Fernando Álvarez se guarda el minuto de silencio mientras el resto de competidores se echaban al agua.
Fernando Álvarez, en el Mundial
Masters de Budapest, pidió honrar a las víctimas del atentado de Barcelona,
pero la Federación Internacional de Natación se negó. “Me quedé quieto, como
cuando te gritaban 'firmes' en la mili”, reconoce a EL ESPAÑOL. El nadador del
Club de Natación de Cádiz reconoce estar “abrumado”. Él hizo el gesto de forma
voluntaria, pero sin buscar repercusión. Durante el Mundial Masters de Budapest
2017 (campeonato de natación de veteranos), había pedido poco antes a la
organización que rindiera homenaje a las víctimas del atentado de Barcelona con
un minuto de silencio, pero la FINA (Federación Internacional de Natación) se negó.
“No se puede perder ni un minuto”, le dijeron antes de la prueba de 200 metros
braza. Y mientras el resto de nadadores se echaba al agua, él se quedó parado,
quieto, y esperó un minuto mientras el resto de sus competidores nadaban. Al
terminar su minuto de silencio, se echó, tras haber honrado con su gesto a los
afectados por el ataque terrorista.
Fernando acudió al Mundial de
Budapest para competir en tres pruebas: 50, 100 y 200 braza. “Ya había
competido en los 100 y el viernes. Le mandé un correo a la presidenta de la
competición, que lo tenía porque me habían mandado un mail invitándome a la
fiesta del campeonato del domingo”, cuenta el nadador. Y, aunque no recibió
ninguna respuesta, lo siguió intentando. “Esta mañana, a las 7, antes de la
competición, fui a hablar con la dirección y no me supieron decir nada.
Reenviaron mi correo, pero no me resolvieron nada”. Aun así, Fernando siguió
con sus intentonas. “Es algo que nos ha afectado a todos, pero quizás por la
lejanía y porque tengo familia allí pues… La verdad, creo que hubiera sido un
buen detalle”. Pero no se dio por vencido fue ver al director de la competición
“a través de una doctora que ha sido muy amable y que entendió desde el primer
momento mi sentimiento. Fui a pedirle el
minuto de silencio, pero me dijeron que no era posible porque no se podía
perder ni un minuto”.
Ante esa situación, él decidió
hacerlo individualmente. “Y su gesto, voluntario pero sin repercusión, le
“abrumó” por las muestras de gratitud de personas anónimas, de su club y del
equipo
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