Escándalos cardenalicios en El Vaticano.
El secretario del Cardenal Coccopalmerio es el titular del
apartamento, situado en el Santo Oficio.
La Policía australiana imputa al cardenal Pell, responsable
de Finanzas del Vaticano, por presunta pederastia.
La Gendarmería descubría la
semana pasada una orgía sexual con drogas en el Vaticano. Tras varias quejas de
los vecinos por el escándalo de coches que no dejaban de llegar a un guateque, el
apartamento del ex secretario del cardenal Francesco Coccopalmerio, ubicado en
el palacio del Santo Oficio, fue intervenido por la Policía. Los agentes inspeccionaron
un BMW con matrícula vaticana que, supuestamente, había sido usado para
transportar drogas. La operación se puso en marcha por las sospechas de la
Gendarmería ante la venida constante de invitados al apartamento del prelado.
Al descubrirlo, la Gendarmería hospitalizó al funcionario sacerdotal, quien fue
enviado a la clínica Pío XI para desintoxicarse, aunque actualmente se
encuentra de retiro en un convento en Italia. Según reporta Il Fatto Quotidiano,
el apartamento no era propio del
secretario de un jefe de dicasterio, sino que irregularmente se le asignó a él.
Con este escándalo, el cardenal Coccopalmerio, presidente del Pontificio
Consejo para los Textos Legislativos, quedó sin duda tocado. En El Vaticano,
nadie se cree que no supiera nada, y según cuentan, cardenal y secretario solían
trabajar juntos hasta bien tarde. Él primero había propuesto a su secretario
como obispo de alguna diócesis.
La noticia coincidió con el juicio contra el cardenal George Pell,
responsable de finanzas del Vaticano y consejero directo del Papa Francisco. El
purpurado estaría implicado en un tenebroso asunto de abusos a menores en
Australia. George Pell es conocido, entre otras cosas, por su abnegada defensa
en el caso de Gerard Ridsale, un violador de niños en el estado australiano de
Victoria, en un centro escolar célebre por los abusos cometidos contra los
alumnos. Ridsale fue condenado a 18 años de cárcel por 54 acusaciones de
violación. La Archidiócesis Católica de Sídney anunciaba el pasado jueves que
el cardenal George Pell regresará al país “cuando sea posible” tras ser
imputado por la policía australiana por presuntos delitos de pederastia. El propio
cardenal defendía que los delitos que se le imputaban eran falsos, producto de
una campaña de difamación.
Entre las acusaciones presentadas,
la de dos hombres que aseguran que Pell les tocó los genitales de forma
inapropiada en la década de 1970, mientras un tercero asegura haber visto al
prelado exponerse desnudo ante muchachos jóvenes. No es la primera vez que el
jerarca religioso es acusado de abusos sexuales, ya que, en 2002, cuando era
arzobispo de Sídney, un hombre aseguró haber sufrido abusos sexuales por él en
1961, cuando tenía doce años y Pell estaba formándose para ser sacerdote. Las
investigaciones exoneraron a George Pell, quien en febrero dio su testimonio
por videoconferencia ante una comisión gubernamental australiana. El cardenal dio
una rueda de prensa tras conocer la noticia de su imputación para defenderse de
los delitos que se le imputan. Declaró
que estaba “deseando comparecer” ante la Justicia y que es “inocente” de los
cargos de presunta pederastia presentados en su país. Para facilitar su defensa
comunicó que el Papa le había concedido un periodo de gracia para ir a
Australia a comparecer ante el tribunal.
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