Política y antipolítica italiana.
La sombra de Grillo amenaza.
El nuevo presidente del Senado, Piero Grasso, ex fiscal nacional antimafia Piero Grasso
El cómico Beppe
Grillo, quien logró que su formación, “Movimento 5 Stelle”, lograra unos excelentes
resultados en las últimas elecciones
generales, alegando que la política es un pozo negro y que todos los
políticos son unos corruptos, se ha negado a utilizar su considerable
representación parlamentaria para cambiarla desde dentro y acabar con la
terrible herencia de los gobiernos de Silvio
Berlusconi. El sábado pasado pasó su primera prueba, cuando el
centroizquierda de Pier Luigi Bersani puso en riesgo la gobernabilidad del país. Silvio Berlusconi, en un
intento de blindaje, propuso su candidato a la presidencia del Senado, el
anterior presidente de la
Cámara alta, Renato Schifani, palermitano de 62 años, del
centro derecha, indagado por presuntas conexiones con la Mafia. Por su parte, el
centroizquierda presentó al juez Piero Grasso del Partido Democrático, también
siciliano, de 68 años, exfiscal nacional antimafia, un tipo íntegro y valiente
al que muchos consideran heredero del juez Giovanni Falcone. El “M5S” se encontró con el gran
dilema de seguir votando en blanco, permitiendo que Schifani saliera elegido, o
traicionar las órdenes de Beppe Grillo y asegurar la elección de Grasso. Aunque
la votación fue secreta, los resultados dejaban claro que el exfiscal antimafia
había obtenido 12 votos más de los 125 de que disponía la coalición de
centroizquierda. La elección demostraba que no se podía meter todo en un mismo
saco y que la política real era mucho más difícil de cocinar que la del grito
en la plaza. Lo que enfureció a Grillo, quien, a través de su blog, anunció la
caza a los desobedientes y amenazó con su expulsión.
Dicha votación en el Senado italiano dejaba a la
vista el poder del “M5S”, de Beppe Grillo, al igual que sus vergüenzas. La
rebelión de varios senadores grillini contra la orden de su líder de
abstenerse en la elección permitió el triunfo del candidato del centro
izquierda y robó a Silvio Berlusconi uno de las pocas victorias a las que podía
aspirar. Pero, lejos de aprovechar el triunfo, Grillo montó en cólera contra
los traidores de su formación y amenazó con expulsarlos del partido. Schifani
y Graso son sicilianos y, sin embargo, parte de la desobediencia de los grillini
se radica en este punto. El “M5S” le debe mucho a Sicilia. En las elecciones
regionales de 2012, Grillo se volcó en la isla, llegando a cruzar a nado el
Estrecho de Mesina que la separa de la península. Acabó siendo el partido más
votado, aunque no le valió para gobernar: un augurio de lo que ocurriría en las
elecciones generales del mes pasado. En la asamblea los senadores discutieron a
gritos y un par de grillini de origen siciliano reconocieron entre
lágrimas que “si por nuestra culpa no gana Grasso, no podremos cruzar de vuelta
el Estrecho [de Messina]”.
Y aquí surge la polémica: ¿Han traicionado los grillini a los votantes encandilados por el líder o han usado su poder para empezar la promesa electoral de limpiar la política y purgar la etapa berlusconiana? Beppe Grillo rechazó apuntarse una victoria y se tomó la ruptura de la disciplina de voto como una afrenta personal. Vito Crimi, líder del grupo “M5S” en el Senado y siciliano, apostó por apuntarse “el mérito” de haber “estimulado a las formaciones a proponer nombres destacados y nuevos respecto a los aparatos de partido”. Y Luis Orellana, candidato a votar marcado por Grillo, aseguró que “cada uno tenemos nuestra sensibilidad y consciencia y Grasso no formaba ni forma parte del viejo aparato”.
Pero donde se libra la batalla es en Internet, donde nació el propio movimiento. Grillo supo utilizar su blog como plataforma para su carrera política, y desde ahí ha exigido la dimisión de los rebeldes. En Facebook, el senador grillino responde a su líder: “¡Menos reacciones histéricas y más confianza!”. El senador Giuseppe Vacciano escribe: “Si se buscan responsables de alta traición, aquí tenéis a uno”. Y Víto Crimi, jefe del “M5S” en el Senado, añadió: “Seguramente, en la cabina de votaciones, alguno de nosotros ha actuado en conciencia y esa ha sido una gran expresión de libertad”. En medio de esta pelea cibernética, surge ahora un escándalo que puede perjudicar aún más la imagen de Grillo: las acusaciones de censura en su blog a los comentarios favorables a la traición. “Fortísimas sospechas –siendo amables– que acusan a Grillo (…) de segar los comentarios críticos en el Blog Sagrado, el Canal Mussolini de la democracia líquida. La contradicción entre la retórica del igualitarismo y la realidad del autoritarismo en el “M5S”es demasiado evidente, para quien quiere verla”.
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