"Hagan algo, rápido"
Así titulaba Juan José
Millás, en El País del pasado domingo, un artículo que así comienza. “Esta maldita
jaqueca de los Borbones, parece decir Urdangarin con el gesto con el que el
famoso cura Aguirre se quejaba de la migraña de los Alba. Un achaque atribuible
a responsabilidades que eran un chollo hasta ayer, pues le proporcionaban
prestigio, bienestar, dinero y hasta el cariño de la gente común. Nada apreciamos
más los españoles que una familia unida y trabajadora, ella en la banca de las
preferentes, él en su Telefónica (refugio de los Zaplana y compañía), los niños
en el cole y los veranos en Palma de Mallorca. Parecía una jaqueca al revés
para la que enseguida empezó a ingerir los ibuprofenos inversos que le
llevarían al banquillo”.
Millás concluye: “El
desclasamiento tiene un precio (infórmense sobre el final del cura Aguirre), en
especial si piensas que en las clases superiores todo está permitido. Y lo
está, pero siguiendo el protocolo. No lo hizo, por eso ahora no le consta, no
se acuerda, no sabía. Tampoco comprende por qué él no tenía derecho a forrarse.
Es un deportista, no ha leído, ignora lo que es un chivo expiatorio. Soy un
ingenuo, piensa, un tonto útil. Pero esas ideas solo tienen gracia cuando se
habla de ellas desde la ironía, como el Alba sobrevenido hablaba de las
jaquecas de sus predecesores. Creía que me había tocado la lotería y ahora, ya
lo ven, 15 o 16 años de cárcel. Esta maldita jaqueca de los Borbones que tarde
o temprano se vuelve contra los advenedizos (Marichalar saliendo en carretilla
del Museo de Cera). Lo mío se entiende desde la ignorancia, vale. ¿Pero y lo de
mi señora? Hagan algo, rápido, me estalla la cabeza”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario