Así ‘coló’ Posadas la reforma del Constitucional, en el Congreso.
Posada y Rajoy, en el Congreso de los Diputados.
La reforma del Tribunal
Constitucional en el Congreso, a sólo quince días de iniciarse la campaña para
las catalanas, tuvo, por parte del Gobierno y del PP, sus motivos políticos e indica que todo estaba previamente preparado
para que cumpliera su objetivo. La presentación, el pasado 1 de septiembre, de
la proposición de ley en la Cámara demostraba lo poco improvisado del hecho:
Xavier García Albiol, el candidato del PP en las catalanas, se encontraba
“casualmente” en medio de la foto, junto a varios diputados ‘populares’ incluido
el portavoz Rafael Hernando.
El PP presentó su
propuesta que debería haber sido postpuesta hasta que la mesa se reuniera la
semana próxima, lo que hubiera permitido su debate. Y aquí entró en juego el
presidente Jesús Posada, conocido como “El abuelo”, quien, echando mano de un
artículo del reglamento pensado para casos de urgencia y excepcionales,
completó la operación diseñada en Moncloa y aprobó la proposición para que
entrara a trámite, robando el debate a los demás miembros de la mesa. La forma
en la que se presentó la propuesta del Grupo Parlamentario Popular permitó que fuera
‘express’, de una sola lectura y votación en un pleno.
Todo se preparó en una
semana sin plenos ni sesiones de control al Gobierno, en la que, otros miembros
de la Mesa del Congreso estaban preparando las maletas para irse a Cuba, en
viaje oficial, invitados por la Asamblea de la isla. Momento convenientemente
elegido por Rajoy (quien sabía perfectamente que la medida encontraría una
oposición dispuesta a discutirla a fondo) para presentarla, sin que el resto de
grupos parlamentarias pudiera decir ni pio.
La decisión de Posada
fue tomada a la carrera y con un escrito ‘ad hoc’ para la ocasión. De esta
manera, se retorció, según los grupos de la oposición, el reglamento del
Congreso. Y se preparó otro recurso a la Mesa del Congreso para que se paralizase
la tramitación exprés de la reforma del Constitucional. “La complicidad de Posada –escribe F. Media en El Plural– ha
permitido a Rajoy (y los demás que han diseñado esta estrategia) jugársela y
realizar un doble juego de trileo. Por un lado, presentar en último momento una
resolución que ya tenían preparada desde hace tiempo según todos los indicios,
pero que querían presentar, por su efecto electoralista, lo más cerca posible
al inicio de la campaña de Cataluña, pero también a tiempo de que fuera
aprobada en esta legislatura. Por otro, que la ley se presentara como
proposición, y no como proyecto, lo que hubiera sido más acorde a la
reglamentación, pero que hubiera exigido un informe del Consejo de Estado, lo
que no sólo la hubiera sacado de plazo, sino que, según los expertos, el
jueves, 3 de septiembre, la ley habría sido rechazada tal y como está prevista…Y
el calendario para aprobar, incluso en su versión exprés, la propuesta de ley
exige unos plazos que, de presentarse una semana más tarde, hubieran hecho
imposible su pase”.
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