domingo, 16 de febrero de 2025

El toro de la extrema derecha quiere secuestrar a Europa.

Wilders, Le Pen, Abascal y Orbán, en la cumbre ultra de Madrid.

El pasado fin de semana, los líderes de la ultraderecha europea se reunieron en Madrid para presumir como suya la victoria de Trump. Para Orbán, Abascal y Le Pen, la UE es una conspiración de burócratas de Bruselas, financieros judíos, y, cómo no, lo que llaman “la izquierda woke”. Así nos lo recordaba Iñigo Sáenz de Ugarte el sábado, 8 de febrero, en Eldidario.es. “La extrema derecha europea cabalga sobre la ola que ha lanzado Donald Trump desde Estados Unidos. Cree que la puede propulsar hacia la victoria y darle el impulso final que necesita en un continente en el que ya ha llegado muy lejos. Los dos grupos ultraderechistas en el Parlamento Europeo suman 162 escaños (los conservadores cuentan con 188 y los socialdemócratas con 136). Están fuera de la Comisión que preside Ursula Von der Leyen, pero aspiran a ser cada día más influyentes obligando a la derecha a asumir su discurso contra la inmigración. Su problema es que ahora ponen sus esperanzas en Trump, cuyo interés por Europa es escaso. La UE sabe que es cuestión de tiempo que sufra el mismo tratamiento que están recibiendo Canadá y México”.  Madrid fue ese sábado el gran cónclave de una parte de esa Europa reaccionaria, la que dirige Viktor Orbán y en la que están incluidos otros líderes como Marine Le Pen, Santiago Abascal o Geert Wilders. Es el grupo que en Bruselas se hace llamar los Patriotas con 84 escaños que los colocan como tercera fuerza de la Eurocámara. La victoria de Trump les permite alardear de que son “el futuro”. Fue Abascal quien se atrevió a mencionar el asunto del que prefieren no hablar. ¿Qué ocurrirá cuando el presidente de EEUU imponga represalias en la política comercial que perjudicarán a la economía europea y de forma específica a sectores sociales que apoyan a estos partidos en varios países? “No se puede decir que la respuesta preventiva del líder de Vox vaya a ser muy efectiva. Es cierto que forma parte del argumentario habitual de la extrema derecha. Mirar para otro lado y preguntar qué hay de lo otro. Ante la posibilidad que se da por segura de que EEUU aplique aranceles a ciertas exportaciones europeas, Abascal echó la culpa a otras cosas: ‘El gran arancel es el Pacto Verde y los impuestos confiscatorios’. Quizá necesite un argumento mejor ante los agricultores españoles y franceses que votan a su partido y al de Le Pen. A ver qué cara se les queda. De momento, Abascal está a muerte con Trump. Como se decía antes, es uno de los compañeros de viaje del presidente norteamericano y tendrá que tragar con todo lo que venga de Washington. Él ya ha elegido bando. El enemigo está en Bruselas, donde gobiernan conservadores, socialdemócratas y liberales. ‘Son otros los lacayos de Bruselas, los que eran los perritos falderos de Biden’ ”.

Abascal habló con Orbán, en la cumbre de Patriotas en Madrid.

Hasta que llegue el momento en que haya que encajar las sanciones, la ultraderecha  decidió que Trump marcase el futuro. “El tornado Trump ha cambiado el mundo en dos semanas”, anunció el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. “Ayer decían que somos los herejes, ahora somos la corriente central” (el mainstream). “Para nosotros, el presidente Trump es como un hermano y un compañero de armas”, dijo el holandés Wilders. El triunfo del norteamericano ha provocado una “transformación global genuina” en Europa, afirmó Le Pen. Quieren ser la avanzadilla de las ideas de Trump en Europa, sus mejores anunciantes. “Todos han alabado a Trump”, escribió Steven Forti, historiador y experto en extrema derecha europea. “Se han arrodillado frente al nuevo 'Dios'. Es decir, han explicitado que son y quieren ser no solo el caballo de Troya del trumpismo en la UE, atacada duramente en todas las intervenciones, sino directamente los vasallos de Estados Unidos”. Todos están entusiasmados con las noticias que llegan de EEUU. No les importa que la victoria de Trump no haya sido arrolladora (le sacó 1,5 puntos a Kamala Harris). Les vale con el impacto político y mediático que siempre tendrán las elecciones en el país más poderoso del planeta. Su euforia tiene un punto lógico. El republicano suscribe todas y cada una de las ideas xenófobas contra la inmigración que cada día tienen más apoyo en Europa e incluso es capaz de superarlas. Trump no está condicionado por lo que diga la Unión Europea y eso le encanta a la extrema derecha. La estrella del encuentro fue Orbán, el gran dominador de la política húngara desde 2010. Habló con la autoridad que le da ser prácticamente imbatible en su país y de ser una espina clavada en el costado de Bruselas. Presumió de que su país es ‘el laboratorio’ de la derecha europea. Y sabe que la corriente nativista que se hizo el control total del Partido Republicano en EEUU lo considera el líder de referencia en la UE. Orbán tuvo un recuerdo con España, uno muy lejano: ‘Los españoles fueron los primeros en apoyarnos en 1956, cuando nos rebelamos contra el comunismo y la Unión Soviética’. No fue extraño, porque el franquismo fue anticomunista por definición. El público tuvo claras sus preferencias, por lo que no le molestó en absoluto ese elogio de la respuesta de Franco a la invasión de Hungría. El húngaro no dejó fuera ninguno de sus grandes éxitos, tampoco aquellos en los que acusa al financiero George Soros de haber hecho posible la llegada de inmigrantes a Europa. No es que Soros esté en contra de los extranjeros. Lo que ocurre es que Orbán lo coloca en el vértice de una gran conspiración que decidió hace años que había que abrir las puertas de Europa. Es lo mismo que hizo Le Pen en su discurso apelando a la trama de El Gran Reemplazo, un infundio racista que se originó precisamente en Francia”. Para Orbán, Le Pen y Abascal, todo es una conspiración maligna pagada por financieros judíos, burócratas de Bruselas y, cómo no, lo que llaman “la izquierda woke”. Esta última palabra fue repetida de forma obsesiva por la mayoría de los oradores del acto.

Los líderes ultras, en la cumbre de Madrid.

 Irene Castro escribe que Marine Le Pen, Viktor Orbán, Mateo Salvini, Geert Wilders... se citaron en Madrid, auspiciados por Santiago Abascal, para reivindicar la familia normal, el cristianismo y proclamar soflamas como la teoría del reemplazo. Los ultras europeos dieron por “muerta” la agenda 2030 y se remueven contra “locura woke”. “Los ultras europeos están más envalentonados que nunca tras la victoria de Donald Trump, a quien miran como faro para 'hacer Europa grande otra vez'. Ese fue el lema de la cumbre celebrada en Madrid por el partido de los Patriotas, que presidido por Santiago Abascal, y del que forman parte las organizaciones de Marine Le Pen, Viktor Orbán, Mateo Salvini...”. Fue un llamamiento a una nueva “reconquista” aprovechando la estancia en España. ¿Y qué quieren reconquistar? Cualquier atisbo de diversidad: desde la racial hasta la sexual. Y lo hacen en un momento en el que cada vez son más al frente de gobiernos europeos, representan la tercera fuerza en el Parlamento Europeo y tienen poder al otro lado del Atlántico con Javier Milei en Argentina, que intervino a través de un corto vídeo, o Bukele en El Salvador. El líder de la ultraderecha estonia, Martin Helme, acusó a la ‘extrema izquierda y liberales fascistas’ de hacer política que ‘dañan la civilización cristiana’ y pretenden ‘reemplazarla con su utopía enfermiza’, que pasa por hacer de ‘nuestros niños trans raritos’ o ‘acabar con la propiedad privada’. ‘Es la reconquista de los valientes en el sentido común, de la fe, el trabajo duro para el interés básico y los derechos básicos de los europeos’, dijo el líder de la Konfederacja polaca, Krzysztof Bosak, que reivindicó la ‘familia tradicional y normal’, compuesta ‘por una madre, un padre y muchos niños’. A partir de ahí, las soflamas fueron en aumento.

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El líder de la Liga, Matteo Salvini.

“El burka no es Europa. El género no es Europa. El terror y la violencia islámica no son Europa”, dijo el líder de la Liga, Matteo Salvini, que en su caso llegó también envalentonado por su absolución en el juicio por el secuestro de personas y omisión de actos oficiales al impedir el desembarco del Open Arms: “Hemos ganado nosotros y han perdido Pedro Sánchez y la izquierda. Bye, bye, Pedro; bye bye, Open Arms. Viva la libertad”. El vicepresidente de Giorgia Meloni pidió a sus colegas mirar hacia “la revolución del sentido común” de Trump. “Ha llegado la hora de dejar de financiar a organismos supranaciones. Es el momento de criticar instituciones como el Tribunal Penal Internacional, que ponen en el mismo plano a los terroristas islámicos de Hamás con un presidente democráticamente elegido como Netanyahu”. “Los populares tienen que elegir entre el pasado desastroso o el futuro, el pasado de Soros o el futuro de Elon Musk”, apostilló. Los discursos pretendieron ser una enmienda a la totalidad de las políticas que se impulsó desde la UE en los últimos años. “El Pacto Verde está muerto”, dijo el exprimer ministro checo, Andrej Babis, que partía como favorito para volver al poder este año. Tras enarbolar la bandera del petróleo y la energía nuclear, emulando a Trump, advirtió de que “Bruselas conduce al camino de los apagones y el colapso económico. Pagamos más que nunca por la energía”, dijo, culpando a las renovables y obviando la crisis energética tras la desconexión de la energía barata de Rusia.  También Marine Le Pen habló del “fiasco” de la política ambiental y alertó de que “la política migratoria escapa a cualquier control”. “Tenemos que entender el mensaje que nos está mandando EEUU. Los americanos están de nuevo unidos y orgullosos de su país”,  celebró la jefa del Rassemblement National. Los herederos del nazismo en Alemania pueden convertirse en la segunda fuerza en las elecciones del 23 de febrero. Su auge es un paso más en la ola reaccionaria que atraviesa Europa y que está también al otro lado del Atlántico. Cada vez hay más gobiernos de extrema derecha o con su participación en Europa, donde Italia tiene el primer gobierno ultra desde Benito Mussolini, en Bélgica se acaba de constituir una coalición liderada por los ultranacionalistas flamencos, en Austria están a punto de formar gobierno...”. En el acto también intervino, a través de un vídeo, la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, quien dio las gracias a los Patriots por su apoyo en el Parlamento Europeo. El reconocimiento del candidato Edmundo González como presidente electo fue el primer acuerdo al que llegó el Partido Popular Europeo con las fuerzas ultras saltándose el cordón sanitario. “Quiero agradecer una vez más el trabajo del Grupo Patriotas por Europa en el Parlamento Europeo que ha estado siempre presente en la lucha por la libertad y la libertad promoviendo firmemente el reconocimiento de los resultados provenientes del régimen y el reconocimiento internacional de Edmundo González Urrutia”, expresó Machado, que junto con González Urrutia recibió el premio Sajarov a la libertad de conciencia que otorga la Eurocámara. 

Cumbre de Patriots, en Madrid.

Sin embargo, el ascenso de la extrema derecha europea choca con sus propias contradicciones y desafíos globales. Lo comentaba Juan Antonio Sacaluga, el pasado día 13 en Nuevatribuna.es: “La extrema derecha europea está crecida. Una reciente encuesta sobre el estado de confianza en cuatro países europeos (Francia, Alemania, Italia y los Países Bajos) dibuja un panorama propicio para las ambiciones de esta extrema derecha en progresión constante. En esa manipulación de problemas y sentimientos, la propagación de falsedades se ha convertido ya en una práctica frecuente y fecunda, como acredita un estudio de una organización profesional de informadores. Pero también creen poder aprovecharse de éxitos ajenos que contemplan como un refuerzo de sus tesis en la esfera mundial. La victoria de Trump y sus primeras decisiones en materia de restricción de derechos y libertades les suenan prometedoras a los patriotas europeos, como gustan de denominarse a sí mismos. Sin embargo, es muy probable que, a medio plazo, la amistad de Trump empiece a resultar un estorbo en sus actuaciones políticas. La guerra arancelaria con que el Presidente norteamericano amenaza a Europa (las medidas anunciadas el lunes entrarán en vigor en abril, si antes no hay acuerdo) colocará a los partidos ultras en una posición incómoda. ¿Es patriota aceptar una agresión caprichosa como la planteada por Trump? No lo parece. Naturalmente, este club de Madrid tratará por todos los medios de culpabilizar a sus gobiernos de falta de flexibilidad, de seguidismo de las decisiones de la burocracia de Bruselas, etc. Pero no a todos les vale ese truco”.

Otros comentarios, imágenes, fotos y fotomontajes:  

Un ejército sin patria al servicio de Trump y Netanyahu se conjuró en Madrid.

LA ULTRADERECHA SE RINDE A TRUMP Y NETANYAHU 🔥

Este fin de semana, Vox ha reunido en Madrid a la Internacional Neofascista, un bloque de ultras europeos que dicen ser patriotas, pero sirven a los intereses de Washington y Tel Aviv.

Menos Europa, más Estados Unidos

Más autoritarismo, menos derechos

Mentiras, propaganda y sumisión

Se declaran "defensores de la soberanía", pero su único objetivo es dinamitar la Unión Europea y convertir a sus países en peones del imperialismo estadounidense.

La historia nos enseña que cuando la ultraderecha avanza, los derechos retroceden. No podemos normalizarlo.

(Spanish Revolution).

La respuesta musical del Celta de Vigo a un grupo de ultras del Betis que hizo el saludo fascista.

Elon Musk no lo sabe, pero podría ser miembro de Youth Betis. El grupo ultra del Betis realizó el saludo fascista en varias ocasiones en el Estadio de Balaídos, donde se enfrentó al Celta de Vigo el pasado fin de semana. El periodista portugués João Esteves asegura que llegaron a entonar el Cara al Sol. La respuesta del Celta de Vigo fue poner Grândola Vila Morena, el himno de la Revolución de los Claveles de Portugal, en la megafonía del estadio. Algunos aficionados que estuvieron en el recinto han señalado que también se pudo escuchar el italiano Bella Ciao. La música también puede ser una de las formas de combatir el fascismo en el deporte, como ejemplificó el Celta de Vigo en su partido contra el Betis. 

Trump humilla a Milei y a Abascal.

Javier Milei y Santiago Abascal han aprendido de la forma más dura que arrodillarse ante el amo no garantiza ni migajas. Donald Trump, el líder al que han ensalzado, ha dejado claro que la lealtad servil no es moneda de cambio en la política internacional. Con la imposición de aranceles del 25% al acero y aluminio argentinos y el desdén hacia las preocupaciones de España, el magnate estadounidense ha demostrado lo que siempre ha sido evidente: su “América Primero” no admite excepciones, por mucho que la ultraderecha iberoamericana le rinda pleitesía. Pero, si Milei ha recibido una lección de pragmatismo político, Santiago Abascal no se queda atrás. En el Congreso, ha intentado justificar lo injustificable: los aranceles globales de Trump también castigarán a España. ¿Su argumento? Que Pedro Sánchez “le cae mal” al magnate. Como si la política económica internacional dependiera de afinidades personales y no de intereses nacionales. La Casa Blanca ha sido clara: no habrá exenciones. Ni para España ni para otros países europeos. Ni siquiera Italia, a pesar del alineamiento de Giorgia Meloni con Trump, ha conseguido librarse de los aranceles. La sumisión ideológica no ha servido de nada. La humillación de Abascal es doble porque ha sido pública. En su intento de atacar a Sánchez, ha acabado confirmando su propio papel como lacayo sin influencia. Mientras él defendía a Trump en el Congreso, la administración estadounidense firmaba la medida que perjudicará gravemente a la industria metálica europea. Ni su defensa incondicional del nacionalismo económico estadounidense, ni su desprecio por la soberanía europea le han servido para evitar el golpe. Milei y Abascal han vendido su soberanía a cambio de nada. Mientras, sus pueblos pagarán las consecuencias de su ingenuidad. No han aprendido la lección: en la geopolítica, la dignidad y la estrategia valen más que las reverencias vacías. Pero ya es tarde para rectificar. (Spanish Revolution)


Esta puerta es una de las más antiguas del mundo ubicada en el Panteón de Roma, fue construida en el año 118-126 d.C., durante la época del emperador Adriano. La puerta consta de dos alas, cada una de ellas de bronce macizo, pesa 8,5 toneladas, mide 7,6 metros de alto y 2,3 metros de ancho. Aunque las alas son extremadamente pesadas, están tan equilibradas que una sola persona puede abrirlas y cerrarlas fácilmente. También es una de las pocas puertas en el mundo cuya cerradura, que data de hace casi 2000 años, todavía funciona.

Ejemplo de arquitectura contemporánea y sostenible en Ámsterdam.

Huelga de 'patas caídas' de los venados sobre la carretera.

El humor en la prensa de esta semana: Forges, El Roto, Peridis, Eneko, Vergara,   Manel F., Javier Salado, Assier y Javier, Flavia Banana, J. R. Mora… 



     





Aire.

El amo.


El patriota.
Sabias palabras

Cree en el salvavidas.

Pep Roig, desde Mallorca:


Visto desde arriba.

No están todos los que son.
La vida es negocio.
Por lógica.

Todo depende.

Los vídeos de esta semana:

White Power: En el corazón de la extrema derecha europea | ARTE.tv Documentales

EUROPA | ¿En qué países gobierna la extrema derecha en la UE? | EL PAÍS

ULTRADERECHA EN EUROPA: ¿QUÉ SABEMOS de ELLA? ¿DÓNDE GOBIERNA? ¿ES UNA AMENAZA? | RTVE Noticias

Sense Ficció - El bomber de la Casa Blanca

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Marc Giró TROLEA a EDUARDO INDA y a PABLO MOTOS - Yo soy ANTIFASCISTA, ¿Y TÚ?



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