sábado, 17 de octubre de 2015

Las puertas giratorias del poder.


En el mundo anglosajón se conoce como “puertas giratorias” el fenómeno por el cual se produce una circulación de altos cargos entre los sectores público y privado. Movimientos producidos en un sentido y en otro, desde las instituciones públicas a las empresas transnacionales y viceversa, de forma creciente a nivel local, nacional y supranacional, constituyendo una muestra más de lo difusa que es la línea que separa el poder político y del poder económico. Son puertas utilizadas por personas que ocupan cargos de influencia en grandes empresas o que ejercen en lobbies industriales para pasar a ocupar puestos relevantes en instituciones públicas. A menudo acceden a ellas para crear políticas en las mismas áreas que, hasta ese momento, habían gestionado desde el ámbito empresarial. De la misma manera, altos cargos políticos y técnicos de las instituciones públicas, en numerosas ocasiones pasan a desempeñar puestos clave en las grandes corporaciones y en los grupos de influencia empresariales, llevándose consigo a sus nuevos despachos los conocimientos e influencias adquiridas en el ámbito de la administración. Este fenómeno provoca evidentes conflictos de intereses. Son innumerables los casos en que un cargo público hace uso de su posición para defender y desarrollar políticas que favorecen a un sector empresarial al que accede una vez ha abandonado su cargo en la administración, atravesando de este modo las puertas giratorias. Como ejemplo de lo dicho, José María Aznar y Felipe González, mandatarios de los gobiernos que privatizaron las empresas públicas españolas Endesa y Gas Natural, obtuvieron suculentos contratos como asesor y consejero, respectivamente, de estas compañías una vez que se convirtieron en transnacionales, dominando el sector energético en América Latina. Pero no son los únicos. Hay otros cargos políticos que han dado el salto al sector privado como consejeros de grandes empresas transnacionales, como Manuel Marín (Iberdrola), Pedro Solbes (Barclays y Enel), Rodrigo Rato (Bankia), Eduardo Zaplana (Telefónica) o Josu Jon Imaz (Petronor, filial de Repsol) y muchos otros.


El camino opuesto es recorrido por quienes pasan del sector privado al público y, una vez situados en instancias públicas de decisión, ponen en marcha políticas favorables a las empresas en las que anteriormente han ocupado puestos relevantes. Dos ejemplos de esta trayectoria fueron Manuel Pizarro, que pasó de ser el presidente de Endesa a diputado del PP, y Cristina Garmendia, que era la dueña de la empresa de salud Asebio —lobby de la industria biotecnológica— y de ahí pasó a desempeñar la cartera ministerial de Ciencia e Innovación. En marzo pasado, la exministra socialista, se hizo con una plaza de consejera en Gas Natural (probablemente para estar cerca de su querido Felipe). Igualmente, cabe citar, en el gobierno presidido por Mariano Rajoy, los ministros Luis de Guindos (Lehman Brothers), que proviene del sector  de la gran empresa, José Ignacio Wert (BBVA) y Pedro Morenés (MBDA, compañía con operaciones en España, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia que diseña y fabrica misiles). Todo este movimiento de puertas giratorias que incrementa el poder de las empresas transnacionales establece mecanismos para mantener el status quo. Uno de ellos es la financiación de los partidos políticos. La opacidad permite el intercambio de favores entre ambos espacios. Tal es el caso de la condonación de deudas. En el año 2006, el Banco Santander y la BBK condonaron al PSOE 33 millones de euros de intereses de créditos pendientes. A pesar de la modificación de la Ley Orgánica de Financiación de los Partidos Políticos para evitar este tipo de casos, el débil control público no es una garantía para su cumplimiento. La debilidad de la legislación vigente permite que se produzca el fenómeno de puertas giratorias. En el contexto español, la ley establece un período mínimo de dos años de abstención del ejercicio de actividad privada, previa a la asunción de un altos cargo público, y en el caso de que, tras su cese, vayan a “desempeñar sus servicios en empresas o sociedades privadas relacionadas directamente con las competencias del cargo desempeñado”. No se considera incompatible la reincorporación de ex altos cargos a las empresas en las que ejercieron antes de su desempeño público, siempre y cuando detenten puestos “no directamente relacionados con las competencias del cargo público ocupado ni puedan adoptar decisiones que afecten a este”. Dicha regulación, sin embargo, es lo suficientemente laxa como para permitir que la exministra de Economía y ex vicepresidenta Elena Salgado asumiera, en 2012, un puesto como consejera de la filial chilena de Endesa solo tres meses después de abandonar su cargo en el gobierno español.


   Veamos algunos casos registrados en nuestra geografía. A mediados de septiembre pasado, la exministra, Trinidad Jiménez, diputada socialista a la sazón, anunciaba que dejaría la vida política cuando concluyera la legislatura. Había sido concejala, aspirante a la alcaldía de Madrid y titular de las carteras de Sanidad y Exteriores con José Luis Rodríguez Zapatero. A sus 53 años, se mostraba muy agradecida por el apoyo que había recibido de su partido y de su actual líder, Pedro Sánchez, y enfatizaba que había adoptado su retiro tras un largo período de reflexión, convencida de que, tras haber ocupado numerosos y diferentes cargos públicos en los últimos 15 años, ahora sus expectativas de futuro estaban fuera de la política. Trinidad Jiménez explicó que dejaba la política “contenta y orgullosa”, tras “haberlo sido todo”. Hora era, para ella, de dejar la política y de entrar en alguna trasnacional. El pasado 30 de septiembre, después de abandonar la política en primera línea, la ex dirigente socialista se preparó para iniciar su nueva etapa profesional gracias a varias ofertas que tenía sobre la mesa, entre ellas la de Telefónica, probablemente el próximo enero. De esta manera, nos advertía que seguiría probablemente los pasos de otros ministros. La anunciada marcha de Trinidad Jiménez y Jesús Caldera ponen el punto final a una etapa en el PSOE. Algunos, como era el caso de Jordi Sevilla, volvieron a ella, tras unos años en la actividad privada. Pero de aquel grupo con el que Zapatero llegó a ser presidente del Gobierno, sólo ocupan escaños Chacón (cabeza de lista por Barcelona) y Navarro (por Jaén). Sevilla está ahora de gurú económico de Pedro Sánchez, pero como colaborador, sin cargo alguno…. La mayor parte de aquel núcleo duro del PSOE se hallan hoy muy lejos de la política: Leire Pajín, aunque pertenece al Comité Federal, está centrada en sus trabajos con ONGs; Enrique Martínez sigue militando pero no ocupa cargo orgánico alguno; Alvaro Cuesta recala en el Consejo General del Poder Judicial; Cristina Narbona ed miembro del Consejo de Seguridad Nuclear; Consuelo Rumí no repitió por Almería; Nicolás Redondo Terreros hace ya tiempo que se separó del PSOE e Isabel Pozuelo está vinculada a la política andaluza. Pero de todos ellos, José Luis Rodríguez Zapatero, no se ha ido a ver pasar las nubes como prometiera, aunque tampoco está en un papel muy activo, al menos, públicamente. Desde hace unos meses ha dejado el Consejo de Estado para convertirse en asesor de la fundación alemana Instituto de Diplomacia Cultural, y, en las últimas semanas, ha viajado por todo el mundo. No obstante, no ha perdido su afición al teléfono y sigue de cerca los acontecimientos que pasan en el PSOE.
      

     
     Otra que ha cambiado su puesto de política por consejera en una gran empresa es Yolanda Barcina, la ex presidenta del gobierno de Navarra. Barcina consiguió su incorporación en Telefónica como consejera independiente del nuevo órgano ejecutivo de DTS (Distribuidora de Televisión Digital), que forma parte de Telefónica Contenidos desde que la multinacional adquiriese el 100% de Canal+ a Prisa. La presidenta del Gobierno foral hasta el pasado mes de mayo, renunció a volver a presentarse, pero, en agosto, anunció su dimisión de la presidencia de UPN para volver a ejercer como profesora en la Universidad Pública de Navarra (UPNA), donde es titular por oposición de la Cátedra de Bromatología y Nutrición. Yolanda Barcina anunció igualmente que dejaba la vida política y que no se presentaría a la reelección para presidir UPN en el congreso que el partido celebró en septiembre. En noviembre de 2014, anunciaba que no sería la cabeza de lista para presidir el Gobierno de Navarra. El candidato fue Javier Esparza, hoy también presidente de la formación regionalista. Al anunciar su dimisión, Barcina dijo, entre risas, que “dentro de poco hasta tendré nuevo jefe”, y recordó que había pedido su reincorporación a la Universidad Pública de Navarra, donde tiene la cátedra de Nutrición y Bromatología. Pero, al parecer, el nuevo jefe al que se refería no era ningún cargo universitario, sino el de Telefónica, en el que ocuparía un puesto de consejera en Movistar Plus, la empresa de vídeo producto de la fusión entre Movistar y Sogecable. Es el último caso de las puertas giratorias que tan bien funcionan entre la clase política española y las grandes multinacionales. La empresa buscó el encaje para que Barcina, que había regresado a la universidad, trabajase en la operación más ambiciosa del Grupo que preside César Alierta. Y tras 19 años en primera línea de la política navarra (comenzó como consejera del Medio Ambiente del Gobierno foral fue alcaldesa de Pamplona durante 12 años) y los seis últimos al frente de UPN, esta vez Yolanda Barcina no fichaba por un nuevo cargo de UPN, sino por una operación más ambiciosa del Grupo que preside César Alierta. Definitivamente, las puertas giratorias del poder siguen funcionando a la perfección.

 
     
     El fenómeno de puertas giratorias plantea importantes problemas para la democracia representativa, al generar serios conflictos de intereses entre los objetivos que debe perseguir una instancia pública y democrática y los de una gran empresa multinacional, cuyo único objetivo es conseguir los máximos beneficios. Da la impresión de que las puertas giratorias entienden cada vez menos de partidos e ideologías. Buena parte de las agrupaciones con mayor representación –el PSOE, el PP, CiU y el PNV–,  han tenido altos cargos que, tras abandonar su puesto público, migrando a los consejos de administración de grandes empresas privadas. Así lo han dado a entender ex presidentes como Felipe González,  José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero. Cayo Lara, portavoz de IU, aseguraba el 20 de febrero de 2013, durante su primera intervención en el Debate del Estado de la Nación, que era “intolerable que siga habiendo ex presidentes del Gobierno, como González y Aznar, con sueldos vitalicios y trabajando en las empresas que ellos mismos privatizaron”. En 1994, durante la última legislatura de Felipe González, la empresa pública Enagás fue vendida por el Gobierno a Gas Natural, fruto de la fusión entre Catalana de Gas y Gas Madrid. El 16 de diciembre de 2010, dieciséis años después de esta privatización, González, ya expresidente del Gobierno, fue contratado como consejero independiente de Gas Natural Fenosa. Por este cargo en la Comisión Ejecutiva, González cobró, en 2011, un mínimo de 126.500 euros brutos. El nombramiento de González se hizo por tres años y, pese a haber anunciado que no seguiría, renovó su nombramiento.  


     
     La privatización de empresas públicas por parte del Ejecutivo continuó en las legislaturas siguientes. Endesa nació en 1944 como empresa pública y en 1988 comenzó su privatización, siendo presidente del Gobierno Felipe González. Diez años más tarde, en 1998, Endesa era ya una empresa completamente privada. El 10 de enero de 2011, el expresidente del Gobierno, José María Aznar, fue contratado por Endesa como asesor externo, según algunos medios, aunque la empresa no emitió ningún comunicado oficial al respecto. Aznar recibió por este cargo un sueldo estimado de 200.000 euros anuales, que podría llegar a alcanzar los 300.000 euros según los objetivos alcanzados. El expresidente, Rodríguez Zapatero anunciaba el pasado mes de julio su decisión de dejar temporalmente el Consejo de Estado para incorporarse a partir de septiembre a la presidencia del Consejo Asesor de la fundación alemana, Instituto de Diplomacia Cultural. Zapatero explicó que la presidencia del consejo asesor del Institute for Cultural Diplomacy (ICD) le reclamaba “una dedicación constante” a partir del 1 de septiembre.


Narbona, Pajín, Chacon, López Aguilar, Enrique Martínez, Rumí, Pozuelo, Redondo Terreros, Sevilla, Trinidad Jiménez.

Otros ministros socialistas, alejados de lo que ocurre en Francia o Japón, que tienen calificada dicha actividad como delito, lejos de evitar que las puertas giratorias dieran lugar a posibles conflictos de intereses entre el sector público y privado, dieron olímpicamente el salto de lo público a  lo privado.

Pedro Solbes, ex vicepresidente segundo y exministro de Economía y Hacienda, cruzó la ‘puerta giratoria’ cuando, en 2011, entró en los consejos de administración de Enel y de Barclays España. Por ser ex-comisario europeo y tener más de 65 años, recibe una pensión vitalicia de 3.375 euros al mes. En la empresa privada, su sueldo anual como consejero de Enel está en unos 250.000 euros anuales, a los que hay que sumar otros 67.000 euros anuales como consejero de Barclays. Las dos actividades entran en conflicto con la normativa sobre incompatibilidades de ex-ministros de Economía o Hacienda.

José Bono, expresidente de Castilla-La Mancha, exministro de Defensa de Zapatero y ex presidente del Congreso de los Diputados. En febrero de 2012, anunció su retirada de la primera línea política, pero no de la mediática. Tiene una asignación anual por ser expresidente del Congreso de 154.080 euros al año y 42.275 por gastos de protocolo y representación.

Magdalena Álvarez, exministra de Fomento,  ocupa actualmente una vicepresidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Pero su nombre no aparece en las portadas por este cargo –uno de los pocos con poder que ejercen actualmente españoles en el ámbito europeo–, sino por su imputación en el caso de los ERE fraudulentos de Andalucía. Hoy libra una auténtica guerra sin cuartel con la jueza Mercedes Alaya.

Jordi Sevilla, exministro de Administraciones Públicas, desarrolla su vida profesional en el ámbito privado. Fichó por la consultora Pricewaterhouse Coopers como senior councelor y da clases en el Instituto de Empresa como profesor de Entorno Económico. Colabora con la sección Mercados de El Mundo, ha publicado dos libros desde entonces y ejerce como conferenciante, labor que promueve la empresa Thinking Heads.

Elena Salgado, exministra de Sanidad y Consumo, fue la única ministra que acompañó a José Luis Rodríguez Zapatero durante todos sus años en La Moncloa, en las carteras de Sanidad, Administraciones Públicas y Economía y Hacienda. Tras la derrota electoral, ha dado alguna conferencia y ha sido fichada como asesora por la filial chilena de Endesa. Sus ingresos son difíciles de calcular, aunque se habla de más de medio millón de euros anuales. Desempeña cargos en la empresa privada con dispensa del Gobierno. Fue fichada por Enersis (sociedad de Endesa en Iberoamérica) en marzo pasado, y por Abertis Telecom en el mes de abril. Ahora ha sido nombrada asesora de ONU-Mujer y cobra por ello 9.200 euros mensuales (en la misma organización en la que trabaja quien fue compañera de silla en el Consejo de Ministros, la ex Ministra de Igualdad Bibiana Aído).

Cristina Narbona, ex ministra de Ciencia e Innovación. Tras su salida del Gobierno, retomó su faceta empresarial como socia de YSIOS y accionista de Genetrix, formando parte además de consejos asesores privados y públicos, entre ellos del Gobierno de Colombia. El consejo de Gas Natural Fenosa aprobaba el 27 de marzo pasado, el nombramiento de la ex ministra socialista, como consejera del grupo Gas Natural. La gasista destacó en un comunicado su perfil empresarial. Fue miembro de la Junta Directiva de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Engrosó la larga lista de altos cargos de la Administración que acabaron en el consejo gestor de una eléctrica. Ocupa un puesto en el consejo de Seguridad Nuclear




Bajo la presidencia de Mariano Rajoy, el Consejo de Ministros aprobaba, el 30 de diciembre del 2011, varios reales decretos con los que condecoraba a todos los miembros salientes del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, concediendo el Collar de la Orden de Isabel la Católica al expresidente, con el objetivo de “premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil”. Rajoy condecoraba a Zapatero y a sus ministros por un “servicio extraordinario” y le concedió a Zapatero el Collar de la Orden de Isabel la Católica y la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica al exvicepresidente, Chaves. Al resto de los exministros, los condecoraba con la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III. En el 2014, los ex del PP se pusieron las botas. Ese año, Enagás lanzó una OPA, gracias a la cual, cinco altos miembros peperos (Hernández Mancha, Isabel Tocino, Ana Palacio, González Solana y Luis Valero) pasaron a formar parte de otras compañías “La cosa no acaba aquí –escribe, en Kabila, RGAlmazán, bajo el título ‘Las puertas giratorias siguen girando’–. Al ministro de Industria, José Manuel Soria, también parece que le encanta girar puertas. Según se rumorea, dicen que está buscando casa en Bilbao. Su mandato de ministro pepero termina en un par de meses y hay que pensar en el futuro. Y qué mejor que una empresa a la que haya beneficiado, hay que devolver los favores. En la zona de la mayor presa hidroeléctrica de España, allá por la frontera del Duero con Portugal, ya se habla de ello. Este ministro, en cuando pueda (según la ley deberá esperar dos años), será consejero, de esa gran empresa eléctrica. Le encanta y a la empresa también le ha gustado este periodo de gobierno del señor ministro”.


“En este país de trincheras –escribe Gonzalo Suárez en El Mundo, el 23 de febrero del 2014, bajo el título ‘43 políticos enchufados en eléctricas’–, un dato hermana a políticos de izquierdas, derechas y nacionalistas: su afición a reengancharse en empresas energéticas tras dejar el cargo. La lista de enchufados sigue creciendo mientras la factura eléctrica se dispara y algunas empresas se llevan sus inversiones al extranjero. Los últimos en alistarse han sido Isabel Tocino, Ana de Palacio y Antonio Hernández Mancha, ungidos como consejeros de Enagás, una compañía que, entre otros negocios, distribuye gas natural a las centrales de ciclo combinado. Las energéticas A la caza de ex políticos y sus familiares, las energéticas rozan el medio centenar.


Acebes, Ángel (Iberdrola). Ex ministro del Interior y ex secretario general del PP. Miembro del consejo de administración de Iberdrola. 216.000 euros.

Aracama, José María (Gamesa). Ex consejero de Economía y Hacienda de Navarra. Consejero independiente. 100.000 euros.

Amador, Ángeles (Red Eléctrica). Ex ministra de Sanidad del PSOE. Consejera externa independiente. 182.000 euros.

Atutxa, Juan María (Iberdrola). Ex consejero del Interior del País Vasco con el PNV. Consejero de Iberdrola Ingeniería y Construcción. 46.300 euros (estimación).

Aznar, José María (Endesa). Ex presidente del Gobierno. Asesor externo de Endesa. 200.000 euros (estimación).

Azpilicueta, Manuel (Solaria). Vicepresidente del Instituto Nacional de Industria con Adolfo Suárez. Consejero independiente de Solaria. 75.000 euros (estimación).

Becerril, Carmen (Acciona). Ex directora general de Política Energética y Minas con el PP. Directora general de internacional de Acciona. Sueldo no público.

Borbón-Dos Sicilias, Carlos (Abengoa). Primo de Juan Carlos I. Consejero independiente de Abengoa Solar. Salario no público.

Borrell, Josep (Abengoa). Ex ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente y ex presidente del Parlamento Europeo. Consejero independiente externo. 300.000 euros.


Boyer, Miguel (Red Eléctrica). Ex ministro de Economía del PSOE. Consejero externo independiente. 153.000 euros.

Cabanillas, Pío (Acciona). Ex director general de RTVE y ex portavoz del Gobierno. Director general de imagen corporativa y marketing global de Acciona. Remuneración no pública.

Cobo Cobo, Santiago (Gas Natural Fenosa). Marido de Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz. Consejero independiente de Gas Natural Fenosa. 138.500 euros.

Cuevas Tello, Ana (Red Eléctrica). Ex jefa de gabinete del secretario de Estado de Energía y Desarrollo Industrial e hija de José María Cuevas, el ex presidente de la CEOE. Directora de Asuntos Corporativos y Relaciones Institucionales. Sueldo no público.

De Vicente-Tutor, Manuel (Solaria). Ex director del gabinete del director general de la Agencia Tributaria. Secretario del consejo de Solaria. Sueldo no público.

Domínguez Abascal, José (Abengoa). Ex secretario general de Universidades, Investigación y Tecnología de la Junta de Andalucía. Secretario general técnico de Abengoa. Sueldo no público.

Espinosa de los Monteros, Carlos (Acciona). Ex vicepresidente del Instituto Nacional de Industria. Consejero independiente. 175.000 euros.

Fernández-Cuesta, Nemesio (Gas Natural Fenosa). Ex secretario de Estado de Energía y Recursos Minerales. Consejero dominical en nombre de Repsol. 126.500 euros.

Folgado, José (Red Eléctrica). Ex secretario de Estado de Energía, de Economía y de Presupuestos. Presidente de Red Eléctrica. 650.000 euros.

González, Felipe (Gas Natural Fenosa). Ex presidente del Gobierno. Consejero independiente (hasta abril). 126.500 euros.

González, Miriam (Acciona). Esposa de Nick Clegg, viceprimer ministro británico. Consejera independiente. 125.000 euros.

             Ana Palacio, Antonio Hernández Mancha e Isabel Tocino, viejas glorias del PP, fichados por Enagás.

Hernández Mancha, Antonio (Enagás). Ex líder de Alianza Popular. Consejero independiente de Enagás a falta de confirmación por la Junta. 64.000 euros (estimado).

López del Hierro, Ignacio (Iberdrola). Marido de Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha. Consejero de Iberdrola Inmobiliaria e Iberdrola Ingeniería. 75.000 euros (estimado.)

Madí, David (Endesa). Ex secretario de comunicación y estrategia de Convergència Democràtica de Catalunya. Presidente del consejo asesor de Endesa en Cataluña. 25.000 (Estimado).

Majó Cruzate, Joan (Endesa). Ex ministro de Industria con el PSOE. Miembro del consejo asesor de Endesa en Cataluña. 25.000 euros (estimado).

Marín, Manuel (Iberdrola). Ex presidente del Congreso de los Diputados y ex vicepresidente de la Comisión Europea. Presidente de la Fundación Iberdrola. Sueldo no público.

Martín Villa, Rodolfo (Endesa). Ex vicepresidente del Gobierno con la UCD. Presidente de honor de Endesa. Sin remuneración.

Martínez-Rico, Ricardo (Abengoa). Ex secretario de Estado de Presupuestos y Gastos. Consejero independiente. 136.000 euros.

Medel, Braulio(Iberdrola). Ex viceconsejero de Economía de la Junta de Andalucía. Consejero independiente de Iberdrola. 297.000 euros.

Oreja Arburua, Marcelino (Enagás). Ex eurodiputado e hijo del ex comisario europeo de Energía. Consejero delegado de Enagás. 423.000 euros.

Padrol Munté, Heribert (Gas Natural Fenosa). Ex número dos de la lista de CiU al Congreso. Consejero dominical por Criteria CaixaHolding. 126.500 euros.

Palacio, Ana (EDP y Enagás). Ex ministra de Exteriores. Consejera independiente de EDP y consejera de Enagás a falta de confirmación por la Junta. 100.000 euros (estimación).


Pérez Simarro, Ramón (Enagás). Ex director general de la Energía. Consejero independiente. 72.000 euros (estimación).

Roca Junyent, Miquel (Endesa). Ex portavoz de CiU en el Congreso, padre de la Constitución y abogado de la infanta Cristina. Consejero independiente. 308.378 euros.
Rupérez, Javier (Abengoa). Ex diputado y ex embajador en EEUU. Consejero de Abengoa Bioenergy. 25.700 euros (est).

Salgado, Elena (Endesa). Ex ministra de Economía. Vocal del consejo de administración de Chilectra. 60.000 euros (est).

Sendín, Paloma (Red Eléctrica). Ex directora general de Minas. Consejera independiente. 153.000 euros.

Solana, Luis (Abengoa). Ex diputado socialista, ex director de RTVE y hermano del socialista Javier Solana. Consejero de Abengoa Bioenergy. 25.700 euros (estimado).

Solana, Gonzalo (Enagás). Ex presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia. Consejero independiente a falta de confirmación por la Junta de Enagás. 64.000 euros (estimado).

Solbes, Pedro (Enel). Ex ministro de Economía y ex comisario europeo. Consejero de Enel (accionista de referencia de Endesa). 132.000 euros.

Terceiro Lomba, José (Abengoa). Subsecretario de la presidencia del Gobierno. Vicepresidente ejecutivo de Abengoa en representación de la empresa Aplidig SL. 3.099.000 euros.

Tocino, Isabel (Enagás). Ex ministra de Medio Ambiente con el PP. Consejera independiente a falta de confirmación por la Junta de Enagás. 64.000 euros (estimado).

Valero, Luis (Enagás). Ex secretario general de Industria. Consejero independiente a falta de confirmación por la Junta de Enagás. 64.000 euros (estimado).

Verde, Juan (Abengoa). Asesor de Barack Obama. Consejero de Abengoa Bioenergy. 25.700 euros (estimado).


“En el Día de la Hispanidad –escribe David Bollero el Público.es– bajo el título ¡Viva España! ¿Qué España?–  muchos son los que gritan ¡Viva España!, pero ¿qué España? ¿Cuál es esa que tanto vitorean algunos? ¿La de la corrupción consentida y ocultada por quienes más presumen de demócratas? ¿La de la pobreza crónica? ¿La de más de un tercio de los niños pasando hambre? ¿La del éxodo de jóvenes convertidos en migrantes para poder sobrevivir? ¿La de los más de 4 millones de parados? ¿Qué España es esa de la que algunos se sienten tan orgullosos? ¿La de ese pueblo solidario que ni siquiera es capaz de salir a la calle en masa, por millones, cuando su Gobierno legisla violando las libertades civiles más esenciales? ¿La España que ni siquiera es capaz de penalizar en las urnas cada cuatro años a quienes llevan saqueando el país durante décadas? ¡Viva España! Pero no esta España nuestra que hoy vivimos, sino la que tenemos oportunidad de construir, una de la que realmente nos sintamos orgullosos porque hacerlo en la actualidad sería o pecar de ceguera o de ese patriotismo rancio y retrógrado que a nada bueno conduce. Elogiemos la España que podemos palpar con nuestras manos, que todavía es posible moldear entre todos juntos en lugar de que la deformen tan solo unos pocos (…) ¡Viva España, la futura, la que realmente tenga una Transición de la que de veras sentirse orgulloso! Una España que se construya con el pueblo y no a costa del pueblo, una España cuyos artífices no sean los herederos del régimen anterior ansiosos por seguir esquilmando a un pueblo y su nación. Una España, en definitiva, tan grande, con tantos motivos para sentirse orgullosos de pertenecer a ella que, para cuando alcancemos ese punto, entonces nos demos cuenta de que no hay España que valga, porque si lo hacemos bien, las fronteras entre pueblos habrán caído y hablaremos de culturas y tradiciones conviviendo en armonía, enriqueciéndose unas a otras, y no de líneas artificiales trazadas en el terruño”.


Otros fotomontajes publicados: La mirada de Coco, El rey anima a los jóvenes a convertirse en emprendedores, Lo del 27-S en una viñeta, La mentira por delante, Arriba España... (Más arriba, Francia; a la izquierda, Portugal, y, arriba del todo, Alemania), y En China sí saben construir atascos.







El humor en la prensa de esta semana: Peridis, Forges, El Roto, Ibern, Indígoras &Pachi, Ferán, Rircardo, Pat, J. R. Mora, A. López, Shaun…













 Nos roban el sol.


 El cardenal Lenguas.




Últimos dibujos de Pep Roig, desde Mallorca: Candidatos al sueldo oficial y demás prebendas, Estimado enemigo, Fantasías contables, España rica, España desahuciada, La contrastada realidad y Sálvese quien pueda.








Terminamos con cinco vídeos. El primero, sobre la teoría de las "Puertas Giratorias".

 

 José Maria Aznar y la puerta giratoria Francisco José Bessone

 



 Manu Chao - "Bella Ciao" ft."Partizanska Eskadrila" (1979) tribute Van Alexio

 

Bella Ciao - ORIGINALE

 

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