martes, 16 de julio de 2013

“Que no nos toquen la orquesta”.




 
Los miembros de la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares enviaron el pasado día 11 una carta al presidente del Govern, José Ramón Bauzá, en la que le exponían la situación por la que atraviesan, con importantes recortes aplicados que "hace peligrar su viabilidad y futuro". Formación que ya cuenta con 24 años de vida, la Orquesta se ha convertido en la columna vertebral que articula la vida cultural de las Baleares. "Pero –se lamentan los músicos– nos encontramos con que nuestra querida orquesta está pasando un mal momento económico: el año 2012, nuestro presupuesto recibió un gran recorte y este año el Ayuntamiento y el Consell de Mallorca quieren volver a hacer otro aún mayor en nuestro presupuesto que está haciendo peligrar la viabilidad y el futuro de la orquesta".
 
A los recortes, "absolutamente desproporcionados", si se comparan con los que han recibido otras orquestas del resto de España, en Comunidades Autónomas con menos poder adquisitivo que Baleares, el comité de empresa añade otros "grandes" problemas. El comité no está de acuerdo a la hora de encontrar una solución. "Ayúdenos a buscar una solución a la viabilidad y a la perdurabilidad de la Orquesta" le escriben a J. Ramón Bauzá, recordándole que es la única orquesta de las Islas que ofrece una gran variedad de conciertos, entre los de temporada, ópera, zarzuela, conciertos pedagógicos y familiares, ciclos de música de cámara, conciertos benéficos, grabaciones, conciertos en el resto de islas, giras internacionales, Festivales del Castillo de Bellver y el de Pollença... El comité destaca que la orquesta está pasando por un gran momento artístico, y "nos espera todavía un futuro muy prometedor, al encontrase con "unos músicos muy motivados, que están realizando tareas de manera desinteresada como son conciertos de música de cámara y conciertos pedagógicos, y la contratación de un nuevo maestro que nos dará un nuevo rumbo", concluye la misiva.
 
La portavoz del Govern balear, Nuria Riera, que hace un mes fue acusada por el sindicato STEi-i de ser "una mentirosa compulsiva" y fue criticada por su "muestra de incompetencia y autoritarismo", confirmaba el viernes que las islas seguirán disfrutando de la Orquesta Sinfónica de Baleares, aunque avisó que esta institución cultural no escaparía de los recortes. Y, en la rueda de prensa posterior, Riera recordó que la Orquesta "arrastra históricamente una deuda importante" procedente de la legislatura anterior "por una mala gestión". Actualmente, su presupuesto es de 5,5 millones de euros que, para el Ejecutivo que preside José Ramón Bauzà, "no es viable". "Baleares –concluyó –necesita una sinfónica, pero también un servicio que sea viable y en eso estamos trabajando".
 
Al día siguiente, desfiló por la Ciutat de Palma un pasacalles con una banda de cornetas y tambores como preludio de lo que iba a suceder, el hermanamiento entre ciudadanos e intérpretes gracias a la música, unidos al grito de Tots som música, Tots amb la cultura o Si, se pot (Todos somos música, Todos con la cultura o Sí, se puede). A continuación, desde el Born, repleto de gente, la orquesta interpretó el Himno a la alegría, la Patética, el Va pensiero, de Nabucco, El barbero de Sevilla, Don Giovanni o La Balanguera durante un concierto reivindicativo a favor de la misma, cuya continuidad está amenazada por los recortes. Desde el escenario, el director de orquesta, Felipe Aguirre, citando a Beethoven, dijo: "La música tiene una finalidad por encima de muchas otras: unir a los seres humanos". Cerca de 5.000 personas disfrutaron durante tres horas, de pie y sin dejar de aplaudir, con importantes invitados presentados por el humorista, Agustín, "El Casta".
 
María Luisa Torres, violinista jubilada de la Sinfónica, aguantó las tres horas en primera fila "apoyando" a sus compañeros. Y, en declaraciones a los medios, los portavoces de la plataforma aseguraron que los trabajadores de la orquesta llevan dos meses sin cobrar y padecen continuos retrasos en los pagos de sus nóminas. Rechazaron la propuesta de reducir su plantilla en 13 persona y recortar un 20% el coste salarial, considerando que supondría el fin de la formación. Agustín "el Casta", que ejerció de maestro de ceremonias, resumió la filosofía del acto reivindicativo: "La orquesta –dijo– debe tocar, pero no nos deben tocar la orquesta". Defendió la "valentía" de los músicos que salieron a la calle para reivindicarse y criticó que los recortes se amparasen en la crisis económica "cuando no se ha reducido nada la larga lista de concejales, consellers, presidentes, asesores, parlamentarios, comisarios europeos...". Aseguró que los trabajadores de la orquesta llevan dos meses sin cobrar y padecen continuos retrasos en los pagos de sus nóminas. Y defendió que Baleares "tiene que ser digna de su orquesta" y no puede permitirse prescindir de ella. Finalmente, leyó un listado de otras sinfónicas, filarmónicas y formaciones regionales que apoyan a la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares: las orquestas de Murcia, Extremadura, Euskaki, el Principado de Asturias, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Valencia, la Sinfónica de Barcelona, la Nacional de Cataluña, Ciudad de Granada, la Filarmónica de Gran Canaria, la Sinfónica del Gran Teatro del Liceo o la de Madrid. Durante el acto se proyectó en pantallas gigantes mensajes de apoyo de personalidades como Luis Cobos o la cantautora mallorquina María del Mar Bonet, que afirmó, a través de un vídeo: "Todos con la Orquesta Sinfónica, todos por la cultura".
 



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