La Guardia Civil disparó contra los inmigrantes en Ceuta.
Fotos: El drama de Ceuta.
Fernández de Mesa (dcha), director general de la G. C., con el teniente coronel jefe ceutí, Andrés López.
El drama de Tarajal.
“¿Hicieron bien los
guardias civiles, o sus jefes, o los jefes de sus jefes? –se pregunta Antonio
Casado en El Confidencial sobre la participación en los graves incidentes y
muertess de 14 saharauis en la frontera de Ceuta, el pasado día 6, cuando un
grupo de unos 400 subsaharianos intentaron traspasar el paso para entrar en
suelo español de manera irregular–. Sin
normas de uniforme aplicación en las fronteras de la UE , de poco servirá lo que
España haga por su cuenta o por cuenta de unas prácticas de buena vecindad con
Marruecos. Y a escala nacional es preciso un consenso previo entre los dos
grandes partidos, el que gestiona los intereses generales y el que antes o
después volverá a gestionarlos. Así que huelga la demagogia de unos y otros. No
se trata de constituir una fortaleza ni de dejar paso libre, ni se trata de
suavizar o endurecer, sino de ordenar una política migratoria armonizada que
contemple la inmigración legal y el asilo, amén de políticas de desarrollo en
países donde se origina la presión.
“¿Hicieron bien los guardias civiles, o sus jefes, o
los jefes de sus jefes? –se
pregunta Casado al llegar a España 12 inmigrantes que fueron devueltos en el
momento a Marruecos–. Solo tenían dos opciones: una, tratar de impedir la
llegada de estos pobres infelices a territorio español “con los medios a su
alcance” (estos, y no otros), sabiendo que algunos podían morir. O bien,
dejarlos pasar por razones humanitarias hasta que se vayan resolviendo los
consabidos expedientes de expulsión, sabiendo que el precedente habría
redoblado las avalanchas por mar en días sucesivos. Personalmente, me siento
incapaz de saber cuál es la respuesta razonable frente a la necesidad de
actuación ‘en caliente’ y no sobre el ordenador del comentarista frente al
hecho consumado”.
La delegación en Ceuta de la Asociación Unificada
de Guardias Civiles (AUGC) pide que no se “busquen” responsabilidades entre los
guardias civiles que intervinieron el pasado jueves, cuando murieron
ahogados al menos quince inmigrantes que trataban de llegar a nado a
la costa española. Denuncia que llevan tiempo “temiendo que se vaya a imputar a
guardias civiles por devoluciones
de inmigrantes o como quieran llamarlas y por eso pedimos un protocolo de
actuación”. Advierte que si los agentes “no cumplen
con lo que se les ordena pueden incurrir en un delito militar de desobediencia
y, si cumplen, al final sucede esto, que terminan sentados en un banquillo”.
Por ello, la AUGC añade que los guardias “cumplen órdenes
porque así se les manda y en todo momento tienen que decir la verdad de los
hechos, quién les mandó, cuándo y por qué”.
Una semana después de la tragedia, el ministro
del Interior reconoce, que sí hubo disparos de balas de fogueo y pelotas de
goma, pero asegura que eso no causó los ahogamientos. Basándose en testimonios
de los inmigrantes, un grupo de ONGs denuncia a la Guardia Civil ante la fiscalía
por un presunto mal uso de material antidisturbios. Aseguran que les dispararon
pelotas de goma mientras nadaban y que eso pudo provocar los ahogamientos. La
comisión europea pide explicaciones a España por ese uso de material
antidisturbios. Desde la
Comisión Europea , la comisaria Cecilia Malmström
realiza una dura denuncia contra la actuación del Ejecutivo. La Comisión , según este
texto, pide a las autoridades españolas “clarificar las circunstancias de los
incidentes en Ceuta” y exige a España que garantice el respeto de los derechos
fundamentales en todo lo que atañe a su trabajo conjunto con Marruecos para
frenar la inmigración. Además, Malström advierte de que Bruselas “se reserva el
derecho de seguir las vías apropiadas si hay evidencia de violación de los
derechos fundamentales de la
Unión ” con el uso de material antidisturbios contra los seres
humanos que trataban de alcanzar las costas de Ceuta. Malström
ya chocó con el ministro del Interior cuando el Gobierno decidió instalar
cuchillas en la valla fronteriza de Melilla y aun reconociendo que éstas no son
ilegales, sí advirtió de su inutilidad, pues los inmigrantes accedían
igualmente a España pero con graves heridas.
Por su parte, Santiago Agrelo, arzobispo de
Tánger (Marruecos), divulgó una declaración “ante los hechos de Ceuta”. “No te cierres a tu propia carne –dice
el fraile franciscano–. Parte tu pan con el hambriento, hospeda a los pobres
sin techo, viste al que va desnudo (…) Este único conocimiento bastaría para
que fuese otra la política de las fronteras (…)
Es inaceptable que la vida de un ser humano tenga menos valor que una
supuesta seguridad o impermeabilidad de las fronteras de un Estado. Que una
decisión política vaya llenando de sepulturas un camino que los pobres recorren
con la fuerza de una esperanza. Que mercancías y capitales gocen de más
derechos que los pobres para entrar en un país. Que a los fallecidos en las
fronteras se les haga culpables primero de su miseria y luego de su muerte.
Ellos no son agresores: han sido agredidos (…) Es inaceptable que el negrero de
ayer perviva en los gobiernos que hoy vuelven a encadenar la libertad de los
africanos (…)
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