1 de febrero. Cuando los obispos abren la boca...
Rafael Palmero, obispo de Orihuela-Alicante
Rafael Palmero, el obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, asegura, en una entrevista al diario “Levante”, que, en estos tiempos, “perdemos con facilidad la paciencia” al hablar de los malos tratos, mientras que “en otras épocas, quizá ha habido mayor paciencia, tolerancia y espíritu de sacrificio” para afrontar los “problemillas” de la vida en pareja. El prelado asegura que la homosexualidad es, según “la biología”, una “enfermedad” y justifica las manifestaciones de la Iglesia contra el Gobierno. Asegura que la Iglesia no está en contra del Gobierno del PSOE sino que actúa así por el momento que nos ha tocado vivir.
Dichas declaraciones han provocado un comunicado del área de asuntos religiosos de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, que recuerda que “la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad del Registro de Enfermedades en 1993. La FELGRB no entiende que la Iglesia insista en un discurso que es falso desde hace 15 años”. Juan José Broch, coordinador del área de asuntos religiosos de esta entidad, concluye que “no se puede vivir negando los dones de Dios, entre ellas, la sexualidad en sus múltiples manifestaciones”.
No es la primera opinión episcopal extemporánea en boca de un miembro de la Iglesia Católica española. Recuerdo la del obispo de Tenerife, quien el pasado 24 de diciembre aseguraba que ”algunos niños van provocando”. Bernardo Álvarez atacaba la homosexualidad, comparándola con la pederastia y argumentaba que “hay menores que desean y provocan los abusos sexuales”. Monseñor tardó 28 días en rectificar sus palabras. “No he pretendido justificar en ningún caso el abuso de menores –declaraba este prelado–, que es siempre absolutamente reprobable. Ese es moralmente un pecado gravísimo y, jurídicamente, un delito. De ninguna manera he comparado ni he querido comparar la homosexualidad con el abuso de menores”. Rafael Palmero, obispo Orihuela, se queda con la versión de su compañero, según la cual “le habían interpretado mal”. Tras el comunicado del FELGTB, no me extrañaría que añadiera que a él también le interpretan mal.
La Conferencia Episcopal en su conjunto acaba de ofrecer una serie de “consideraciones que estimulan el ejercicio responsable del voto” en las próxima elecciones. Los obispos entienden que los católicos "pueden apoyar partidos diferentes y militar en ellos". Aunque, inmediatamente, matizan: "No todos los programas son igualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana". Piden a sus fieles no votar a Zapatero porque el PSOE negocia con los terroristas, mientras que otros gobiernos, para la Iglesia, sólo dialogaban con ETA. Y señalan que “es preciso afrontar (...) el peligro de opciones políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano, en particular con respecto a la ‘defensa de la vida humana’ en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y a la ‘promoción de la familia fundada en el matrimonio’, evitando introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizarla, oscureciendo su carácter peculiar y su insustituible función social”. En otras palabras, que los católicos depositen el voto en el PP y no en el PSOE o en IU. La de matizaciones e interpretaciones que ofrecen las opiniones de los obispos, siempre con su Verdad por delante, fuera de la cual todo es error y mentira...
Rafael Palmero, el obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, asegura, en una entrevista al diario “Levante”, que, en estos tiempos, “perdemos con facilidad la paciencia” al hablar de los malos tratos, mientras que “en otras épocas, quizá ha habido mayor paciencia, tolerancia y espíritu de sacrificio” para afrontar los “problemillas” de la vida en pareja. El prelado asegura que la homosexualidad es, según “la biología”, una “enfermedad” y justifica las manifestaciones de la Iglesia contra el Gobierno. Asegura que la Iglesia no está en contra del Gobierno del PSOE sino que actúa así por el momento que nos ha tocado vivir.
Dichas declaraciones han provocado un comunicado del área de asuntos religiosos de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales, que recuerda que “la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualidad del Registro de Enfermedades en 1993. La FELGRB no entiende que la Iglesia insista en un discurso que es falso desde hace 15 años”. Juan José Broch, coordinador del área de asuntos religiosos de esta entidad, concluye que “no se puede vivir negando los dones de Dios, entre ellas, la sexualidad en sus múltiples manifestaciones”.
No es la primera opinión episcopal extemporánea en boca de un miembro de la Iglesia Católica española. Recuerdo la del obispo de Tenerife, quien el pasado 24 de diciembre aseguraba que ”algunos niños van provocando”. Bernardo Álvarez atacaba la homosexualidad, comparándola con la pederastia y argumentaba que “hay menores que desean y provocan los abusos sexuales”. Monseñor tardó 28 días en rectificar sus palabras. “No he pretendido justificar en ningún caso el abuso de menores –declaraba este prelado–, que es siempre absolutamente reprobable. Ese es moralmente un pecado gravísimo y, jurídicamente, un delito. De ninguna manera he comparado ni he querido comparar la homosexualidad con el abuso de menores”. Rafael Palmero, obispo Orihuela, se queda con la versión de su compañero, según la cual “le habían interpretado mal”. Tras el comunicado del FELGTB, no me extrañaría que añadiera que a él también le interpretan mal.
La Conferencia Episcopal en su conjunto acaba de ofrecer una serie de “consideraciones que estimulan el ejercicio responsable del voto” en las próxima elecciones. Los obispos entienden que los católicos "pueden apoyar partidos diferentes y militar en ellos". Aunque, inmediatamente, matizan: "No todos los programas son igualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana". Piden a sus fieles no votar a Zapatero porque el PSOE negocia con los terroristas, mientras que otros gobiernos, para la Iglesia, sólo dialogaban con ETA. Y señalan que “es preciso afrontar (...) el peligro de opciones políticas y legislativas que contradicen valores fundamentales y principios antropológicos y éticos arraigados en la naturaleza del ser humano, en particular con respecto a la ‘defensa de la vida humana’ en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural, y a la ‘promoción de la familia fundada en el matrimonio’, evitando introducir en el ordenamiento público otras formas de unión que contribuirían a desestabilizarla, oscureciendo su carácter peculiar y su insustituible función social”. En otras palabras, que los católicos depositen el voto en el PP y no en el PSOE o en IU. La de matizaciones e interpretaciones que ofrecen las opiniones de los obispos, siempre con su Verdad por delante, fuera de la cual todo es error y mentira...
2 comentarios:
Que lacra. Siguen practicando la inquisición. pero... ¿no podria actuar la fiscalia de oficio,? y ponerles una multa de 3.500.- euros.o prisión preventiva con cargos, o lo que sea menester. Si se contempla el desacato a la figura del rey, y la apologia del terrorismo. Estos últimos episodios de los curas están en consonancia con delitos de la gravedad de los anteriores. Y habría que abundar en otras consideraciones, a partir de las cuales los ejemplos citados son "pecata minuta" y de clara venialidad,(por utilizar su propia terminologia) en comparación con el terrorismo institucional eclesiastico. En otro orden de cosas, (y ya me estoy calentando)a mi no me extrañaria nada que Martinez Camino frecuentara las saunas de chueca. Su cara es un espejo de su alma marica.Que sea lo que dios quiera.
chiflos.
Eso mismo me pregunto yo. Pero, por lo visto, ni la apología del terrorismo ni la fiscalía de oficio parecen contar para nada cuando el supuesto terrorismo institucional eclesiástico es practicado por gente episcopalmente inmaculada como ésta.
Santiago Miró
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