Zozulya, vetado por seguidores del Rayo Vallecano y acusado de neonazi.
Román Zozulya, jugador de Betis
pero con un traspaso pendiente al Rayo Vallecano, ha sido vetado por seguidores
de este equipo que le acusan de neonazi. Y el ministro del Interior, Juan
Ignacio Zoido, ha aplaudido, a través de un tuit, la iniciativa de los
jugadores del Betis, que el sábado pasado, saltaron al campo con camisetas en
las que mostraron su apoyo al ucraniano. Zoido defendió el gesto por el
futbolista “ante las presiones a quien solo quiere hacer su trabajo”.
Un importante sector de los
aficionados del club madrileño se opone a la llegada de Zozulya, al que acusan
de ser de ideología neonazi. En redes sociales, el jugador ha mostrado en varias
ocasiones su apoyo a organizaciones nacionalistas de Ucrania y su simpatía por
personajes relacionados a esta ideología. Hace un año, Zozulya subía en un tuit
una foto mostrando su parecido físico con Stepán Bandera, uno de los
estandartes de la ultraderecha nacionalista de su país. Otro de los apoyos que
ha recibido ha sido el de Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol
Profesional (LFP), vinculado al partido ultraderechista Fuerza Nueva y que, en
su día, dijo que echaba de menos una figura como Le Pen en España. El
presidente de la liga advirtió que no se podía “etiquetar a una persona por su
ideología” y, posteriormente, anunció una querella contra unos aficionados del
Rayo Vallecano que se opusieron a la llegada a su equipo de Zozulya.
Rafa Cabeleira, periodista de El País, afirmaba la pasada
semana que el hecho de que un jugador sea neonazi al aficionado al fútbol le
debe importar tan poco como que sea “el chico negro, el joven gay o la niña que
no quiere ser princesa”. Y Carlos Fernández, periodista de Eldiario.es, comentaba
en “Un fútbol apolítico de neonazis y machistas” que “lo malo no es solo que un
profesional de la comunicación realice esta comparación y su medio, ese que en
su día fue referencia del progresismo de este país, le permita publicarlo; lo
verdaderamente grave es que Cabeleira estaba poniendo voz a lo que piensan
muchos de esos opinadores y dirigentes de nuestro fútbol que tan a menudo nos
exigen separar el deporte de la política. Si por algo está siendo relevante
esta polémica es porque ha vuelto a hacer aflorar la caspa y el machismo que
siguen impregnando nuestro balompié. Basta escuchar lo que se dice en algunos
programas de radio y televisión para confirmar que, en ese mundo paralelo que
es el fútbol, aún hay algunos, demasiados, que tienen un pie en la época en que
la copa era del ‘Generalísimo’ y el modelo de dirigente era Don franquista
Bernabéu”.
“Yendo, por último, a la raíz del
escándalo –recuerda Fernández– el propio Rafa Cabeleira reconocía lo evidente
en su artículo: el futbolista ucraniano es de ideología neonazi. No hay que ser
un periodista de investigación para llegar a tal conclusión aunque en su propio
diario llegaron a pintar, días después, a Zozulya como un benefactor de niños
cuya inmaculada imagen había sido mancillada por ‘la desinformación y la
propaganda’ de la malvada Rusia. Diga lo que diga 'El periódico global', es el
propio jugador quien ha revelado su ideología en las redes sociales. El
delantero expresó su apoyo al Batallón Azov, un grupo paramilitar neonazi
acusado de cometer crímenes de guerra, en un vídeo colgado en el canal de
Youtube de los ultraderechistas. Y, en sus perfiles personales, Zozulya ha
dejado otras huellas: entre otras muchas cosas, se enorgullecía reiteradamente
de parecerse a Stepán Bandera. Este líder nacionalista ucraniano intentó llevar
a su país a la independencia, poniéndolo en manos de Adolf Hitler. La ambición
desmedida del Führer frustró los planes de Bandera y dio con sus huesos en un
campo de concentración, pero, en el camino se quedaron miles de judíos y
oponentes políticos, exterminados por sus milicias que ‘trabajaban’, codo con
codo, con las SS. Ese es el héroe de Zozulya. ¿Queremos que lo sea también de
nuestros hijos?”
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