba que “constituirá motivo de expulsión inmediata del Partido, sin perjuicio de las responsabilidades de otra índole que pudieran deducirse, la utilización del propio nombre, posición o relación dentro del Partido o de un cargo público, para obtener lucro, trato o favor personal o beneficio para sí o para terceros”. Ahora bien, ¿qué sucede hoy en día cuando un juez o tribunal –y más, si se trata del Tribunal Supremo– encuentra “indicios racionales” en la comisión de un delito por parte de un cargo público? Lo prudente sería que ese mismo cargo se apartase voluntariamente por el bien del partido y pidiera la suspensión temporal de su actividad en la Administración o en el partido, mientras se prueba su inocencia. Sin embargo, el PP no parece hoy muy interesado en ese código –reconoce Jaime Ignacio del Burgo, ex diputado por Navarra de PP-UPN–, sino en ganar a toda costa las próximas elecciones. Y el análisis de los resultados que algunos han tratado de hacer ha sido pensar que el veredicto de las urnas sustituye a la sentencia de los tribunales.
¿Es ético que unos políticos de un partido (PP) pertenezcan presuntamente a una empresa (IDEA) que factura al mismo partido?
Luis Bárcenas, tesorero del PP, lleva –según un artículo de El Confidencial del pasado jueves– prácticamente todo el año desaparecido del Senado, aunque sigue cobrando puntualmente su sueldo de parlamentario, que asciende a algo más de 5.000 euros mensuales, además de viajar gratis en avión y en tren. A punto de cumplir 53 años, casado, padre de dos hijos y licenciado en Empresariales por el ICADE, el senador por Cantabria –aunque nacido en Huelva– ha faltado casi a la mitad de las 30 sesiones plenarias celebradas en la Cámara Alta en 2009, en las que no ha intervenido en una sola ocasión. Su última ausencia por “motivos personales” se produjo el pasado martes, pese a que se trataba de una decisiva votación que, finalmente, acabó ganando el PP: el techo de gasto de los Presupuestos del Estado para el próximo año. El tesorero del PP, cuya cabeza política rodará en cuanto el Tribunal Supremo le impute por cohecho y delito fiscal –hay quien asegura que antes–, tampoco ha desarrollado actividad alguna en las tres comisiones del Senado a las que pertenece como vocal: la de Asuntos Exteriores, la de Asuntos Iberoamericanos y la de Suplicatorios. El senador no ha intervenido en los plenos de la Cámara, ni ha formulado preguntas orales a los ministros en las sesiones mensuales de control al Gobierno, ni ha hecho interpelaciones, ni ha solicitado informes... Su única iniciativa, registrada el pasado 19 de febrero, ha consistido en una pregunta por escrito para conocer el grado de ejecución de las inversiones consignadas en los Presupuestos del Estado de 2008 para Cantabria por parte de cada uno de los 17 ministerios. Eso es todo.
Pero cambiemos de tercio. De la primavera, pasamos al verano. Un estío que comienza en el Teatro Romano de Mérida, en el que se presenta la 55ª edición del Festival de Teatro Clásico hasta el próximo 30 de agosto, iniciando con una obra clásica grecolatina, basada en Los Fastos de Ovidio. En el “Rapto de Prosérpina”, hay turistas que desempeñan perfectamente su papel de actores. Con máscaras del artista plástico, Juan Ripollés, la obra arranca con un grupo de actores que representan a turistas ignorantes de las artes escénicas quienes, durante una visita guiada al Teatro Romano, se cuelan entre los espectadores hasta llegar al escenario. Otras obras representadas en Mérida serán: “Las metamorfosis” ovidianas, “Los gemelos” de Plauto, “Tito Andrónico”, uno de los títulos grecolatinos de Shakespeare, y una creación de Rafael Álvarez “El Brujo”, “El evangelio de San Juan”. El programa del Festival se completa con una serie de actividades paralelas, que combinan el teatro con espectáculos de calle y cine. En total, 55 representaciones (de las que siete son estrenos) que constituyen un auténtico viaje al pasado de toda una ciudad.
El artista Juan Ripollés, entre los directores, Leandre Escamilla y Nel.lo Vilanova, al final de la obra “El amor de Cupido”. Ripollés pone sus máscaras en escena.
Cupido carga su arco con flechas para que Prosérpina y Plutón, sobrina y tío, se enamoren.
Plutón galantea a Prosérpina para ganarse su admiración y amor. Exhibe fuerza, ostentación y seducción en la conquista de su sobrina.
Ceres, madre de Prosérpina y hermana de Plutón, se irrita al conocer la desaparición de su hija
El dios Júpiter, desciende a la tierra para mediar entre Ceres y Plutón.
El pintor, acuarelista y profesor valenciano, Vicente Vila Gimeno, conocido como 'Wila', el último cartelista de la Guerra Civil española, falleció en Madrid el pasado domingo a los 101 años. 'Wila' nació en Valencia el 30 de abril de 1908. Se formó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos, donde obtuvo el premio extraordinario de fin de carrera y entró en contacto en sus aulas con el círculo de artistas progresistas, encabezado por Josep Renau. Durante la II República, se integró en la Unión de Escritores y Artistas Proletarios (UEAP) y, al estallar la Guerra Civil, se adhirió a la causa republicana, trabajando en el taller de Artes Gráficas de la Alianza de Intelectuales Antifascistas de su ciudad. Ejecutó numerosos carteles de temática bélica, destacando entre ellos el titulado “El analfabetismo ciega el espíritu. Soldado instrúyete”, ya que los republicanos creían que los ciudadanos bien instruidos comprenderían mejor la lucha a muerte que el Gobierno popular libraba contra los militares insurrectos. “Wila” alternó la pintura de caballete con la acuarela y el dibujo publicitario. Fue un artista desconocido en su tierra natal, por lo que su nombre no figura en los diccionarios ni en los tratados artísticos.
Obra del último carterista de la Guerra Civil.
Una de las obras de la serie “Popeye” de Keff Koons. EFE.
X Aniversario Ibiza, Patrimonio de la Humanidad. El concurso de fotografías consta de tres premios: 1º, 3.000 euros / 2º, 2.000 euros y 3º, 1.000 euros. (E-MAIL: diariodeibiza.patrimonio@epi.es) El plazo de entrega de originales se cierra el 15 de noviembre. He aquí algunas de las obras ya enviadas:
Baluart de l’ Humanitat, de Juan Huerta Gómez.
Anochecer en Dalt Vila, de Fernández Maruri.
Silueta, de Eriagaray Mella.
Eivissa Antigua, de María Guasp Castelló.
Un vídeo de la TV3 catalana nos recuerda algunos de los gajes del PP, inmune a la corrupción.
Y para terminar, dos dibujos de Kap sobre Michael Jackson y un vídeo para recordarlo.
Pese a los escándalos y a la autodegradación del que fue protagonista en el último periodo de su vida, Michael Jackson pasará a la historia de la música por revolucionar toda una época y por crear un estilo propio con su inusual imagen y sus peculiares movimientos. He aquí una selección de las mejores actuaciones del que fue bautizado como 'Rey del Pop'.
2 comentarios:
SASTRE O CHOFER.
Rafael del Barco Carreras
Lo atribuyen al General De Gaulle, y a otros, “los peores enemigos de los poderosos son el chofer, el ayuda de cámara y la amante”. El sastre de los “trajes de Camps” me recuerda el chofer del Consorcio de la Zona Franca de Barcelona. Siempre he ignorado porqué tenían un chofer en Madrid, pero ahora sé seguro que le amenazaron con el despido si no colaboraba en el guión montado por Javier de la Rosa y Narcís Serra, acusador particular por Alcalde de Barcelona.
El chofer declaró que Serena, Del Barco y Antonio de la Rosa eran íntimos puesto que salían con amiguitas y les hacían regalos. Y si al chofer lo amenazaron con el despido, a dos de sus amantes o amiguitas con algo peor. Éramos íntimos. Unas cenas se convirtieron en ORGÍAS (a la Prensa le encantan las orgías) y en la sentencia en VICIOS. ¡Claro que al juez instructor hubo que regalarle un PISO!... y a otros, Prensa incluída...más, mucho más...
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