La bomba de Bankia.
Crisis, especulación, riesgo… El riesgo a invertir, el aumento de la prima de riesgo, el farolillo rojo del rescate, el fantasma de la intervención… En tres meses, de enero a marzo de este año, según datos del Banco Central Europeo, casi 100.000 millones de euros se fugaron de España. La semana pasada fue de vértigo para las finanzas y más de uno se formuló la pregunta obligada: ¿Va a ser España intervenida, si la prima imparable prosigue su escalada? Nadie es capaz de detener el alza del riesgo, en la frontera de lo dramático. La banca española sigue sembrando la desconfianza en los mercados. La prima de riesgo sigue imparable porque los inversores, a la mínima duda, acuden en masa al bono alemán. El bono alemán ofrecía el viernes un interés del 1,17%, su enésimo mínimo histórico, lo que proporciona a Alemania todas las ventajas de una financiación casi gratuita. En cambio, las dudas y el nerviosismo acerca del sector financiero español persisten, sobre todo, después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, descartara que la entidad fuera a intervenir en la recapitalización de Bankia y criticara la gestión de este asunto. Y nada amansa a los mercados: ni el apoyo explícito de Merkel a las reformas del Gobierno español, ni el mensaje de tranquilidad de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, negando que España hubiera pedido ayuda al FMI o que ésta tenga un plan para prestarle asistencia financiera, tras entrevistase con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
Con la prima de riesgo por encima de los 500 puntos básicos y las voces europeas clamando una intervención de la economía española, se han vivido, durante esta semana, jornadas de vértigo. ¿Dónde situar el nivel de intervención? Grecia, Irlanda y Portugal, tres países intervenidos hasta el momento, podrían dar alguna pista. La intervención griega superaba la barrera de los 500 puntos básicos en su prima de riesgo, pidiendo un rescate el 22 de abril de 2010, cuando su prima marcaba 965 puntos y la rentabilidad de su bono a diez años se situaba en el 8,83%. Veinticuatro días antes del rescate, Irlanda tuvo su prima de riesgo por encima de los 500 puntos y el país pagaba un 8,89% de intereses por su bono de referencia. Fue intervenida el 28 de noviembre del 2010 con una prima de riesgo de 646 puntos. La prima portuguesa superaba igualmente los 500 puntos el 31 de marzo de 2011 y la rentabilidad del bono a diez años se colocaba en el 8,76%, siendo intervenida el 4 de mayo con 623 puntos. España marcó el pasado viernes una prima de 547 puntos básicos y el interés del bono a diez años estuvo en el 6,6%. Un interés muy alto, sin duda, pero el pasado mes de noviembre España ya pagó el 7% de intereses. Algunos expertos creen que el alto umbral de la intervención refleja la gravedad de la situación. Otros, señalan que la economía española puede aguantar hasta el 9%. Pero la bomba de Bankia sigue alarmando el mercado.
El miércoles, el “Financial Times” informaba que el Banco Central Europeo rechazaba el plan del Gobierno español para sanear Bankia, aunque luego llegó un desmentido de tres líneas. Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, anticipó su salida y dijo en el Congreso que podía contar “todo” sobre Bankia, pero que no lo haría “por responsabilidad”. El Ibex seguió cayendo (un 2,58%) y Bankia volvió a desplomarse al ceder un 8,60%. Ante la gravedad de la situación, Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, se desplazaba a Berlín para entrevistarse con su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble. Y Soraya Saénz de Santamaría viajaba a Estados Unidos para entrevistarse con Christine Lagarde, presidenta del FMI, y con Timothy Geither, secretario del Tesoro de Estados Unidos, sin duda en busca apoyos en Washington. Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguraba el sábado que, aunque es “natural” que la gravedad de la crisis dé lugar a “temores”, España no está “al borde del precipicio”. Utilizando el símil de un “barco castigado por la tormenta en alta mar”, añadió que España no va a “naufragar” y que saldrá de la “borrasca” con el apoyo de los socios comunitarios. Tras una semana crítica para la economía, marcada por un gran ambiente de alarma y con la prima de riesgo disparada a niveles similares a los alcanzados en 1993, Rajoy dio un giro a su discurso y apostó por el optimismo. Preguntado por la depuración de responsabilidades por lo ocurrido en Bankia y por Rodrigo Rato, exministro del PP, prefirió no pronunciarse sobre el informe enviado por el último presidente de la entidad a los consejeros de la entidad, en el que criticaba que la recapitalización de Bankia se hiciera con una “inyección brutal” de dinero público. Con la intervención de Bankia, afirmó el presidente, se ha evitado “poner en peligro todo el sistema financiero”.
En el Congreso de los Diputados, el rodillo del PP frenaba cualquier investigación seria sobre la situación de Bankia. Nadie se explica que Bankia y su matriz hayan tardado tanto en presentar sus cuentas del año 2011, que el auditor se negara a firmarlas y que, de un beneficio de 439 millones de euros, presentado en 2011, se pasase a unas pérdidas de más de 3.000 millones. “Rodrigo Rato –se lamentan algunos en privado, desde el Gobierno– no dijo la verdad sobre las cuentas de Bankia”. Pero, ¿por qué no poner entonces lo sucedido en manos de los tribunales? ¿Por qué negarse a una comisión de investigación desde El Parlamento? Unos alegan que levantar hoy la alfombra de Bankia dañaría aún más la prima de riesgo y el prestigio financiero del país, justo en un momento en el que España se juega la intervención. Otros, que el PP está intentando aguantar como sea, al menos hasta el 1 julio, en que podría entrar en vigor el Mecanismo Europeo de Estabilidad, un fondo de rescate de la UE con condiciones más laxas que el actual. Mientras tanto, la bomba de Bankia desgasta tanto al Gobierno como a la oposición. El PP se mantiene en sus trece, sin permitir que nadie dé explicaciones en el Parlamento. Alfonso Alonso, portavoz del PP en el Congreso, no quiere ni oír hablar de unas comisiones de investigación que “serían contraproducentes” Y se retrasan lo más posible las comparencias solicitadas por el PSOE del expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, y de su antecesor en Caja Madrid, Miguel Blesa; la del expresidente de Bancaja José Luis Olivas, la del gobernador del Banco de España y la de algún representante del Gobierno. Lo que supone, en la práctica, enterrar toda posibilidad de dar explicaciones.
Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría escuchan la intervención de Alfredo Pérez Rubalcaba.
El PP recuerda que sus objetivos referentes a Bankia pasan ahora por “garantizar los depósitos”, continuar con su calendario de reformas y avanzar en la “generación de confianza”. La “oposición responsable” de Rubalcaba manda a la ciudadanía un mensaje sin duda maloliente: que el PSOE no quiere investigar Bankia y las demás cajas quebradas porque todos tienen mucha mierda que ocultar. Los socialistas piden que exista la posibilidad de que asistan “todos los miembros” de la Comisión y que, a las comparecencias, puedan asistir “redactores y taquígrafos”, que se puedan grabar las sesiones y que “pueda levantarse acta de las mismas”, con su consecuente publicación en el Diario de Sesiones de la Cámara. Pero, atrapado entre la espada de Carme Chacón y la pared de la responsabilidad institucional, el miércoles, Rubalcaba rompe el acuerdo con Mariano Rajoy para abordar con tacto político la crisis de Bankia. Las postergadas comparecencias parlamentarias de Miguel Ángel Fernández Ordóñez o Rodrigo Rato, sumadas a la fuerte presión interna para endurecer la oposición al PP, fuerzan el giro de la cúpula socialista. Y la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), trata de superar el veto del PP sobre la crisis de Bankia. E insta al Gobierno a abrir una comisión de investigación sobre la crisis financiera. Su primer portavoz adjunto, José Luis Centella, señala que esa iniciativa obligará tanto a PSOE como a PP a pronunciarse a favor o en contra de la mencionada comisión.
El plan que propone Rajoy para sanear Bankia “ha reavivado las preocupaciones” del Banco Central Europeo. Este asegura que sería muy peligroso que España financiara su propio sector financiero. Según “Finantial Times”, diario internacional económico del pasado martes, el BCE rechaza la recapitalización de Bankia. “Fuentes oficiales europeas” indicaban que el plan había sido rechazado “rotundamente” como algo “inaceptable” porque “infringiría una normativa europea sobre ‘financiación monetaria' o emisión de deuda pública de los bancos centrales de los gobiernos”. El BCE cree que la solución que está imponiendo el Gobierno está “empujando” a que el coste del endeudamiento del país se acerque a “niveles insostenibles” y pretende evitar tener que convertirse en su prestamista. Desde el Gobierno español, según el “FT”, los rescates a Portugal, Grecia e Irlanda “han sido catastróficos”, por lo que el Ejecutivo se mantendrá en su negativa si le plantean un rescate desde el BCE. Dos días más tarde, el “RT” asegura: “Hace ya casi cuatro años que comenzó la crisis bancaria global y las autoridades europeas siguen sin saber cómo recapitalizar un banco con problemas. La operación de rescate de Bankia ha resultado un fiasco. Lo que debería haber sido una inyección de capital de €19.000 millones de euros se ha convertido en un tira y afloja entre Madrid, Bruselas y Fránkfort. La situación ha disparado el coste de la deuda que paga España y el país se ha convertido ahora en el ejemplo de cómo resuelve la eurozona sus crisis bancarias”.
Rodrigo Rato, en una carta remitida a los miembros del consejo de Administración de Caja Madrid, critica que el rescate de Bankia se haga a costa de los contribuyentes y de los accionistas. Insiste en que las pérdidas que ha reconocido la entidad no son reales sino provisiones para el futuro, y se exculpa de cualquier responsabilidad por la situación de la entidad, cuyos problemas asegura que son anteriores a 2007. El texto es repartido el miércoles a los 20 consejeros de Caja Madrid, entidad de cuya presidencia aún no ha dimitido. Rato asegura que el plan de recapitalización “es magnífico para Bankia y su nuevo equipo gestor porque supone una inyección brutal de fondos para la sociedad”. Pero, añade: “Desgraciadamente, ello se hace a costa de fondos públicos y causando un grave perjuicio a los accionistas y al resto del sector financiero”. El expresidente de Bankia explica que las sorprendentes pérdidas de 3.000 millones frente a los beneficios de 300, inicialmente publicados, no son “pérdidas reales ya producidas con salida de caja, sino que es una pérdida contable por posibles pérdidas futuras”. Explica que las pérdidas de 2011 son un adelanto de las que se contemplan en el plan de recapitalización, es decir, están incluidas en los 19.000 millones adelantados y minoran el importe del ajuste que se aplicará en 2012. Y Rato se autoexculpa de cualquier responsabilidad en el hundimiento de la entidad.
Los siete pecados capitales del inversor.
“Si España acaba rescatada –escribe Olga Grau en el artículo ‘La banca y los siete pecados capitales’, publicado en El Periódico de Catalunya el pasado 23 de mayo– será por la soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza concitadas en la banca”. El primer pecado capital, fuente de nuestros males, es la soberbia. De soberbia pecaron los Gobiernos socialistas y populares, quiénes cimentaron el crecimiento de España en el sector del ladrillo, con la complicidad y relajo del Banco de España, desde la década de los noventa hasta el 2008. El segundo pecado capital se suma a la soberbia de los reguladores y los políticos. La avaricia, se encarna en las retribuciones variables que perciben los directivos de la banca. “Cuánto más crecía la caja de ahorros de turno, más abultado era el bonus a final de año de los directivos que la manejaban. Se concedieron hipotecas y créditos, basados en tasaciones de pisos sobrevaloradas, sin tener en cuenta la solvencia futura del cliente. La soberbia y la avaricia se ayudaron del tercer pecado capital, que mortifica ahora a las constructoras e inmobiliarias. La lujuria se tornó en una orgía del ladrillo. Entre los años 2000 y 2005 se proyectaron en torno a unas 800.000 viviendas anuales, cifras que dejaban pasmados a todos los países vecinos de la zona euro. Cuando los depósitos de los bancos no dieron para seguir dando crédito, se pidió prestado a los bancos alemanes y franceses, que ahora nos pasan la factura. La ira empezó a apoderarse de los españoles que pagaban una hipoteca por un piso que ya no valía lo que el banco, los tasadores y los notarios les habían dicho. El paro empezó a subir, como consecuencia de la recesión económica, y España empezó a vivir una ola de desahucios hipotecarios. El quinto pecado, la gula de las autonomías y los partidos en el control de las cajas es practicada en la comunidad de Madrid o la de Valencia que han culminado en el desastre de Bankia. La envidia está representada por la colocación masiva de las preferentes como productos de ahorro seguros cuando eran una especie de deuda perpetua que los bancos ahora no quieren recomprar a sus clientes. La pereza, sinónimo de negligencia, estuvo presente en los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y el de Mariano Rajoy, de tomar decisiones sobre la banca que permitan capitalizar las entidades y permitir que el crédito vuelva a fluir a la economía”.
Mario Dragui, presidente del BCE.
El Banco Central Europeo rechaza el plan del Gobierno español de recapitalizar BFA-Bankia mediante una inyección directa de deuda pública sin tener que colocarla en el mercado. El argumento del instituto emisor que preside Mario Draghi es que este plan incurriría en una financiación directa (“financiación monetaria”) del Estado español que está prohibida por los Tratados de la UE. En los últimos días, Economía ya había rebajado sus pretensiones iniciales y fuentes del departamento admitían que lo más probable es que hubiera que conseguir el dinero en el mercado. Ewald Nowotny, consejero del BCE, asegura que el papel del BCE no es rescatar bancos, sino que eso es algo que incumbe exclusivamente a los Gobiernos nacionales. Pero el Gobierno español considera que ha hecho todas las reformas estructurales necesarias y que se merece una ayuda por parte del BCE para contener el diferencial con Alemania. Cristóbal Montoso intenta minimizar la enorme bofetada recibida por parte de Draghi por la manera en que el Gobierno español ha manejado la crisis de Bankia. El líder de la autoridad monetaria asegura que el Gobierno de Mariano Rajoy gestionó de la “peor manera posible” la recapitalización de la entidad que, en su última etapa antes de ser nacionalizada, dirigió el exministro del PP Rodrigo Rato. El titular de Hacienda prefiere echar balones fuera, prefiriendo dar preeminencia a la apuesta de Draghi por la unión bancaria europea. Montoro evita pronunciarse sobre Rato y afea a los socialistas que, ahora que no lideran el Ejecutivo, pidan explicaciones con luz y taquígrafos mientras que, cuando ellos gobernaban, las declaraciones sobre el sector financiero se hacían a puerta cerrada en la subcomisión de seguimiento del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
“En un alarde más de lo que entiende Mariano Rajoy por ‘no esconderse y dar la cara’ –escribe Ignacio Escolar bajo el título “Bankia: cuatro billones de las futuras pesetas”– ha tenido que ser el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, el que explique los detalles de la intervención. Señoras, señores: camino de Irlanda, hemos cruzado el Rubicón. Ya no es un préstamo, como hasta ahora pasaba con el FROB: el Estado entra con todo en la banca, a través de deuda pública; los mismos bonos que faltan para pagar la sanidad o la educación. El boquete de Bankia nos cuesta ya 23.500 millones de euros a fondo perdido, casi cuatro billones de las futuras pesetas. Tocamos a 457 euros por español: niños, pensionistas y parados incluidos. Todos somos bankeros al fin, o eso explicó Goirigolzarri. Por parte del Gobierno aún no hay una versión oficial, a pesar de que lo dicho por el presidente de Bankia contradice una vez más los planes que había contado el Ejecutivo… Rajoy no le avanzó nada a Rubalcaba en su reunión del viernes por la tarde sobre esta trascendente decisión y sigue el bloqueo a cualquier cosa que se parezca lejanamente a una explicación a los ciudadanos. No habrá comisión de investigación en el Congreso: el PP la ha vetado. Tampoco hablará allí Rodrigo Rato: el PP se niega. Tampoco comparecerá el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez: el PP no lo permite. Para el Gobierno, parece que lo de Bankia es un desastre natural que ni tiene responsables ni merece siquiera analizarse. ‘A mí me gusta mirar al futuro, aunque ya sé que regodearse en el pasado tiene sus atractivos’, dijo el pasado miércoles Luis De Guindos, el mismo día en que anunció que lo de Bankia ‘sólo’ costaría 9.000 millones. ‘Ahí está la fiscalía, yo no tengo vocación de ángel vengador, cuando uno vuelve la vista atrás se vuelve una estatuta de sal’, remató el expresidente de Lehman Brothers en España, hoy ministro de Economía, y pelillos a la mar”.
Rato y la formación tortuga.
Tres semanas después de que Rato fuera obligado a presentar su dimisión por el agujero de Bankia, Mariano Rajoy saltaba, al fin, al ruedo y daba la primera rueda de prensa en España desde que llegara a la Mocloa. Lástima que, en su intervención, vacía y sin aclarar nada, consiguiera cualquier cosa menos tranquilizar a los españoles. Ni quiso una comisión de investigación, ni señaló a ningún responsable por la quiebra del cuarto banco del país. El presidente incluso defendió que lo ocurrido con Bankia no tenía nada que ver con la escalada de la prima de riesgo, que se había disparado porque sí, para fastidiar, o porque tenía miedo de la Roja en la Eurocopa. “Creo –dijo– que la decisión que se ha tomado sobre Bankia da tranquilidad porque supone un ejercicio de transparencia”. Tampoco aclaró cómo pensaba ejecutar ese rescate a Bankia. El presidente del Gobierno no fue capaz de concretar de dónde saldrá el dinero y cómo lo vamos a pagar. Es más, negó hasta tres veces: “No habrá rescate a la banca española por parte de Europa”.
SETEM-Finanzas Éticas y el Centro Delàs de Estudios por la Paz, de Justícia i Pau, descubren los vínculos financieros existentes entre la banca y la industria militar en España. El apoyo financiero que ha recibido el complejo militar-industrial mediante participaciones accionariales, fondos de inversión y créditos de 2007 a 2011, nos muestra que en España se han desviado al menos 1.372 millones de euros al sector armamentístico, lo que revela la gran dependencia existente entre el sector armamentístico y la banca. El informe descubre la implicación de 42 entidades financieras, entre las que se encuentran bancos, cajas de ahorros, cooperativas de crédito, empresas de seguros e intermediarias financieras, en el negocio de la guerra. Los diez bancos que han participado en el negocio armamentístico con mayor volumen de negocios y mayor presencia en empresas de armas españolas en el período estudiado son, por orden de importancia: Bankia con más de 300 millones de euros, seguida a distancia de Liberbank, con unos 80 millones, Banco Santander (35 millones), Caixabank (35), BBVA (30), Catalunya Caixa (30), Banco Popular (25), Banco Sabadell (20), Ibercaja (20) y Bankinter (20). En el informe, se han identificado 30 empresas de armamento del complejo militar-industrial español que han recibido apoyo financiero de la banca que opera en España y que fabrican barcos de guerra, aviones de combate, misiles, bombas, munición, blindados, tanques, helicópteros militares, elementos de comunicación militar e incluso han comercializado bombas de racimo hasta 2008.
“¿Debemos obedecer las leyes –escribe Cive Pérez, bajo el titulo: ‘Motivos para la desobediencia civil’– cuando quienes las promulgan y aplican se conducen de manera inmoral? ¿Debemos seguir pagando impuestos cuando se destinan a fines inmorales? Con el Rey a la cabeza, los representantes del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, se están comportando de manera tan indecorosa que sobrepasa los límites del espectáculo. Tras su escandaloso desplome, Bankia, la entidad financiera llevada a la bancarrota por los gestores políticos del Partido Popular va a ser salvada por el Estado. Algo que no podrán decir los enfermos que mueran por falta de asistencia sanitaria. El ministro Luis de Guindos se apresuró a anunciar en el Congreso que el Estado, a través del FROB, ‘apoyará plenamente cualesquiera necesidades de capital que tenga la entidad’. Al margen del escándalo, lo ocurrido en Bankia podría constituir un delito de apropiación indebida por parte de sus gestores. Sin embargo, el Gobierno del PP no tiene el menor empacho en ofrecer a Bankia un dinero que nos dice que no lo hay para la Sanidad ni para la Educación públicas, que están sufriendo severos recortes presupuestarios. ¿Recuerdan cuando Mariano Rajoy pedía ‘unos pocos euros al mes’ refiriéndose al tope que deberán pagar los pensionistas por los medicamentos en función de su renta? Un esfuerzo, decía, ‘necesario e imprescindible, porque en este momento no hay dinero para atender el pago de los servicios públicos. No hay dinero porque hemos gastado muchísimo en los últimos años’. Pero hay dinero a espuertas para Bankia. En un primer momento, Guindos estimó que necesitaría 9.000 millones de euros adicionales entre capital y provisiones, el grueso de los cuales serían aportados por el sector público. Ahora resulta que la inyección final será de 23.465 millones de euros. Una cifra descomunal: 23.465.000.000 euros, que traducida a la antigua moneda –que todavía utilizamos muchos para el cálculo doméstico– se convierte en astronómica: 3.904.247.490.000 pesetas!!! “
“El dinero público, con el que vamos a pagar los platos rotos de la crisis –nos recuerda acertadamente Franciso Álvarez Molina en su web– no es dinero propiedad del Gobierno o Gobiernos de turno, es dinero propiedad del conjunto de la ciudadanía y que procede de los impuestos y tasas que pagamos. Por tanto, los gobernantes, de ahora y de antes, nos deben explicar en qué lo gastaron en el pasado y en qué lo van a gastar en el futuro. Es nuestro dinero, no el de ellos”.
Rodrigo Rato y José Ignacio Goirigolzarri, expresidente y presidente de Bankia, respectivamente.
Una protesta se produce hoy, domingo, a partir de las 12 de la mañana, en el barrio madrileño de Lavapiés, en protesta por los 23.000 millones que el Estado se ha comprometido a inyectar en Bankia mientras se recortan servicios esenciales en Sanidad y Educación. La concentración, que además de sonora, pretende ser festiva, ha sido convocada por los grupos de vivienda de la capital de España y cuenta con el apoyo de multitud de Asambleas del 15-M de Madrid y Comunidad, que, en su semanal reunión del sábado, lo recordaron. Otros actos similares se preparan en otros lugares. El viernes pasado se realizaron, de forma coordinada, ocupaciones en las oficinas de Bankia y Bancaja en Barcelona, Madrid y Valencia. Fueron los “yayoflautas”, apelativo con que son conocidos los mayores que forman parte de de los colectivos de los “indignados” y reclaman que el ex presidente Rato sea llevado ante Justicia y exigen que no se rescaten bancos con dinero público. Son protestas que se extienden por todas partes: en la web, en la calle y en las mismas oficinas de Bankya.
Pasamos al humor del día con cinco viñetas de Varona que comienza con Las malas influencias de los bancos y continúa con Transparencia peligrosa, El banco bueno de Rajoy, La prima gorda y Alta prima, bajo estima.
Seguimos con más humor, ahora de Ferrán, Padilla, Goliviarte, Faro.Macol y otros…
Y terminamos con el humor de Pep Roig: Los nuevos oficios de la crisis, España y Bankia.
Les dejamos con cuatro vídeos. El primero muestra a Rodrigo Rato, diez días antes de renunciar a Bankia.
El segundo muestra a los banqueros en un comunicado. Tras la intervención de Bankia por parte del Estado, los banqueros anuncian que no van a cesar en sus actividades económicas. Además envían un sentido abrazo al compañero caído en la lucha, Rodrigo Rato
En el tercero, los defraudadores ricos del PP, Mariano Rajoy (Queco Novell) y el ministre Cristóbal Montoro (Manel Lucas), recrean la película de Luis G. Berlanga “Bienvenido, Mister Marshall” para hablar de la amnistía fiscal que el Gobierno aprobara.
El último es de “Intermedio” y muestra a los mayores en lucha.
Buen fin de semana a todos, y que la bomba de Bankia nos coja a todo confesados...
3 comentarios:
Un artículo excelente, muchas gracias, es un placer de leer. Sin embargo, el ministro de Financias alemán se llama Wolfgang Schäuble, no Walter Schaüble ;)
Tienes razón, perdón por mi error.
Se ha abierto una campaña pública para decir “No al rescate de Bankia”, que será enviada al Sr. Martin Schulz, Presidente del Parlamento Europeo (Bruselas). Los que estéis de acuerdo con ello podéis firmar la petición en este enlace:
http://www.avaaz.org/es/petition/No_al_rescate_de_Bankia/?ctVKFdb
Luego, si puedes pásalo a tus contactos
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