Tras el 20-D, todo está en el aire.
Bajo el título general
“Cambio trabajoso y prolongación de la agonía bipartista”, Rosa María Artal
habla de la situación en que ha quedado España tras las elecciones del 20-D. “Es
como si hubieran dado la llave a cambios pero mandando custodiar la cerradura a
la política de siempre. 7.200.000 personas han mantenido su apoyo al PP, sus
políticas y su idiosincrasia. El PP pierde votos y escaños, la mayoría
absoluta, y cosecha el peor resultado de su historia, pero sigue siendo el
partido más votado. Un resultado inaudito porque lo ocurrido en esta
legislatura se sale del ámbito de la ideología: podríamos estar hablando del
budismo del partido Nuevo Kōmeitō japonés y los hechos acontecidos seguirían
siendo igual de escandalosos. Recortes ideológicos, corrupción, autoritarismo,
mentiras, manipulación, desigualdad, cinismo, encabezando la lista”. Por su
parte, el PSOE de Pedro Sánchez también registró su peor resultado hasta ahora,
aunque quizás superior al que dieron los sondeos, presentado como un triunfo.
“Lo más relevante ha sido la irrupción de Podemos y las confluencias en
distintos territorios con 69 diputados. Sus apoyos los condicionas a reformas
fundamentales. De la nada a la tercera posición en escaños. Primera fuerza en
Cataluña y el País vasco. Segunda en territorios de peso político, entre ellos
Madrid, Galicia, Comunidad valenciana, Baleares, Canarias… También en numerosos
municipios de menor tamaño. Y sin apenas presupuesto de campaña –la han
costeado los ciudadanos, no los bancos– de forma que las disparidades de medios
se vieron hasta en los carteles. Muy escasos en el caso de Podemos”. En cuanto
a Ciudadanos sólo consiguió 40 escaños. Y en Catalunya, lugar de donde procede,
se quedó en la quinta posición. “Las encuestas y los medios sobrevaloraron a la
formación de Rivera e infravaloraron a la de Pablo Iglesias. En la intensa
noche electoral, algún demoscópico en jefe lo dijo. Yo creo que esa actitud no
fue inocente. Albert Rivera vende su triunfo pero lo cierto es que se ha
quedado con menos fuerza para hacerlo.
El soufflé se ha desinflado un tanto”. Y, pese al inaudito esfuerzo,
Alberto Garzón, “tras una excelente campaña hecha con imaginación pero con la
mochila demasiado pesada, sólo consiguió dos diputados”.
Rajoy, en el balcón, con su esposa,
Viri, y su escudera Soraya, notablemente afectadas
La intervención de
Rajoy en su balcón, con su esposa Viri y su escudera Soraya, notablemente
afectadas, indica que él sigue sin enterarse de lo que ocurre. Y con la
prepotencia que ha mostrado en esta legislatura dijo que intentaría formar
gobierno. Aunque lo tiene difícil. Pedro Sánchez, ignorando expresamente su
principal desventaja, habló de gran triunfo, silenciando la contestación
interna que no deja de crecer. “Eduardo Madina –prosigue Rosa Maria Artal– ha
quedado fuera del Congreso tras ser desplazado a la séptima posición por los
fichajes de Sánchez. Irene Lozano, de UPyD, colocada en cuarto posición, causa
hoy doble malestar. Ella dijo claramente que iba porque con el PSOE lograría un
puesto. Sin complejos. Ángeles Álvarez, otra luchadora socialista, tampoco
logra escaño. El PSOE precisa una regeneración profunda por la que no optaron
los militantes al elegir a Sánchez….Sánchez tiene otro sapo con el que lidiar:
quienes mandan sin presentarse a las elecciones quieren el pacto de PP/PSOE. El
expresidente Felipe González ya volvió a repetir estos días que eso
aconsejable… ‘por el bien del país’. No nos dijo de qué país. Van a presionar lo indecible
para ese gobierno PPSOE… El agónico final del bipartidismo se prolonga. No
sabemos por cuánto tiempo más, ni el daño que todavía hará. La España que
bosteza sigue poniendo barreras, pero algo distinto ha empezado. Tardaremos en
verlo y para algunos no llegará a tiempo. Los españoles han votado cambio, pero
con sordina, con trabas. Las grandes metas siempre exigen mucho esfuerzo. Pero
cuando al menos apuntan es un respiro”.
Gol a Rajoy.
Es verdad que el PP ha
ganado las elecciones, con 33 diputados más que el segundo. Pero también lo es
que lo ha hecho de forma insuficiente y que necesita pactar para conseguir un
gobierno estable. La caída del PP es tan descomunal en escaños, 63, como en
votos: los populares pierden 3.658.385 votantes con respecto a 2011. Semejante
desplome abre una etapa de provisionalidad en la política española que,
previsiblemente, se saldará con una legislatura tan escasa como la mayoría del
Partido Popular. Estas son las principales conclusiones de las elecciones,
según explica Javier Ruiz:
LA CABEZA DE RAJOY ESTÁ
EN EL AIRE: “Intentaré formar un gobierno estable” dijo Rajoy tras conocer los
resultados desde el balcón de Génova. Lo cierto es que ni el apoyo de
Ciudadanos le permitiría gobernar puesto que ambos sólo suman 163 escaños
juntos, muy lejos de los 176 que requiere la mayoría absoluta. Sólo una gran
coalición con el Partido Socialista –algo que el PSOE descarta con el argumento
de que equivaldría al “fin del socialismo” –le permitiría seguir en Moncloa. La
cabeza de Rajoy está, pues, en juego y puede ser la única baza que permita al
PP mantenerse en la Moncloa, después de haber llevado al partido desde su más
amplia mayoría absoluta hasta su peor resultado desde 1989.
LA FRACTURA DEL
PARLAMENTO AUGURA UNA LEGISLATURA CORTA: El problema es que tampoco hay una
alternativa viable a la izquierda. PSOE, Podemos e Izquierda Unida suman 161
escaños frente a los 163 de PP y Ciudadanos, es decir, también una mayoría
insuficiente para gobernar. Con ese escenario sólo hay tres posibilidades: O un
gobierno en minoría del PP, para el que Ciudadanos ha exigido la cabeza de
Rajoy. Es, pues, poco factible. O un gobierno en minoría del PSOE, que sólo
sería viable si al tripartito se suman los grupos nacionalistas. Eso también
resulta poco factible. O bien un gobierno de transición que sufra para pactar
cada norma y aprobar cada ley. Ese nuevo Ejecutivo podría pasar el año 2016 con
los Presupuestos Generales del Estado que dejó aprobados el PP antes de las
elecciones. Pero la negociación de las cuentas de 2017 auguran ya una
legislatura breve y unas elecciones anticipadas mucho antes de 2019.
EL PP, FUERZA DE
BLOQUEO: El Partido Popular obtiene más de un tercio de votos en el Congreso y
mayoría absoluta en el Senado. Esas dos claves le convierten en fuerza de
bloqueo para cualquier reforma constitucional y para casi cualquier
modificación legal. El PP puede pasar de la legislatura de imponerlo todo a la
de bloquearlo todo. Génova tiene en sus manos hacer imposible la XI
legislatura.
EL PSOE, VICTORIA POR
COMPARACIÓN: Quienes daban por muerto al PSOE se han precipitado. La debacle
que se anticipaba era tal que el Partido Socialista ofrece una buena imagen por
comparación. El PSOE pierde 19 escaños frente a los 63 del PP y se deja
1.477.348 votos frente a los casi 3,7 millones que pierden los populares. Nunca
una derrota fue tan dulce como la socialista, nunca una victoria tan amarga
como la del PP.
CIUDADANOS, VÍCTIMA DE
SU PROPIA EUFORIA: Ciudadanos ha vuelto a ser víctima de su propia euforia. La
formación de Albert Rivera consigue la impresionante cifra de 3.496.612 votos.
Sin embargo, apenas obtiene 40 escaños. Las encuestas y su propia dialéctica
habían alimentado la idea de que Ciudadanos podía ser primera o segunda fuerza
política del país. La formación de Albert Rivera se convierte en víctima de sus
propias expectativas y pasa a ser cuarta fuerza parlamentaria.
PODEMOS, GANADOR CON
BRUMAS: Podemos entra en el Congreso con 4,8 millones de votos, a medio millón
del PSOE. Lo que parece una cifra abrumadora es, en realidad, una cifra con
muchas brumas. Podemos suma lo obtenido con cuatro papeletas: la que presentaba
su marca original en la mayoría de circunscripciones y las que ha firmado como
alianzas con marcas de corte nacionalista como son en Galicia, Las Mareas, IU,
Podemos; en Cataluña, En Comú-Podem y en la Comunidad Valenciana,
Podemos-Compromís. Se abre ahora la pregunta de si formarán un solo grupo
parlamentario o se dividirá en cuatro, es decir, si Pablo Iglesias controla a
69 diputados o si sólo controla a los 42 de su propia marca. Ésa es la pregunta
clave para determinar la fuerza de un Pablo Iglesias cuyo poder real todavía no
está claro.
EL BIPARTIDISMO
MALTRECHO, PERO NO MUERTO: PP y PSOE suman un 50,7% del total de votos en
juego. Quienes auguraban el fin del bipartidismo entendido como el gobierno de
las mayorías absolutas han acertado. Pero quienes esperaban tras estas
elecciones el fin de los partidos tradicionales han cometido un tremendo error.
En cualquier caso, quizá esta sea la última legislatura en la que se puede
extraer esa conclusión. En la legislatura de las negociaciones, Podemos y
Ciudadanos han comenzado marcando ya su primera demanda. Exigen una reforma del
sistema electoral. Quizá ésta ha sido la última vez que hemos votado con 52
circunscripciones y como lo hemos hecho. El bipartidismo no ha muerto pero su
sacrificio puede ser la primera demanda de la nueva era de pactos.
Las
nuevas Cortes se reunirán el próximo 13 de enero.
El 13 de enero se
constituirán las Cortes Generales (Congreso y Senado). Las previsiones parecen
claras. El Presidente de las Cortes (Presidente del Congreso de los Diputados)
informará al Rey del resultado electoral. Éste iniciará una ronda de consultas.
Verá que el que tiene más escaños es Mariano Rajoy y le encargará que convenza
al Congreso de que le voten por mayoría absoluta (176 diputados). Mariano Rajoy
se explicará ante la Cámara y no conseguirá esa mayoría de ninguna manera. A
las 48 horas, Mariano Rajoy, volverá a someterse a votación: en este caso basta
que tenga un sólo voto más que los que voten en contra. Y aquí empiezan las
negociaciones de verdad con un tiempo máximo de dos meses de consultas y
votaciones para elegir por simple mayoría al nuevo presidente del Gobierno.
Pero, si tras todas las votaciones que se estimen oportunas no se elige nuevo
presidente, se disolverán las Cortes Generales y se convocarán nuevas
elecciones generales. ¿Cuáles son los principales problemas para este entendimiento?
En primer lugar, el PP no piensa aliarse con Podemos; se puede aliar con
Ciudadanos, pero en ese caso no tienen que votar en contra ni Podemos ni el
PSOE. Muy difícil. Tampoco piensa el PSOE juntarse con el PP. Lo complejo del
momento es que, no sólo hacen falta votos positivos para un proyecto, hace
falta que no haya votos negativos: se sale Presidente con unos votos
mayoritarios positivos y sin más votos negativos.
Marcos Paradinas,
redactor jefe de ElPlural, apunta algunas claves a tener en cuenta:
- El Partido Popular ha
ganado las elecciones, pero 123 diputados no pueden gobernar el país con una
oposición de, al menos, 159 diputados de izquierdas que no van a permitir más
barrabasadas.
- El resultado del PP,
aunque sea victorioso, es el peor obtenido en 26 años. Pierden 63 diputados y
tres millones y medio de votantes. Además, es la primera vez que un presidente
del Gobierno recién elegido sea incapaz de formar un gobierno estable para una
segunda legislatura.
- El PSOE salva los muebles.
Sus 90 escaños son el peor resultado de su historia en la democracia reciente,
mucho peor que el que obtuvo Alfredo Pérez Rubalcaba. Han perdido 20 diputados
y un millón y medio de votos. Sin embargo, han mejorado la inmensa mayoría de
los sondeos, sobre todo tras el miedo en las últimas horas a que Podemos les
pasara por la izquierda.
- La única esperanza de
Pedro Sánchez pasa por ser presidente del Gobierno. Eso es lo que, de momento,
ha evitado un terremoto interno como el que vivió Rubalcaba. Sin embargo,
Susana Díaz está ahí, nada sutil, esperando su oportunidad. En caso de
repetirse elecciones, sería el último cartucho del PSOE, porque el PP pegaría
un subidón en ese caso, espoleado por el miedo a Podemos.
- Podemos es el gran ganador de las elecciones,
aunque quede tercero. Son ellos los que han superado todas las expectativas. Es
el partido más votado en Cataluña. Y son los ganadores en el País Vasco y
segundo en Madrid, Valencia, Navarra, Baleares y Galicia.
- Ciudadanos es el peor
parado. El efecto rebote que sufrió Podemos lo han vivido ellos cuando han
dejado ver sus cartas. En cuanto sacaron la patita machista y se conocieron a
sus candidatos y sus propuestas, se
vinieron abajo.
- Pablo Iglesias empezó
la campaña confesando a Albert Rivera que estaba “cansado” en su cara a cara en
Salvados. El líder de Ciudadanos se debió confiar tras aquel encuentro y lo
pagó en el resto de debates, donde Iglesias estuvo mucho mejor. Lo que
demuestra que no importa cómo empiezas sino cómo acabas.
- El Senado no importa
a nadie. Ni los medios de comunicación le prestaron atención durante la noche
electoral ni los ciudadanos le dieron relevancia a la hora de votar. Así se
obtienen resultados como que el PP siga teniendo mayoría absoluta en la cámara
baja y Ciudadanos no haya sido capaz de sacar ni un senador. Y, pese a todo, el
Senado elige a la mitad de los vocales del Poder Judicial y a un tercio de los
jueces del Tribunal Constitucional.
- Rajoy no puede querer
ser el presidente por ser el más votado, como si viviéramos en un sistema
presidencialista, pero a su vez beneficiarse de los defectos del sistema
parlamentarista y llevarse los escaños a precio de saldo. Si queremos
representación regional, para eso tenemos el Senado, que debería tener más
competencias y realizar más pedagogía entre los votantes sobre su importancia.
- La ley electoral es
injusta. Nos hartamos de oír en campaña que “los derechos son de los
ciudadanos, no de las regiones” pero contentar por territorios provoca que a
Rajoy le cueste 50.000 votos cada escaño y a Garzón le salga por 410.000 euros
el diputado.
RGalmazán escribe que
por unas o por otras causas, todos los participantes en las elecciones del 20-D
han perdido. Bajo el título ‘Otra oportunidad perdida por la Izquierda’ Kabila
sostiene: “El PP, aunque haya sido el vencedor, ha perdido más de 60 escaños;
el PSOE, después de lo que todo el mundo creía que había alcanzado su suelo en
2011, ha vuelto a perder 19 escaños. Ciudadanos, después de llegar a pedir un
debate con el PP, por creerse la única alternativa, ha visto que sus errores en
campaña le han llevado a conseguir entre 30 y 40 escaños, menos de los que
ellos mismos estimaban. Y Podemos, en principio, el partido ganador, ha
conseguido subir durante las últimas semanas unos 20 diputados, que no es moco
de pavo. Sin embargo, ha perdido la oportunidad de optar a la presidencia del
gobierno. Una oportunidad perdida que ha dejado escapar. Porque el hecho de no
haber aceptado la candidatura popular con Izquierda Unida, aunque tenga una
posición fuerte de clara oposición en el congreso, hubiera podido alcanzar la
presidencia del gobierno”. Kabila
asegura que IU, que ha sufrido un tremendo ninguneo mediático, “ha tenido unos
resultados muy malos, aunque no tanto como muchos intentan hacer creer, porque
nadie dice que en las candidatura populares de Cataluña y Galicia, hay tres
diputados más que hay que sumar a los dos que ha conseguido como Unidad
Popular. Además, habría que añadir que mientras que a los demás partidos
grandes y a los regionalistas les cuesta entre 50.000 y 70.000 votos conseguir
un escaño, a UP—IU le ha costado más de 450.000, lo cual dice mucho de la validez
del axioma democrático: ‘Un ciudadano, un voto’. En este caso habría que
añadir: 8 votos a Izquierda Unida valen lo que uno al PP o al PSOE (…) La
conclusión de Almazán es patente: “Otra vez más, la Izquierda ha demostrado su
gran debilidad. La arrogancia del más poderoso, un error que se ha cometido
desde siempre y que nos lleva a dividir en vez de unir. A debilitarnos en vez
de fortalecernos. El panorama poselectoral es difícil, pero, a mi modo de ver
sólo hay dos posibilidades, una que el PSOE permita, con su abstención,
gobernar al PP y la otra, nuevas elecciones generales. De ocurrir lo segundo
hay que estar preparado porque el cartero podría llamar dos veces y no se puede
cometer el mismo error. Hay que ir juntos a las próximas elecciones, ojalá que
los resultados de éstas nos hagan recapacitar y podamos consolidar una
candidatura única, que, estoy seguro, no llevará a poder gobernar, lo que
debería ser nuestro primer objetivo, si es que de verdad creemos que estamos en
un tiempo nuevo y de verdadero cambio”.
Dibujo de Jordi Barba.
“La cultura del pacto
–escribe Lluis Foix en La Vanguardia– tendrá que imponerse en los próximos
meses porque los electores así lo han decidido. Fue posible, en 1996, y se va a
intentar ahora de nuevo. Pero, previamente, habría que haber practicado también
la cultura de la dimisión. Arrojar la toalla a tiempo puede ser una decepción
personal pero también un ejercicio de salud democrática… Que el PP perdiera más
de tres millones y medio de votos respecto a las últimas elecciones generales y
no presentara la dimisión la misma noche del domingo es algo que no suele
ocurrir en Europa. O que el socialista Pedro Sánchez se dejara por el camino
más de un millón y medio de votos sin que tuviera el gesto de irse tampoco se
estila por ahí. Sobre todo si, en los dos casos, son incapaces por sí solos de
formar un gobierno estable. Lo mismo podía haber hecho Artur Mas en las
elecciones del 2012, cuando pidió una mayoría excepcional y pasó de sesenta y
dos a cincuenta diputados. Ha arrastrado su debilidad política hasta el día de
hoy perdiendo votos cada vez que se han abierto las urnas. Cuando Duran Lleida
apareció la noche del domingo sin escaño y con la mitad de votos que en las
elecciones del 27 de septiembre pensé que anunciaría su marcha. No lo hizo. No
hay cultura de dimisiones, pero también hay excepciones. Joaquín Almunia
dimitió como líder de los socialistas españoles la misma noche de las
elecciones de marzo del año 2000 porque no obtuvo el apoyo para derrotar a
Aznar. Pero consiguió 125 escaños. Seguiría en el Congreso como diputado hasta
las próximas elecciones y luego sería una personalidad como vicepresidente de
la UE y comisario de la Competencia de Unión Europea. Dimitir puede
considerarse un fracaso a corto plazo, pero también una decisión valiente si se
observa desde la distancia… Rajoy se ha parapetado cuatro años en su mayoría
absoluta y ahora no sabe cómo empezar a hablar con posibles aliados. Ha
gobernado, pero no ha hecho política, amparándose en conceptos como la
Constitución y la unidad nacional. Tendrá que bajar unos peldaños y debatir
todo lo que está en el actual tablero político. Con la Constitución se puede
hacer casi todo y la unidad de España no se impondrá por decreto. Los momentos
son delicados pero no catastróficos. Se trata de construir un nuevo imaginario
en el que sea posible la convivencia a través del debate político y desde la
pluralidad. Si las caras viejas no lo pueden hacer, ya lo harán las nuevas que
saldrán también de los partidos clásicos”.
“Hay una falacia
–recuerda Ignacio Escolar– con la que la derecha quiere arrinconar cualquier
alianza de Gobierno que no pase porque el PP siga mandando. Consiste en aceptar
que los pactos son necesarios –ahora que no les queda más remedio–, pero negar
la presencia en cualquier hipotética alianza a todos aquellos partidos que hoy
no pactarían con ellos, con la derecha españolista. En este fragmentado
Congreso han quedado 13 piezas –contando por separado las distintas
confluencias de Podemos–. Son 13 fuerzas políticas, pero la derecha considera
que solo se puede resolver el puzzle entre tres: PP, Ciudadanos y PSOE. Así les
salen mejor las cuentas. La trampa de que sean tres y no 13 los posibles
interlocutores con los que negociar la investidura del próximo presidente es
evidente. Son tres porque son justo esos tres que necesita la derecha después del
batacazo de Mariano Rajoy para seguir mandando. Y por eso presentan la
situación como ingobernable e intentan forzar al PSOE para que entre en el
juego, al desterrar tras un cordón sanitario a casi un tercio de los votantes
españoles, representados por estos diputados que, para la derecha y gran parte
de la prensa, son la antiEspaña y no se puede siquiera hablar con ellos. Solo
pueden pactar tres, porque todos los demás –insisto, casi un tercio de los
votantes a los que se quiere aislar como si fuese el Frente Nacional de Le Pen–
son Venezuela, o extrema Izquierda, o quieren romper España, o son ETA. O todas
estas cosas al mismo tiempo. La trampa del puzzle a tres tiene un destinatario:
el PSOE, al que quieren vacunar contra cualquier tentación de salirse del
carril de los buenos españoles; dentro del propio partido también hay muchos
que se ocupan de ello, a pesar de que gran parte de los votantes socialistas
aprobarían una alianza con Podemos, según las encuestas (y un pacto de
investidura con los nacionalistas no es lo mismo que un pacto de Gobierno). Son
unas reglas de juego trucadas porque la derecha puede pactar con los
nacionalistas, –incluso con Bildu, con quien ha aprobado presupuestos en
Vitoria–, pero ¡ay si se le ocurre al PSOE! Con todo, la culpa no es solo de
quien presiona: también de quien cede ante esas presiones, que no solo vienen
del exterior, sino también del propio PSOE, que se ha rendido a intentar
solucionar el debate territorial, escarmentado por el resultado que logró en su
momento Zapatero. También es cierto que, en Podemos, no parecen estar muy
interesados en un pacto. Creen, con razón, que crecerán aún más si hay nuevas
elecciones, y están usando la ‘línea roja’ del referéndum catalán para retratar
al PSOE ante un tema que saben que se les atraganta y que hoy no hay cómo
abordar: esa consulta es muy difícil sin reforma constitucional y esa reforma
constitucional es imposible con el veto del PP y la mayoría que tienen en el
Senado”.
Pablo Iglesias, se abraza con Alberto Garzón, antes
de la investidura como alcaldesa de Manuela Carmena, en el mes de junio.
Miguel Muñoz, desde El
Cuartopoder del pasado martes, asegura que las relaciones entre Podemos e IU han sido
uno de los ejes políticos de la izquierda rupturista desde el nacimiento de la
formación morada. “El partido de Pablo Iglesias ha desplazado del escenario
político a una coalición que, no obstante, aún cuenta con una base social
importante como se demostró en las elecciones donde consiguió más de 923.000
votos. Los pasos que darán unos y otros en los próximos meses pueden ser
decisivos para retomar unas relaciones que se truncaron a principios del mes de
octubre. Desde Podemos, la corriente interna más organizada y visible, formada
por Anticapitalistas (antigua Izquierda Anticapitalista), ya ha comenzado a
tender puentes. En un comunicado oficial analizando los resultados electorales
destacan lo siguiente: ‘Toca fortalecernos por abajo (con otros compañeros y
compañeras, como la gente de IU-Unidad Popular) en todos los terrenos. Tenemos
motivos para celebrar el resultado, pero es importante que, desde este momento,
nos preparemos para mañana, más allá del posible baile de pactos y alianzas. La
Troika va a querer que haya más recortes, gobierne quien gobierne, los desahucios
van a seguir y el capital sigue conservando intactas sus bases de poder: ese es
el combate que tenemos por delante y para eso, nos toca fortalecernos por abajo
(con otros compañeros y compañeras, como la gente de IU-Unidad Popular), en
todos los terrenos. Las urnas se cierran, la lucha de clases sigue’.
Jaime Pastor, consejero
ciudadano de Podemos en la Comunidad de Madrid, destaca que ‘lo fundamental
sería reconocer que, para dar un paso adelante más en el terreno de la
confluencia, habría que abrirse y ser generosos con sectores con los que no se
ha podido confluir para estas elecciones como es el caso de Unidad Popular’.
Para Pastor, ‘tienen que estar en el proceso’. También habría que apostar, ‘por
un partido o movimiento que supere el modelo vertical y centralista que se
justificaba por esta carrera electoral. Aun sabiendo que estamos en período de
inestabilidad parlamentaria, se necesita superar ese modelo de partido’. Explica
que es algo que ‘teóricamente reconocen Iñigo Errejón y otros dirigentes, que
dicen que tras las generales habría que pasar a proceso de refundación de
Podemos o un segundo Vistalegre. Lo ideal sería hacerlo, siguiendo en tensión
preelectoral. Puede haber un riesgo de que el grupo institucional vaya por un lado
y la gente que vota a Podemos se quede en meros espectadores. Se trata de que
los votantes no pasen a ser activistas de primera intensidad sino gente dispuesta
a autoorganizarse’. Para ello es clave ‘revitalizar los círculos’. Hay que
convertir Podemos en un intelectual colectivo, un instrumento de deliberación
colectiva y no simplemente de seguimiento de lo que puedan decir los líderes”.
El papel de Ada Colau y los ‘ayuntamientos del cambio’ debe ser importante. ‘Lo
ideal es que esas candidaturas de confluencia ayudaran a esos procesos de
confluencia y no se quedaran sólo en Galicia o Cataluña’. Miguel Urbán,
eurodiputado de Podemos y miembro de Anticapitalistas, destacó en una
entrevista a principios de noviembre que ‘el partido debería encaminarse a una
nueva asamblea ciudadana tras estas elecciones. En ese encuentro, señalaba
Urbán, tendría que estar ‘toda la gente de Podemos, la que estuvo y ya no está,
los que nunca han estado dentro y nuevas fuerzas que han nacido al calor de
Podemos y que no son Podemos’. A Anticapitalistas también pertenecen dirigentes
de Podemos como Teresa Rodríguez o el alcalde Cádiz, José María González
‘Kichi’, entre otros”.
Gabriel Jaraba.
“Ante el discurso del
rey los españoles y catalanes, líderes políticos –escribe Gabriel Jaraba,
profesor en la Universidad Autónoma de Barcelona, escritor y educador–
han reaccionado una vez más a la española: arrebato moral y rechazo ético
personal. Han interpretado como exhibición de lujo y boato lo que en realidad
era manifestación de mando, dominio y supremacía. El salón del reino no es un
exceso costoso de una monarquía ociosa sino un símbolo de poder estructural del
estado: como su equivalente en la Rusia de Putin. El pobre Garzón dijo incluso
que el discurso estaba alejado de la sensibilidad de los ciudadanos. Pero es
que se trataba precisamente de eso. Nos ha sido mostrado un signo de los
tiempos: Felipe abandona el perfil bajo y asoma una patita del hardliner que,
insinúa, podría llegar a ser. Iglesias le regaló Juego de Tronos y él le
muestra ahora lo que es un trono de verdad: la reserva última del poder de
coacción del estado”.
El Salón del trono del Palacio Real está
presidido por dos tronos copia de los originales realizados durante el
reinado de Carlos III.
Por su parte, ajovin@me.com comenta al respecto: “¿Quien
asesoró al Rey Felipe VI que era buena idea hablar a los españoles desde el
Salón del Trono del Palacio Real de Madrid, cuando hay tantas desigualdades
sociales, un desempleo atroz, desahucios, hambre, crisis política, territorial,
económica? Es curioso, es cuando menos arriesgado dentro de la absurdez.
Decirnos que además en un Palacio de todos los españoles suena a broma pues
para visitarlo (en parte) tenemos que pagar entrada. Será de todos, pues de él
más que de todos. No, no encaja en lo que se nos está pidiendo constantemente.
Mesura en el gasto, recesión en las formas, control en lo que parece. A su
izquierda medio a oscuras los dos tronos. Sí, los tronos. Sólo faltaba que
hubieran estado las coronas reales en el suelo, pues faltaban agallas para
ponerlas sobre la cabeza. Un clásico error. Otro más. Pero esta vez y sabiendo
que tan tontos no se puede ser, realizado con todas las intenciones posibles.
Que cada uno lea como pueda el mensaje subliminal”.
El Rey, sabedor de la
crisis económica que continúa ahogando al vulgo, eligió el jueves
un escenario “austero” para comunicar su mensaje. “El Palacio es para todos los
españoles –parece decir el rey–, sólo que no os he hecho copia de las llaves”. Es
la primera fotografía de esta sección de fotomontajes, que sigue con: Iglesias
y Errejón, ganando el gordo de Navidad, como niños de San Ildefonso; los
premios de la Navidad, cantados por Rajoy y Santamaría; la lucha entre Rajoy y Sánchez continúa más allá del 20-D; Rajoy,
vigilado por Aznar; Mariano Rajoy, con su cancerbero de compañía: “A ver quién me da una hostia,
ahora”; a por el último desahucio del año; Consulten al pitoniso Vidal; Albert
Rivera se despierta, desnudo, en el tejado del hotel Eurobuilding, sin recordar
si ganó o perdió (Del Mundo Today); Durán i Lleida, en la oficina del paro…
El humor de esta semana: Laura y Dino
J. Morgan, M. Vergara, M. Fontdevila, El Roto.
Forges, Peridis, Pat, Mel, Raúl Salazar, Chapatté
'
Pep Roig, desde Mallorca, nos recuerda: El
coñazo anual, Bolas navideñas, Sensaciones, Lío de liantes, Política celestial y Bochornoso.
Terminamos con tres vídeos. En el primero, Podemos logra un éxito extraordinario con dos banderas dignas de ser observadas: el derecho a decidir y el mensaje de hartazgo y normalización.
Tras cuatro años de una política derechista a tope, el PP se volvió a presentar a las elecciones… y ganó, aunque no por mayoría. Pero habrá que recordarles:
Tras cuatro años de una política derechista a tope, el PP se volvió a presentar a las elecciones… y ganó, aunque no por mayoría. Pero habrá que recordarles:
"Ternura", el plato principal en la cena de Cibeles.
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