Chile inaugura el Museo de la Memoria.
Michelle Bachelet, junto a los ex presidentes, Patricio Aylwin, Eduardo Frey y Ricardo Lagos.
Una persona observa las fotografías de los chilenos desaparecidos.
Chile será el primer país de América latina en tener un espacio de esa naturaleza. Aunque en otros, como Argentina, Paraguay o Perú, se ha hablado y proyectado de recuperar la Memoria, en la sede chilena se ha llevado a cabo el proyecto, de 5.500 metros cuadrados, con una inversión de 12.000 millones de pesos (16,8 millones de euros). Está ubicado en el este de Santiago y Bachelet, una de las víctimas de Pinochet, encabezó los actos inaugurales. En el Museo, se podrán encontrar documentos, testimonio y material audiovisual sobre las víctimas de la dictadura de Pinochet. El recinto chileno pasará a formar parte de la Coalición Internacional de Museos de Conciencia y se sumará a lugares como el Museo de Derechos Civiles y el Sitio Histórico Martin Luther King, en Estados Unidos; la Casa de los Esclavos, en Senegal; el Museo Memorial Terezín de la antigua Checoslovaquia; el Museo Gulag, en Rusia; y el Museo Distrito seis, en Sudáfrica.
La iniciativa de Chile, al contrario de lo que ocurre en España, donde la apuesta por la Memoria Histórica ha tardado muchos años en llegar y ha dado tímidos pasos, constantemente torpedeados por la derecha, pretende reparar, en la medida de lo posible, los cruentos agravios y conocer la verdad de lo que ocurrió en ese país, durante la dictadura de Pinochet. La apertura del Museo de la Memoria ocurre a menos de una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que un multimillonario de derechas, que cuenta entre sus colaboradores a personas que trabajaron para la dictadura, podría suceder al bloque de centroizquierda que gobierna desde la vuelta de la democracia. El Museo será inaugurado a más de un año de que los partidarios de Pinochet abrieran un controvertido museo dedicado al ex dictador, que murió en 2006 sin ser juzgado por los abusos a los derechos humanos mientras estuvo en el poder.
Los ex presidentes Aylwin (1990-1994), Frei (1994-2000) y Lagos (2000-2006) estuvieron en la ceremonia, a seis días de las elecciones presidenciales, en las que se enfrentarán el propio Frei y el candidato de la derecha, Sebastián Piñera, quien, además, trabajó con Pinochet. El evento se vio interrumpido por los abucheos que el público le ofreció al escritor peruano, Mario Vargas Llosa, por su apoyo al candidato opositor Piñera y por los gritos de la hermana de un joven comunero mapuche asesinado por la policía en 2008. Opositores a Piñera le pidieron a Vargas Llosa que se retirara del recinto. “¡Que se vaya, no debe estar aquí un tipo que apoya a Piñera!”, le gritaron al escritor, que promueve una iniciativa similar en Perú.
La diputada socialista, Isabel Allende, hija del fallecido presidente chileno, Salvador Allende, muerto durante el bombardeo al Palacio de la Moneda (sede de Gobierno) el 11 de septiembre de 1973, día en que Pinochet encabezaba el golpe de Estado militar que le llevó al poder, dijo solemnemente: “Necesitamos mirar el futuro y aprender de nuestro pasado”. Su gobierno, que alcanzaría a durar mil días, terminó tres años antes del fin su mandato constitucional, después de que el Palacio de La Moneda fuera atacado por aviones y tanques.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, inauguró el pasado lunes el Museo de la Memoria con el que pretende mantener el recuerdo, a través de documentos y testimonios, de los episodios más cruentos de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990). Según datos de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura de Chile, más de 3.100 murieron a causa de la represión militar, mientras que unas 28.459 personas han sido reconocidas como víctimas de prisión política y tortura que corresponden a 34.690 detenciones. De éstas, 1.244 eran menores de 18 años y 176 menores de 13 años.
Chile será el primer país de América latina en tener un espacio de esa naturaleza. Aunque en otros, como Argentina, Paraguay o Perú, se ha hablado y proyectado de recuperar la Memoria, en la sede chilena se ha llevado a cabo el proyecto, de 5.500 metros cuadrados, con una inversión de 12.000 millones de pesos (16,8 millones de euros). Está ubicado en el este de Santiago y Bachelet, una de las víctimas de Pinochet, encabezó los actos inaugurales. En el Museo, se podrán encontrar documentos, testimonio y material audiovisual sobre las víctimas de la dictadura de Pinochet. El recinto chileno pasará a formar parte de la Coalición Internacional de Museos de Conciencia y se sumará a lugares como el Museo de Derechos Civiles y el Sitio Histórico Martin Luther King, en Estados Unidos; la Casa de los Esclavos, en Senegal; el Museo Memorial Terezín de la antigua Checoslovaquia; el Museo Gulag, en Rusia; y el Museo Distrito seis, en Sudáfrica.
La iniciativa de Chile, al contrario de lo que ocurre en España, donde la apuesta por la Memoria Histórica ha tardado muchos años en llegar y ha dado tímidos pasos, constantemente torpedeados por la derecha, pretende reparar, en la medida de lo posible, los cruentos agravios y conocer la verdad de lo que ocurrió en ese país, durante la dictadura de Pinochet. La apertura del Museo de la Memoria ocurre a menos de una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que un multimillonario de derechas, que cuenta entre sus colaboradores a personas que trabajaron para la dictadura, podría suceder al bloque de centroizquierda que gobierna desde la vuelta de la democracia. El Museo será inaugurado a más de un año de que los partidarios de Pinochet abrieran un controvertido museo dedicado al ex dictador, que murió en 2006 sin ser juzgado por los abusos a los derechos humanos mientras estuvo en el poder.
Los ex presidentes Aylwin (1990-1994), Frei (1994-2000) y Lagos (2000-2006) estuvieron en la ceremonia, a seis días de las elecciones presidenciales, en las que se enfrentarán el propio Frei y el candidato de la derecha, Sebastián Piñera, quien, además, trabajó con Pinochet. El evento se vio interrumpido por los abucheos que el público le ofreció al escritor peruano, Mario Vargas Llosa, por su apoyo al candidato opositor Piñera y por los gritos de la hermana de un joven comunero mapuche asesinado por la policía en 2008. Opositores a Piñera le pidieron a Vargas Llosa que se retirara del recinto. “¡Que se vaya, no debe estar aquí un tipo que apoya a Piñera!”, le gritaron al escritor, que promueve una iniciativa similar en Perú.
La diputada socialista, Isabel Allende, hija del fallecido presidente chileno, Salvador Allende, muerto durante el bombardeo al Palacio de la Moneda (sede de Gobierno) el 11 de septiembre de 1973, día en que Pinochet encabezaba el golpe de Estado militar que le llevó al poder, dijo solemnemente: “Necesitamos mirar el futuro y aprender de nuestro pasado”. Su gobierno, que alcanzaría a durar mil días, terminó tres años antes del fin su mandato constitucional, después de que el Palacio de La Moneda fuera atacado por aviones y tanques.
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Los arquitectos: Carlos Dias, Lucas Fehr, Mario Figueroa e Roberto Ibieta.
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