Aminetu Haidar, “la Ghandi saharaui” quiere volver “viva o muerta” a su tierra.

El Sáhara o Sahara Occidental es un territorio de África situado en el extremo occidental del desierto del Sahara, a orillas del océano Atlántico. Es uno de los dieciséis territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, con el fin de eliminar el colonialismo. Su proceso de descolonización fue interrumpido en 1976, cuando su antigua potencia colonial, España, lo abandonó en manos de Marruecos y Mauritania (conforme a lo dispuesto en los Acuerdos de Madrid).

La RASD (República Árabe Saharaui Democrática)

Actualmente, su suelo se encuentra ocupado casi en su totalidad por Marruecos, aunque la soberanía marroquí sobre el mismo no es reconocida por las Naciones Unidas y es rechazada por el grupo armado Frente Polisario, que proclamó su independencia en 1976, creando el estado de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). La RASD, reconocida, hasta el momento, por 82 países, administra de facto la zona del Sahara Occidental no controlada por Marruecos, que denomina oficialmente al territorio como sus Provincias Meridionales. Este territorio interrumpió su proceso de descolonización en 1976, tras abandonarlo España en los Acuerdos de Madrid, cediendo ante las presiones de Marruecos y Mauritania, pese a que estaba comprometido con la ONU para llevar a cabo dicha descolonización. Entre el Frente Polisario (movimiento político y militar del Sáhara Occidental que lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui) y sus vecinos del Norte (Marruecos) y del Sur (Mauritania) que intentan adueñarse de la zona occidental (un área con importantes yacimientos de fosfato, petróleo y gas natural) se libera una batalla. En la actualidad, el Sáhara Occidental está gobernado de facto por Marruecos. La invasión marroquí obligó a decenas de miles de saharauis a huir al desierto argelino y a vivir en campos de refugiados. Otros, permanecen en el territorio ocupado por Marruecos bajo su hegemonía. Diferentes ONG han denunciado las constantes violaciones de los derechos humanos que sufre la población saharaui que vive bajo bandera marroquí.

Aminetu Haidar, activista pro Derechos Humanos, recoge, en 1967, el Premio Juan María Bandrés, en Madrid. Foto Julio Castro.

Aminetu Haidar, de 42 años, es una activista saharaui de Derechos Humanos que preside el Colectivo de Defensores de los Derechos Humanos Saharauis (CODESA) y es el símbolo de la lucha pacífica del pueblo saharaui contra la represión marroquí sobre los civiles. Nacida el 24 de julio de 1966 en Akka Centre, provincia de Tata, Haidar es madre de tres hijos y cursó estudios de literatura moderna.

Debido a su ideología pro saharaui, Haidar fue perseguida y reprimida en numerosas ocasiones por los poderes públicos marroquíes. En 2005, fue condenada a 7 meses de cárcel en la “Prisión Negra” de El Aaiún. El proceso del juicio debido a irregularidades fue denunciado por un observador de Amnistía Internacional. Dicha organización calificó que Haidar era una presa de conciencia. Fue liberada en enero de 2006. En agosto del mismo año, Marruecos le deniega el pasaporte y el derecho de expatriación de sus dos hijos, un niño de 13 años y una niña de 15, que viven con su abuela en El Aaiún. Por su lucha en el reconocimiento de los derechos de los saharauis, ha sido galardonada con diferentes reconocimientos internacionales, tales como el Premio Juan María Bandrés, concedido en 2006; el Premio Solidaridad Silver Rose Award, en 2007; el de Derechos Humanos, otorgado por La Fundación E. Robert F. Kennedy, en 1998, entregado en el Senado de los EE.UU, o el Galardón al Coraje Civil, otorgado en Nueva York por la Fundación Train, que acaba de recibir. Es conocida como la “Ghandi saharaui”. El viernes, 13 de noviembre, era detenida en el aeropuerto de El Aaiún, tras su llegada, procedente y obligada a volar hasta el aeropuerto grancanario de Gando.

A su llegada a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, Aminetu Haidar no se apea del avión de Binter Canarias con el primer grupo de pasajeros marroquíes, tal como ordenaba la Policía del aeropuerto. Le dice a la azafata que no es marroquí aunque viaje, por razones prácticas, con un pasaporte de ese país. Al rellenar la ficha de entrada, escribe que su residencia es el Sáhara Occidental. El policía marroquí que la espera tercia el gesto mientras señala que “ese país no existe”. Y tacha las dos palabras para escribir: “Marruecos”. Tras una gira de siete meses por varios países y de regreso de un viaje a Nueva York, Madrid y Las Palmas, Haidar permanece detenida 24 horas, antes de ser despojada de su pasaporte marroquí que obtuvo en 2006, gracias a las gestiones de Amnistía Internacional y del Departamento de Estado. Y es expulsada a Lanzarote en un vuelo de Canarias Aeronáutica. Pese a carecer de la documentación adecuada, la Policía española la obligó a entrar en España so pretexto de que dispone de una tarjeta de residente que ni siquiera tiene que mostrar. Le fue concedida en 2006 para que pudiera ser atendida de sus dolencias en el hospital madrileño de La Paz. Intenta coger un vuelo de regreso a El Aaiún, pero la Policía española le advierte que su tarjeta no basta esta vez para un viaje internacional. Y, en la madrugada del lunes, 16 de noviembre, decide hacer una huelga de hambre en la misma terminal aeroportuaria para que la dejen volver a su ciudad.

Aidar, en el aeropuerto de Lanzarote.

Haidar defiende los derechos humanos con la misma fuerza con que rechaza la violencia. De ahí que su primer apodo, el de “La Pasionaria Saharaui”, haya sido sustituido por el de “La Ghandi Saharaui” con el que es conocida en el mundo. En Marruecos, los partidos políticos y prensa oficialistas la tachan de “traidora”. Y el ministro de Exteriores, Taieb Fassi Fihri, da a entender que ha sido “reclutada” por Argelia. En su discurso en Nueva York ya había expresado el temor de “ser detenida” cuando regresase a El Aaiún o de que se le retirase su pasaporte para impedirle viajar. No previno la tercera opción, la de la expulsión decidida por Marruecos. Pero lo que nunca se le pasó por la cabeza es que España ayudaría a Marruecos, “reteniéndome en su territorio en contra de mi voluntad”. Por eso, puso una denuncia en la comisaría del aeropuerto. Dos días después de su aterrizaje iniciaba, como protesta, una huelga de hambre, ingiriendo únicamente agua y azúcar, como medida de presión y acusaba al Gobierno español de inhibirse en el asunto y actuar en connivencia con el Gobierno marroquí.

En su segunda semana en el aeropuerto lanzaroteño, el Ministerio de Exteriores español envía como emisario a su director de gabinete, Agustín Santos, quien le propone tres opciones: asilo político, solicitar un nuevo pasaporte o adquirir la nacionalidad española. Ninguna de las tres propuestas es aceptada por ella porque implicaban no poder volver a su tierra natal. Y termina por acusar al Gobierno español de inhibirse en el asunto y actuar en connivencia con el Gobierno marroquí.

Saramago con Haidar el 22 de noviembre, dedicándole un ejemplar de su novela Caín.

Desde el primer momento, aparecen grupos de apoyo a Haidar en numerosas ciudades españolas que se manifiestan a favor de la activista tanto en la calle como en Internet, creando grupos de apoyo en Facebook o recogiendo firmas en otras plataformas. Las protestas ciudadanas llegan hasta el Senado y el Congreso de los diputados y Amnistia Internacional se moviliza, recogiendo apoyos para presionar al gobierno de Marruecos en busca de una solución para la saharaui. Recibe las visitas in situ del político comunista Cayo Lara, la política austríaca Karen Shelley, el grupo musical Macaco, el director de cine Javier Fesser, o los actores Fernando Tejero, Lola Dueñas o Willy Toledo, quien duerme una noche junto a ella en el suelo de las instalaciones aeroportuarias y afirma que “Moratinos miente en el caso Haidar”. El escritor portugués José Saramago, que reside en Lanzarote, la visita y se solidariza con ella, dedicándole un manifiesto en el que se expresa su total apoyo en la causa saharaui.

Cientos de personas se manifiestan e favor de Haidar en Lanzarote.

“Aminetu Haidar –dice Ascanio Canarias en su Blog Latadelgofio– no es una persona común. Es ciudadana de un país que, de momento, no existe y está gobernado por aquellos que no la dejan existir. Detrás de su mirada grande, triste y profunda parece esconder todas las décadas de sufrimiento colectivo que ha generado en la población saharaui la ocupación ejercida por Marruecos… Esta valiente mujer ha defendido por medio mundo, mediante las palabras, el derecho de los y las saharauis a constituirse como un país libre más conforme a su decisión soberana. Lo que le ha merecido el sobrenombre de la ‘Gandhi saharaui’… Esta mañana pude escuchar en la radio al ministro de exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, hablar con cierto enfado de la activista saharaui y de su falta de respeto hacia España por sus acusaciones… Lo importante para Moratinos es que una mujer deportada ilegalmente y acogida con la misma ilegalidad en Lanzarote, en contra de su propia voluntad, se calle y casi dé las gracias al Estado Español por su generosidad. Tal vez no entienda mucho de leyes, lo reconozco, pero a mí me parece que es igual de secuestrador el que retiene a una persona contra su voluntad como el que abre su casa para mantener al secuestrado escondido. En ese sentido es infumable y clarificador el papel seguidista que hace España de las tesis políticas de Marruecos en la cuestión saharaui”.

El ministro Moratinos justifica la expulsión de Aminetu Haidar y asegura que España “sólo le ha facilitado la llegada a Lanzarote”.

Haidar comenta que “no he venido en patera” a Lanzarote, donde secunda una huelga de hambre. Por ello, exige al Gobierno español que ha sido, en sus palabras, el que le ha “facilitado un viaje de entrada a España”, que la devuelva “en un avión”. Miguel Angel Moratinos advierte: “El Gobierno ha hecho todo lo necesario, con buena fe y voluntad, y espero que esta ciudadana comprenda la buena actitud de las autoridades españolas y busque la manera más eficaz de alcanzar su objetivo”. Insiste en que, desde el principio, el Gobierno español “lo único que ha hecho ha sido ayudar, acoger, proteger y darle todo tipo de garantías a esta ciudadana” para atender su situación humanitaria y política. Y añade que, si Haidar no acepta solicitar el estatuto de refugiada para poder regresar a su país, el Gobierno español no podrá hacer “más”. “Por ello –critica el ministro– no entendemos sus manifestaciones y por qué se manifiesta en una huelga de hambre”. “El Gobierno español –señala Haidar–, que ha participado en este hecho, me ha facilitado un viaje de entrada en España y debe devolverme en un avión, no en una patera” La activista saharaui agrega que tampoco va a “aceptar la propuesta marroquí de solicitar un nuevo pasaporte porque tengo uno en vigor”.

Javier Bardem.

En las últimas horas, Aminetu Haidar no deja de recibir mensajes de apoyos de decenas de representantes del mundo de la cultura esapñola. Esther García, Emilio Gutiérrez Caba, Irene Visedo, Eduardo Noriega, Álvaro Longoria, Daniel Guzmán, Juan Aguirre (Amaral), José Luis García Pérez, Carlos Iglesias, Guillermo Galván (Vetusta Morla), Lola Marceli, Fran Perea, Fernando Colomo, Verónica Forqué, Santi Millan, Carmen París, Pilar Bardem, Mar Regueras, Alex de la Iglesia, Kira Miró, Chus Gutiérrez, Rosa María Sardá, Olga Román, Pedro Guerra, Luis Pastor, Benito Zambrano, Yoima Valdés, Olga Rodriguez, Hugo Silva, Eduardo Soto, Juan Diego Botto, Fernando Tejero y Pilar Ordoñez y otros artistas manifiestan igualmente su adhesión a la causa de Haidar. Entre ellos, destaca el mensaje enviado por Javier Bardem: “Expreso mi apoyo y respeto por Aminetu Haidar, la luchadora de los derechos humanos y representante del sufrido pueblo saharaui. En una sociedad como la española, que defiende la libertad y el derecho, no puede haber lugar para la discriminación y para la censura de identidad, tanto hacia Haidar como hacia todo el pueblo Saharaui. La ceguera puramente diplomática y partidista frente a los que roban, castigan y torturan a aquellos a los que la historia y la justicia les deben tanto, nos empobrece como país y nos define como nación cobarde e injusta frente a nuestros hermanos del Sahara”.

Guillermo Toledo califica de asqueroso lo que dicho por Moratinos. “Realmente –afirma el actor– estoy muy indignado con la hipocresía del señor Moratinos. Lo que ha pasado aquí es que una persona ha sido obligada a descender a la fuerza de un avión. Aminetu Haidar ha sido secuestrada. Y eso es intolerable”. Toledo explica que envió el siguiente mensaje de texto a Carmen Chacón: “Sólo quería transmitir un mensaje por si os pudiera interesar a alguien del Gobierno. Si la estrategia es el desgaste, que el tiempo pase, el tiempo pasará, pero Aminetu morirá. En vuestro país. Bajo vuestra responsabilidad. La conozco hace tiempo y sé de su determinación. Se está dejando morir y va a ir hasta el final. Si queda algo de cordura y de dignidad mañana debería estar en su casa. Con su familia. Con su pueblo. No pide nada más. Un saludo”. La ministra socialista envió un mensaje al famoso actor, comprometiéndose a transmitir su pensamiento a Miguel Ángel Moratinos y a seguir en contacto con él.

Tras dos semanas de huelga, las autoridades marroquíes lanzan una campaña en contra de la decisión de Haidar. El cónsul de Marruecos en Canarias, Abderrahman Leibek, asegura con ciertas dosis de desprecio que “no se cree la huelga de hambre” de la activista saharaui. Afirma que a él los respaldos recibidos por ella “ni le van ni le vienen. Los actores y los escritores viven de la imaginación y están muy lejos de la realidad, pero la política es otra cosa muy distinta”. Asegura que la activista puede tener un nuevo pasaporte marroquí “en media hora”, si pide perdón al rey, Mohamed VI. “Otra de las condiciones, debido al acto de traición a su patria que ha cometido –dice el cónsul con cierta amenaza y chulería– es que reconozca que su nacionalidad es marroquí. Si pide perdón a la institución más alta de Marruecos, el Rey no tendrá inconveniente en expedirle un pasaporte en media hora”.

Haidar considera inaceptable la oferta de las autoridades marroquíes. Willy Meyer, eurodiputado de IU, acusa al Gobierno de ofrecer “auténtico veneno” a la saharaui, al “querer concederle la nacionalidad española a una persona que ha hecho de la causa de la identidad del pueblo saharaui un símbolo de vida”. Carmelo Rodríguez, presidente de la Federación Estatal de Instituciones Solidarias con el Sáhara, declara que, ante el “peligro evidente” que corre la vida de Haidar, urge una solución a su demanda de regresar a El Aaiún. Insiste en que el Gobierno de España debe presionar al de Marruecos para facilitar su vuelta al Sáhara Occidental y sostiene que la rueda de prensa de Abderrahman Leibek, cónsul marroquí en Canarias, es para “difamar” la figura de Aminetu Haidar. En la tercera semana en huelga de hambre, el ayuno no parece haber hecho mella en su voluntad de hierro. Repite que sólo quiere regresar a El Aaiún, en donde reside, pero no puede hacerlo porque carece de pasaporte, un documento que le fue arrebatado por las autoridades marroquíes. Mantiene que tiene derecho a solicitar la nacionalidad, puesto que su madre es española, pero nunca la ha reclamado. Si se la concediesen, la activista acabaría teniendo una nacionalidad extranjera en El Aaiún pero ella quiere seguir siendo saharaui. Además, nadie le garantiza que con el pasaporte español, Marruecos le permitiría entrar en el Sáhara. Sobre todo cuando tardó 15 años para que Marruecos le concediera un pasaporte y España nunca colaboró. Sólo se lo otorgaron gracias a la intervención de Estados Unidos.

Aminetu Haidar desafía con su huelga de hambre a los gobiernos marroquí y español. La activista demuestra que su dignidad está por encima de todo. No quiere el pasaporte español, ni el estatus de refugiada. Sólo quiere lo que le corresponde por derecho: regresar a su casa de El Aaiún, junto a sus hijos. Una plataforma de personas anónimas permanece día y noche a su lado. El coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, asegura que el Gobierno de España tiene “poder político suficiente” y las “medidas legales en la mano” para devolver a Aminetu Haidar a El Aaiún. Con respecto al apoyo de EEUU a la causa saharaui, Lara insiste en que “sería lamentable que nos tenga que poner la cara colorada un país ajeno a España que es el responsable de que no se hubiera producido la descolonización de acuerdo a las normas internacionales”. Mientras tanto, cada día que pasa Haidar está físicamente más débil y, al mismo tiempo, más asentada en sus ideas. Necesita estar envuelta en mantas, a causa del descenso de su temperatura corporal. Ha perdido varios kilos de peso y no quiere que la sigan presionando para que abandone la huelga. “Cada día, mis hermanos y mis hijos me dicen que desista –comenta, decidida– pero yo me niego. No tengo miedo a la muerte”.

El 4 de diciembre, viernes, flota en el ambiente del aeropuerto cierto aire de esperanzas. Agustín Santos, director del Gabinete de Asuntos Exteriores, y Carolina Darias, delegada del Gobierno de Canarias, irrumpen en el bar y reúnen a los presentes. España fleta un vuelo para la saharaui a El Aaiún. Santos pide discreción: “En una hora, me llevo a Haidar a su casa, pero, por favor, pido que no digáis nada”. Hay cierto ambiente de película de espionaje. La euforia se extiende entre sus seguidores y la noticia llega hasta El Aaiún, donde miles de personas esperan la llegada de Haidar. En el aeropuerto, una ambulancia recoge a la saharaui entre, aplausos, lágrimas y abrazos. “¡Mohamed, capullo, el Sáhara no es tuyo!”, cantan los saharauis. Pero Haidar sigue incrédula. No acaba de creérselo. Mientras no esté en el Sáhara, continuará su huelga. Hasta que un contratiempo hace que todo se quede en el aire. La ambulancia regresa a la estación de autobuses del aeropuerto y Aminetu es recibida en un inmenso silencio por parte de sus seguidores. Algunos lloran de rabia. Santos y la delegada del Gobierno convocan una rueda de prensa de urgencia. El golpe y la desesperación son demasiado duros. A partir de este día, empieza el cambio. La activista apenas saldrá ya de su habitáculo, apenas hará declaraciones y atenderá a muy pocas visitas.

Bachir, portavoz de la comunidad saharaui en Lanzarote, denuncia que “los gobiernos de España y de Marruecos se están riendo” de Aminetu Haidar, al impedir que despegue el vuelo que la iba a trasladar hasta El Aaiún. “Es otra jugada del Gobierno español y marroquí, que están jugando con Haidar ¿Cómo no van a tener autorización si son relaciones directas entre dos estados?”, se pregunta el portavoz. Al día siguiente, ella arremete contra la España oficial, incapaz de resolver la situación que ha creado con su persona. “España –acusa– ha vulnerado la legalidad internacional, los derechos humanos, y pretende solucionarlo ofreciéndome una vivienda como mera opción. Digo una vez más que España es cómplice de Marruecos y ambos gobiernos quieren empujarme hasta la muerte. Las consecuencias de la huelga de hambre que mantengo desde hace veinte días son responsabilidad directa de España. El último mensaje que transmito al Gobierno español es que ni la cárcel, ni la desaparición forzosa, ni la tortura, ni la expulsión del trabajo, han podido doblegar ni cambiar mis principios. Mis convicciones no se venden. Mi única reivindicación es regresar a mi casa con mis hijos y mi madre, en El Aaiún, el Sáhara Occidental”.

El juez, Jerónimo Alonso, tras visitar a Haidar. Foto de Martínez de Cripán.

El domingo, 6 de diciembre, la delegación del Gobierno manda una ambulancia para que atienda a Haidar y ésta se niega a recibirla. Por la noche, irrumpe una comisión judicial para verificar su estado de salud. Se trata del titular del juzgado de instrucción número 3 de Lanzarote y juez de guardia, Jerónimo Alonso, quien se presenta sin avisar en el aeropuerto con un secretario judicial, una médico forense, un intérprete y dos policías judiciales, para “comprobar el estado de salud de Haidar”. El juez abandona el lugar entre la tensión por un posible desalojo.

“Entraron en la habitación en donde me encuentro –dice Haidar en un comunicado– de forma violenta e intimidatoria, expulsaron con empujones a mi asistente, intentaron realizar un examen médico contra mi voluntad y me amenazaron con alimentarme forzosamente, violando mis derechos humanos. Me sentí aterrorizada y, por ello, considero que el juez me ha empujado a tomar la decisión de renunciar a toda atención médica, incluso a la del médico que me ha venido atendiendo hasta la fecha”. A las dos de la madrugada (hora canaria) una treintena de agentes de un cuerpo especial de la Guardia Civil permanece al lado del aparcamiento. “¡Van a entrar!”, dice uno de los jóvenes saharauis. Haidar pide que nadie oponga resistencia. Finalmente, los agentes abandonan el lugar. El juez no ordena su hospitalización. Haidar se opone a que la visite ningún médico. El número de medios de comunicación y corresponsales extranjeros ha aumentado hasta una treintena.

Carteles con el rostro de Aminetu Haidar en el Congreso, en el día de puertas abiertas.

En las Cortes, el ministro Miguel Ángel Moratinos propone a los grupos pactar una moción que defienda la vida de la activista saharaui. Les avanza que el Gobierno quiere aprobar lo antes posible una proposición no de ley (PNL) de consenso. Y delega en Alonso y en el Grupo Socialista la redacción del texto. A última hora de la tarde, el PSOE envía a los medios y al resto de la Cámara un borrador de moción con tres únicos puntos. Se pide al Gobierno que “redoble sus esfuerzos ante Marruecos”, que continúe “sus gestiones de carácter bilateral y multilateral”, implicando a la ONU y a la UE, y que apoye “todas” las medidas humanitarias posibles para que queden a resguardo “la dignidad y bienestar” de Haidar, a la que seguirá ofreciendo “el estatuto de refugiado”. Se exige a Rabat que “se implique en la solución” de la crisis y se expresa el “deseo” de que la activista siga con su lucha por los derechos de los saharauis, “pero sin poner en riesgo su salud o su vida”. IU ve “inaceptable” la redacción del PSOE. Quiere más presión sobre Rabat y menos sobre la mujer saharaui. Después de que el PSOE envíe la moción, el resto de grupos no se pronuncia públicamente. Sáenz de Santamaría garantiza el apoyo del PP, aunque recuerda que “lo principal” es que el Ejecutivo “actúe ya”, y sepa salir del “callejón sin salida” en el que se ha metido. El Gobierno continúa “trabajando intensamente” por los canales diplomáticos. Exteriores detalla que continúan los contactos con Marruecos, con la UE, Argelia y el Frente Polisario –dos aliados históricos– y con varias instancias de la ONU.

Taieb Fassi Fihri, ministro marroquí de Asuntos Exteriores, acusa a Haidar de ser la causante de su situación y de no ser una defensora de los Derechos Humanos, sino un miembro del Frente Polisario. Pese a que la postura del Ejecutivo español es diferentes, Fassi pregunta a España con quién quiere que Marruecos construya el futuro, si con el que coopera en materia de inmigración para combatir la inseguridad o con el que “no quiere ni Magreb ni Europa”. Fassi Fihri se pregunta “hasta dónde se llegará para infectar la relación hispano-marroquí”. Y reprocha a Haidar usar el pasaporte marroquí “como un trapo”. “Un pasaporte en Marruecos tiene un símbolo y no se puede usar como un trapo, como algo para acceder a un territorio con un plan político”. Insiste en que Aminetu Haidar “recibe instrucciones de sus socios” y en que “son ellos los responsables de la estabilidad de la región y de la solución del conflicto saharaui”. Taleb Omar, el secretario general del Frente Polisario, considera que España ha mostrado “complicidad con Marruecos”, algo que dejará una “huella negra” entre los saharauis y asegura, que, si Haidar muere, al Frente y a los saharauis se les acabarán “los argumentos de mantenerse en una vía pacífica”. La Unión Europea pide una solución política o humanitaria aunque reconoce que se trata de un asunto “bilateral” entre España y Rabat.

El jueves, 10 de diciembre, tres Premios Nobel y cientos de personalidades del mundo de la cultura solicitan la mediación del Rey Don Juan Carlos ante el monarca alauí para acabar con la “trágica agonía” de la activista. Todos ellos se agrupan en torno a una plataforma en apoyo a Haidar, para que pueda regresar con sus hijos a su casa en El Aaiún. Suscriben la carta los Premios Nobels Günter Grass, Darío Fo y José Saramago, además de numerosas personalidades como Mario Vargas Llosa, el escritor uruguayo, Eduardo Galeano, Antonio Muñoz Molina y Fanny Rubio, Carlos Berzosa, rector de la Universidad Complutense de Madrid o el matemático Carlo Frabetti. Los cineastas Pedro Almodóvar, Fernando León de Aranoa y Julio Medem, los actores Pilar Bardem, Concha Velasco, Victoria Abril, Javier Bardem y Penélope Cruz y los músicos Jorge Drexler, Amaral, Miguel Ríos y Joaquín Sabina se han sumado a esta iniciativa. “Al límite de un desenlace dramático, deseamos solicitar una intervención explícita de la Casa Real española ante el monarca alauí –reza la misiva, en la que se ruega a don Juan Carlos que utilice su prestigio y ascendiente ante el Rey de Marruecos para preservar la vida de Aminatu–. Su consunción por huelga de hambre pondría en serio peligro la relaciones entre dos países vecinos y supondría el descrédito de la monarquía alauita y de todo su régimen”. No obstante, el mismo presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatetro, así como su vicepresidente tercero, Manuel Chaves Chaves, insisten en que el Rey no debe “mojarse” en el caso Haidar para no manchar su imagen.

Cayo Lara, coordinador federal de Izquierda Unida quien remitiera una carta al Rey, solicitándole un intermediación con Marruecos para solucionar el conflicto y lograr que el país alauí permitiera a Haidar regresar a El Aaiún, recibe una contestación de la Casa Real que indica la disposición de don Juan Carlos a realizar “las gestiones necesarias” para solucionar la situación pero expresa que el Gobierno considera que “no es el momento oportuno” para este tipo de gestiones “complementarias”.

“Somos muchos –escribe el escritor uruguayo, Eduardo Galeano para Aminetu Haidar– los que en todo el mundo estamos siguiendo, paso a paso, tu gesto de bravura. Y somos muchos los que creemos que estás siendo elogiada, día a día, por el odio de los que te odian. Personas como tú nos ayudan a vivir de acuerdo con lo que la conciencia nos dicta, sin obedecer a lo que la conveniencia nos manda. Personas como tú nos ayudan a confirmar que la lucha por otro mundo, el otro mundo posible que este mundo lleva en el vientre, no es, nunca será, una pasión inútil.
Muchas gracias, compañera.
Te amamos muchos, y yo soy uno de esos muchos”.

“Si estuviera en Lanzarote, estaría contigo –escribe el 22 de noviembre José Saramago a Aminatu Haidar– Y no porque seas también un militante separatista, como te ha definido el embajador de Marruecos, sino precisamente por todo lo contrario: creo que el planeta es de todos y todos tenemos derecho a nuestro espacio para poder vivir en armonía. Creo que los separatistas son los que separan a las personas de su tierra, la expulsan, tratan de desarraigarla para que, siendo algo distinto a lo que son, unos alcancen más poder y los otros pierdan su propia estima y acaben siendo engullidos por la sinrazón.
(…)
“Dejemos que Aminatu regrese a casa con el reconocimiento de su valor, a las claras, porque son personas como ella quienes dan personalidad a nuestro tiempo, y sin Aminatu todos seríamos más pobres. Aminatu no tiene un problema, lo tiene Marruecos. Y puede resolverlo, tendrá que resolverlo y no solo para una mujer frágil, sino para todo un pueblo que no se rinde porque no puede entender ni la irracionalidad ni la voracidad expansionista, propia de otros tiempos y de otro grado de civilización.

“Un abrazo muy fuerte, querida Aminatu Haidar”.

En la sección humorística, Manel Fontdevila presenta a Aminetu Haidar y Las cifras del paro.


Territorio Vergara muestra dos dibujos: Casi lo consigue y Holita, vecinito.

Y Pep Roig, nos cuenta cuatro historietas: B 12 12, Cuando los falsos empadronamientos de otros veas pelar, pon los tuyos… y El código ético.

Por el regreso de Animatu Haidar al Sáhara.

El nobel José Saramago visita a Animatu Haidar

La plataforma de apoyo acusa a España de mentir.

Preciosos dibujos creados con arena. Kseniya Simonova es una joven ucraniana, ganadora del Ukraine's Got Talent y poseedora de varios reconocimientos por su espectacular capacidad de realizar inigualables creaciones y animaciones con arena.