República versus monarquía (y IIª) La opacidad de la Casa Real.
¿Quién pide cuentas al rey?
Lo que más temen las monarquías europeas es la reclamación parlamentaria pormenorizada de sus cuentas, como pidió el Partido Laborista de Holanda el pasado día 22 de los corrientes a una de las monarquías más ricas del mundo, según la revista Eurobusiness. En España, el eterno debate de la transparencia de las finanzas y el patrimonio de la realeza colea desde hace años. Y las cuentas reales y su transparencia han sido objeto de duras críticas por parte de algunos partidos. Los miembros de la familia real presentan, a su manera, la declaración anual del IRPF. Pero los parlamentarios y los ciudadanos desean conocerlas más de cerca y saber, por ejemplo, cuánto han costado los viajes privados que realizan los príncipes de Asturias en verano, el dinero que han supuesto los numerosos estilismos de Letizia o el precio de las operaciones a las que se ha sometido el rey este último año. Los monarcas ya no actúan con la desinhibición de antaño e intentan reducir la desvergüenza y el derroche. Ese puede ser uno de los motivos por los que la monarquía española haya registrado el primer suspenso en el barómetro del CIS, con un 4,89, situándose por debajo de los medios de comunicación y de las Fuerzas Armadas. La última vez que el Centro de Investigaciones Sociológicas preguntó por la monarquía, en noviembre de 2010, la nota fue de un 5,35 y, hace catorce años, en 1997, era la que más confianza despertaba en los españoles (6,67), seguida del Defensor del Pueblo (5,62) y de los Ayuntamientos (5,39).
A principios de 2010, el PCE inició una campaña de recogida de firmas con el fin de que los gastos reales se sometieran al control público. Tras las elecciones del 20-N, el nuevo Gobierno será el encargado de elaborar los presupuestos reales 2012. El PP esperará hasta entonces para abordar dicha cuestión, si es que llega al poder. La dirección del PSOE cree que, durante los últimos años, “ha habido ajustes. No es un presupuesto desmesurado. Estamos convencidos, además, de que la Casa Real tomará la iniciativa y ajustará, aún más, su partida”. Otros partidos no opinan igual. Carlos Martínez Gorriarán, de UPyD, cree que la democracia española “ha dado muestras de su flojera, manteniendo la opacidad como una costumbre. Los poderes creen que la gestión ha de ser un secreto, y es una aberración porque va contra el derecho democrático”. E IU presenta la transparencia como una reclamación histórica pero la votación de la enmienda a los presupuestos reales siempre es perdida gracias al voto contrario del PP y el PSOE que no quieren, por el momento, calentar el ambiente con este tema.
Jaime Peñafiel, periodista especializado en la Casa Real, mantiene que la opinión pública “tampoco conoce lo que recibe el heredero, si tiene una cantidad o de qué vive”. Y el periodista y escritor, Luis María Anson, opina que la familia real “tiene que hacer lo que decida la voluntad popular, representada en el Congreso”. Por su parte, el periodista José García Abad apunta que, en todas las monarquías de Europa, “los Reyes siempre han declarado con precisión absoluta en qué aplican el dinero de los presupuestos. Aquí ha habido un empecinamiento que no acabo de entender. Incluso Alfonso XIII, abuelo del actual rey, era absolutamente transparente. Pero, en eso, hemos retrocedido. No se entiende por qué la actual monarquía se empeña en la opacidad”. Hace cuatro años, el rey nombró a un interventor, Óscar Moreno Gil, para gestionar las cuentas reales. Ese año, además, ERC registró en la Cámara Baja una proposición no de ley para conocer la liquidación pormenorizada de la casa y 100 preguntas en aras de la transparencia que no tuvieron éxito. “Todos esperábamos –concluye García Abad– que el siguiente paso sería hacer públicas las cuentas. El Rey debe de tener un gran lío en sus finanzas y el administrador debió de poner orden en las cuentas. Yo sigo esperando que, cuando estén aclaradas, las expliquen. Desde la Casa Real se aferran en que el Rey puede disponer libremente del dinero, pero eso no le impide explicar en qué se lo gasta. Creo sinceramente que son unos privilegios preconstitucionales”.
A principios de 2010, el PCE inició una campaña de recogida de firmas con el fin de que los gastos reales se sometieran al control público. Tras las elecciones del 20-N, el nuevo Gobierno será el encargado de elaborar los presupuestos reales 2012. El PP esperará hasta entonces para abordar dicha cuestión, si es que llega al poder. La dirección del PSOE cree que, durante los últimos años, “ha habido ajustes. No es un presupuesto desmesurado. Estamos convencidos, además, de que la Casa Real tomará la iniciativa y ajustará, aún más, su partida”. Otros partidos no opinan igual. Carlos Martínez Gorriarán, de UPyD, cree que la democracia española “ha dado muestras de su flojera, manteniendo la opacidad como una costumbre. Los poderes creen que la gestión ha de ser un secreto, y es una aberración porque va contra el derecho democrático”. E IU presenta la transparencia como una reclamación histórica pero la votación de la enmienda a los presupuestos reales siempre es perdida gracias al voto contrario del PP y el PSOE que no quieren, por el momento, calentar el ambiente con este tema.
Jaime Peñafiel, periodista especializado en la Casa Real, mantiene que la opinión pública “tampoco conoce lo que recibe el heredero, si tiene una cantidad o de qué vive”. Y el periodista y escritor, Luis María Anson, opina que la familia real “tiene que hacer lo que decida la voluntad popular, representada en el Congreso”. Por su parte, el periodista José García Abad apunta que, en todas las monarquías de Europa, “los Reyes siempre han declarado con precisión absoluta en qué aplican el dinero de los presupuestos. Aquí ha habido un empecinamiento que no acabo de entender. Incluso Alfonso XIII, abuelo del actual rey, era absolutamente transparente. Pero, en eso, hemos retrocedido. No se entiende por qué la actual monarquía se empeña en la opacidad”. Hace cuatro años, el rey nombró a un interventor, Óscar Moreno Gil, para gestionar las cuentas reales. Ese año, además, ERC registró en la Cámara Baja una proposición no de ley para conocer la liquidación pormenorizada de la casa y 100 preguntas en aras de la transparencia que no tuvieron éxito. “Todos esperábamos –concluye García Abad– que el siguiente paso sería hacer públicas las cuentas. El Rey debe de tener un gran lío en sus finanzas y el administrador debió de poner orden en las cuentas. Yo sigo esperando que, cuando estén aclaradas, las expliquen. Desde la Casa Real se aferran en que el Rey puede disponer libremente del dinero, pero eso no le impide explicar en qué se lo gasta. Creo sinceramente que son unos privilegios preconstitucionales”.
1 comentario:
Pues ahora está en activo.
Ha sujetado a Rajoy con el tema del comunicado de la banda, y ha echado una mano para declinar a los Saudies por el AVE. Si no fuera un dios menor, Habría que hacerle un contrato por servicio u obra.
chiflos.
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