PSC y ERC empatan en el Parlament mientras el PP quedó relegado al primero de la cola.
Alejandro Fernández y Pablo Casado, el pasado viernes, en Terrassa (Barcelona)
Juanlu Sánchez, de Eldiario.es, me recordaba hace unos días cómo a Pablo Casado se le iba a atragantar febrero. “Las encuestas —me anunciaba— pronostican un muy mal resultado para el PP en Catalunya y el partido vive en tensión por el inminente testimonio de sus antiguos dirigentes en los juicios en marcha sobre la caja B. El lunes, vamos a tener un plato fuerte. Además del proceso que ya está en marcha por el pago en negro de obras en la sede del PP, el juez Santiago Pedraz ha citado a Luis Bárcenas para que declare sobre el pago de mordidas de empresarios a cambio de adjudicaciones realizadas por ministerios del Gobierno de José María Aznar. Aznar es la palabra que Casado quiere evitar a toda costa, porque fue su mentor y le sigue debiendo lealtad. El actual líder del PP está dispuesto a renegar del pasado, pero del pasado de Rajoy; incluso estos días ha sido por primera vez abiertamente crítico con la gestión de su antecesor en Catalunya y ha contado en una entrevista en Rac1 que se negó a salir en el 1-O como portavoz del partido porque no estaba de acuerdo con lo que hacía su gobierno y no le gustaron las cargas policiales”. Por otra parte, Íñigo Aduriz recordó que Pablo Casado que lleva 15 años en cargos del partido, se desvincula de sus exjefes Aznar y Rajoy (de su padrino político quien, además, le colocó como jefe de Gabinete en la Fundación FAES, y de quien llegó a ser el principal portavoz como vicesecretario de Comunicación) para no verse salpicado por el juicio de la caja B y critica la gestión de su predecesor en Catalunya. En un nuevo intento por mantener su liderazgo al frente del PP, y en busca de un resultado que le permita salvar los muebles en las elecciones catalanas, Casado decide renegar de su pasado político más reciente. Se sacudió cualquier vinculación con quienes fueron sus mentores en diferentes épocas dentro del PP y llegó a asegurar que no le temblará “el pulso” si se demuestra la vinculación de alguno de ellos, Aznar o Rajoy, a las prácticas corruptas. “Hay unos estatutos y será suspendido o será expulsado, y lo quiero dejar muy claro”, aseguraba el lunes pasado. Antes de conocerse todas estas informaciones, Casado aspiraba a obtener un buen resultado en Catalunya. Nada extraño tras el batacazo sufrido en 2017 –cuando tocó suelo al lograr solo 4 diputados de los 135 que componen el Parlament–, y comenzó la campaña poniéndose como meta lograr más votos y escaños que sus socios autonómicos. Y, últimamente, rival electoral de Vox y Ciudadanos, temió un resultado electoral que podría confirmar su total desmoronamiento, al menos en Cataluña.
Casado, incapaz de regenerar al PP.Esther Jaén escribía el pasado lunes en Cuartopoder.es: “Pablo Casado y su entorno llevaban mucho tiempo ‘sin noticias de Bárcenas’, pero el extesorero ha decidido asomar la cabeza y amenazar a sus ex compañeros de partido en el peor momento… Desde Génova, tras un silencio inicial que sólo rompió el senador Maroto, para atacar la credibilidad de Bárcenas y defender la honorabilidad de la actual cúpula popular, han decidido contraatacar con tres argumentos. El primero: ‘Ese PP ya no existe’, dicen ahora fuentes consultadas cuando se les pregunta por las acusaciones directas de Bárcenas tanto al PP de Aznar como al de Rajoy. Y añaden que ninguno de los miembros de la actual dirección popular ‘ha hablado nunca con delincuentes’ y que a Casado ‘no le temblará el pulso para actuar contra cualquier militante contra el que se demuestre conductas irregulares, sea quien sea’. El segundo: ‘Bárcenas no tiene credibilidad’, aseguran mientras señalan sus cambios de versión en el pasado. Y el tercero: ‘La fiscalía está buscando a toda costa una versión de Bárcenas que incrimine al PP’… Los populares aseguran que no creen una palabra de la última versión de Luis Bárcenas, pero no las tienen todas consigo sobre la posibilidad de que haya logrado conservar o elaborar algún tipo de prueba que complique la vida al PP y, en especial, a sus antiguos presidentes, Aznar y Rajoy. Si eso llega a ocurrir, ya hay quienes entienden que cuando Casado dice que no le temblará el pulso a la hora de apartar del PP a cualquiera que haya podido tener una conducta que deshonre al partido, no excluye a ninguno de los dos expresidentes. Habrá que ver y, sobre todo, escuchar los cánticos de Bárcenas, comprobar su veracidad y si Casado se ve obligado a intentar cumplir sus palabras”. Otros, más pesimistas, presienten lo peor. “España –escribe José Luis Martín Palacín en su artículo “Casado, incapaz de regenerar el PP”, publicado en Nuevatribuna.es– no necesita a un Pablo Casado que se mueve en el escenario político como un pollo sin cabeza. Necesita que un amplio sector dentro del conservadurismo encuentre una representación verdaderamente democrática, conviviente y no excluyente, que mire más por las clases medias que por los grandes sectores privilegiados, y vinculados a multinacionales depredadoras”.
Pese a todo, Casado trató de salvar a los populares catalanes de una debacle en las urnas aún mayor que la que dibujaban las encuestas. E intentó romper de raíz con las etapas de Aznar y Rajoy que hasta ahora él mismo siempre había reivindicado con orgullo y especial énfasis. “Somos herederos de la refundación que lideró el presidente José María Aznar y somos también herederos del gran legado de Mariano Rajoy”, dijo Casado nada más ser nombrado presidente del PP, en julio de 2018. Ahora, en cambio, el máximo jefe de los populares sostiene en cada entrevista que “ese PP”, el de Aznar y Rajoy que, según Bárcenas, mantuvo prácticas corruptas durante décadas, “ya no existe”. Casado quiso “pasar página” y obviar lo ocurrido en los últimos lustros bajo las siglas que ahora lidera, a pesar de que él mismo formó parte de ese pasado con distintos cargos en el PP. El mimo lunes, 8 de enero, el líder del PP aseguraba que había una “norma no escrita” para que este tipo de casos no salieran en “campaña electoral”. Aseguró que no tenía “nada que temer”. Así lo explicó al periodista Carlos Alsina, en Onda Cero, la misma jornada en la que se iniciaba el juicio al extesorero del PP, al que volvió a calificar como “delincuente”. El líder conservador mostró su “hartazgo” ante la insistencia de las preguntas sobre “algo que ocurrió hace 20 años” y volvió a apuntar contra el PSOE y la fiscal general del Estado, Dolores Delgado. El presidente del PP persistió en su estrategia de desvinculación con todo lo acontecido antes de su llegada al trono de Génova. Y esgrimió: “Es como si a Merkel le preguntan por la corrupción de Kohl o de la CDU”, subrayando que “no se puede confiar” en una persona que “ha cambiado varias veces su versión y ha mentido”. Evidentemente, el PP de Pablo Casado, “nada tiene que ver” con el de 2016 y anteriores. Así lo remarcó, recalcando, además, que no se siente responsable “de una persona que se ha enriquecido ilegalmente” y deslizó que “no me va a temblar el pulso” para depurar responsabilidades, incluso tratándose de “Mariano Rajoy” o “aunque fuera yo mismo el día de mañana”. Casado remarcó la “ejemplaridad” que ha prevalecido en su mandato ante los casos de corrupción del PP e insistió en que “no hay ningún cargo orgánico” que esté implicado en alguna causa judicial.
El consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, Enrique López.Más problemas para Pablo Casado, actual presidente del PP, y esta vez de índole personal. “El Confidencial” publicó que el abogado del PP se reunió con un contacto de Bárcenas tras mediar antes Enrique López, actual consejero de Interior y Justicia del gobierno madrileño de Ayuso y que por entonces era magistrado en la Audiencia Nacional. “Fuentes conocedoras de los encuentros aseguran a este medio digital que mantuvo una veintena de citas con un amigo íntimo del extesorero desde que terminó el juicio sobre la trama Gürtel”, explicó este diario. El pasado fin de semana se afirmó por parte del entorno de Bárcenas que 2 emisarios del PP negociaron con él para garantizar su silencio y que no tirase de la manta. Desde que se publicó, había interés por conocer la identidad de estas personas y “El Confidencial” reveló que fueron Jesús Santos y Enrique López. Santos es el abogado que representa al PP en el juicio por la presunta caja B, pero quien llama más la atención es el nombre de Enrique López, porque por entonces era juez magistrado y había sido vocal en el Poder Judicial nombrado por el PP. Según “El Mundo”, Enrique López puso en contacto a Santos con un empresario, Agustín D., que hizo de enlace con Bárcenas entre 2017 y 2019. “Su entorno se limita a dejar claro que sólo se puso en contacto a personas, pero que el actual hombre fuerte del Gobierno de Madrid no negoció con los implicados en el 'caso Bárcenas'. Aunque Enrique López no sea tan conocido como otros, su papel fue crucial en el actual PP. Además de ser consejero de Justicia del gobierno de Ayuso en la Comunidad de Madrid, fue el hombre en la sombra que hizo de enganche entre la dirección de Pablo Casado y el Poder Judicial”. Enrique López era juez de la Audiencia Nacional cuando, en 2017, medió para que el abogado del PP pudiera reunirse en varias ocasiones con un empresario amigo de Luis Bárcenas. Pocos años después, López está en la Junta Directiva del PP, es consejero autonómico y se le atribuyen los trabajos de fontanería para que el PP siga bloqueando la renovación del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional.
La trayectoria de Enrique López fue bloqueada por Soraya Sáenz de Santamaría, exvicepresidenta del Gobierno, tras el escándalo que supuso su condena en 2014 por conducir ebrio, sin casco, saltándose un semáforo rojo. Aquella condena provocó la dimisión de López como magistrado del Tribunal Constitucional, su ostracismo político y su regreso a la Audiencia Nacional, donde fue apartado de juzgar los casos Gürtel y Bárcenas por su relación con el PP y con FAES. López también fue uno de los tres jueces de la Audiencia Nacional que firmaron la condena contra Valtonyc, el rapero condenado a tres años y medio de cárcel por delitos de enaltecimiento del terrorismo, calumnias e injurias graves a la Corona. Todavía en el cargo, en febrero de 2018, escribió una columna sobre el procés catalán en La Razón, en la que cargaba contra las formaciones políticas independentistas y criticaba sutilmente que la ley no permitiera ilegalizarlas. Con Sáenz de Santamaría retirada de la política y Pablo Casado al frente de la dirección del PP, se le recuperó con el objetivo de rodarlo en la política madrileña y enfocar su futuro hacia el ministerio de Justicia, según fuentes jurídicas. En agosto de 2019, fue nombrado consejero de Ayuso y, durante los últimos meses, ejerció como portavoz 'oficioso' de la líder madrileña, con una alta exposición mediática. En enero de 2020, Casado lo nombró responsable de Justicia del PP como “cara visible” de su estrategia de oposición, que pasaba por utilizar la vía judicial para frenar determinadas actividades capitaneadas por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias con un sin fin de querellas y recursos. Fuentes populares aseguran: “En Génova, Enrique López está muy bien considerado, es una persona experimentada e inteligente y cuenta con la confianza de Pablo Casado”.
Pablo Casado y Angela Merkel tuvieron que afrontar la corrupción de su partido. Ambos dirigentes se enfrenraron a los escándalos de corrupción de sus predecesores: Mariano Rajoy y Helmut Kohl. Desde que fuera elegido presidente de los populares el 21 de julio de 2018, Casado nunca ha afeado públicamente a Rajoy por los numerosos escándalos de corrupción. En todas las ocasiones que ha sido preguntado se ha limitado a echar balones fuera y señalar que son cosas de la anterior cúpula de Génova 13 y que él no tiene nada que ver con ello. Pero, a diferencia de Helmut Kohl, canciller de Alemania que dimitiera por corrupción, Rajoy nunca ha admitido directamente la presunta financiación irregular del PP. “La corrupción –reflexiona el expresidente del Gobierno en sus memorias, ‘Una España mejor’– ha sido nuestro talón de Aquiles. Ha habido algunos casos muy graves, tanto por su magnitud como por la importancia de las personas implicadas, pero el PP ha sido castigado con mucha más dureza que el resto de los partidos en circunstancias similares. Hemos pagado un altísimo precio por los escándalos que nos persiguieron durante nuestro mandato, aunque la mayoría arrancaban en épocas bastante lejanas en el tiempo. Lo pagamos muy severamente en términos de reputación y opinión pública, y ahí están las encuestas para comprobarlo”. Casado defiende ante todo su inocencia, poniendo el ejemplo de la actual canciller de Alemania: “Es como si a [Angela] Merkel le preguntaran por lo casos de corrupción de [Helmut] Kohl o de la CDU”. Sin embargo, hay grandes diferencias con la forma en que ambos dirigentes han enfrentado la corrupción dentro de sus filas. Tras la caída del muro, Helmut Kohl admitía haber recibido 100.000 marcos (algo más de 50.000 euros) en dinero negro para la CDU, el partido que dirigió entre 1973 y 1998. No obstante, meses antes de la confesión de Kohl, Merkel, secretaria general de la CDU después de un ascenso meteórico, no dudó en publicar un artículo en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, periódico de referencia de su partido, pidiendo la dimisión de su maestro político. “Queda claro que ya nada volverá a ser como antes. La época de Kohl ha terminado de forma irreparable”, llegó a escribir la dirigente alemana. Un gesto duro, pero que provocó que, en el año 2000, Merkel fuera escogida por aclamación popular como presidenta de la CDU. Igualmente, Casado no quiso ser menos y renegó de su pasado, pronunciando su “caiga quien caiga”, pero… el mensaje oficial, es que “el PP es la única alternativa real tanto al socialismo como al nacionalismo y somos la única fuerza que puede liderar un cambio de etapa”, zanja el equipo de Casado. El líder del PP se esforzó por trasladar una imagen de moderación durante la campaña y delegó en la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el papel de 'poli malo' en las ocasiones en las que ha participado en actos del partido en Catalunya, con el objetivo de acercar al PP al potencial electorado de Vox. “El sueño de la independencia –repitió hasta la saciedad– es una pesadilla y hay que sacar a Catalunya de esta delincuencia”.
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ironizó sobre la “normalidad democrática” que supone las informaciones sobre la mediación que ejerció el actual consejero madrileño de Justicia, Enrique López, entre el abogado del PP y el extesorero del partido, Luis Bárcenas. Iglesias señaló que López es el “negociador” del presidente del PP, Pablo Casado, para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), formación que rechaza cualquier pacto que implique a Unidas Podemos. En una entrevista al diario “Ara”, Iglesias aludió a sus propias declaraciones al afirmar que, en España, “no hay una situación de plena normalidad política y democrática, cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en la cárcel (Oriol Junqueras, ERC) y el otro (Carles Puigdemont, Junts), en Bruselas”. En un mensaje en Twitter, Iglesias se refirió a la información que publicaba El Confidencial y El Mundo relativa a que Enrique López puso en contacto al abogado del PP en la causa por la 'caja B' del partido, Jesús Santos, con un empresario, Agustín de Diego, que hizo de enlace con el extesorero, Luis Bárcenas. Sin embargo, fuentes del entorno del consejero insistieron en que el por entonces juez de la Audiencia Nacional “simplemente los puso en contacto porque se lo pidieron, pero nunca mantuvo interlocución”. Iglesias afirma que López, al que define como “juez/político”, fue “apartado” en 2015 del denominado 'caso Bárcenas' por “cercanía al PP”. Y subraya que condenó a tres años y medio de prisión al rapero Josep Miquel Arenas, conocido artísticamente como Valtònyc, por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona. Por otro lado, alude a la vertiente política de López como consejero de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, y “negociador de Casado” para la renovación del órgano de gobierno de los jueces. “Normalidad democrática”, zanja Iglesias. Sus palabras cuestionando la calidad democrática por la situación de los líderes del 'procés' replicó la vicepresidenta, Carmen Calvo, quien discrepó “absolutamente”. La dirigente socialista recalcó que España tiene “la normalidad propia de un Estado de Derecho” donde a todos se les aplican las leyes por igual.
Enric Sopena, en
ElPlural.com, recuerda que el juez Enrique López conecta el PP de Casado con el
de Rajoy y Aznar. “A Pablo Casado la estrategia de sostener con contundencia
que su PP no es el PP de antes, es decir, el de los corruptos, se le desmorona
como un castillo de naipes por culpa de López. Porque este juez ha sido
habitual de la fundación FAES, que preside José María Aznar, en varias decenas
de jornadas. Fue nombrado a instancias del PP vocal del Consejo General del
Poder Judicial y del Tribunal Constitucional. Ahora, que ha abrazado
abiertamente la causa popular, negocia en nombre del PP la polémica renovación
del Consejo General del Poder Judicial, de mayoría conservadora, que lleva dos
años en funciones. Después de ese proceloso recorrido, a la vista está que
Enrique López es el cordón umbilical entre el PP de Aznar, el de Rajoy y el de
Casado, además de haber puesto en cuestión su independencia como juez”.
Cosidó, otra piedra en el zapato de Casado. |
Un ingenuo mensaje de
WhatsApp, y una menos ingenua filtración de su descarado contenido, dieron por
fundado el temor del presidente del PP a que el viejo PP le diera nuevos
problemas. Ignacio Cosidó, portavoz popular en el Senado y director general de
la Policía con Mariano Rajoy en el Gobierno, tuvo que pedir disculpas en
noviembre del 2018 por “el lenguaje coloquial” utilizado al comentar a los
senadores de su grupo el pacto alcanzado con el PSOE para renovar el Consejo
General del Poder Judicial (CGPJ). En el wasap, desvelado por El Español,
Cosidó celebró como “una jugada estupenda” la elección de Manuel Marchena al
frente del órgano de gobierno de los jueces y del Tribunal Supremo “porque
supondrá mayorías cómodas en el consejo, y, además, controlará la sala segunda
desde detrás”. Al poco de conocerse la noticia, el portavoz popular argumentó:
“Entiendo que se pueda haber malinterpretado, pero, en todo caso, es una
interpretación errónea. En ningún momento se habla de ningún intento de control
del Poder Judicial. Lo que intento decir con más o menos fortuna es que la
elección de un presidente del Supremo de muy reconocido prestigio ayudará a que
las decisiones del consejo sean lo más unánimes posibles. No quería decir que
permite el control porque entre otras cosas no es cierto”. El exdirector
general de la Policía fue uno de los grandes apoyos de Casado en las primarias.
Sin embargo, su vinculación con la Operación Kitchen –él
era el máximo responsable de la Policía cuando desde el Ministerio del Interior
se perpetró el supuesto espionaje a Luis Bárcenas– y su polémico mensaje de
WhatsApp en el que presumía de poder controlar el Supremo “desde detrás” a raíz
del principio de acuerdo logrado entre PSOE y PP para renovar el Consejo
General del Poder Judicial –que finalmente no se consumó–, hicieron que el
actual líder del PP prescindiera de sus servicios en 2019.
Víctor Honorato, de
Eldiario.es, comenta que, falto de cuadros autóctonos para la vigilancia de las
mesas del 14-F, el pasado sábado, el PP de Madrid fletó en Atocha un tren del
Ave con 420 afiliados con el objetivo de vigilar las mesas catalanas del 14-F. “Convocados por Whatsapp,
los integrantes de las diversas agrupaciones madrileñas han ido llegando a
Atocha como miembros de una peña futbolística, de las pacíficas, que se
organiza para acompañar a la plantilla en los partidos de fuera de casa. La
diferencia es que en esos casos se suele fletar un autobús, y no un tren
entero. Sin test de COVID-19 durante los minutos de espera —en la sede nacional
de Génova 13 sí se hicieron pruebas esta semana—, los que iban llegando
recibían un billete y un paquete de desayuno para compensar el madrugón, una
vez comprobada su identidad en la lista, y esperaban a la salida festivamente
en una estación que, salvo por la presencia de la comitiva, estaba desierta”. El
domingo, el PP quedó relegado a una fuerza residual en Catalunya. “La campaña electoral catalana –escribía
Miquel Urretabizkaya el pasado sábado– se le ha convertido a Pablo Casado en un
vía crucis diario a consecuencia del inicio del juicio al ex tesorero del PP,
Luis Bárcenas, y al miedo cerval instalado en el partido ante la posibilidad de
que Bárcenas tenga algún tipo de información que termine dando la puntilla a
Mariano Rajoy y, en consecuencia, derive en una necesaria limpieza,
desinfección y refundación del partido…El pasado volvió a ser presente una y
otra vez, y pilló en este caso a los populares sometidos a una presión de tal
calibre que en Génova recitaron a diario una oración especial dedicada a San
Judas Tadeo, el patrón de las causas perdidas, para que no se produjese el “sorpasso”
de Vox que anunciaban los sondeos, y eso le dio a Casado cierto aire para
atacar el resto de problemas”.
Salvador Illa ganó las
elecciones del domingo, recuperando parte de su fuerza tras una década de
retrocesos y convirtiéndose en el partido más votado. Pero el independentismo
reforzó su mayoría. El PSC de Illa ganó las elecciones catalanas 18 años
después de que lo hiciera por última vez Pasqual Maragall. Los socialistas consiguieron
imponerse por la mínima en votos, empatando en escaños ante una ERC que salió
reforzada de estas elecciones consiguiendo superar por primera vez a la
candidatura de Carles Puigdemont. Tras haber quedado por delante en papeletas,
la formación socialista tiene previsto presentarse a la investidura, tal como
prometió Illa en campaña. Sin embargo, el bloque independentista suma 74
diputados, 6 más que la mayoría absoluta, por lo que es el republicano Pere
Aragonès quien tiene ahora más opciones de llegar a la presidencia.
La candidatura de Ignacio Garriga superó tanto en votos como en escaños a las de Carlos Carrizosa y Alejandro Fernández, en un 'sorpasso' que confirma el peor temor de la formación de Pablo Casado. Vox consiguió un notorio début como cuarta fuerza política, mientras el PP cayó a la última posición, con 3 escaños y menos del 4% de los votos. El mayor desplome lo sufrió Ciudadanos, pasando de 36 a 6 escaños, con el 5,6% de los votos. Pese a los esfuerzos de Pablo Casado por arropar a su candidato en la campaña, y a pesar de los ataques que Vox había denunciado contra sus mítines en campaña, el PP cosechó el peor resultado de su historia en Cataluña, y fue superado por primera vez en las urnas por el partido de extrema derecha. “Este 'sorpasso' de Vox puede amenazar al liderazgo de Casado. Y aunque, por el momento, el PP guarda silencio, los malos resultados pueden provocar un debate interno en el seno del partido, sobre el rumbo que ha de tomar la formación, así como sobre el liderazgo de la dirección de Casado. El PP certificó su peor resultado de la historia en Cataluña. La formación que dirige Pablo Casado confiaba en doblar el resultado obtenido en los comicios de 2017, cuando sacaron 4 diputados de la mano de Xavier García-Albiol. Ahora, el PP catalán se quedó únicamente con tres diputados, mientras la ultraderecha obtendría 11, logrando la cuarta posición. Es la primera vez que el partido ultra se impone a los populares en unas elecciones autonómicas, lo que supone una enmienda a la estrategia de Casado. Pablo Casado deberá volver a la eterna disputa desde que llegó a la presidencia del partido: definir qué rol mantener con la extrema derecha, que no hace más que crecer a su costa mientras el PP no logra despegar. El candidato del PPC, Alejandro Fernández, lamentó la baja participación en estos comicios. “No soy amigo de edulcorar la realidad”, dijo. “Nuestro resultado es muy malo porque no hemos logrado los dos objetivos que nos habíamos marcado: crecer y lograr grupo parlamentario”. Por su parte, el secretario general del partido, Teodoro García Egea, culpó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de su resultado electoral en Cataluña: “Sánchez ha preferido polarizar la sociedad y alimentar a los extremos con tal de perjudicar a su única alternativa: moderada, constitucionalista y europeísta”, declaró en una comparecencia desde la sede de Génova 13.
Polémica en el
Ayuntamiento de Barcelona tras borrar un grafiti del rey emérito a favor de la
libertad de Pablo Hasél. Ada Colau niega una intervención política y el
concejal Eloi Badia asegura que los trabajadores municipales que eliminaron la
pintada en apoyo al rapero condenado por injurias a la Corona lo hicieron a
requerimiento de la Guardia Urbana.
En los buenos momentos,
Pablo Casado se sintió “orgulloso” heredero de los que le precedieron y le
auparon en el partido. Hoy ha cambiado sus apreciaciones y dice que ese partido “ya
no existe”. Un comportamiento que, la verdad, dice bastante de quien lo
practica. Pero, desafortunadamente para él, quedan las hemerotecas y los
antiguos tuits. Y aunque la ciudadanía tenga poca memoria, o se haga la
desmemoriada, lo cierto es que las cosas están ahí.
Leonor, como su abuelo,
marcha al extranjero a vivir como una reina a nuestra costa. El gobierno “más
progresista de la historia” guarda silencio ante esta nueva borbonada.
El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Vergara, Manel F., Enrique, Miliki y Duarte, Pat…
Pep Roig, desde Mallorca:
Que la juerga continúe, Eso son cosas del pasado, Milagrosismo, Cómicos, El
punto de duda, Vacunainventivación, Trump, autoabsuelto…
Los vídeos de esta
semana:
Los vídeos de esta semana:Los “rótulos” de Pablo Casado.
Giménez consigue hablar
con Bárcenas
Declaraciones del nuevo
presidente del Partido Popular (PP), Pablo Casado, el 21 de julio del 2018,
tras imponerse a Soraya Sáenz de Santamaría en la disputa por la presidencia
del partido.
La indepe girl - Polònia
Eleccions extremes - Polònia
La trampa de Bárcenas -
Polònia
Polònia lo tiene todo a punto para las elecciones del 14F y estrenará un nuevo formato: “Elecciones extremas”, el programa para los electores que votan al límite.
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