“45 años sin encontrar el momento”.
David Bollero advierte en
Público que la institucionalidad le ha sentado muy mal a Francina Armengol. La
presidenta del Congreso, la misma que cuando se preparó la operación para
salvar la Monarquía en 2014 –con la abdicación del vividor Juan Carlos I–
reclamó un referéndum sobre el modelo de Estado, ahora no cree que sea el
momento. Así lo advertía durante un desayuno informativo, siguiendo la estela
de su presentador, José Bono, uno de tantos personajes que coge el violín con
la izquierda, pero lo toca con la derecha.
“Armengol se deshizo en
elogios de nuestra democracia, a la que calificó de ‘madura’, pero quizás no
tanto como para que su ciudadanía pueda decidir por sí misma. Esto es, en
realidad, lo que ha pasado desde la modélica Transición, que no fue tan
modélica considerando que el propio presidente Adolfo Suárez nos mintió, nos
hurtó el derecho a decidir porque, sencillamente, sus sondeos barruntaban un
resultado que no era el que él deseaba.
“Los sondeos de Suárez
revelaban que la España de entonces, recién salida de una cruenta dictadura, no
quería como Jefe de Estado al que había sido protegido de Franco. Iniciamos
nuestra nueva etapa democrática con una buena cucharada de autoritarismo,
privándonos de nuestros de derechos e imponiéndonos al Borbón al meterlo en el
mismo paquete que la Constitución. No han cambiado tanto las cosas desde
entonces, de manera que, si efectivamente nuestra democracia es madura, esta
privación del derecho a decidir tendremos que atribuirlo a un complejo de Peter
Pan, con un matiz, que en lugar de ser un canto a la rebeldía bisoña, es un
ramalazo conservador y retrógrado.
Para Armengol, ‘Ahora no
es el momento’. Pero ¿cuándo lo sería si, en 45 años, quienes nos gobiernan lo han
encontrado aún? “Ese odioso paternalismo, esta tutela que nadie les ha pedido
ni agradece son vestigios de lo que nos dejaron cuarenta años de dictadura; no
es lo único... no hay más que mirar al Ibex-35. Esa suerte de custodia que nos
dispensan lleva al extremo de ocultar los sondeos secretos de Suárez, lo que no
parece precisamente un gesto de madurez democrática... ni siquiera de infancia.
“Del mismo modo, el hecho
de que, desde 2015, el CIS ni siquiera se atreva a preguntar a los y las
españolas por la Corona es otra prueba más de la fragilidad de la institución
que, además, el emérito se encargó de erosionar hasta dejarla en el tuétano. No
se trata de un blindaje de la Monarquía, sino de las muletas sin las que no se
tiene en pie. Tan frío sudan en Zarzuela que desde el Gobierno se arrogan ahora
el poder de decirnos lo que nos preocupa o no para descartar la importancia de
preguntar por el rey. Saben que los únicos sondeos serios y con rigor
realizados al respecto son los encargados al Instituto 40dB por la Plataforma
de Medios Independientes (PMI), que no sólo revelaron que España demanda un
referéndum, sino que además la República se impone a la Monarquía.
“Incluso en este repunte
ultraconservador que vive España, quienes defendemos una República seguimos
apostando por el derecho a decidir. Quizás gane la Monarquía, es posible que
los seguidores de las Tamara Falcó y María Pombo tengan más peso de lo que
creemos o que esa venta que se nos ha hecho de la leonormanía cuaje... quizás
hasta es posible que no sean tantos los otrora monárquicos que ahora gritan ‘felón’
y ‘masón’ a Felipe VI... todo eso entra dentro de lo posible, pero ¿saben qué?
También queremos que, entre el derecho a decidir nuestra Jefatura de Estado,
algo que nos llevan impidiendo desde hace más de 45 años”.
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