La “Noche, en Vela” parisiense. (Continuación de la “Noche de los indignados”, en la madrileña Puerta del Sol).
Hace 30 días que el
movimiento la “Nuit Debout” (La Noche en Vela) ocupa la Place de la République.
Un período suficiente para evaluar este acontecimiento al calor de esta inédita
experiencia colectiva que ya tuvo su precedente hace cinco años, en Madrid. Diana Quatrrocchi-Woison nos ofrece algunas
claves de este movimiento. Son dilemas que se pueden interpretar como
espacio-temporales pero que, obviamente, remiten también a otras coordenadas,
incluidas las político-socio-culturales. La Place de la République, bautizada,
en 1889, en el marco de las celebraciones por el primer centenario de la “Révolution
Française” es hoy un lugar popular y neurálgico de París en el que se inscriben
importantes memorias colectivas. Sus 283 metros de largo y 119 de ancho hacen
que dependa administrativamente de tres distritos municipales pero,
políticamente, está bajo la responsabilidad general de la alcaldesa de la
ciudad, Anne Hidalgo, andaluza y socialista. En el centro de la plaza, el
imponente monumento de bronce que rinde homenaje a la República, obra de los
hermanos escultores Léopold y François-Charles Morice, tiene como figura
principal a “la Marianne”, símbolo femenino y objeto consagrado del culto
patriótico francés, con su gorro frigio, mirando al sur de la ciudad, hacia el
río Sena. En su mano derecha, en alto, enarbola una rama de olivo y, en su
izquierda, la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”. Debajo
de ella, tres alegorías femeninas representan a la libertad, la igualdad y la
fraternidad. Y delante y a sus pies, un león, símbolo del coraje y la fuerza
del pueblo francés. En enero de 2015, la plaza y su estatua fueron
espontáneamente elegidas para rendir homenaje a las víctimas, tanto de los
atentados contra la redacción de Charlie Hebdo como de las múltiples masacres
del 13 de noviembre. Son las voces de una generación que después de haber
enmudecido ante el horror y el terror del trágico viernes, 13 de noviembre,
decidió decir basta y hacerlo de pie.
Los jóvenes del
movimiento “Nuit Debout” ocupan, desde el 31 de marzo, el sector Este de la
plaza. En el costado opuesto, del lado del brazo derecho de la estatua, se
sitúa un sector muy diferente. En esta parte de la plaza también se celebran,
de vez en cuando, conciertos, particularmente de música tecno. En el sector Este,
desde hace un mes, los jóvenes se han pasado las noches hablando, escuchando y
discutiendo. Los conflictos surgidos últimamente y la agresividad manifiesta de
personas al margen del movimiento, lleva a pensar en la existencia de
provocadores profesionales o instrumentalizados. Algunos se preguntan si la
habitual presencia de policías de civil en los debates, particularmente en las
comisiones de logística o en las asambleas generales, es para detectar la presencia
de desequilibrados, para proteger al Movimiento o para provocarlo y
deslegitimarlo. “La plaza es de todos”, repiten las autoridades municipales. Sin
embargo, la coexistencia de personas tan diferentes en un mismo espacio lleva a
situaciones complicadas, a veces grotescas, y plantea numerosos problemas.
Participantes de la Nuit Debout, en la Plaza de
la República.
Los integrantes del Movimiento
son conscientes de ello, lo discuten frecuentemente en comisión o en asamblea
general, pero sin encontrar hasta ahora una solución satisfactoria o que genere
consenso. En todo caso, los organizadores han sabido adaptarse a las reglas del
juego de la vida francesa y solicitan, día tras día, autorización a la Jefatura
de Policía. Por el momento los autoriza, pero exigiendo cada vez más
cumplimiento de un horario límite (hasta la 1 horas de la mañana, salvo los
fines de semana). A pesar de ello, la comisión campamento de “Nuit Debout”
sigue organizándose y reclama poder quedarse la noche entera y dormir en la
plaza, junto a otras personas sin vivienda, en un intento de custodiar las
precarias instalaciones y sin tener que desmantelarlas tras cada noche y volver
a colocarlas al día siguiente.
Mayo del 2012, la Policía intenta sacar a los
indignados de la Puerta del Sol.
En todo caso, la
vigilancia policial de estas concentraciones en la “Place de la Republique” hace
pensar en las registradas en la Puerta del Sol, de Madrid, cinco años antes. Lugar
en que los antidisturbios estuvieron presentes en todo momento y, bajo fuerte
medidas de seguridad, controlaron a los “indignados” reunidos durante los
largos fines de semana. Con demasiada frecuencia, provocaron numerosas detenciones
y se enfrentaron con provocadores e “indignados”. Aunque, a veces, la jornada
terminaba sin incidentes ni acampadas, en un ambiente lúdico y
reivindicativo, pero siempre estrechamente vigiladas bajo un fuerte control de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Luego, las protestas de la
Puerta del Sol fueron imitadas en el mundo entero, llenando las calles de
Europa de miles de manifestantes. A pesar del férreo dispositivo de Seguridad,
los españoles marcharon por las avenidas de la capital, desbordando la
emblemática plaza, “tomada” por la Policía. El movimiento de los “indignados”
expresaba las aspiraciones de una población golpeada por el repentino
empobrecimiento y los recortes sociales. Los poderes públicos, abusando no
pocas veces de su fuerza y poder, se mostraron especialmente celosos frente a
los “indignados”. Y lo único que se les ocurría, frente a las olas de
indignación y de protestas, fue mandar a los antidistubios, a menudo cuando la
mayoría había abandonado la plaza y sólo quedaban unas doscientas personas. La
Policía entraba entonces en acción, desalojando y arrasándolo todo. A veces
intervenía antes, sin dejar de registrar, acosando, a empujones y con las porras
en alto. Entonces surgían las carreras, los gritos, las bravuconadas, los detenidos
indiscriminados, acusados de resistencia
a la autoridad…
Pero volvamos al
escenario francés en la Place de la Republique. El lunes 18 de abril, el Partido de los
Republicanos, presidido por el expresidente Nicolas Sarkozy, solicitó
formalmente, que se suspendiese la autorización otorgada a los organizadores de
“Nuit Debout” puesto que “la ocupación de la plaza consumía mucha energía a los
servicios de orden y de limpieza” y porque se consideraba “inadmisible que, en
plena vigencia del estado de urgencia, el poder ejecutivo tolere esta especie
de pequeño Woodstock en pleno París”. El popular ministro del Interior, Bernard
Cazeneuve, respondió que en Francia “el estado de urgencia no significa la
prohibición de reunirse o de manifestarse”. Tres días antes, la situación llegó
a un punto de inflexión al producirse fuertes enfrentamientos entre policías y
manifestantes en los alrededores de la plaza, con varios comercios con vidrios
rotos, particularmente una agencia bancaria, registrándose algunas detenciones
y heridos de ambos lados. El sistema judicial actuó con comprensión y
celeridad, los jueces impartieron rápidamente penas menores y simbólicas y liberaron
a los detenidos, en su mayoría, jóvenes sin antecedentes penales. Los medios,
las autoridades, el gobierno socialista y el propio presidente, François
Hollande, prefirieron mostrarse tolerantes, sin dejar de advertir que hay
líneas rojas, límites que todos los ciudadanos deben respetar. En un comunicado,
el jefe de Policía exigió públicamente que los organizadores de la “Nuit Debout”
controlaran la situación e hicieran lo necesario para que las fuerzas del orden
no tuviesen que intervenir. El debate recrudeció y aparecieron algunas contradicciones.
El fin de semana del 16 y 17 de abril fue tranquilo y la jefatura de Policía de
París emitió un comunicado afirmando que “luego de varias noches de incidentes,
al margen del movimiento ‘Nuit Debout’, se constató que las reuniones del fin
de semana no habían dado lugar a ningún acto de violencia o de degradación y
que los organizadores tomaron las disposiciones necesarias”. La prensa y los
medios reaccionaron ante estos hechos, dando la palabra a muchos ciudadanos y
vecinos que declararon su simpatía por el Movimiento y afirmaron que los actos
de violencia y de destrucción no fueron obra de los jóvenes de la “Noche en
Vela” sino “episodios al margen de ésta”.
Yanis Vaoufakis y el eurodiputado de Podemos,
Miguel Urbán, en París.
El sábado, 16 de abril,
la asamblea general de la “Noche, en Vela” reservó un recibimiento a dos
personalidades, ambas fuertemente mediáticas, el economista y ex ministro de
finanzas griego, Yánis Varoufákis y el filósofo francés Alain Finkielkraut. El
primero habló ante los asambleístas, transmitiendo un saludo de parte de la
sociedad griega, comparando el movimiento “Nuit Debout” con el de los jóvenes
griegos y españoles. Recordó que, en la plaza Styntagma, de Atenas, un
movimiento similar logró mantenerse durante 99 noches y afirmó que ese
movimiento “cambió definitivamente el modo de hacer política en Grecia”. Varoufakis
envió un mensaje de “solidaridad” a las movilizaciones contra la reforma
antiobrera del movimiento ‘Nuit Debout’ y sus seguidores. Después de su
discurso frente a los partidarios del movimiento, hizo una declaración a medios
locales de comunicación acerca de su opinión sobre la crisis de los refugiados,
diciendo “cuando las personas llaman a su puerta en mitad de la noche y tienen
miedo, por ellos y por sus hijos, lo que se hace es abrir la puerta y se les
deja entrar, usted no hace un análisis coste-beneficio”. El exministro griego
afirmó que “nos dicen que estamos ocupando espacio público pero son ellos
quienes intentan privatizar los comunes”. Opinó que “el presidente Hollande fue
elegido para generar crecimiento, acabando con la austeridad, pero ahora quiere
devaluar el trabajo para resucitar el capitalismo”. El ex ministro griego fue
escuchado y aplaudido, como uno más de tantos expertos o responsables de ONG
que intervienen a diario en las asambleas. Luego, la emisión por YouTube
TvDebout aprovechó su presencia para entrevistarlo en directo desde la plaza.
El filósofo francés, Alain Finkielkraut.
Una hora después, el
filósofo francés, Alain Finkielkraut, quien no llegó a pedir la palabra ni pudo
avanzar hasta la tribuna, no tuvo la misma suerte, al ser inmediatamente
reconocido por un grupo de asambleístas que lo recibió a gritos, acusándolo de
“fascista”. El filósofo también gritó, se indignó, y declaró que la asamblea
era una parodia de democracia. Al final, Alain Finkielkraut se retiró de la
plaza, pero logró crear uno más de los tantos escándalos al que es aficionado.
El itinerario de este filósofo que, a los veinte años, participara del
movimiento de mayo del 68, junto a Daniel Cohn Bendith, fue similar al de otros
miembros de su generación. Simpatizante del maoísmo en su juventud, defensor
incondicional del Estado de Israel desde la guerra de Yom Kipur de 1973, su
reciente elección a la Academia Francesa había suscitado un fuerte debate y
muchas críticas en el ambiente universitario. Personalidad intelectual muy
controvertida por su inclinación a la auto-publicidad y a los escándalos,
invitado estrella de programas de radio y televisión, el filósofo Alain Finkielkraut
fue víctima de su propio éxito mediático. Los amigos del filósofo se indignaron
y acusaron a los jóvenes de “Nuit Debout” de ser “los izquierdistas de siempre
que se ocultan bajo el lema de la juventud rebelde o de la utopía”. Los medios
y otras personalidades políticas e intelectuales se solidarizaron con él y
denunciaron a los que, en la plaza, “hablan de democracia pero son incapaces de
ejercerla o de defenderla”. Este incidente, que tanto agitó el debate público
francés fuera de la plaza, no tuvo gran repercusión en la plaza misma. Pero, al
día siguiente, en la asamblea del domingo, una joven pidió la palabra y expresó
muy serenamente su incomodidad por lo ocurrido con el filósofo, proponiendo la
creación de una comisión de reflexión sobre el “derecho universal a la
palabra”. Otro joven se mostró menos tolerante y explicó que el filósofo se
merecía haber sido repudiado por “fascista”. Sin mayor transición, el moderador
del debate tomó nota de las dos posiciones y dio cita a los interesados para
crear una nueva comisión “Libertad de expresión” o para que participar en la ya
existente “Democracia y asamblea general”. El clima general de las asambleas
era democrático y tolerante, pero el dilema quedó planteado: ¿Quiénes pueden y
quiénes no pueden participar del movimiento? ¿Cuál es el código de conducta que
se exige a los participantes?
Marea
Granate París, la asamblea granatera ordinaria en Place de la République.
Cuando el 31 de marzo,
tras una multitudinaria marcha contra le reforma laboral, un grupo de personas
trató de acampar en la Plaza de la República de París a modo de protesta, muchos
recordaron Madrid el 15 de mayo de 2011. La manifestación que precedió a la
Acampada Sol fue mucho más tímida y sus bases mucho más amplias que la que ha
dado lugar a la “Nuit Debout” francesa pero, para Beatriz Ríos, en “Cuarto
Poder”, la comparación es inevitable. “Tanto que ‘los indignados’ son, a menudo,
mencionados en asamblea y comisiones. Además, muchos españoles residentes en
París se han unido al movimiento que mantiene en pie, desde hace varias
semanas, a varias ciudades en Francia… Varias hileras de lonas de plástico,
mesas plegables, cartones y equipos de sonido para dar voz a los participantes,
conforman la precaria estructura que cada día acoge los distintos servicios y
las comisiones. Justo detrás de una de esas carpas, con cuentagotas, llegan a
una asamblea jóvenes españoles miembros del colectivo Marea Granate París, en
defensa de los derechos de los llamados ‘exiliados económicos’, que nació al
calor del 15M. Un cartel con letras rojas en el suelo identifica al grupo. La ‘Nuit
Debout’ no reconoce a otros colectivos como tal dentro del movimiento que tiene
su propia energía, sus propias dinámicas. Aunque no pocas organizaciones que
comparten la filosofía de la protesta aprovechan el espacio para dar a conocer
su lucha, pues uno de los pilares de la “Noche, en Vela” francesa es
precisamente la convergencia. Además, hace solo un par de días, se lanzó una
llamada a la colaboración con otros movimientos. Los próximos 7 y 8 de mayo la
Plaza de la República cogerá un encuentro con el objetivo de organizar la
Global Debout. Para este movimiento global en defensa de la democracia y la
justicia social han elegido una simbólica fecha: el 15 de mayo, el 15M”.
Refugiados
y migrantes toman la palabra en la ‘Nuit Debout’, una revolución francesa con
acento español.
Según explica Beatriz
Ríos en su reportaje, el interés de los franceses por la experiencia de “Acampada
Sol” es constante. “Es casi imposible cruzar la plaza hablando en castellano
sin que se agolpen las preguntas sobre aquellos días de protesta. Para muchos,
fue el germen de un cambio político en España; el origen de la ruptura del
bipartidismo pero también el impulso de la movilización social a todos los
niveles. Preguntan en qué quedaron las propuestas del 15M tras el fin de las
acampadas y cómo se recondujo la indignación ciudadana; cómo se concretaron las
propuestas nacidas del consenso de la plaza. Miguel es almeriense y era un
chaval cuando estalló el 15M en España. Aún así, se implicó en las
movilizaciones. Hoy, con 21 años, es estudiante Erasmus y participa más que
activamente en la ‘Nuit Debout’ desde el principio. Miguel se implicó en la
preparación de las manifestaciones ya en la universidad. Es estudiante en el
Science Po de París, una prestigiosa escuela. Cuando la Nuit Debout empezó a
tomar forma en la plaza, Miguel se metió de lleno. Una de las cosas que más
valora de esta protesta espontánea es que no se ha limitado el diálogo. Si bien
la actividad principal de la plaza es el debate, también surgen acciones
espontáneas esporádicamente que mantienen, en su opinión, la lucha activa. La ‘Nuit
Debout’, es un movimiento en construcción. Cada día la plaza evoluciona y la
dinámica de la acción cambia. Surgen nuevas propuestas; se amplían los espacios
de lucha; alguna gente se va, otra llega. Como cualquier movimiento horizontal,
parte de un cierto caos pero, dentro de él, encuentra su orden y propone, crea.
El contexto francés, con un tejido militante importante, de raíces profundas y
unas situaciones económica y política radicalmente diferentes, es distinto al
español de 2011. La forma, sin embargo, se asemeja enormemente. A dónde vaya o
qué consiga este movimiento que mantiene en pie a Francia y aspira a levantar
Europa, solo lo dirá el tiempo. De momento, los españoles que abandonaron su
tierra en busca de oportunidades que no encontraron en España, retoman las
calles del país vecino y reviven, en cierto modo, el espíritu del 15M”.
Antidisturbios franceses toman
posiciones durante una manifestación de la Nuir Debout.
Las acciones de
indignación se multiplican para amplificar su resonancia e
internacionalizar la protesta. El mapa interactivo que muestra la evolución
geográfica de “Nuit Debout” se asemeja a una constelación en la que cada vez se
van iluminando más estrellas. El movimiento de indignación nacido en la plaza
de République de París tiene réplicas en todo el territorio francés, pero
también a nivel europeo ─ciudades como Berlín, Amsterdam, Bruselas, Barcelona o
Madrid ya han pasado sus “Nuits─ y al otro lado del Atlántico, principalmente
en Montreal. Emma, veterana quincemista de Barcelona, detectó que algo inusual
ocurría en Francia a principios de marzo. “Me di cuenta –explica, en Público.es–
de que esto era algo nuevo, un movimiento que venía desde abajo, de personas
muy distintas, no era el clásico llamamiento sindical o partidista. Allí oí
hablar, por primera vez, de ‘Convergence de Luttes’, el colectivo promotor de
la “Nuit Debout”. Tenían una estructura bastante débil, con dinámicas poco
operativas; en comunicación, solo tenían una página de Facebook, ni siquiera
una cuenta de Twitter, y se comunicaban a través de una lista de correo”. Emma,
junto con Héctor y Toret, integrantes los tres del 15M Barcelona, forman una
especie de dream team de la revolución. Héctor, novelista, filólogo y experto
en democracia participativa, es el community manager. Toret,
psicólogo y experto en tecno-política, ha trabajado con colectivos como Democracia
Real Ya o Barcelona en Comù. “Para mí –dice– no hay diferencia entre los
turcos, los italianos, los franceses o los españoles. La lucha tiene que ser
global”. Entre los tres, suman casi una veintena de países en los que han
colaborado con distintos movimientos sociales. “Estuvimos varias semanas
calentando las redes. En España, el interés por lo que ocurría en Francia fue
inmediato y, desde el principio, ha habido un montón de gente trabajando para
difundir lo que está ocurriendo”, explica Héctor. “Esto se ha expandido a una
velocidad brutal. Ya es un monstruo que no controla nadie”, asegura desde el
Media Center de “Nuit Debout”, ubicado a pocas manzanas de la plaza de
République. Una decena de personas discuten la estrategia comunicativa a seguir
para los días que vienen. La información fluye de tal manera que la atmósfera
se hace densa, con miles de tuits, atravesando como flechas la habitación, casi
rozando las orejas del visitante. Una televisión de América Latina ha entrado
en directo desde République; un periodista australiano necesita contactos;
Pablo Iglesias acaba de tuitear por primera vez sobre Nuit Debout.
“Nuit
Debout”
La comisión
internacional de la “Nuit Debout” se reúne cada tarde a las 19 horas en la
plaza de la República. Está subdividida en tres grupos ─Comunicación, Acción y
Debate─, y, en este último, unas quince personas de Francia, pero también de
España, Turquía, Italia o Rusia, se emplean en dotar a la lucha de un contenido
común. Entre ellas, está Ioana, integrante del colectivo de migrantes español
Marea Granate: “Nos hemos dado cuenta de que tenemos que mirar este movimiento
desde una óptica internacional y, para ello, hay que encontrar paralelismos con
lo ocurrido en otros lugares”, explica. “Los movimientos que han ido naciendo
en los cinco últimos años en todo el mundo, especialmente en Europa, pueden
enseñarnos: Blockupy, en Alemania, sobre la economía financiera; el 15-M y la
PAH, en España, sobre la ocupación del espacio público; Gezi, en su resistencia
contra el autoritarismo del Estado turco… Nosotros creemos en un mundo sin
fronteras. Sabemos lo que son porque nos ha tocado emigrar, y nos asusta cómo Europa
se está redibujando: cada vez con más violencia, hacia los otros (en alusión a
los refugiados) y hacia nosotros, como ciudadanos europeos”. Desde 2011, los
movimientos de protesta se han extendido por todo el planeta, desde las
primaveras árabes, hasta el 15-M, en España, u Occupy Wall Street, en Estados
Unidos. En Francia, hay quien ve la falta de propuestas políticas concretas
desde ‘Nuit Debou’” como un problema fundamental, pero la internacionalización
de la lucha podría ser su mayor desafío. El peso político y económico de
Francia hace que muchos pongan sus esperanzas en 'Nuit Debout' para reactivar la
protesta a nivel internacional”. Sélim Smaoui, un sociólogo que también vivió y
participó en el 15-M, en España, opina que el movimiento tiene que encontrar su camino aquí, pero a
nivel estratégico”. El peso político y económico de Francia hace que muchos pongan
sus esperanzas en “Nuit Debout”. Intelectuales de izquierdas como el británico
David Graeber o el exministro de Finanzas, Yannis Varoufakis, siguen con
interés los acontecimientos en Francia. La colaboración entre movimientos
sociales de distintos países será fundamental para determinar la extensión de
la protesta después de haber participado en movilizaciones en todo el mundo,
desde Brasil, hasta Hong Kong o Turquía.
Agentes antidisturbio y participantes
del movimiento Nuit Debout, en la plaza de la República.
Al igual que en la
Puerta del Sol, de Madrid, en los últimos días de mayo de 2011, la plaza de la
República de París muy pronto se ve desbordada. La “Nuit Debout” se inicia con
acciones espontáneas puntuales de seis horas y el trabajo de las distintas
comisiones. Y, al igual que, en la Puerta del Sol, la plaza de la República de París
se queda pequeña. Arthur, participante en el grupo promotor Convergencia de
luchas, considera que “hay que salir de la plaza para extender este movimiento”.
Los paralelismos entre la “Nuit Debout” y el 15-M español siguen parecidos
caminos, aunque también hay diferencias: hoy, en París, no se oyen gritos de
“no nos representan” y los cargos políticos y sindicales no son mal recibidos.
Diversos políticos del Partido Comunista Francés, del Nuevo Partido
Anticapitalista y del Partido de Izquierdas han estado presentes en las
asambleas aunque no hayan tomado la palabra. Éric Coquerel, coordinador del
último partido, estuvo en la plaza. Y considera que la movilización es la
primera concreción en Francia del movimiento ciudadano. “Espero que todas las
movilizaciones y la ‘Nuit Debout’ converjan para parar la Ley del Trabajo y que
incluso vaya más lejos, si es posible. Es extremadamente positivo”. Incluso
miembros del sindicato mayoritario CGT han repartido panfletos durante una
asamblea. Y los tenderetes de diferentes organizaciones conviven durante las
tardes-noches. Jean Lassalle, vicepresidente del partido centrista Movimiento
Demócrata y candidato a la presidencia de Francia, estuvo en la plaza la noche
del 11 de abril. “Sufro el inmovilismo de los partidos. –comentó–. Me siento más cerca del pueblo que me elige
que del partido en sí mismo. Mi padre, siendo pastor, les dio más oportunidades
a sus cuatro hijos que yo le voy dar a mis hijos, siendo diputado. Hay algo que
no funciona”.
. La patada de un CRS a una estudiante parisina.
Desde el inicio de las
movilizaciones en marzo, en París ha habido cerca de medio centenar de
detenciones. Muchos de los detenidos son estudiantes, punta de lanza de las
protestas contra la ley El Khomri (como se conoce la reforma laboral, por el
nombre de la ministra de Trabajo). Las llamadas “manif sauvages”
(manifestaciones salvajes), protestas espontáneas y sin autorización previa, se
han generalizado. La mayoría de ellas han terminado con incidentes con la
Policía, aunque no pocos de los que participan en los altercados no tengan ninguna
relación con el movimiento. El pasado viernes, un coche de la Policía secreta
ardió en plena plaza. Los gases lacrimógenos envolvieron la Place de la République
en una espesa humareda asfixiante, blindando los accesos y desatándose una
batalla campal en la que los manifestantes lanzaron botellas y otros objetos
contra la contundente intervención de los antidisturbios. Acciones que, tanto
en Francia como en España, son justificadas como respuesta lógica a la
represión ejercida por parte del Estado. Y, para profundizar en el debate, el domingo
pasado, el movimiento dedicó su asamblea temática semanal a reflexionar sobre
la cuestión de “¿Dónde está la violencia?”. “El Estado –se indigna Sarah, estudiante
de doctorado de París 8e y una de las cabecillas del movimiento universitario– nos
ha mostrado su verdadera cara: porras, gases lacrimógenos, arrestos
domiciliarios y clausura de universidades. Utilizan el estado de Emergencia
para golpearnos aún más fuerte. En las últimas semanas, los CRS (cuerpos
especiales de seguridad) han entrado en las facultades e institutos y alumnos
de 15 años han sufrido palizas”. La actuación de las fuerzas de seguridad ha
crecido en dureza y muchas jornadas de protesta han acabado con detenciones violentas
y manifestantes heridos. Según “Le Monde”, la inspección general de la Policía
Nacional (IGPN) ha sido interpelada en 12 ocasiones desde marzo, cuatro por
acusaciones de violencia policial contra chavales del Instituto Bergson, de
París. “No tenemos que aceptar –alega Jean François, uno de los intervinientes en
la charla del pasado domingo– que las aceras de nuestras calles, cuando nos
manifestamos, pertenezcan a la Policía. Parece que cuando la presencia de la
Policía ocupa un espacio público tiene más legitimidad que la nuestra”. La
actuación de las fuerzas de seguridad ha crecido en dureza y muchas jornadas de
protesta han acabado con detenciones violentas y manifestantes heridos. La
imagen de un agente antidisturbios pegando una patada en la tripa a una chica
desarmada se hizo viral en la redes sociales como ilustración de la “brutalidad
policial”.
Antidisturbios franceses utilizando gases
lacrimógenos contra los estudiantes.
Un mes después de
la huelga general que dio pie a la “Nuit Debout”, grandes movilizaciones recorren
Francia ante el debate de la Ley del Trabajo que el Gobierno prepara para el
mes mayo. La última gran movilización intersindical se registró el 9 de abril
y, desde entonces, las acciones no han parado. Bloqueos de restaurantes de
comida rápida en contra de la precarización, ocupación de diez teatros en toda
Francia por trabajadores de la cultura, estudiantes en manifestación junto a
ferroviarios en huelga, facultades ocupadas… Nuevas manifestaciones unitarias
inaugurarán un ‘mayo caliente’ con motivo del Día de los Trabajadores. El
inicio del debate parlamentario del proyecto está fijado para el 3 de mayo,
fecha marcada por el calendario de movilizaciones. En la asamblea de la plaza
de la República, algunas voces han llamado a impedir la entrada de los diputados
para imposibilitar la votación. Y, el movimiento estudiantil se mantiene en
vanguardia. Las primeras movilizaciones, en marzo, obligaron al Gobierno a
rebajar ligeramente el texto. Su maquillaje legislativo supuso que la patronal
francesa retirase su apoyo al texto y que el sindicato CFDT dejara de oponerse
a la reforma. En abril, la ley inició su trámite parlamentario y nuevas
enmiendas fueron adaptadas. Con un paquete de medidas de 500 millones de euros
anuales, el Gobierno socialista ha intentado, de forma infructuosa hasta el
momento, contentar al movimiento estudiantil. Pero el presidente de la
República, François Hollande, ha asegurado que el texto “no será retirado”… Otra
obsesión de la “Nuit Debout” es llegar a todas las barriadas (“les banlieuex”)
e involucrar a los descendientes de inmigrantes. El fin de semana del 7 y 8
mayo es la fecha elegida para hacer una llamada a los “habitantes del mundo
entero” y “encontrarse, debatir, compartir nuestras experiencias y saber hacer,
comenzando a construir juntos perspectivas y soluciones comunes”. En un
comunicado hecho público, se afirma que “Nuit Debout” se ha fijado como primer
objetivo la creación de “un espacio de convergencias de luchas” a nivel
internacional “entre los numerosos movimientos” que se oponen a “la
precariedad, al dictado de los mercados financieros, a la destrucción del medio
ambiente, a las guerras y al militarismo y a la degradación de nuestras
condiciones de vida”.
Primavera social en Francia.
“Francia arde: fuego,
gas y cócteles molotov”, titula LQSomos. “Francia arde contra la reforma
laboral, en una nueva jornada de manifestaciones contra la reforma laboral del
Gobierno de François Hollande. Según esta modificación que ha promovido el
Ejecutivo galo, las compañías podrían prolongar la jornada laboral hasta 48
horas a la semana porque “facilita el despido”, entre otras ‘perlas’. Con su
polémica propuesta, el Ministerio francés de Trabajo asegura que busca
‘liberalizar’ la legislación laboral y reducir el desempleo. La reforma ha
provocado el rechazo activo de numerosos ciudadanos que, por segundo mes
consecutivo, salieron a las calles para manifestarse. Miles de jóvenes
organizaron a finales de marzo un campamento en París, donde se congregan cada
noche. Los sindicatos y los estudiantes de Francia protestan contra la reforma
laboral del Gobierno. Las manifestaciones contra el Gobierno francés han
derivado en disturbios en las ciudades de Nantes y Marsella. La Policía ha
detenido a varias decenas de personas. Informa ‘Le Figaro’ que, en las calles
de Nantes, los participantes han lanzado botellas y piedras contra los agentes
y han realizado otros actos vandálicos, desde romper los vidrios de diversos
establecimientos y paradas de autobuses hasta dañar las cámaras de vigilancia
urbana. Esta situación se ha repetido en Marsella, en donde las autoridades han
utilizado gas lacrimógeno. ‘Le Monde’ estima que entre 170.000 y 500.000 de
personas participan en las manifestaciones que tienen lugar en todo el país”.
“Rajoy se las ha arreglado para hacer algo
dificilísimo –dijo Soledad Gallego-Díaz el pasado miércoles en la SER–, se
hubiera dicho que casi imposible en la política moderna: ha ignorado totalmente
las acusaciones de corrupción sistemática en la financiación de su partido y se
siente tan fresco como un lenguado recién pescado dispuesto a encabezar una
nueva campaña. Nada de ansiedad, proclamó. ¿Acaso ha pasado algo que deba
provocarme angustia o temor? ¿Alguien ha oído algo que deba agitarme? Rajoy no
sabe nada ni ha oído nada que le pueda desasosegar. Así que ni ansiedad, ni
congoja, ni falta de quietud. Rajoy parecía ayer verdaderamente feliz”. Así lo
muestran los fotomontajes de El Jueves y
Rokambol.
Y así se mostraba el rey en el fin de ronda de
consultas.
Felipe VI se harta,
según El Jueves, de reuniones inútiles con los candidatos y proclama la IIIª
República.
Tremending Topic: “Felipe
VI pide a los partidos no gastar mucho en las nuevas elecciones, como cuando
ganó él, que ahorramos un dineral en papeletas”
El humor de esta semana
en la prensa: El Roto, Forges, Peridis, Ferrán, Fontdevila, J. R. Mora, Vergara,
Pat, Elchicotriste, Kap, Mafalda…
Pep Roig: Viaje a allí mismo,
Fotomatón de esperpentos, Detritus, Fracasado al poder, Dime a quién criticas y
te diré quién despide y Que lo dejen.
En los vídeos de esta semana, el ex ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, al visitar La Nuit Debout envía un mensaje de “solidaridad” a las movilizaciones contra la reforma antiobrera del movimiento ‘Varoufakis visits "France" Visto Desde La Izquierda.
Eco Republicano
Protestas estudiantiles y de los sindicatos en París RT en Español
Joan Baez & Mercedes Sosa "Gracias A La Vida" ROXYTOM
Himno del Primero de Mayo (Pietro Gori) Subtitulos en Español Malhaya Damian
Alison Balsom Rudolf Weitz
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