Multa millonaria al Santander por engañar a los clientes.
El presidente del Bando de Santander, Emilio Botín.
El Boletín Oficial del Estado
publicaba hace unos días dos multas, que suman 17 millones de euros, impuestas
por la Comisión
Nacional del Mercado de Valores al Banco Santander, por haber
engañado a al menos 129.000 personas que compraron productos financieros por un
valor de unos 7.000 millones de euros, de los que perdieron más de la mitad.
Para la mayoría de prensa de papel, el tema pasó desapercibido. La
CNMV considera que la entidad incurrió así en una infracción
grave, tipificada en la Ley
del Mercado de Valores de 28 de julio, vigente con anterioridad al 21 de
diciembre de 2007.
La entidad que preside Emilio Botín ha anunciado
que ha recurrido esta multa por la vía contencioso-administrativa y ha
destacado que la decisión del supervisor “no es firme”. El banco insiste en que
resolución de la CNMV
“no afecta ni discute la validez y eficacia de las operaciones y contratos de
suscripción” de este producto por sus clientes y subraya que éstas han sido ya
confirmadas por “un buen número” de resoluciones judiciales de juzgados y
audiencias provinciales. En concreto, estas instancias han dado la razón al banco en medio
centenar de ocasiones y sólo ha recibido dos fallos en contra. Además, ha destacado que la emisión
de los Valores Santander fue aprobada por la propia CNMV, que
consideró que la documentación empleada era adecuada para informar a los clientes
sobre los términos de la emisión.
En 2007, Santander se unió a otros bancos
europeos para hacer una oferta de compra por ABN Amro. Para financiar aquella operación,
realizó una emisión de obligaciones convertibles con la que el banco recaudó 7.000
millones de euros en dos semanas. Aquellos Valores
Santander ligaban su revalorización a la evolución de la acción del banco
en este periodo, caracterizado por una crisis a escala mundial que ha hundido a
las bolsas y ha lastrado a todo el sector financiero. Por eso, en el momento
del vencimiento y la conversión, en octubre de 2012, los inversores se encontraron con fuertes pérdidas, de alrededor del 70%,
por el descenso de los títulos del Santander en la bolsa (en el canje, se
valoraban las acciones a unos 13 euros, cuando en el mercado apenas valían 4
euros).
El banco trató de calmar a los inversores y
ofrecerles alguna solución (habilitó nuevas fechas de canje y lanzó un producto
de inversión alternativo para compensar). Pero muchos optaron por acudir a los
tribunales.
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