Murió Carlos Slepoy.
Carlos Slepoy Prada, el abogado
argentino que luchó contra las dictaduras latinoamericanas, defendió los
Derechos Humanos e investigó los crímenes del franquismo, acaba de morir. Nunca
dudó, durante su ejercicio como abogado en España desde 1979, de que, en la
España del 36, se había cometido un verdadero genocidio. “España ha permitido
el olvido, la desmemoria y, lo que es más grave, la legitimación de los
dirigentes franquistas”, decía Slepoy
sin albergar ninguna duda de que había existido el asesinato, la tortura, el
terror por parte de un grupo de paramilitares, como ocurrió en su Buenos Aires
natal casi cuarenta años más tarde.
En su Argentina natal actuó en el
campo del derecho laboral. Sufrió secuestro y torturas durante el gobierno
constitucional de Isabel Martínez de Perón, en 1974, bajo el terror del grupo
parapolicial Alianza Anticomunista Argentina, conocidos como la Triple A, responsable
de la desaparición, secuestro y asesinato de muchas personas, o de los derechos
humanos de intelectuales, escritores, académicos, artistas… En 1977, Carlos
Slepoy fue liberado gracias a la intermediación de su madre, y se expatrió a
España. Desde entonces ejercía la abogacía en favor de los Derechos Humanos y
del ideal de Jurisdicción Universal. En enero de 1982, en Madrid, vio un
incidente callejero de abuso policial y se acercó a defender a unos chicos que
estaban siendo agredidos por un policía nacional en la Plaza de Olavide. El
agente quiso detener a Slepoy por no llevar documentación y cuando éste se
marchaba tranquilamente, el policía le disparó a quemarropa y por la espalda un
tiro que alcanzó en la región lumbar. Al agente, que estaba borracho, le
condenaron a prisión. Carlos Slepoy, desde entonces, arrastró graves secuelas
de por vida. Años más tarde terminaría en una silla de ruedas.
Este próximo jueves, 20, estaba
convocado para recoger del diario ‘Público’ su Premio Derechos Humanos, un homenaje
con el que se quería reconocer la destacada defensa de los Derechos Humanos por
parte del jurista y sus indiscutibles aportes al principio de Justicia
Universal y a la lucha contra la impunidad. Un premio que se sumaba a los ya
obtenidos por su labor por la Justicia. Su trabajo por la Justicia Universal
tuvo su acción legal por juzgar a genocidas y criminales en serie como el
dictador chileno Augusto Pinochet, quien, gracias a su labor y la de Baltasar
Garzón, fue detenido, en 1998, durante un viaje al Reino Unido. También
participó en las causas contra el ex teniente torturador argentino, Ricardo
Cavallo, el dictador Videla o el de Guatemala, Ríos Montt.
Jorge Fonseca, profesor en la
Universidad Complutense de Madrid, escribe sobre él: “Carli es uno de los
abogados que, junto al juez Baltasar Garzón, impulsó la Justicia Universal.
Inició las causas contra los genocidas de la dictadura cívico-militar argentina
dirigida por Videla, que dieron lugar a que se detuvieran en España a varios
torturadores argentinos, parte del aparato represivo que implantó el terrorismo
de Estado, causante de la muerte de decenas de miles de personas, de las cuales
más de 30.000 están “desaparecidas”, asesinadas y arrojadas al mar o a fosas
comunes. Carli es también uno de los principales impulsores de la querella
argentina contra los crímenes del franquismo, iniciada el 14 de abril de 2010 –la coincidencia con el día de la
República no es casualidad–, así como uno de los abogados que promovió el juicio
contra el régimen terrorista de Pinochet, juicio que provocó que el genocida
dictador fuera detenido dieciséis meses en Londres. También promovió el juicio
contra el genocida guatemalteco Ríos Montt… Recordaremos a Carli con su sonrisa
eterna, su voz y su guitarra. Nos resonará para siempre su voz cantando entre
todos ‘Hasta Siempre’, canción que nos une a todos los que no queremos dejar de
sentir ‘en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en
cualquier parte del mundo’, como escribió el Che en la despedida a sus hijos”.
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